La transformación a lo largo del tiempo
El proceso de deforestación y la consecuente degradación del medio ambiente conducen a la pérdida de la diversidad biológica. Éste es, sin duda, uno de los problemas más representativos a los que se enfrenta la sociedad contemporánea (ARROYO-RODRÍGUEZ
et al., 2009). La deforestación y fragmentación del hábitat son procesos particularmente graves en las selvas húmedas, pues impactan de manera significativa la alta riqueza de especies de los bosques al reducir el área de distribución, modificar el tamaño de las poblaciones de flora y fauna y aumentar la tasa de extinción local de las especies. En México, por ejemplo, desde hace más de 20 años, la selva alta perennifolia de la región de Los Tuxtlas ha sufrido cambios drásticos a consecuencia de factores inducidos por el hombre (MENDOZA
et al., 2005; ARROYO y MANDUJANO, 2006; ARROYO
et al., 2009). Dichos cambios se deben principalmente al crecimiento de la población humana, la cual continúa fomentando el desmonte de la selva con fines agropecuarios (ARROYO
et al., 2009; SÁNCHEZ
et al., 2009).
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La fragmentación del hábitat impacta a todas las especies, por lo que se considera como uno de los principales factores en la pérdida de biodiversidad de las comunidades para varias especies de mamíferos. |
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La fragmentación del hábitat impacta a todas las especies, por lo que se considera como uno de los principales factores en la pérdida de biodiversidad de las comunidades para varias especies de mamíferos (DIRZO y RAVEN, 2003; SÁNCHEZ
et al., 2009). Ceballos y Ehrlich (2002) mencionan que más de 173 especies de mamíferos, a nivel mundial, han sufrido disminución en su área de distribución histórica, principalmente por la deforestación, cambio de uso de suelo, cacería, tráfico ilegal y urbanización.
El tamaño y la conectividad entre los fragmentos de selva alta perennifolia tropical son importantes, tanto para la permanencia de las poblaciones nativas, como para el mantenimiento de la diversidad biológica local (ARROYO y MANDUJANO, 2006; SÁNCHEZ
et al., 2009; FIGUEROA
et al., 2011). Algunos trabajos relacionados con la fragmentación de las selvas tropicales mencionan que los principales factores que afectan a los mamíferos son, en general, el aislamiento y el efecto de borde, el tamaño de los fragmentos y la distancia entre ellos (ESTRADA, 1994; PASSAMANI y FERNÁNDEZ, 2011). Es decir, el tamaño del fragmento de selva influye directamente en relación a la riqueza y la abundancia de especies, donde la tendencia es que los fragmentos más grandes tengan una mayor diversidad de especies de mamíferos (DEBINSKI y HOLT, 2000). Una de las propuestas para mitigar este efecto son los corredores biológicos, los cuales permiten tener un flujo de individuos entre las poblaciones de mamíferos en este mosaico alterado (SÁNCHEZ
et al., 2009; FIGUEROA
et al., 2011). Por lo tanto, es indispensable realizar estudios a largo plazo de los procesos de reducción y fragmentación de la selva alta perennifolia y sus consecuencias sobre la diversidad biológica (SÁNCHEZ
et al., 2005), usando a grupos indicadores como los mamíferos.
En este contexto y, como un primer ejercicio, se consideró confirmar el número de especies de mamíferos terrestres presentes en la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas (EBTLT), con el fin de evaluar la importancia de la reserva como refugio de estos animales, para establecer estrategias de conservación y planes de manejo en la zona de la EBTLT.
Figura 1. Ubicación de la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas.
El medio, la Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas
El presente trabajo se realizó en la EBTLT, la cual está bajo el resguardo del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México. La EBTLT se localiza en la parte sureste de la región de Los Tuxtlas enclavada en las estribaciones del Volcán San Martín y tiene una superficie de 640 hectáreas (Figura 1). Su paisaje está formado por fragmentos de diferentes tamaños de selva alta perennifolia, acahual, cultivos, potreros y grandes extensiones de pastizales. Existe, entre este mosaico paisajístico, una compleja y estrecha relación a través de su composición florística y faunística (ESTRADA, 2007).
Fototrampeo: observando la selva
Para el registro de los mamíferos se utilizaron fototrampas (fototrampeo). Esta técnica se emplea para monitorear especies de hábitos nocturnos y a veces crípticos, que generalmente se encuentran en bajas densidades (AHUMADA
et al., 2011). Se utilizaron 14 fototrampas durante un ciclo anual iniciando en julio de 2012. Éstas se colocaron principalmente en el interior de la EBTLT. Cada una de las especies captadas fue identificada con literatura especializada (COATES y ESTRADA, 1986; REID, 2009; ARANDA, 2012) y, cada una de las imágenes fue sistematizada siguiendo los lineamientos de Botello
et al., (2007).
Mamíferos medianos, resistentes a las alteraciones antropogénicas
Con un total de 22,535 fotos revisadas, se identificaron 4,190 registros de diferentes especies de vertebrados. De éstas, 17 fueron mamíferos terrestres (Cuadro 1).
Cuadro 1. Especies de mamíferos terrestres silvestres registrados en la Estación de Biológica Tropical de Los Tuxtlas.
