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Desnutrición y obesidad: doble carga en México

Teresa Shamah Levy, Maritza Alejandra Amaya Castellanos, Lucia Cuevas Nasu
Báscula
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Contexto de la situación nutricional:

● Desnutrición

Una alimentación y nutrición adecuada son la base para la supervivencia, la salud y el crecimiento del ser humano. La desnutrición a largo plazo tiene efectos negativos sobre el desarrollo cognoscitivo y motor, la inmunidad y tal vez la incidencia de enfermedades crónico degenerativas. En el ámbito internacional se ha estimado que 178 millones de niños menores de cinco años en el mundo sufren de desnutrición crónica (baja talla para la edad), la cual es responsable del 35% (3.5 millones) de muertes en este grupo de edad (BLACK et al., 2008). En México, 1.5 millones de niños la padecen y es más prevalente en la región sur (19.2%) así como en las zonas con población indígena (GUTIERREZ et al., 2012).



La desnutrición infantil tiene orígenes complejos que involucran determinantes biológicos, socioeconómicos y culturales.
La desnutrición eleva la mortalidad y morbilidad materna e infantil. Si una mujer la padece durante el embarazo, el crecimiento en talla y peso del feto disminuye y se incrementa la probabilidad de que nazca con bajo peso, situación que incrementa el riesgo de morbilidad, mortalidad infantil y desnutrición durante la vida entera, y entre mujeres eleva la probabilidad de reproducir el fenómeno en la siguiente generación. Por consiguiente, conocer e invertir para proteger el crecimiento fetal y el de los primeros años de vida no sólo mejora el estado nutricio de niños y madres, sino que es central para la prevención de la mala nutrición a lo largo de la vida y futuras generaciones, e indispensable para el desarrollo del capital humano.

La desnutrición infantil tiene orígenes complejos que involucran determinantes biológicos, socioeconómicos y culturales. Sus causas inmediatas incluyen la alimentación inadecuada en cantidad o calidad, la incidencia de enfermedades infecciosas y el cuidado impropio del niño, del cual depende su adecuada alimentación y salud. Éstas son, a su vez, el resultado de una inapropiada disponibilidad de alimentos, de servicios de salud, de educación, así como de una infraestructura sanitaria deficiente (causas subyacentes). Asimismo, éstas, a su vez, son consecuencia de inequidad en la distribución de recursos, servicios, riqueza y oportunidades (causas básicas) (UNICEF, 2008).

● Desnutrición en México

A pesar de que en los últimos 20 años en México se ha observado una disminución en los diferentes tipos de desnutrición infantil, la prevalencia de baja talla continúa siendo un grave problema de salud pública en menores de cinco años de edad. Actualmente en México, 1.5 millones de niños de esta edad (13.6%) sufren de desnutrición crónica (baja talla para la edad) (GUTIÉRREZ et al., 2012). Ésta, evaluada por indicadores como bajo peso para la edad, se ubica en 2.8%; es decir, 280,000 niños la padecen, y evaluada por el indicador de peso para la talla, en 1.6%, lo cual indica que aproximadamente 174,000 niños la presentan (RIVERA et al., 2013) (Figura 1).

Prevalencia de bajo peso
Figura 1. Prevalencia de bajo peso, baja talla, emaciación y sobrepeso en población menor de 5 años de las Escuelas Nacionales de Nutrición de 1988, 1999, 2006 y 2012. ENSANUT 2012, México.

● Sobrepeso y obesidad

Por su parte, el sobrepeso y la obesidad son uno de los problemas de mayor peso en la carga de enfermedad en el mundo y se han considerado como el quinto factor de riesgo en las causas de muerte. Asimismo, se han asociado a 2,8 millones de las muertes anuales en adultos.

Al respecto, se ha reportado que dos terceras partes de la población a escala mundial habitan en lugares donde la obesidad se relaciona con otras enfermedades que causan la muerte, y se ha referido que el 44% de la mortalidad por diabetes está asociada con la obesidad, el 23% con cardiopatías isquémicas y la existencia de una variabilidad de entre el 7%, mientras que el 41% se relaciona con diferentes tipos de cánceres. De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2008), tan sólo con el aumento del Índice de Masa Corporal (IMC= Peso/Talla2) se incrementa la probabilidad de muerte asociada a enfermedades no transmisibles (OMS, 2011) (Figura 2).

Infografía de sobrepeso y obesidad en el mundo
Figura 2. Infografía del sobrepeso y obesidad en el mundo de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, OMS 2011.

