30 de septiembre del
2001 Vol.2 No.3 |
Modelos Calibrados de un Edificio
Instrumentado
Luis Fuentes Olivares.
David
Murià Vila.
Palabras Clave
:
modelos analíticos, vibración ambiental, instrumentación
de edificios, frecuencias naturales, daños acumulados, deterioro
estructural, interacción suelo-estructura.
En
este estudio se desarrollaron modelos calibrados de un edificio, capaces
de reproducir sus propiedades dinámicas y respuestas ante diversas
solicitaciones. El edificio es de concreto reforzado de 14 niveles y
ha sido rehabilitado en dos ocasiones. Los modelos que se presentan
son representativos tanto de la primera como segunda rehabilitaciones.
Para lograr dicha representatividad fue fundamental incorporar el deterioro
acumulado en los elementos estructurales, debido a las acciones sísmicas,
y la interacción suelo-estructura. Finalmente, con base en la
calibración y validación de los modelos, se propone el
uso de factores de reducción de rigidez para construir de manera
sencilla modelos analíticos y así mejorar los resultados
obtenidos con modelos desarrollados conforme a las consideraciones de
la práctica actual.
[English]
Los
sismos son una fuente potencial de daño para las construcciones
ubicadas en zonas de elevada actividad tectónica. Cuando una
estructura está frecuentemente sujeta a la acción de los
sismos, es posible que sufra un deterioro en sus propiedades de rigidez
y resistencia, o una disminución en su capacidad para disipar
energía, por lo que su vulnerabilidad ante acciones sísmicas
subsecuentes puede crecer.
El
criterio actual de diseño de edificios permite que en los sistemas
estructurales ocurra un daño durante sismos de gran magnitud.
Por ello es necesario entender el comportamiento de éstos más
allá de su límite de comportamiento elástico. Como
generalmente no se considera el posible deterioro que está implícito
en el factor de comportamiento sísmico, las hipótesis
que se hacen para el cálculo de la rigidez lateral de edificios,
pueden afectar significativamente el diseño estructural, porque
de éstas dependerán los coeficientes sísmicos.
Los
criterios empleados en la elaboración del modelo para diseño,
distan de ser uniformes en la práctica. La disparidad en las
consideraciones de modelado, puede llevar a los analistas a obtener
diferencias mayores al cien por ciento en sus resultados, así
se emplee la misma herramienta matemática (Murià Vila
et al., 2000). De aquí la necesidad de estudiar qué
aspectos son prioritarios en el análisis de una estructura.
A
fin de evaluar los métodos de cálculo y las consideraciones
de análisis, se aplican en México algunos métodos
para la determinación de las características dinámicas
de edificios reales, entre las que destacan las pruebas de vibración
ambiental, las pruebas de tracción y el registro de movimientos
sísmicos (Murià Vila y González, 1995). Los resultados
obtenidos con estas técnicas pueden diferir, debido al nivel
de esfuerzo al que llegan a trabajar las estructuras. Dadas las ventajas
potenciales que presentan estos métodos, resulta necesario estimar
la correlación existente entre sus resultados con los proporcionados
por los modelos matemáticos que se utilicen.
En
el Instituto de Ingeniería de la UNAM se han desarrollado investigaciones
para evaluar la validez de distintos criterios de análisis en
la elaboración de modelos matemáticos con fines de diseño
estructural (Gamboa y Murià Vila, 1996; Murià Vila et
al., 2000). Tales estudios se sustentan esencialmente en los resultados
obtenidos de un edificio instrumentado, rehabilitado en dos ocasiones,
y desplantado en la zona de suelo blando de la ciudad de México.
Con base en la información que provee la instrumentación
del edificio, se calibran modelos para reproducir las respuestas registradas
de eventos sísmicos de pequeña y moderada intensidad,
así como las propiedades dinámicas determinadas del análisis
de los registros sísmicos y de las pruebas de vibración
ambiental.
Objetivos
de este trabajo son revisar modelos desarrollados para las condiciones
originales del edificio y para aquellas generadas después de
su primera rehabilitación, así como construir modelos
del edificio en su situación actual, en los que se incorpore
el efecto del progresivo deterioro de sus elementos estructurales, en
las propiedades dinámicas del sistema, debido a las acciones
sísmicas. Con base en la calibración y validación
de estos modelos, otro objetivo es proponer un conjunto de criterios
de análisis, que puedan usarse en la práctica profesional
para elaborar modelos matemáticos de edificios de similar estructuración,
con fines de diseño y de revisión estructural.
El Edificio
El
edificio está compuesto por una estructura principal de 14 niveles,
con un apéndice y un cuerpo anexo de tres niveles, los cuales
están unidos en la planta del sótano y separados en los
restantes niveles por una junta constructiva de 15 cm de ancho (fig.
1). El edificio se localiza en la zona de suelo blando de la ciudad
de México, en donde los espesores de los estratos arcillosos
del suelo suman 31 m y los depósitos profundos se encuentran
a 38.5 m de profundidad.
Su
estructura original es de concreto reforzado a base de columnas; muros
de mampostería en las fachadas laterales y en el cubo de escaleras;
un muro de concreto reforzado en el cubo de elevadores, y losas reticulares
de concreto reforzado de 45 cm de peralte. La plantas del cuarto al
decimocuarto nivel (fig. 1) tienen forma rectangular de 19.4 m de ancho
(dirección T) por 32.45 m de largo (dirección L), con
alturas de entrepiso constantes e iguales a 3.15 m. Las plantas de estacionamiento
(fig. 1) abarcan el cuerpo anexo, cuyas dimensiones son 19.4 por 40
m. Los estacionamientos están escalonados y comunicados entre
sí con rampas, y sus alturas de entrepiso varían entre
2.5 y 4.45 m.
