a) La madre. En las familias los lazos afectivos que se establecen para el adecuado desarrollo de toda persona son fundamentales. Por tradición cultural de género, es principalmente la madre quien se hace cargo de brindar los elementos para el establecimiento de estos vínculos. En Aldeas Infantiles SOS se designa una madre sustituta quien será la encargada de satisfacer las necesidades básicas tanto físicas como emocionales que cada niño y niña necesitan. Así, al establecer una relación estrecha con cada uno de ellos, se pretende que proporcione el cuidado, atención, seguridad, estabilidad y amor necesarios.El análisis presentado por Montes, en el año de 1993, quien realizó un trabajo de investigación en Aldeas SOS México, arrojó lo siguiente:
Las mujeres que desean emplearse como madres SOS pasan por un proceso de selección y capacitación. En un primer momento, las aspirantes adquieren el grado de “tías”, fungiendo como auxiliares de las madres SOS, viviendo con la familia asignada como parte de su inducción, para conocer a los integrantes, la dinámica de vida cotidiana, las funciones y labores específicas dentro de la familia y de la Aldea. Si la institución considera que son candidatas adecuadas, pasando el período de prueba determinan si realmente quieren ser madres SOS. (MARTÍNEZ, 1994) Reciben cursos de entrenamiento en psicología infantil, su labor como mamás SOS dentro de la Aldea y cuestiones referentes al cuidado de los niños como cocina, nutrición, cuidados médicos, etc.
El perfil que deben cubrir estas mujeres está pensado para los requerimientos de la institución. Asumen hacerse cargo de aproximadamente 10 niños a largo plazo y “quererlos como si fueran propios”. Personas con una actitud positiva ante la vida, con personalidades sólidas y firmes, que sirvan de ejemplo para sus futuros hijos, pues dependerá de ellas la integración de una nueva familia. (Martínez Moreno,1994) Requisitos: Tener entre 30 y 45 años. Ser responsable, libre de compromisos, sin hijos menores de edad, padres y hermanos ancianos o enfermos de los cuales tenga que cuidar. Estar física y psíquicamente sana. Con estudios de primaria concluidos. Tener el deseo de una vida distinta a la que se ha llevado para convertirse en madre de un grupo de niños. Ser soltera, divorciada o viuda.
b) Los Hermanos. Los niños y niñas son integrados en una familia SOS donde habrá otros niños y niñas de diversas edades, todos ellos fungen como hermanos. Los hermanos biológicos no son separados, se mantendrán juntos viviendo en una misma familia. Se reciben desde bebés hasta niños de 10 años, a excepción de que ingresen acompañando a hermanos pequeños.
c) La Casa. Cada familia vive en su propia casa, que cuenta con las características funcionales necesarias para vivir: recámaras, baño, comedor y sala de estar. Cada lugar tiene funciones específicas que contribuyen a que los niños y niñas adquieran un sentido del orden. (MARTÍNEZ, 1994) Es el espacio donde se espera se desarrolle un sentido de seguridad y pertenencia.
d) La Aldea. Se encuentra constituida por un grupo de casas, generalmente de 14 a 20. Cuenta con áreas verdes y juegos junto con espacios recreativos y canchas donde se puedan realizar actividades deportivas, también se cuenta con un salón de usos múltiples y un área de oficinas donde se realizan las actividades administrativas de la Aldea. Se plantea que el director de la Aldea, posea conocimientos pedagógicos que le permitan intervenir en la labor educativa de los niños apoyando a las madres sustitutas. Sin embargo, el ser básicamente un puesto administrativo, le impide tener pleno conocimiento de la dinámica de todas las familias que habitan en la Aldea, fungiendo muchas veces sólo como una autoridad cuando hay que sancionar a los niños.
• El desempeño real de las familias, por lo general, no corresponde con el desempeño idealizado que permea en nuestra sociedad. De esta forma, la organización institucional familiar que propone Aldeas SOS pretende hacer frente a las dificultades que se presentan en el diario convivir de sus integrantes, como son problemas de comunicación, de resolución de conflictos, formas de vinculación, educación no formal repetidora de roles, abuso y maltrato infantil.
• El número de candidatas para el trabajo de madres es reducido, lo cual restringe una adecuada selección apegada al perfil que consideran idóneo para dicha actividad.