México y Estados Unidos tienen el mayor índice de obesidad mundial en adultos en comparación con países como Corea y Japón. También nuestro país ocupa el cuarto lugar en obesidad infantil y el décimo en diabetes mellitus, de la cual se ha estimado que para el año 2030 tendrá el séptimo lugar (GUTIÉRREZ et al., 2012; OMS, 2012; OCDE, 2012; FEDERACIÓN MEXICANA DE DIABETES, 2013), (Figura 3).

Infografía de las estimaciones en México y el mundo
Figura 3. Infografía de las estimaciones en México y el mundo del sobrepeso, la obesidad y la diabetes en el ámbito poblacional.

Los factores principales a los cuales se atribuyen las causas del sobrepeso y la obesidad han sido el aumento en el consumo de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas, sal y azúcar y pobres en vitaminas, minerales y fibra; así como el descenso en la actividad física originado por los modelos de urbanización y sedentarismo de la población. Ello, sin dejar de lado algunos factores genéticos que la originan (BLACK et al., 2008).

En este sentido, es sabido que los esfuerzos actuales se han enfocado en el estudio de las causas inmediatas que originan el sobrepeso y la obesidad, como lo son el desequilibrio de energía, asociado con dietas con alta densidad energética; la calidad de macro y micronutrientes; la actividad física, como se mencionó previamente; y los factores subyacentes como el acceso y las fuentes de los alimentos, las políticas de mercadeo y publicidad y los ambientes generadores de obesidad. Sin embargo, la perspectiva futura debería enfocar los esfuerzos en cuestiones macro, como el empoderamiento de la comunidad, las respuestas del sector público y privado y las políticas nacionales e internacionales del mercado, así como en garantizar un marco legislativo que proteja a la población de los factores que la originan (RIVERA et al., 2012).

Como puede observarse, el sobrepeso y la obesidad son un problema prevalente a escala mundial. Para el año 2008, alrededor de 1,400 millones de adultos mayores de 20 años tenían sobrepeso, y 200 millones de hombres y 300 millones de mujeres, obesidad. Es decir, más de 1 de cada 10 adultos eran obesos. Para el 2010 se estimó que más 40 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso, de los cuales 235 vivían en países en desarrollo y cerca de 8 millones en países desarrollados. Para el 2012, la estimación mundial de sobrepeso y obesidad fue de 1,200 millones de personas (GUTIÉRREZ et al., 2012; OMS, 2012; OCDE, 2012; FEDERACIÓN MEXICANA DE DIABETES, 2013).

Sobrepeso y obesidad en México

Nuestro país no ha sido ajeno a dichos fenómenos. Durante el último cuarto de siglo, México se ha enfrentado a un proceso dinámico de transición epidemiológica, caracterizada por la disminución en las tasas de mortalidad, el aumento en la esperanza de vida, la disminución en la tasa de fecundidad y el incremento de las enfermedades crónicas, aunado a prevalencias altas de desnutrición infantil.

Datos de la Secretaría de Salud del 2008 mostraron que el costo total de los gastos por daños a la salud asociados con adiposidad excesiva fue de 42,000 millones de pesos, equivalente al 13% del gasto en salud (0.3% del PIB), y se estima que para el año 2017 el costo podría llegar a los 151 mil millones de pesos, situación que, aunque pudiera ser sostenible económicamente, no está solucionando la problemática y no previene la incidencia de la obesidad y las enfermedades asociadas a ésta, las cuales son incurables, costosas y discapacitantes (GUTIÉRREZ-DELGADO et al., 2012).

Infografía de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en población infantil y adolescente en México
Figura 4. Infografía de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población infantil y adolescente en México. ENSANUT 2012.

Al respecto, los datos más recientes sobre el estado de nutrición de la población mexicana provienen de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, la cual muestra que México ha experimentado distintos cambios que pueden haber influido en la magnitud y distribución de la mala nutrición en la población, ya sea por deficiencias o por excesos (GUTIÉRREZ et al., 2012).

Por otra parte, la situación del sobrepeso y la obesidad en nuestro país muestra que la prevalencia de sobrepeso afecta a cerca del 10% de los niños menores de cinco años, y que entre 2006 y 2012 se presentó un mayor aumento en la región norte del país (GUTIÉRREZ et al., 2012; OLAIZ et al., 2006).

