No están todos lo que son ni mucho menos, pero sí son todos los que están. Es lo primero que hay que decir sobre la presente edición de la
Revista Digital Universitaria, dedicada a la divulgación científica que se hace desde la UNAM. Y no podría ser de otra manera: la labor que en este campo ha realizado nuestra Máxima Casa de Estudios es muy vasta y tiene ya varias décadas. Abarcarla requeriría no sólo muchos números de una revista, sino muchos libros.
No hay en el país otra institución que haya hecho tanto para propagar el conocimiento científico y preparar a quienes se dedican a ello. Lo que aquí presentamos es sólo una muestra de la labor de divulgación científica y de sus fundamentos. No están las revistas ni los libros, ni los documentales ni programas de radio y televisión. Falta lo que se refiere a la formación de divulgadores, mucho de la historia de este quehacer en la UNAM, además de un sinfín de actividades que cotidianamente se llevan a cabo en distintos recintos universitarios para acercar la ciencia y compartirla con muy diversos públicos. Pero confiamos en que a través de los artículos que componen este número el lector podrá apreciar la importancia de divulgar la ciencia en nuestro país —entre otras cosas, por su carácter estratégico— y parte del camino que han recorrido los universitarios que se han comprometido con esta tarea.
El lector también podrá darse una idea de lo mucho que nos falta por recorrer: al interior de nuestra universidad, hay que mejorar y fortalecer las condiciones en que se desempeñan los divulgadores; hacia el resto de la sociedad, hay que ofrecer cada vez más productos de divulgación hechos con profesionalismo y que fomenten el desarrollo de una cultura científica. Como señala en el texto que aquí publicamos el Dr. Luis Estrada, pionero de la divulgación científica en México: en la actividad que genera la ciencia “hay lecciones que brindan una inmejorable formación; sobre todo en un mundo donde las personas tienen cada vez más que decidir sobre tantas cosas que les afectan, con realismo, precisión y responsabilidad. La ciencia enseña a pensar crítica y libremente, y ésta es una de las tareas formativas de la educación. Es por ello de primera necesidad en una sociedad plural y democrática poner esta disciplina al alcance de todas las personas”.
Como divulgadora de la ciencia, agradezco enormemente a quienes hacen la RDU y en especial a su director, el Dr. Agustín López Munguía, la oportunidad de presentar este mosaico de la divulgación de la ciencia desde la UNAM. Por incompleto que sea, nos dice que al menos en nuestra universidad ya no debe haber lugar para la improvisación en esta materia ni para concebir la divulgación de la ciencia como una labor menor que no requiere de especialización ni profesionalismo. Los artículos de esta edición reflejan la gran experiencia adquirida por comunicadores de la ciencia universitarios, un saber acumulado que tendría que servir de base para proyectos futuros. Expresan también la pasión de los divulgadores por lo que hacen, tan grande como la que los propios científicos sienten por su trabajo.