• Asignar de ocho a diez niños/as al cuidado de una madre y una tía SOS implica grandes esfuerzos para brindarles los cuidados adecuados para su desarrollo emocional y afectivo. Sin embargo, la institución se esfuerza en compensar esta limitación al brindar un programa de amplio de capacitación.
• Debido a las condiciones previas de vida de cada uno de los niños y niñas que ingresan a Aldeas SOS, la convivencia y relación vincular que se establece al interior de la familia así constituida, es particularmente difícil. La muerte, abandono o maltrato de sus padres originales, condiciona situaciones como llegar retraídos o desconfiados. Llegar a aceptar a una mujer que no conocen y llamarla "mamá" implica todo un proceso emocional a elaborar para las partes involucradas.
• Dadas las circunstancias anteriores es difícil cubrir satisfactoriamente las necesidades afectivas de cada niño/a, lo cual puede promover o acentuar conductas de rebeldía, fugas de la institución, peleas dentro de la Aldea y en las escuelas a las que asisten, bajo desempeño académico, apatía y poca participación en actividades recreativas.
Durante el primer año de vida el infante despliega un fuerte vínculo con la figura materna, la cual no es estrictamente la madre biológica, sino la persona que tiene a su cargo la crianza del niño [...] | ||
Reflexionar y no actuar por impulso implica establecer la demora necesaria para que nuestras funciones mentales intervengan y permitan establecer el contacto con la realidad y, con base en esta ubicación de la realidad, observar las diversas opciones para resolver un conflicto. | ||
• Observar.
• Aprender a escuchar.
• Aprender a preguntar.
• No juzgar (porque cuando se critica ya no comprende lo que le pasa a los demás).
• Saber preguntar.
• Aprender a tomar en cuenta la existencia del otro(a).
• Evaluar la forma de actuar en el presente y cuáles serían las posibles consecuencias en un futuro inmediato, a mediano y largo plazo.
• Aprender a expresarse para plantear alternativas de posibles soluciones.
• Identificar la intencionalidad de las propuestas.
• Reflexionar.
• Tomar decisiones.
• Actuar en consecuencia.
• Asumir responsabilidad.
• No es necesario leer ningún texto por parte de las participantes porque la verdadera “información” a trabajar la constituye la misma relación con sus hijas e hijos a través de aprender a observarlos y proceder a conocerlos.El programa se llevó a cabo en forma de taller, distribuido en 6 sesiones, una cada mes, con duración de 4 horas cada sesión. Se realizó en las instalaciones de Aldeas SOS Huehuetoca, Edo. de México. El grupo estuvo formado por 7 participantes.
• Es un programa de mucha práctica y posterior supervisión.
• Aprender a guardar silencio, escuchar y reflexionar es esencial para que el otro(a) exista.
• Aprender a ubicar en la realidad a sus hijos/as, es decir, se les ubica respecto a las circunstancias que tienen al vivir en ALDEAS INFANTILES SOS; se busca educar sin maltratar.
• Se promueven conceptos de hermandad y cooperación entre los niños/as y adolescentes, de respeto y ayuda mutua.
• Se promueve como aspecto esencial el mejoramiento de los vínculos afectivos entre madres, tías e hijas/os de esta institución.
• Se promueve el tomar en cuenta a los demás y se ensaya el proceso de reflexión para ser transmitido a las hijas/os y adolescentes por parte de las madres y tías.
• Se promueve apoyar las soluciones de los problemas que se presentan en Aldeas Infantiles SOS y no generar competencia y rivalidad.
• Se incide en el trabajo con las madres y tías en la preparación emocional de las hijas/os y adolescentes para que éstos, al dejar ALDEAS INFANTILES SOS, tengan mayores herramientas emocionales de adaptación.
• Se promueve la diferenciación, es decir, que las madres identifiquen que cada niña/o es diferente, con historias diferentes y se les quiere de forma diferente siempre con el respeto de ambas partes.
• Se trabaja únicamente la relación psicoemocional entre madres, tías e hijas/os, más no aspectos de índole laboral; sin embargo, cuando la gente aprende a ser reflexiva y aprende a tomar en cuenta a los demás es menos impulsiva, pudiendo manejar hostilidades y puede ser asertiva al plantear sus diferencias con las autoridades correspondientes.
• El programa tiene como ejes rectores los Derechos de la Niñez, la promoción de la no violencia y la equidad de género.
• Esto no es escuela para padres, es escuela para la vida.
Sesión 1. Observar a mi hijo(a).
Sesión 2. Escuchar a mi hijo(a).