En el grupo de escolares la prevalencia referida fue mayor en hombres que en mujeres, afectando al 34% de ellos y a un 35% de los adolescentes, en los cuales el problema de la obesidad se ha agudizado hasta alcanzar a 1 de cada 10 (OMS, 2012) (Figura 4). En los adultos, 7 de cada 10 padecen sobrepeso y obesidad. En las mujeres, la mayor prevalencia de sobrepeso se ubica en las que tienen entre 30 y 39 años, y de obesidad en las que están entre los 50 y 59 años, en las cuales la prevalencia de obesidad abdominal alcanza al 94%. En los hombres, por otra parte, la mayor prevalencia de sobrepeso se ubicó en las edades de 60 a 69 años, mientras que la obesidad abdominal alcanzó a cerca del 80%, siendo que en la década de los 40 a 49 años se presenta la prevalencia de obesidad más alta. Por regiones del país, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es mayor en el norte del mismo (Figura 5) (GUTIERREZ, et al., 2012).

Infografía de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en población adulta
Figura 5. Infografía de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población adulta y su distribución en el ámbito regional, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. ENSANUT 2012.

● Complicaciones del sobrepeso y la obesidad

En México, en los niños en edad escolar se ha mostrado un paulatino crecimiento de estas condiciones entre 2006 y 2012, hasta alcanzar a más de 1 de cada 3 niños. El 26% de los que están en edad escolar (5-11 años) tenía peso poco saludable, y para el 2008 aumentó en 4 puntos porcentuales la prevalencia de sobrepeso y obesidad, alcanzando en el 2012 hasta un 34.4% (sobrepeso 19.8%; obesidad 14.6%) (GUTIÉRREZ et al., 2012; OLAIZ et al., 2006; SHAMAH, 2010).

La obesidad en los niños tiene efectos importantes que van mermando su salud así como su calidad de vida. Asimismo, ocasiona secuelas psicológicas importantes (como aislamiento, depresión e inseguridad, entre otros) (AZCONA et al., 2005) (Figura 6). Esta enfermedad también se asocia con asma, apnea, ginecomastia (acumulación de grasa en región mamaria), diabetes e hipertensión, entre otras complicaciones. Además de todo esto, el riesgo de ser obeso en la vida adulta se duplica (AZCONA et al., 2005).

Infografía de las complicaciones de la obesidad infantil
Figura 6. Infografía de las complicaciones de la obesidad infantil y estimaciones de su prevalencia en el tiempo. ENSANUT 2012, México.

Dentro de las complicaciones más frecuentes asociadas al sobrepeso y la obesidad en adultos se encuentran la hipertensión arterial y la diabetes mellitus. En el caso de la primera, México ubica sus mayores prevalencias en siete estados del norte del país. Entre el 2006 y el 2012 aumentó la prevalencia cerca del 20% y afecta uno de cada tres adultos, y es mayor en hombres que en mujeres (CAMPOS et al., 2013) (Figura 7). En el segundo caso, algunos datos globales cuentan que trece de cada 100 muertes son a causa de la diabetes mellitus; catorce de cada 100 diabéticos padecen nefropatías, cinco de cada 100 ceguera y también se ha referido que quienes padecen esta enfermedad tienen tres veces más riesgo de tener cardiopatías, depresión y cambios de personalidad (ÁVILA y CAHUANA, 2006; VIVE CON DIABETES, 2012) (Figura 8).

Infografía de las complicaciones en salud del sobrepeso
Figura 7. Infografía de la complicaciones en salud del sobrepeso y la obesidad y la prevalencia de hipertensión en México. ENSANUT, 2012.

En nuestro país para el año 2006, el 7% de la población adulta se sabía diabética y un porcentaje poco mayor fue diagnosticado en la ENSANUT, obteniendo una prevalencia global del 14.42% que lo desconocía (VILLALPANDO et al., 2010). En ese momento, tan sólo una cuarta parte tenía un control adecuado de su diabetes y el 13% recibía insulina o combinaba su tratamiento con glucemiantes orales (JIMÉNEZ et al., 2013).

Un dato importante es que el motivo de asistencia a consultas médicas en México está asociado en una tercera parte a tratamiento de diabetes, del total de consultas otorgadas, así como el 11.5% de las hospitalizaciones.

Aunado a estos dos grandes padecimientos, también el sobrepeso y la obesidad se asocian en la vida adulta con importantes secuelas para la salud, como las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares y diferentes tipos de cánceres (en mujeres muy asociado al de mama), entre otros padecimientos (NIH, 2012).