La
cimentación está compuesta por un cajón de concreto
reforzado, desplantado a una profundidad de 3.30 m, con una losa reticular
inferior de 80 cm de peralte, apoyada sobre 54 pilotes de fricción.
En
1993 se determinaron las resistencias y la calidad de los concretos
de las columnas y muros, a partir de pruebas no destructivas y el ensaye
de núcleos de concreto extraídos de dichos elementos.
Las resistencias nominales obtenidas fueron: 314 kg/cm2 para
los primeros siete niveles, con módulo de elasticidad de 195,000
kg/cm2, y de 272 kg/cm2 para los restantes, con un módulo de
elasticidad de 171,000 kg/cm2
(Meli et al., 1998).
Primera Rehabilitación
Durante
los sismos de septiembre de 1985, el edificio sufrió algunos
daños en sus elementos estructurales y no estructurales, que
consistieron en agrietamientos de cortante en columnas y muros de mampostería.
Hubo fisuras mayores a 1 mm en columnas del estacionamiento principalmente,
así como menores a 1 mm en varias columnas, en casi todos los
niveles. Además, se presentaron desprendimientos de material
en algunas columnas, del séptimo nivel hacia arriba. En el muro
de concreto del cubo de elevadores se detectaron agrietamientos menores
a 1 mm en varios niveles. En las losas reticulares se produjeron grietas
de hasta 2 mm de ancho en nervaduras, que evidencian la formación
de líneas de fluencia negativas y positivas.
Debido
al nivel de los daños que sufrió el edificio, en 1986
se llevó a cabo su primera rehabilitación. Cuatro columnas
interiores de los niveles de estacionamiento y todas las columnas interiores
de los niveles de oficinas, se encamisaron con concreto reforzado de
20 cm de espesor. Además, se construyeron muros de concreto reforzado
en las crujías extremas de los marcos exteriores, en la dirección
L, con la particularidad de que sólo la cara superior de estos
muros se ancló a la losa.
Segunda Rehabilitación
Durante
el sismo del 10 de diciembre de 1994 (evento 94-3), se produjeron daños
moderados en elementos no estructurales (agrietamientos en muros de
mampostería, así como agrietamientos y desprendimiento
de aplanados de yeso y plafones) y daños estructurales leves
(agrietamientos en muros de concreto), pero atribuibles en buena parte
a la acumulación de los efectos de sismos anteriores (septiembre
de 1985 y abril de 1989). Además, apareció un leve agrietamiento
por cortante en algunas columnas de estacionamiento, debido a los asentamientos
del cuerpo anexo.
Con
el sismo de Copala del 14 de septiembre de 1995 (evento 95-1), aumentaron
los daños no estructurales y los asentamientos. En consecuencia,
los anchos de grietas en las columnas de los niveles inferiores, alcanzaron
valores de hasta 0.85 mm. Este evento puso al descubierto pequeñas
fisuras en los muros de concreto de la primera rehabilitación;
sin embargo, éstas se atribuyeron a los efectos del sismo del
29 de abril de 1989, cuya intensidad se ha estimado superior a la de
los eventos 94-3 y 95-1, en el que, se supone, el inmueble sufrió
daños en sus elementos estructurales y no estructurales (Murià
Vila y Rodríguez, 2001). Ya que en 1995 se hizo evidente el deficiente
comportamiento que el edificio tuvo ante las solicitaciones de pequeña
y moderada intensidad, se procedió a una segunda rehabilitación.
Esta
rehabilitación se realizó principalmente en las tres crujías
de los marcos extremos de la dirección T. Consistió en
construir trabes con concreto de 20 cm de ancho por 108 cm de peralte,
así como ampliar la sección de las columnas existentes,
formando un marco con material compuesto de concreto reforzado y acero
estructural. Tanto las trabes nuevas como las ampliaciones de columnas,
se recubrieron en sus tres caras externas con placas de acero estructural,
mientras que en la crujía central se colocaron diagonales metálicas
(figs. 1 y 2). Estas diagonales son de sección transversal cuadrada
hueca, formadas con placas de acero estructural, soldadas a los nuevos
marcos por medio de placas.
Los
elementos verticales de estos marcos se fijaron con varillas de acero.
La mitad de ellas se soldaron a las placas y la otra mitad se pegaron
con resina epóxica, a través de perforaciones en el concreto
de las columnas existentes. Al quedar embebidas en el concreto, estas
varillas funcionan como conectores de cortante.
Al
edificio se agregó un cuerpo de escaleras de emergencia, formado
con viguetas y placas de acero. Estas, por un lado, están unidas
a la estructura principal en los niveles respectivos y, por otro, se
hallan sostenidas de un marco de acero con dos columnas de sección
I, las cuales se unen, en el último nivel del cuerpo anexo, a
dos columnas de concreto reforzado, que se construyeron hasta la losa
de cimentación. No se efectuaron modificaciones en la cimentación.
Daños observados
después de la segunda rehabilitación
Los
sismos de Puebla, del 15 de junio de 1999 (evento 99-1), y Oaxaca, del
30 de septiembre de 1999 (evento 99-3), provocaron diversos daños
en el edificio. En algunos niveles el daño no estructural consistió
en el desprendimiento de aplanados y la caída de piezas de yeso
en plafones, así como en el agrietamiento de algunos muros de
mampostería. El daño estructural se tradujo en ligeros
agrietamientos por flexión en los elementos de rehabilitación,
y por cortante en dos columnas, así como en la reapertura de
grietas en muros y columnas de concreto, todo en los niveles de estacionamiento.