La especie con mayor número de registros fotográficos fue el serete (
Dasyprocta mexicana), seguida por el tejón (
Nasua narica), el tepezcuintle (
Cuniculus paca) y el coyote (
Canis latrans). Les siguen, en orden decreciente, las especies de pecarí de collar (
Pecari tajacu), ardilla chica (
Sciurus deppei), ocelote (
Leopardus pardalis), armadillo (
Dasypus novemcinctus), tigrillo (
Leopardus wiedii) y zorillo (
Conepatus semistriatus). Las especies con menor número de registros fueron el tacuazin (
Didelphis marsupialis), cabeza de viejo (
Eira barbara), mapache (
Procyon lotor), jaguarundi (
Puma yagouaroundi), oso hormiguero (
Tamandua mexicana), tlacuachillo (
Philander oposum) y grisón (
Galictis vittata).
De las 17 especies de mamíferos terrestres que se reportan en este estudio, siete se encuentran dentro de la Norma Oficial Mexicana NOM-ECOL-059-2010, bajo una categoría de riesgo. En la categoría de peligro de extinción, se encuentran el oso hormiguero, el ocelote, el tigrillo y el cabeza de viejo, en tanto que el jaguarundi y el grisón se encuentran como especies amenazadas mientras que el zorrillo está sujeto a protección.
Ocelote (Leopardus pardalis)
La Estación de Biología Tropical de Los Tuxtlas, resguardo de mastofauna
Los mamíferos terrestres reportados en este trabajo han sido capaces de tolerar los cambios provocados por las actividades antropogénicas. Sin embargo, es importante resaltar que cuatro de las especies registradas han sido clasificadas en peligro de extinción y tres más están en otra categoría de riesgo, de acuerdo con la NOM-059-2010. Es promisorio para la EBTLT reportar cuatro especies de mamíferos terrestres que se alimentan de frutos y semillas (serete, tepezcuintle, pecarí de collar y ardilla chica), pues éstas fungen como reguladores de las densidades de plántulas abajo los arboles progenitores, lo que ayuda en la distribución heterogénea de especies de árboles (PÉREZ y SANTOS, 2010). Por su parte, el tejón, el armadillo, el zorillo, el tacuazin, el cabeza de viejo, el mapache, el tlacuachillo, y el grisón escarban entre la hojarasca en busca de alimento, lo que favorece la descomposición y acelera el ciclo de nutrientes (RAMÍREZ y MENDOZA, 2010). Una de las especies reportadas es el coyote (
Canis latrans). Esta especie es indicadora de zonas perturbadas y, durante estos años, ha sido favorecida por la fragmentación de la zona. El coyote puede excluir a ciertos mamíferos nativos al competir por espacio y también es un depredador potencial de vertebrados (MARTÍNEZ-VÁZQUEZ
et al., 2010).
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La metodología de fototrampeo es efectiva para realizar estudios de ciertos grupos de mamíferos, y es la más eficiente para realizar inventarios de menor costo y esfuerzo de campo y bajo cualquier tipo de condiciones ambientales. |
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Estudios previos en la EBTLT reportan 31 especies de mamíferos terrestres (COATES y ESTRADA, 1986) y, en este estudio, utilizando la técnica de fototrampeo, se registraron un poco más de la mitad (54%) de mamíferos terrestres reportados anteriormente.
La metodología de fototrampeo es efectiva para realizar estudios de ciertos grupos de mamíferos, y es la más eficiente para realizar inventarios de menor costo y esfuerzo de campo y bajo cualquier tipo de condiciones ambientales (BOTELLO
et al., 2007; AHUMADA
et al., 2011). Sin embargo, no todos los grupos de mamíferos terrestres se pueden registrar con esta metodología, por lo que este estudio no registra la totalidad de especies reportadas con anterioridad. A esto se suma la presión ejercida por diferentes actividades antropogénicas, como la ganadería y la agricultura, así como la cacería y la modificación del hábitat por la tala y quema de las selvas, que seguramente han influido en la extinción local de poblaciones de algunas especies como el jaguar y el tapir, que se pueden registrar mediante los métodos utilizados (ESTRADA, 2007).
Desafortunadamente, las actividades de caza y tráfico de especies de flora y fauna se siguen realizando dentro de la EBTLT, ya que en recorridos realizados recientemente, se encontraron personas ajenas a la estación. También se registraron imágenes de pobladores de las comunidades aledañas. Estos factores antropogénicos pueden ocasionar que las poblaciones de mamíferos se encuentren en condiciones vulnerables, lo que pondría en riesgo la permanencia de las mismas en la EBLT.
Un oasis dentro de la selva
Los resultados de este trabajo confirman la importancia de la EBTLT en la región de Los Tuxtlas como una zona de protección y refugio para especies medianas y grandes de mamíferos terrestres. En este sentido, el papel que juega la EBTLT es preponderante para la conservación de la diversidad biológica de la región. Sin embargo, es necesario notar que los factores antropogénicos siguen causando efectos negativos sobre la flora y fauna en la EBTLT, no sólo por la fragmentación, sino también por la actividad humana dentro de la misma.
Galería
Bibliografía
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