1 de Julio de 2000 Vol. 1 No.1 |
La
maestra Julieta Fierro opina que los estudiantes enseñan a los profesores,
pues "lo más importante de dar una clase es escuchar con atención lo
que preguntan los jóvenes, porque es cuando uno aprende. Ellos hacen
las preguntas más fundamentales que se ha hecho la humanidad durante
la historia".
La maestra Julieta Fierro realizó sus estudios superiores en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es investigadora del Instituto de Astronomía, donde también fungió como jefa de difusión,yprofesora de la facultad de Ciencias. Desde el 17 de marzo de 2000 es Directora General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM. Ha publicado 23 libros de divulgación de la ciencia y artículos en decenas de publicaciones;dictado centenares de conferencias, y diseñado numerosos talleres de ciencia para niños,que tienen como propósito hacer llegar el mundo de la ciencia a un gran número de personas. Participó en la realización de la sala de astronomía de Universum y el Museo Descubre de Aguascalientes, así como en laremodelación de la sala de astronomía del Museo de Ciencias Naturales.Contribuyó en la creación de un museo de ciencias en Puerto Rico, y los observatorios Mc Donald de Estados Unidos y el Suderland de Sudáfrica. Por su trabajo la maestra Julieta Fierro ha sido merecedora del premio de divulgación de la ciencia de la Academia de las Ciencias del Tercer Mundo, el Premio Kalinga que otorga la UNESCO y el Premio Nacional de Periodismo Científico 1998, entre otras distinciones. Su serie de televisión Más Allá de las Estrellas obtuvo el primer lugar de video científico en 1998. Actualmente es Presidenta de la Comisión 46, dedicada a la enseñanza de la astronomía, de la Unión Astronómica Internacional y miembro de la Sociedad Astronómica del Pacífico. La maestra Julieta Fierro afirma que le gusta hacer muchas cosas, porque ha descubierto que la vida les puede dar muchas posibilidades a las mujeres, lo que nunca imaginó cuando era niña, pues creía "que lo único que podían hacer era atender una casa y ahora he visto que podemos hacer mucho más". Afirma que la mujer mexicana puede hacer lo que sólo ella es capaz de hacer, puesto que cada ser humano es distinto. Dice que es una ama de casa a quien le gusta tener su casa bonita, cortar flores, tejer, bordar manteles y hacer su propia ropa. Cocinar no le gusta tanto, aunque lo hace casi todos los días. "Me gusta llegar a mi casa y verla bonita", expresa. Como madre, cuyos hijos ya son mayores, le encanta platicar con ellos: "hablar sobre la vida. Ya los retos de ellos son muy grandes. Son problemas de qué pasa cuando se enamoran, qué pasa con la soledad, qué pasa con la muerte, qué significa ser amigos. Entonces, pues me gusta mucho pasar horas platicando con mis hijos". En su labor como investigadora, la maestra Fierro enseña "a otras personas lo maravilloso que es la ciencia, lo bonita, lo divertida". Al hacer ciencia ella siente satisfacción y plenitud, como cuando explica que "la presión del aire de la secadora mantiene el globo suspendido. Es decir, hay una fuerza que atrae el globo hacia abajo y con la presión hacia arriba el globo no se cae. Esto sucede en las estrellas. La fuerza de atracción jala hacia el centro y la presión hacia afuera". La maestra Julieta Fierro recuerda que cuando estudiaba física se inscribió en las dos materias de astronomía, cuyos buenos maestros le hicieron descubrir lo maravilloso de esta ciencia. Opina que "un buen maestro puede hacer toda la diferencia en la vida o un buen programa de televisión o un buen libro, donde uno descubre aquél mundo inimaginable". Para ello durante la vida pueden abrirse muchas ventanas para asomarse. En ellas pueden descubrirse mundos insospechados a los cuales dedicarse profesionalmente. Estima que la astronomía es una ciencia extraordinaria, con cuyo reto se pretende comprender el espacio, el tiempo, la materia y la energía, así como la ubicación de los objetos en el universo, sus propiedades y evolución en el tiempo. Explica que para esto, sin ir lejos, el astrónomo aplica al resto de los cuerpos celestes las leyes de la física descubiertas aquí en la tierra. La maestra Julieta Fierro ejemplifica: "la luz que produce una lámpara y que permite que me vean, ¿será la misma que producen los cuerpos celestes? La ley que hace que un objeto se caiga, la de gravitación, ¿funcionará entre los astros?". Otra cualidad de la ciencia, explica, es su capacidad para predecir, lo que es también su gran fuerza. Cita entonces el cálculo de la órbita de la luna y el sol, para pronosticar un eclipse en un día y hora determinados. Esto quiere decir, aclara, que la