Fue evidente un deslizamiento de elementos originales y de rehabilitación
en las interfaces concreto-acero y concreto-concreto.
Instrumentación
del Edificio
El
edificio se instrumentó en noviembre de 1992 con 14 acelerógrafos
triaxiales digitales. Once de estos aparatos fueron ubicados en su estructura
y los restantes, en el suelo. Los detalles de la instrumentación
se presentan en la referencia de Meli et al. (1998) y Murià
Vila y Rodríguez (2001).
Las
características de los sismos más significativos que se
han registrado, aparecen en la tabla 1. Los eventos 95-1, 99-1 y 99-3
fueron los de mayor magnitud e intensidad horizontal (Arias, 1970),
siendo de: 19.5, 13.7 y 19.7 cm/s, respectivamente. Contrastan con el
valor de 244 cm/s, estimado en los registros de la SCT, a raíz
del macrosismo de 1985. Destacan los eventos 94-3, 95-1, 95-2, 99-1
y 99-3, por ser los que han producido daños visibles, tanto en
elementos estructurales como no estructurales.
Las
máximas amplitudes de los movimientos registrados, antes de la
segunda rehabilitación, ocurrieron en el evento 95-1. Las aceleraciones
y desplazamientos fueron de 38 cm/s2
y 3.7 cm, en la superficie del terreno, y 130 cm/s2 y 17
cm, en la azotea, respectivamente. De los eventos registrados después
de la segunda rehabilitación, el 99-3 fue el que produjo las
aceleraciones y desplazamientos mayores. En la superficie del terreno
fueron de 37 cm/s2
y 3.7 cm y en la azotea, de 304 cm/s2
y 28 cm, respectivamente. La frecuencia dominante del suelo se estimó
en 0.5 Hz, es decir, 2 s de periodo.
Acotaciones en m
FIGURA 1. Elevaciones y plantas del edificio
Acotaciones en cm
FIGURA 2. Detalles de las diagonales de acero en la segunda rehabilitación
Tabla 1. Principales características
de los sismos estudiados |
|
Localización del epicentro
|
|
|
Distancia
epicentral
(km)
|
|
|
93-3
93-4
93-11
94-1
94-3
95-1
95-2
96-1**
97-1**
97-2*
98-1*
99-1*
99-2*
99-3*
|
Guerrero
Guerrero
Guerrero
Guerrero
Guerrero
Guerrero
Colima
Guerrero
Michoacán
Guerrero
Oaxaca
Puebla
Guerrero
Oaxaca
|
15/05/93
15/05/93
24/10/93
23/05/94
10/12/94
14/09/95
09/10/95
15/07/96
11/01/97
22/05/97
03/02/98
15/06/99
21/06/99
30/09/99
|
6.0
6.1
6.7
6.3
6.5
7.5
7.9
6.6
7.1
6.5
6.3
6.9
6.2
7.4
|
318
315
303
206
280
298
532
291
427
285
515
222
285
455
|
0.3
1.2
2.8
0.6
5.4
19.5
4.3
0.7
5.5
0.5
0.2
13.7
0.4
19.7
|
4
11
13
7
17
37
12
9
16
5
4
25
5
34
|
* Segunda rehabilitación
concluída
**Segunda
rehabilitación en proceso
Adicionalmente,
se han realizado siete campañas de pruebas de vibración
ambiental, con el fin de determinar los cambios en las propiedades dinámicas
del edificio, ante solicitaciones de muy pequeña amplitud. La
primera campaña de pruebas se realizó antes de la instalación
de la instrumentación sísmica del edificio; otra cuando
se concluyó ésta instrumentación, y las restantes,
después de los eventos 93-11, 94-3, 95-1, 97-1 y 99-1.
Modelación Matemática
Para
la elaboración de los modelos analíticos se empleó
un programa de uso común en la práctica profesional (Habibullah,
1998), orientado al análisis y el diseño de edificios,
capaz de efectuar el análisis lineal tridimensional de estructuras,
ante solicitaciones estáticas y dinámicas.
Los
modelos desarrollados se dividen en dos tipos: ingenieriles y calibrados.
Los ingenieriles se construyeron con las hipótesis más
comunes de la práctica profesional, mientras que los modelos
calibrados se elaboraron con las consideraciones de análisis
necesarias para determinar con mayor aproximación la respuesta
estructural.
Modelos Calibrados
Los
modelos calibrados se obtienen con base en la incorporación de
los elementos estructurales y no estructurales que participan en la
rigidez y/o masa, así como el deterioro de los elementos estructurales,
de acuerdo a las condiciones que evidencia el edificio ante un evento
dado.
Las
consideraciones generales de análisis fueron:
- Masas reales distribuidas conforme
a su ubicación en planta
- 50 por ciento de zonas rígidas
(ZR), en las uniones viga-columna (Horvilleur y Cheema, 1994)
- Módulos de elasticidad, de acuerdo
a ensayes experimentales para bajos y altos niveles de esfuerzos,
en función del nivel de amplitud del movimiento
- Contribución de la losa, según
el reglamento de construcciones para el Distrito Federal (RCDF, 1996)
- Muros de mampostería
- Muros de concreto del cubo de elevadores,
como paneles de sección bruta
- Efectos de interacción suelo-estructura
(ISE)
- Rampas de estacionamiento y escaleras.
Primera rehabilitación
Por
tratarse de una estructura dañada y rehabilitada, el primer modelo
calibrado se construyó con las hipótesis adicionales siguientes:
- Losas reticulares modeladas como trabes
de ancho equivalente, según la propuesta del RCDF, pero suponiendo
sección agrietada, ya que las losas no se repararon.