Sesión 3. Cómo preguntar a los hijos(as).
Sesión 4. No a la crítica.
Sesión 5. Qué significa ser mamá.
Sesión 6. Cómo ser asertiva con mis hijos(as).
• Preocupación sobre si están realizando bien o no su trabajo, y si agradan a los hijos/as en su función de madres.A continuación, se mencionan los principales puntos que se abordaron a lo largo de las seis sesiones de trabajo de análisis y reflexión con el grupo.
• Se preocupan por el bienestar de sus hijos/as, pero principalmente por cómo éstos/as han vivido sus respectivas experiencias de rechazo de sus familias de origen.
• Consideran que es difícil lograr que los niños/as puedan llegar a tenerles confianza, pero al lograrlo se sienten muy satisfechas y gratificadas emocionalmente.
• Se dan cuenta de que los niños/as son muy demandantes y que ello les implica mucho desgaste físico y emocional.
• Reconocen sus momentos de frustración, falta de paciencia y enojo ante los problemas cotidianos que no pueden resolver directamente. En ocasiones perciben falta de apoyo de la Institución.
• Identifican en los hijos/as sentimientos de bloqueo, de no saber qué hacer ante las situaciones difíciles de la vida y por ello sentir que no valen nada. Sienten temor de no poder apoyarlos y guiarlos en estas situaciones.
• Sentirse altamente gratificadas cuando han desarrollado un vínculo afectivo con sus hijos/as y éstos/as las nombran “mamá”.
• Un niño hace berrinche porque está en proceso de adaptación a la realidad.
• El berrinche es una expresión de la poca tolerancia a la frustración.
• Para los padres/madres son años difíciles porque son años de adaptación y frustración para ellos también.
• Es desesperante para los padres/madres escuchar a su hijo llorar por un berrinche. Hay que reconocer e identificar cómo y con qué intensidad nos altera este comportamiento del niño.
• Crea sentimientos de vergüenza y culpa frente a las demás personas que presencian el berrinche.
• También se experimenta impotencia porque no encuentra con que satisfacer al niño en su demanda.
• Es importante que en el niño se formen hábitos de limpieza, de orden, de escucha hacia los demás, etc. y estos ejemplos los toman de los padres/madres.
• Lo importante es ubicar al niño en el contexto o realidad de una manera continua. Enseñarle a desarrollar el juicio de realidad.
• En lugar de castigar es importante poner límites y éstos no deben ser interpretados como un rechazo del padre/madre.
• Antes de actuar preguntémonos: ¿es un niño renuente específicamente para comer o lo es en todo?, ¿el niño ha estado enfermo?
• Estas preguntas nos sirven para primero ubicarnos nosotros los adultos y luego actuar en consecuencia.
• Cuando se pone un límite o una regla debemos estar conscientes que nuestro objetivo es la educación del niño, y no el deseo de maltratarlo.
• El niño registra la fortaleza de las palabras del padre o madre y distingue si la consecuencia de no respetar los límites es para dañarlo o para ubicarlo.
• El castigo continuo es vivido por el niño como una forma de rechazo hacia su persona.
• Los padres son facilitadores, orientadores, guías de la conducta de los hijos, pero los hijos son responsables de sus propias decisiones.
• Comunicarle constantemente que se tienen que responsabilizar de lo que a él le toca.
• Ayude a que el niño encuentre una alternativa de solución ante la frustración. “A ver, cálmate. Si lloras no te entiendo y no podemos saber qué hacer…”
• Otro aspecto muy importante de los padres/madres es la congruencia que puedan tener. Si no queremos que el hijo fume, nuestro ejemplo consiste en no fumar.
• No ofrezca lo que no pueda dar, porque eso aumenta la frustración.
• Los hijos necesitan la seguridad, constancia y congruencia de los padres/madres.
• No utilice el chantaje para lograr lo que uno quiere de ellos, “si no haces lo que te digo, entonces ya no te quiero”.
• No genere sentimientos de culpa. Simplemente exprese lo que quiere.
• Al niño hay que indicarle con la palabra y con la acción la tarea que tiene que desarrollar. En lugar de decir varias veces que se lave las manos, hay que decirlo y llevarlo a ejecutar tal acción.