herramienta utilizada para describir órbitas, como el movimiento de un llavero, puede usarse para describir las órbitas de los planetas. "Quiere decir entonces que esta extrapolación que hice de aplicar las leyes de la física que conozco aquí y ahora, al resto de los astros, está funcionando, que ha funcionado muy bien". Añade que cuando los astronautas fueron a la luna, no les sucedieron hechos impredecibles como la aparición de un hombrecito verde para comérselos, ni se perdieron en un pantano o abismo, porque lo predicho en la tierra funciona para el resto de los astros. En relación con aspectos astronómicos de la vida diaria, como el día y la noche, las estaciones y las épocas de lluvia y secas, el hombre aprendió a asociarlos con los fenómenos celestes. Asimismo, continúa la maestra Julieta Fierro, con el estudio de otros cuerpos celestes es posible conocer mejor a la tierra. En la comprensión del Universo la astronomía pretende lograr un resultado práctico, aunque ya los ha obtenido. Cuenta que una fénoma chilena desarrolló un programa de cómputo para analizar imágenes astronómicas. Ahora éste es utilizado para detectar el cáncer temprano de mama. Está convencida de que la ciencia trae consigo tecnología: primeramente trata de entender a la naturaleza y seguidamente acarrea la tecnología que va a beneficiar a los seres humanos. Abundando sobre esto, la maestra Julieta Fierro explica que cuando los astronautas trabajaron en el espacio durante ocho horas, usaron unos pañales resistentes, tecnología que posteriormente pudieron utilizar pacientes de hospitales. En relación con las distinciones que ha recibido por su labor en la divulgación de la ciencia, considera de gran valor explicar de manera fácil las cosas que parecen muy difíciles, hacer productos accesibles en precio para divulgarla. Agrega otro ejemplo: "para medir el diámetro de una estrella, podemos calcular el tiempo en que oculta a otra. Así podremos saber lo grande que es". Reitera que pueden producirse materiales didácticos a muchos niveles: para niños de preescolar, hasta libros dirigidos a adolescentes y jóvenes. Con respecto a su gestión como presidenta de la Comisión 46 para la Enseñanza de la Astronomía, de la Unión Astronómica Internacional, la maestra Fierro considera "una distinción honrar a un investigador mexicano para dar los lineamientos generales de la educación en astronomía a nivel mundial", en una asociación cuya finalidad es promover la astronomía a nivel mundial. Aunque muchos países no cuentan con astrónomos profesionales, el objetivo de la UAI es que en cada uno haya un grupo de aficionados que extienda este "maravilloso" conocimiento. En relación con la manera más apropiada para divulgar la astronomía entre los jóvenes, cita otro ejemplo: "cuáles son las figuras que usamos los astrónomos en las épocas modernas. Pues son las que inventaron los griegos, de acuerdo a su mitología. Se refieren por ejemplo a la constelación de Andrómeda, cuyos puntos marcan las estrellas que constituyen la constelación. La estrella más brillante se llama Alfa, las que siguen Beta, Gama, Delta, etcétera, de acuerdo al brillo decreciente que puedan tener estas estrellas, en agrupaciones totalmente arbitrarias". En este sentido, "si nosotros vemos este grupo de estrellas en el cielo, no tenemos porqué ver a la diosa Andrómeda encadenada y a Perseo que viene a salvarla, matando al monstruo marino que intentaba devorarla". Con gran entusiasmo la maestra Fierro afirma que regalar es una actividad muy bonita del ser humano, esto, al referirse a su propia entrega al trabajo "todos los días en un lugar tan bonito, tener colegas tan inteligentes, estimulantes, ir a los seminarios, escuchar cómo se desarrolla la ciencia, el contacto con los estudiantes, el placer de platicar con los niños y hacer museos de ciencia". Cuando le fue entregado en París el premio Kalinga de la UNESCO, recuerda la emoción que sintió al recibir esta medalla, pues se trataba de una responsabilidad muy grande, aunque agradable, porque sus "colegas de otras partes del mundo piensan que lo que hice valió la pena". Por otra parte, la maestra Fierro escribe diariamente por lo menos una página de alguno de sus libros, boletín o artículo de divulgación, especialmente si el destinatario son los niños, aunque juzga también importante divulgar la ciencia para el público en general. Considera muy importante divulgar la ciencia entre científicos y en relación con el aporte que pueda recibir de la técnica: mientras que la ciencia intenta comprender a la naturaleza, la técnica trata de aplicarla con un respeto sobre el medio ambiente. De esta forma los hallazgos de los científicos pueden