- Muros de concreto representados por
diagonales, con áreas equivalentes calculadas, empleando modelos
de elementos finitos (Gamboa y Murià Vila, 1996) debido a las
condiciones de borde, en donde únicamente la cara superior
de los muros está unida al marco.
- La rigidez de los muros de mampostería
se estableció con modelos de elementos finitos (Gamboa y Murià
Vila, 1996).
Se
desarrolló un modelo para vibración ambiental (C-VA
1) y otro para registros sísmicos(C-SIS 1). Se observa
que se logra reproducir bien las frecuencias experimentales, sobre todo
las correspondientes a los componentes de traslación horizontales.
Para reproducir las respuestas registradas del edificio durante los
eventos sísmicos de pequeña intensidad (93-3 y 93-4) y
sus frecuencias de vibración identificadas, se empleó,
en el modelo C-SIS 1, un factor de reducción de rigidez
para los muros de mampostería, de 50 por ciento.
A
partir de estos modelos, se generaron los modelos representativos para
cada uno de los eventos subsecuentes, considerando el deterioro detectado
en los elementos estructurales del edificio. En la tabla 2 se comparan
las frecuencias fundamentales de vibración, calculadas con las
experimentales para los diferentes eventos estudiados. Las frecuencias
de los modos superiores, así como los detalles de cada uno de
los modelos, se discuten en la referencia de Fuentes Olivares (2000).
Los valores de frecuencias y amortiguamientos experimentales, fueron
calculados con una técnica de estimación paramétrica,
que permite conocer la variación de las propiedades dinámicas
de una estructura durante un evento sísmico. Los resultados obtenidos
evidencian un comportamiento no lineal (Murià Vila y Toro, 1998;
Murià Vila et al., 1999). En el caso de vibración
ambiental, las propiedades dinámicas se obtienen aplicando una
técnica de estimación no paramétrica, basada en
un análisis espectral convencional (Murià Vila y González,
1995).
En
el evento 93-11 se alcanzaron las mayores amplitudes de movimiento registradas
en el año de 1993. Para lograr resultados congruentes con los
experimentales, hubo que emplear los módulos elásticos
para altos niveles de esfuerzos. Con esta modificación en el
modelo anterior, se designa C-SIS 2. Ya que el evento 94-1 produjo en
el edificio una respuesta similar a los dos primeros, se empleó
el modelo C-SIS 1 para calcular la respuesta.
La
ocurrencia de sismos en donde se presentaron mayores amplitudes de movimiento
en la estructura (eventos 94-3, 95-1 y 95-2), causó un deterioro
visible en varios elementos estructurales, pues aparecieron grietas
en algunas columnas y muros. En consecuencia, se hicieron consideraciones
adicionales en el modelo C-SIS 3. Estas consistieron en representar
los muros de concreto con diagonales equivalentes de sección
agrietada (Gamboa y Murià Vila, 1996). Asimismo, se empleó
el criterio de sección transformada agrietada, para tomar en
cuenta el agrietamiento observado en columnas y muros del cubo de elevadores.
Como las distorsiones de entrepiso, calculadas con los datos de los
registros sísmicos obtenidos en estos eventos, superaron el límite
en el que puede considerarse que los muros de mampostería aportan
rigidez al sistema, se excluyeron del modelo C-SIS 3. Puede verse
entonces que las frecuencias teóricas concuerdan bien con las
identificadas.
Cabe
destacar que durante los sismos más intensos que se registraron,
antes de la segunda rehabilitación del edificio, fueron amplios
los intervalos de variación de las frecuencias experimentales
en los componentes L y torsión (R). Esto se explica por la importante
participación que tienen los muros de mampostería en tales
componentes y por el deterioro que sufren los mismos. Este hecho es
un factor de peso en la respuesta dinámica del edificio, ante
intensidades sísmicas pequeñas y moderadas.
Ya
que los daños ocasionados por los eventos sísmicos 94-3
y 95-1, se hicieron evidentes en la quinta y sexta pruebas de vibración
ambiental (VA 5 y VA 6), se modificó el modelo inicial
para movimientos de baja amplitud (C-VA 2), por lo que se omitió
la rigidez que aportaban los muros de mampostería. Nuevamente,
se observa que las frecuencias calculadas son cercanas a las experimentales.
Debido
a que para validar los modelos calibrados no es suficiente que las frecuencias
naturales de vibración concuerden con las experimentales, es
necesario que los desplazamientos relativos también coincidan,
aproximadamente, con los experimentales (Gamboa y Murià Vila,
1996; Meli et al., 1998). En la fig. 3 se muestra el caso del
modelo C-SIS 3 para reproducir la respuesta estructural ante
los eventos 94-3 y 95-1. En el evento 95-1 la respuesta en L se reprodujo
bien a lo largo de todo el evento, mientras que la respuesta en T (fig.
4) presentó algunas discrepancias, tanto en fase como en amplitud.