Infografía de la prevalencia de Diabetes Mellitus
Figura 8. Infografía de la prevalencia de diabetes mellitus en población adulta en México en 2006 y 2012.

La doble carga de la mala nutrición

La mala nutrición es un problema prevalente en el mundo y en México, ya que, como se puede observar, alcanza prevalencias elevadas, ya sea por deficiencias o por excesos. Aun cuando la desnutrición ha disminuido, existen áreas del país donde este problema es altamente prevalente, aunado al aumento de personas con sobrepeso y obesidad que coexisten en un mismo ámbito, de manera simultánea.

Al respecto, se ha documentado que la coexistencia en hogares mexicanos donde vive un niño menor de 5 años con baja talla, y su madre presenta sobrepeso y obesidad, la prevalencia es del 8.4%. Dicha situación alerta al establecimiento de políticas y programas para su prevención y control (KROKER et al., 2014). Es por ello que consideramos que tanto la desnutrición como el sobrepeso y la obesidad constituyen un factor clave en el desarrollo del niño y de la población en general. La prevención de estos padecimientos es una inversión a corto, mediano y largo plazo que beneficiará a la generación actual y a sus hijos, por lo cual, debe estar presente en la agenda nacional hasta que deje de ser un problema de salud pública.

La alimentación en México

México es uno de los mayores consumidores de refrescos
Título: México es uno de los mayores consumidores de refrescos.
En nuestro país el consumo de alimentos se ha caracterizado por dietas altamente procesadas, carentes de componentes naturales y sobre todo muy bajas en frutas y verduras. Por ejemplo, a nivel nacional sólo 3 de cada 10 niños mexicanos cumplen con las recomendaciones de consumo de frutas y verduras (JIMÉNEZ et al., 2012), mientras que en una muestra urbana nacional, el consumo de alimentos altos en calorías como pastelillos, botanas y bebidas azucaradas ocuparon un alto porcentaje del requerimiento diario de los menores.

Dicho patrón se repite en todo los grupos de edad, aunado a un bajo consumo de frijol (alimento que supuestamente es base de la alimentación del mexicano), del cual, el mismo estudio, muestra que se consume diariamente por sólo cuatro de cada diez escolares, adultos y adultos mayores y por 3 de cada 10 preescolares y adolescentes (SHAMAH y POLO, 2015).

México es uno de los mayores consumidores de refrescos y bebidas azucaradas en el mundo, y este consumo, en la mayoría de los casos, no se contabiliza dentro de las calorías consumidas. Estas bebidas son las menos saludables, pues su preferencia rutinaria aumenta el riesgo de diabetes mellitus tipo 2. Por ello, es recomendable priorizar el uso de agua pura potable y de fruta licuada con agua, mientras que el de bebidas azucaradas debe ser ocasional (RIVERA et al., 2008; RIVERA et al., 2012).

Recomendaciones generales

Para lograr una alimentación correcta y prevenir la mala nutrición se recomienda incluir todos los grupos de alimentos: frutas y verduras, cereales y tubérculos, leguminosas y alimentos de origen animal (MEXICANA, N.O. 2005), así como dar preferencia a los naturales. Además, es recomendable disminuir el consumo de grasas, azúcares y sal, y beber agua natural en lugar de bebidas azucaradas. Todo ello, acompañado de ejercicio de manera rutinaria.

Un aspecto que es importante a considerar es el rescate de la cultura de la alimentación familiar de los mexicanos. En épocas recientes la UNESCO nombró la comida mexicana como Patrimonio Cultural de la Humanidad, ya que rescata alimentos sanos y nutritivos como el frijol, el maíz, los quelites y el amaranto, entre otros, los cuales contribuyen a una alimentación correcta. Ésta es una vertiente que recomendamos en las acciones de la orientación alimentaria y nutricional para garantizar una alimentación sana y nutritiva.

