Disertar sobre los escenarios del diseño en México es reflexionar sobre la disciplina misma: siempre surgen de una idea que cobra forma, la diferencia estriba en que el diseño encuentra siempre sus determinantes espaciales y compositivas en el formato. En cambio, la investigación y la enseñanza, aunque tengan sus factores cualitativos y temporales, se expanden en términos directamente proporcionales a los niveles de profundidad con los que se revisan sus fuentes y se reflexiona en sus conceptos.
El diseño gráfico en México tiene un contenido complejo, cuyos matices obligan a profundas reflexiones sobre sus intrincadas condiciones de desarrollo, porque todas ellas tejen el sustrato en el que las influencias del pensamiento estético, y los momentos socioculturales, se amalgaman en coincidencias que definen las colecciones de objetos diseñados en cada una de las épocas de nuestro devenir visual; fusionando así, la experiencia del artista impresor con el pensar del diseñador, abriendo, lentamente, las puertas de una disciplina.
Lo anterior no puede soslayar una forma de pensar, concebir y conceptuar la profesionalización del diseño, marcando líneas de conocimiento, definición, clasificación y comprensión. Todos ellos son indicadores fundamentales para cualquier investigador que percibe frente a sí información gráfica vasta y diversa, ante la que se han de tomar decisiones para registrar y recopilar sus aspectos, momentos y ejemplos significativos.
Entonces, no son los datos duros los que resuelven y estructuran el pensamiento sobre el diseño en nuestro país; es la experiencia frente a los acervos y el dominio de los referentes, los momentos de decisión que marcan, paso a paso, el camino que se traza en un tema tan amplio, en el que, definitivamente, hay que fragmentar, jerarquizar, decidir líneas de trabajo e interpretarlas con base en múltiples discusiones, ensayos, errores y aciertos.
Los hitos del diseño en México parten de la comprensión de que, como afirma el maestro Vicente Rojo, el diseño es un arte y hay que verlo como tal. Es un arte aplicado, un arte que tiene que ser preciso, que tiene que demostrar cualidades y calidades a muy poca distancia. Se tiene que hacer en tiempo breve y tiene que demostrar su eficacia prácticamente en el acto; tiene que cumplir una función informativa, formativa y comunicativa.
Para quienes desarrollamos estas tareas de investigación, el sentido se vuelve el concepto más fuerte: un dominio del quehacer y del ser diseñador, y una confirmación de la propia vocación