TABLA
2. Frecuencias Experimentales y Calculadas para la Primera Rehabilitación
Evento
|
Fecha
|
fEXP
(Hz)
|
fC-SIS
(Hz)
|
Modelo
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
VA
3
|
23/09/92
|
0.73
|
0.44
|
0.83
|
0.69
|
0.44
|
0.85
|
C-VA
1
|
93-3
|
15/05/93
|
0.65
|
0.37
|
0.62
|
0.62
|
0.41
|
0.73
|
C-SIS
1
|
93-4
|
15/05/93
|
0.61
|
0.35
|
0.56
|
0.62
|
0.41
|
0.73
|
C-SIS
1
|
93-11
|
24/10/93
|
0.57
|
0.35
|
0.53
|
0.54
|
0.34
|
0.62
|
C-SIS
2
|
VA
4
|
25/11/93
|
0.70
|
0.44
|
0.68
|
0.71
|
0.42
|
0.84
|
C-VA
1
|
94-1
|
23/05/94
|
0.55
|
0.37
|
0.55
|
0.63
|
0.41
|
0.71
|
C-SIS
1
|
94-3
|
10/12/94
|
0.48
|
0.30
|
0.44
|
0.48
|
0.33
|
0.56
|
C-SIS
3
|
VA
5
|
4/02/95
|
0.65
|
0.44
|
0.67
|
0.61
|
0.41
|
0.75
|
C-VA
2
|
95-1
|
14/09/95
|
0.45
|
0.28
|
0.43
|
0.48
|
0.33
|
0.56
|
C-SIS
3
|
VA
6
|
23/09/95
|
0.66
|
0.43
|
0.65
|
0.61
|
0.41
|
0.75
|
C-VA
2
|
95-2
|
9/10/95
|
0.45
|
0.29
|
0.44
|
0.49
|
0.33
|
0.55
|
C-SIS
3
|
FIGURA 3. Distorsiones de entrepiso experimentales (línea
continua) y teóricas (línea discontinua) del evento 95-1
en dirección L y comparación con las variaciones de las
frecuencias (fAP) y porcentaje de
amortiguamiento crítico (xAP)
obtenidos del análisis de los registros.

FIGURA 4. Distorsiones de entrepiso experimentales (línea
continua) y teóricas (línea discontinua) del evento 95-1
en dirección T y comparación con las variaciones de las
frecuencias (fAP)y porcentaje de amortiguamiento
crítico (xAP)
obtenidos del análisis de los registros.
Segunda rehabilitación
Después
de la segunda rehabilitación del edificio, en la construcción
de los modelos para reproducir las propiedades dinámicas experimentales,
se incorporaron las consideraciones siguientes:
- Los muros de mampostería se
modelaron como diagonales equivalentes de sección bruta, debido
a las reparaciones hechas en éstos
- Las zonas rígidas se redefinieron,
de acuerdo a las dimensiones de las trabes y columnas nuevas
- Se empleó un criterio de longitud
equivalente para tomar en cuenta las zonas rígidas en los extremos
de las diagonales de acero, que se modelaron en forma continua, puesto
que los valores de sus relaciones de esbeltez, tanto dentro como fuera
de su plano, cumplen con el criterio KL/r < 50, por lo que son
diagonales fuertes y pueden modelarse así (Jain et al.
1978)
- Todos los elementos se representaron
con sección bruta, excepto las losas. La rigidez de trabes
y columnas se calculó considerando sección monolítica
de los elementos nuevos (concreto reforzado y acero estructural) y
originales (concreto reforzado).
Las
propiedades dinámicas, obtenidas con el modelo desarrollado a
partir de las hipótesis generales y estas adicionales (C-VA
3), concuerdan muy bien (tabla 3) con las experimentales de vibración
ambiental (VA 7).
Luego
de la segunda rehabilitación del edificio, ocurrieron dos eventos
sísmicos de pequeña intensidad (97-2, 98-1), cuyas frecuencias
han sido reproducidas con el modelo C-SIS 4. En éste se consideraron
las mismas hipótesis que para el caso de vibración ambiental,
con excepción de los muros de concreto, los cuales se modelaron
como diagonales equivalentes de sección agrietada.
Durante
el sismo de Puebla (evento 99-1), la respuesta registrada reveló
un comportamiento no lineal. Se observó la aparición de
pequeñas grietas de cortante en dos columnas del sótano,
y el ensanchamiento y prolongación de grietas previas en otras,
así como evidencias de deterioro en las juntas frías concreto-acero
estructural, entre los elementos originales y de rehabilitación.
Además, en el sismo de Oaxaca (evento 99-3) se tuvo una respuesta
de 304 cm/s2 de aceleración en azotea, estimándose
un factor de amplificación de nueve, entre las amplitudes de
aceleración de sótano y azotea. Se observó un claro
comportamiento no lineal en los registros sísmicos y se detectaron
evidencias de deslizamiento en las interfaces concreto-acero y concreto-concreto,
entre elementos originales y de rehabilitación.
Por
estas razones se realizaron análisis sobre el trabajo de las
diagonales de acero y los elementos compuestos concreto reforzado-acero
estructural de rehabilitación, haciendo énfasis en el
comportamiento, ante carga sísmica, de las interfaces concreto-acero
y concreto-concreto de éstos, con el objeto de identificar las
fuentes de pérdida de rigidez de la estructura, estimada con
base en los registros sísmicos, para representar la rigidez efectiva
de tales elementos en los modelos del edificio para los eventos 99-1
y 99-3 (Fuentes Olivares, 2000). Las conclusiones más importantes
de tales estudios, fueron que las interfaces concreto-acero y concreto-concreto,
entre elementos originales y de rehabilitación, son susceptibles
de perder rigidez, al superarse su capacidad para tomar las fuerzas
cortantes inducidas por dichos sismos, y que las diagonales de acero
pierden rigidez al variar sus condiciones de apoyo, por el deslizamiento
de las placas de acero que las ligan a la estructura original. Se construyeron
modelos de elementos finitos (Fuentes Olivares, 2000), en los que se
incorporaron estos efectos del deterioro, y con ellos se calibraron
diagonales de rigidez lateral equivalente, para emplearlas en los modelos
del edificio y así reproducir las propiedades dinámicas
y las respuestas sísmicas observadas en los eventos 99-1 y 99-3.