Para prevenir y contener la desnutrición:

  • Fortalecer los programas de salud y de desarrollo social que incluyen componentes de nutrición y alimentación que han probado eficacia, asegurando cobertura y focalización adecuada así como servicios de calidad acordes a la situación cultural de las comunidades, con especial énfasis en los grupos vulnerables (niños, adultos mayores, comunidades marginadas).
  • Desarrollar un sistema de monitoreo del crecimiento y desarrollo infantil, en tiempo real.
  • Promover la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, y la alimentación complementaria oportuna de acuerdo con las recomendaciones de la OMS.
  • Suplementar a la población (a los menores de cinco años de edad, mujeres embarazadas y lactantes y a los adultos mayores) con micronutrimentos (zinc, vitamina A, hierro).
  • Para prevenir y contener el sobrepeso y la obesidad

  • Proveer servicios de nutrición de alta calidad que aseguren la demanda y adecuada utilización por la población beneficiaria de servicios de nutrición, alimentos y complementos distribuidos.
  • Desarrollar un sistema de monitoreo para la vigilancia del peso saludable en niños, adolescentes y adultos, con especial énfasis en la promoción y monitoreo del peso adecuado.
  • Generar ambientes saludables.
  • Disminuir el consumo de sal y fomentar el de agua, de frutas y verduras, alimentos bajos en grasas y azúcares, así como de alimentos ricos en fibra. fin
  • Bibliografía

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    SHAMAH, T., Encuesta de Salud en Estudiantes de Escuelas Públicas en México. Resumen Ejecutivo, Programa Escuela y Salud, Vol 1, México: Secretaría de Salud, Secretaría de Educación Pública, Instituto Nacional de Salud Pública, Fomento Social Banamex, Fundación Gonzalo Rio Arronte, 2010,, pp. 127.

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    2015 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
    Teresa Shamah Levy
    Doctora en Salud Pública, jefa del Departamento de Vigilancia de la Nutrición del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS)

    Teresa Shamah Levy Es licenciada en Nutrición, maestra en Ciencias de la Salud con Área de Concentración en Epidemiología y doctora en Salud Pública. Actualmente es jefa del Departamento de Vigilancia de la Nutrición del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) y es profesora en la Maestría en Nutrición de la Escuela de Salud Pública de México. Es miembro del Comité de Expertos de la Cruzada Nacional Contra el Hambre.






    Maritza Alejandra Amaya Castellanos
    Investigadora del Departamento de Vigilancia de la Nutrición, INSP

    Maritza Alejandra Amaya Castellanos Maestra en Salud Pública con área de concentración en Ciencias Sociales y del Comportamiento por el Instituto Nacional de Salud Pública, México. Además se desempeña como Comunicadora Social – Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social de la Universidad Externado de Colombia, Colombia. Es investigadora del Departamento de Vigilancia de la Nutrición, del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS), del Instituto Nacional de Salud Pública, México. Sus áreas de interés son la comunicación para la salud, el diseño y validación de materiales de comunicación, la promoción de la salud y la evaluación cualitativa.


    Lucia Cuevas Nasu
    Maestra en Nutrición, investigadora del CINyS

    Lucia Cuevas Nasu Licenciada y maestra en Nutrición. Es investigadora en Ciencias Médicas del Departamento de Vigilancia de la Nutrición del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS). Es profesora en la Maestría en Ciencias en Nutrición y Salud Pública de la Escuela de Salud Pública de México y forma parte del Colegio de Profesores de Nutrición del INSP.

    SHAMAH LEVY, Teresa, Maritza Alejandra Amaya Castellanos, Lucia Cuevas Nasu, "Desnutrición y obesidad: doble carga en México", Revista Digital Universitaria, 1 de mayo de 2015, Vol. 16, Núm. 5. Disponible en Internet: <http://www.revista.unam.mx/vol.16/num5/art34/index.html> ISSN: 1607-6079.

    Desnutrición y obesidad: doble carga en México

    Teresa Shamah Levy, Maritza Alejandra Amaya Castellanos, Lucia Cuevas Nasu

    En México, al igual que varios países del mundo, nos enfrentamos a un grave problema de mala nutrición. Por un lado, todavía más de un millón de niños tienen retardo en crecimiento y, por el otro, el sobrepeso y la obesidad aquejan a millones de personas en el país, situación que sin duda conlleva a la aparición más frecuente de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión.

    Los patrones de consumo de nuestro país se caracterizan por un alto consumo de alimentos y bebidas densas en energía, bajas en fibra, vitaminas y minerales, que contribuyen a la epidemia del sobrepeso y la obesidad. Al respecto, es importante rescatar y orientar a la población a la preferencia de alimentos tradicionales como el frijol, quelites, maíz y amaranto, entre otros, así como de frutas y verduras naturales, además de desincentivar el consumo de alimentos procesados y bebidas azucaradas.

    Palabras clave: desnutrición, obesidad, diabetes, hipertensión, alimentos.