correr la suerte de ser aplicados por la tecnología, con el fin de producir mayor bienestar para la sociedad. En su actividad docente la maestra Julieta Fierro le gusta dar su clase. La prepara con mucho cuidado, con apoyos como transparencias, porque siente "que la ciencia es ungozo". Señala que si las cosas se aprenden con gusto, el proceso es muchísimo más fácil: "se retiene mucho más lo que se está tratando de aprender". Sobre la eficacia del aprendizaje en el aula, explica que "si un estudiante está expuesto a la lectura de unas palabras en el pizarrón, el porcentaje de retención es como del diez por ciento. Si escucha una narración, el porcentaje aumenta al treinta por ciento. Si ve un video, el porcentaje es mucho más alto porque está viendo, escuchando y puede leer al mismo tiempo. Pero si hace cosas con las manos y explica lo que está haciendo, el porcentaje de aprendizaje puede ser del ochenta por ciento". La maestra Fierro considera que los muchachos mexicanos son muy inteligentes. Probablemente necesitan más oportunidades para desarrollar su inteligencia, opina. Manifiesta que hablar de ciencia significa que en México hay lugares donde se hace investigación, con buenos científicos. Reitera que la ciencia tiene que avanzar al lado del desarrollo tecnológico. Es en este sentido que los científicos necesitan de excelentes ingenieros mexicanos especialistas en disciplinas como el cómputo o la electrónica. Opina que el trabajo debe ser multidisciplinario "para avanzar de manera armoniosa" en todos los campos tecnológicos, con el fin de que México genere sus ideas. Cuando esto suceda, asegura, nuestro país exportará con miras a ser independiente y fuerte. Dentro de la problemática de la educación en México que, indica, es vasto y muy complicado, la investigación forma parte. Los investigadores, sugiere, deben ser maestros que enseñen esta manera de pensar e innovar. Otro aspecto de la educación lo constituye la instrucción informal, es decir, la divulgación de la ciencia, por lo que a la maestra Julieta Fierro le gustaría que en cada estado de la República Mexicana hubiera un centro de ciencia. Con respecto a cómo es vista la ciencia por los jóvenes, la maestra Julieta Fierro afirma que tienen tres prejuicios en contra. El primero se presenta cuando creen que los científicos no son personas comunes y corrientes. Aunque hay científicos, insiste, que son muy brillantes, "muchos somos personas comunes y corrientes". En segundo término, se piensa que no hay trabajo para los investigadores "y les digo que sí hay. En México no hay doctores en astrofísica desempleados". En tercer lugar se tiene la idea de que los salarios de los investigadores son insuficientes. Esto "tampoco es cierto. A mí me alcanza para llevar una vida digna, que creo que es de lo que se trata. Además, viajo muchísimo, igual que todos mis colegas. Todos los días llego a trabajar contenta porque los retos del trabajo son muy bonitos. Yo creo que el secreto está en descubrir para lo que uno es bueno y dedicarse a eso". Para los estudiantes que quieran estudiar astronomía, la maestra Julieta Fierro apunta que primero tienen que estudiar física, o bien, matemáticas o alguna ingeniería, para posteriormente hacer un posgrado en astrofísica. Informa que en México hay posgrados en el Instituto Nacional de Astrofísica Optica y Electrónica (INAOE), en Puebla, y en el Instituto de Astronomía de la UNAM, cuya principal sede se encuentra en el Distrito Federal y las subsedes, en Ensenada, Morelia y probablemente habrá otra en Guanajuato. Manifiesta que algunos educadores no han logrado enseñar la ciencia por su real significado. Como consecuencia, cita por caso a los niñosque les tienen miedo a las matemáticas y a la física, lo que para ella es triste. Sugiere un sistema más ágil de actualización de planes y programas de estudio, más investigación educativa y, más que nada, más apoyo al magisterio para que los maestros enseñen de manera más adecuada. A la maestra Julieta Fierro le gustaría una mayor divulgación de la ciencia en todo el mundo y, por supuesto, de la astronomía, porque para ella esta disciplina "es tan bonita, que se puede utilizar para enganchar a las personas, para que piensen en otro tipo de cosas, en particular en la ciencia. Es una maravilla sustraerse un poquito de los problemas difíciles de la vida cotidiana y que a uno se le amplie el espíritu. Si logro entender una cosa que me estaba atormentando desde hace mucho, siento una felicidad tan grande y esta felicidad me puede durar toda la vida. Bueno, la ciencia produce este tipo de placeres y vale la pena aprender a tenerlos".
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