El
modelo C-SIS 5 incluyó, entonces, los siguientes aspectos:
módulos elásticos para altos niveles de esfuerzos; secciones
agrietadas en aquéllas columnas del sótano en que se detectó
deterioro; exclusión de la mampostería, debido a los niveles
de distorsión alcanzados, y estimación de la rigidez de
las trabes y columnas de la segunda rehabilitación, considerando
el deterioro en las interfaces concreto-acero de los elementos de rehabilitación,
y diagonales equivalentes, para representar la rigidez lateral efectiva
de los contraventeos metálicos al cambiar sus condiciones de
apoyo.
Las
consideraciones hechas permitieron que las frecuencias calculadas con
el modelo C-SIS 5, concuerden bien con las frecuencias experimentales.
Para el evento 99-3, se construyó el modelo C-SIS 7, siendo
la diferencia con el C-SIS 5, el hecho de que se tomara en cuenta
el deterioro, tanto en las interfaces concreto-acero como en las interfaces
concreto-concreto, criterio que se basó en un análisis
demanda contra la capacidad de las interfaces ante fuerza cortante.
Las diagonales equivalentes para este caso, incluyeron también
los efectos de este tipo de deterioro.
En
la fig. 5 se comparan las historias de distorsión de entrepiso,
empíricas del evento 99-3, con las obtenidas del modelo C-SIS
7, para 5 por ciento de amortiguamiento. En la misma figura aparecen
las frecuencias y amortiguamientos experimentales, identificados para
diferentes tramos del registro. De la comparación entre las respuestas
teórica y experimental, se observa que existe mucha semejanza
cuando la diferencia entre las frecuencias teórica y experimental
es pequeña, y que en los tramos de señal, en donde la
discrepancia de estas frecuencias aumenta, la respuesta teórica
se desvía respecto de la observada. En estos tramos aparecen
las amplitudes máximas registradas, mismas que no pueden ser
reproducidas completamente, puesto que la frecuencia identificada es
casi igual a la frecuencia dominante del suelo (Murià Vila y
Rodríguez, 2001). De esta manera, el edificio se acerca a la
condición de resonancia y las amplitudes de su movimiento crecen,
lo que no sucede en el modelo, dada su naturaleza lineal. También
se observa que la variación del amortiguamiento identificado
a lo largo del evento, es causa de una discrepancia entre las señales
teórica y experimental, pero al calcular el amortiguamiento promedio
(6.8 por ciento en L, 4.2 por ciento en T), se ve que no es muy disímil
al empleado en el cálculo de la respuesta teórica.
La
reparación de los muros de mampostería les permitió
tener un mejor comportamiento durante el evento 99-1, que el correspondiente
a los eventos 94-3 y 95-1, por lo que el deterioro fue visiblemente
menor. Por esta razón, en el modelo para reproducir las propiedades
dinámicas identificadas en el evento 99-2 (C-SIS 6), sólo
se aplicó en muros de mampostería un factor de reducción
de rigidez de 50 por ciento, correspondiente a las distorsiones observadas
durante el sismo. El resultado de esta consideración en la estimación
de la respuesta estructural es apreciable (fig. 6).
TABLA
3. Frecuencias (Hz) experimentales y calculadas para la segunda rehabilitación
Evento
|
Fecha
|
fEXP
(Hz)
|
fC-SIS
(Hz)
|
Modelo
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
VA
7
|
25/02/97
|
0.78
|
0.68
|
1.47
|
0.74
|
0.68
|
1.62
|
C-VA
3
|
97-2
|
22/05/97
|
0.74
|
0.64
|
1.25
|
0.74
|
0.69
|
1.43
|
C-SIS
4
|
98-1
|
1/01/98
|
0.74
|
0.63
|
1.29
|
0.74
|
0.68
|
1.41
|
C-SIS
4
|
99-1
|
15/06/99
|
0.52
|
0.54
|
0.99
|
0.50
|
0.55
|
1.06
|
C-SIS
5
|
99-2
|
21/06/99
|
0.59
|
0.54
|
1.01
|
0.59
|
0.59
|
1.05
|
C-SIS
6
|
VA
8
|
6/07/99
|
0.78
|
0.64
|
1.37
|
0.74
|
0.68
|
1.57
|
C-VA
3
|
99-3
|
30/09/99
|
0.52
|
0.46
|
0.92
|
0.49
|
0.48
|
0.82
|
C-SIS
7
|

FIGURA 5. Distorsiones de entrepiso experimentales (línea
continua) y teóricas (línea discontinua) del evento 99-3
y comparación con las variaciones de las frecuencias (fAP)
y porcentaje de amortiguamiento crítico (xAP)
obtenidos del análisis de los registros.
Modelos Calibrados Simplificados
En
numerosas investigaciones se han propuesto criterios simples para considerar
explícitamente el deterioro de rigidez de las estructuras, a
fin de evaluar de una manera más realista la rigidez lateral
efectiva de los edificios. Estos consisten en definir factores de reducción
de rigidez para diferentes elementos estructurales (Murià Vila
et al., 1999). Por ejemplo, Paulay y Priestley (1992) proponen
factores de reducción, en función de la ductilidad global
(g) que se espera desarrolle el sistema.
Este criterio ya forma parte del código de diseño vigente
en Nueva Zelanda (NZS, 1995). Otros códigos como el japonés
y el griego (AIJ, 1994 y Paz, 1994), han usado criterios similares.
Debido
al tiempo que se requiere para elaborar un modelo refinado y a la necesidad
de considerar, en la práctica profesional, el deterioro que se
permite sufran las estructuras, se optó por hacerlo de manera
simplificada. Para determinar cuál de ellos es el más
apropiado para el edificio, se evaluó la relación entre
la inercia de la sección bruta y la agrietada de los diferentes
elementos estructurales. Los valores promedio de estas relaciones se
compararon con los propuestos por Paulay y Priestley (1992), y para
m igual a 3 fueron los más parecidos.