• Sea concreto, explique en una frase lo que desea que haga su hijo, no exprese todo un sermón o letanía. Por ejemplo: “Haz la tarea sobre Benito Juárez, porque si no la haces después vas a reprobar el año y tú nunca vas a salir bien en la escuela, entonces vas a ser un don nadie, flojo y probablemente un drogadicto que no va a servir para nada en el mundo”.
• No le aplique la ley del hielo a su hijo, porque éste se confunde y en lugar de saber cuál es el motivo de su enojo, puede crear una serie de fantasías sobre el por qué usted no lo quiere. Mejor sea claro en lo que desea del niño.
• Cuando su hijo le hable, contéstele. Cualquier persona tiene la sensación de que con la acción de no responderme el otro está negando mi existencia. Cuando suceda al revés, es decir, que el hijo no le escuche o no le responda haga lo siguiente: gire al niño (más no lo zangolotee) y exprésele lo que le está solicitando. Es cuestión de entrenamiento.
• No se desespere, tome consciencia de que sus hijos no son una prolongación de sus propios deseos, permita que se independicen, ellos tienen su propio propósito en la vida.
• Sea consciente de su forma de actuar frente a sus hijos, porque metafóricamente, los hijos se pierden ante un capitán que no sabe dirigir el barco.
• Cuando los hijos se peleen entre ellos, es función de la madre/padre recordarles que son hermanos y que como tal deben apoyarse. No actúe de réferi, a ninguno se le da la razón. Pídales que lo solucionen entre ellos o usted tomará cartas en el asunto, sin favorecer a ninguno.
• No permita que el sentimiento de culpa le impida poner límites; examine este sentimiento.
• Antes de castigar, pregunte qué pasó. Los padres/madres suponen mucho y preguntan poco. Cambie esta actitud.
• Si su hijo no le entiende no lo insulte, explíquele de varias maneras. O investigue si él no le quiere hacer caso y por qué.
• Respete al niño como la persona, diferente a usted, que es.
1. Se promovió la comunicación y la relación afectiva entre las madres y tías de Aldeas SOS Huehuetoca, fortaleciendo la confianza y el apoyo que pudiera darse entre ellas ante las diversas situaciones que enfrentan cotidianamente al estar frente a su familia en Aldeas.El vínculo afectivo que se establece entre madres (o quién desempeñe esta función de figura de apego) e hijos/as es sumamente importante pues permite sentar la base sobre la cual se irá estructurando la psique, la personalidad y la relación con las demás personas. Cuando este vínculo proporciona un apego seguro y amoroso, resulta un factor protector contra el maltrato infantil. El compromiso de Aldeas SOS permite dar otra oportunidad a los niños y niñas que han perdido a esta figura de origen, proporcionándoles una madre y una familia que les proporcione contención y afecto. La intervención que se tuvo con las mujeres que se han unido al logro de este objetivo, convirtiéndose en madres y tías SOS, deja claro la importancia del trabajo emocional que apoye su labor cotidiana.
2. Se favoreció la auto observación y el reconocimiento de ser personas y mujeres valiosas, contribuyendo con ello a su autoestima.
3. Los conceptos no se manejaron en abstracto, sino que se relacionaron con las características de la población de trabajo, los niños y niñas de Aldeas SOS, y con los casos particulares de las madres participantes. Lo que permitió dar respuesta a las demandas planteadas específicamente por ellas. Esto incidió en que la preocupación y el estrés bajara, y se sintieran más confiadas en el afrontamiento de los problemas.
4. La importancia de aprender a ubicarse en la realidad y fomentar la estructura emocional, tanto de ellas como de los niños y niñas, fue reconocida por las participantes.
5. Se dieron avances en el manejo de la inteligencia emocional de las participantes pues lograron ver la importancia del aspecto emocional y psicológico en la relación o vínculo que establecen con los hijo/as. Pudieron distinguir que pueden aprender diversas herramientas para manejar los problemas, pero que es igualmente importante la forma en que establecen la relación con los niños/as: conocerlos/as, reconocer sus propias expectativas y diferenciarlas de las de ellos/as, saber comunicarse a través de la escucha y la forma de decir las cosas, detenerse a pensar o reflexionar antes de actuar.
6. Cuando alguno de los niños participaba en el taller como invitado, para que las mamás/tías pudieran poner en práctica real lo aprendido en las sesiones, se observaba la disposición de todas, el respeto del grupo ante el desempeño de sus compañeras, y lo más importante, se daban cuenta de las emociones implicadas en las interacciones.
7. Siempre mostraron interés en acudir y participar en el taller.
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