FIGURA 6. Distorsiones de entrepiso experimentales (línea
continua) y teóricas (línea discontinua) del evento 99-2
y comparación con las variaciones de las frecuencias (fAP)
y porcentaje de amortiguamiento crítico (xEXP)
obtenidos del análisis de los registros.
Además
de estos factores propuestos por Paulay y Priestley (1992), se tuvieron
que establecer otros para las losas planas reticulares y muros de mampostería
(tabla 4), así como para los elementos compuestos de rehabilitación
y las diagonales de acero. En el caso de las losas planas, los factores
se estimaron con base en un análisis especial, en el que se tomó
en cuenta el ancho de viga equivalente de las losas (Gamboa y Murià
Vila, 1996), mientras que para los muros de mampostería, se estimaron
de acuerdo con los resultados de ensayes experimentales de muros de
mampostería, desarrollados por Flores y Alcocer (1996). La pérdida
de rigidez de los elementos de rehabilitación (Fuentes Olivares,
2000) se consideró con un criterio de secciones desacopladas,
mientras que para las diagonales se tomaron dos fuentes de pérdida
de rigidez: la debida al cambio en las condiciones de apoyo, al deslizar
las placas de acero de los elementos de rehabilitación, y la
correspondiente al daño directo, cuando se someten a distorsiones
de entrepiso elevadas. Estos factores de reducción y estos criterios,
se emplearon en la construcción de modelos calibrados simplificados.
En
la tabla 5 se presentan las frecuencias de vibración teóricas,
obtenidas con los modelos calibrados refinados, y las identificadas
en los registros sísmicos de los eventos 95-1 y 99-3, y se comparan
con las obtenidas de los modelos calibrados simplificados. Se aprecia
que los modelos simplificados tienen frecuencias muy cercanas a las
obtenidas con los modelos refinados, por lo que también estiman
adecuadamente las frecuencias experimentales.
TABLA
4. Factores de reducción (m = 3),
para losas planas reticulares y muros de mampostería
Losas planas reticulares
|
Muros de mampostería
|
Vigas
equivalentes
|
g
<0.0015
|
0.0015 g
<0.0020
|
g
0.0020
|
0.30
Ib
|
0.50
Ab
|
0.35
Ab
|
0
|
Ib = inercia de la sección transversal bruta;
g
= distorsión de entrepiso;
Ab = área de la sección transversal bruta
TABLA
5. Comparación de frecuencias entre los modelos calibrados refinados
(C-SIS) y simplificados (C-SIS m = 3)
|
Evento
95-1
|
Evento
99-3
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
fEXP
(Hz)
|
0.45
|
0.28
|
0.43
|
0.52
|
0.46
|
0.92
|
C-SIS
|
0.50
|
0.33
|
0.57
|
0.52
|
0.47
|
0.85
|
C-SIS
(m=3)
|
0.52
|
0.34
|
0.58
|
0.55
|
0.49
|
0.93
|
Modelos Ingenieriles
Para
los modelos ingenieriles (I-SIS) se emplearon las principales hipótesis
que se utilizan en la práctica profesional, las cuales se recopilaron
por medio de una encuesta aplicada a despachos de cálculo estructural
(Murià Vila et al., 1997). Las consideraciones generales
de los modelos I-SIS fueron:
- Módulo de elasticidad de diseño
- Masas de diseño uniformemente
distribuidas
- Zonas rígidas (ZR) de 0 y 100
por ciento en las conexiones viga columna
- Sección bruta de elementos estructurales
- Contribución de la losa según
el RCDF (1996)
- Muros de concreto en cubos de elevadores
- Muros de mampostería
- Efectos ISE
Debido
a que se observaron (Murià Vila et al., 1997) discrepancias
al considerar estos puntos en la práctica profesional, se construyeron
modelos con una variación en los aspectos más significativos:
muros de mampostería, efectos ISE y zonas rígidas en las
uniones viga-columna.
De
las frecuencias naturales de vibración obtenidas con los modelos
ingenieriles, se aprecia que las diferencias crecen significativamente,
esto, cuando se comparan los modelos ingenieriles, que consideran muros
de mampostería y efectos ISE, con aquéllos que no toman
en cuenta estos aspectos (tabla 6). Las diferencias en las frecuencias
obtenidas, entre los modelos con zonas rígidas de 0 y 100 por
ciento, fueron pequeñas. Los porcentajes de error relativo en
las estimaciones de las frecuencias de los modelos I-SIS, con respecto
a los modelos C-SIS, se calcularon así:
eI-SIS
= 100 (FI-SIS
- FC-SIS)
/ FI-SIS
El
análisis comparativo muestra que los modelos ingenieriles que
consideran efectos ISE, son los que más se parecen a los modelos
C-SIS.
TABLA
6. Comparación de frecuencias (Hz) de modelos calibrados e ingenieriles
Evento
|
Calibrados
(ZR=50%)
ISE: Novak
|
Ingenieriles
(ZR 100%)
|
Con
Mapostería
|
Sin
Mampostería
|
Con
Efectos ISE
|
Sin
Efectos ISE
|
Con
Efectos ISE
|
Sin
Efectos ISE
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
95-1
|
0.50
|
0.33
|
0.57
|
0.69
|
0.43
|
0.81
|
0.84
|
0.50
|
0.83
|
0.63
|
0.42
|
0.73
|
0.74
|
0.48
|
0.75
|
eI-SIS
|
---
|
---
|
---
|
38
|
30
|
42
|
68
|
52
|
46
|
26
|
27
|
28
|
48
|
45
|
32
|
99-3
|
0.52
|
0.47
|
0.85
|
0.79
|
0.66
|
1.51
|
0.97
|
0.99
|
1.80
|
0.74
|
0.66
|
1.47
|
0.87
|
0.98
|
1.74
|
eI-SIS
|
---
|
---
|
---
|
52
|
40
|
78
|
87
|
111
|
112
|
42
|
40
|
73
|
67
|
109
|
105
|
TABLA
7. Comparación de frecuencias (Hz) de modelos calibrados simplificados
e ingenieriles
Evento
|
Calibrados
Simplificados
m=3(ZR=50%)
|
Ingenieriles
(ZR 100%)
|
Con
Mampostería
|
Sin
Mampostería
|
Con
Efectos ISE
|
Sin
Efectos ISE
|
Con
Efectos ISE
|
Sin
Efectos ISE
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
L
|
T
|
R
|
95-1
|
0.52
|
0.34
|
0.58
|
0.69
|
0.43
|
0.81
|
0.84
|
0.50
|
0.83
|
0.63
|
0.42
|
0.73
|
0.74
|
0.48
|
0.75
|
eI-SIS
|
---
|
---
|
---
|
33
|
26
|
40
|
62
|
47
|
43
|
21
|
24
|
26
|
42
|
41
|
29
|
99-3
|
0.55
|
0.49
|
0.93
|
0.79
|
0.66
|
1.51
|
0.97
|
0.99
|
1.80
|
0.74
|
0.66
|
1.47
|
0.87
|
0.98
|
1.74
|
eI-SIS
|
---
|
---
|
---
|
44
|
35
|
62
|
76
|
102
|
94
|
35
|
35
|
58
|
58
|
100
|
87
|
En
la tabla 7 se presentan los errores de los modelos ingenieriles, con
respecto a los calibrados simplificados. Se observa que los ingenieriles
presentan mayores errores con respecto a los calibrados simplificados,
cuando no incluyen los efectos ISE, y más si consideran muros
de mampostería
Comentarios Finales
Se
logró reproducir la respuesta registrada en el edificio durante
diferentes eventos sísmicos, con el empleo de modelos lineales
calibrados. Para ello fue esencial que en los modelos calibrados se
incorporaran, además de las consideraciones que se asumen normalmente
en la práctica profesional, el deterioro de la rigidez de los
elementos estructurales, de acuerdo a los daños observados en
el edificio después de un sismo y los efectos de interacción
suelo-estructura.
De
las consideraciones hechas en los modelos para los eventos 99-1 y 99-3,
ya con la segunda rehabilitación, fue necesario estimar la rigidez
de las trabes y columnas de rehabilitación, tomando en cuenta
el desacoplamiento de las interfaces concreto-acero y concreto-concreto,
así como la disminución de la rigidez de las diagonales
de acero, por el deslizamiento de los elementos en que se apoyan, lo
cual se logró al modelar en forma aproximada, con modelos de
elementos finitos, la discontinuidad en las interfaces, entre los elementos
de concreto reforzado y acero estructural.
Las
frecuencias calculadas de los modelos calibrados, con factores de reducción
de rigidez, fueron similares a las de los modelos calibrados refinados
del edificio, por lo que el empleo de estos factores proporciona a los
modelos simplicidad y una mejor estimación de las propiedades
dinámicas.
En
la comparación de las frecuencias naturales de vibración,
de los modelos ingenieriles con respecto a los calibrados simplificados,
se encontró que las frecuencias de los modelos ingenieriles sólo
se acercan a las de los modelos calibrados, cuando se consideran los
efectos ISE y los muros de mampostería, pues de lo contrario
los errores pueden llegar a ser significativos.
El
conjunto de análisis efectuados mostró, claramente, la
necesidad de contar con criterios de análisis estructural. Estos
deben conducir a la construcción de modelos capaces de estimar,
con buena aproximación, las propiedades dinámicas de una
estructura, esto, al estar sometida a una excitación sísmica,
puesto que de ello depende la adecuada valoración de las máximas
demandas que actuarán sobre la estructura y, por ende, el diseño
de los elementos estructurales que habrán de resistir tales demandas.
Nuestro
reconocimiento a José Alberto Escobar Sánchez, Santiago
Loera Pizarro, Roberto Meli Piralla y Arturo Tena Colunga, por sus comentarios
que contribuyeron a enriquecer este trabajo. También al Gobierno
del Distrito Federal, por el patrocinio de las diferentes etapas del
estudio.
AIJ (1994) Structural
Design Guidelines for Reinforced Concrete Buildings. Architectural .
Institute of Japan marzo.
Arias, A. (1970)
A Measure of Earthquake Intensity, in Seismic Design for Nuclear Power
Plants. Editor R. J. Hansen, MIT Press.
Flores L. E. y Alcocer
S. M. (1996) Calculated response of confined masonry structures,
in Memorias de la XI Conferencia Mundial de Ingeniería Sísmica.
Acapulco, México, N° 1830 .
Fuentes, Olivares
L .2000 Modelos calibrados de un edificio instrumentado Tesis
de Maestría División de Estudios de Posgrado, Facultad
de Ingeniería, diciembre. UNAM diciembre.
Gamboa, V. y Murià
Vila, D (1996) Cálculo de la respuesta estructural del edificio
Jal ante el sismo de Copala, en Memorias del X Congreso Nacional de
Ingeniería Estructural, Sociedad Mexicana de Ingeniería
Estructural, noviembre, pp. 277-286.
Habibullah,
A (1998) Extended Three Dimensional Analysis of Building Systems.
Users Guide. Computers and Structures, Berkeley, California.
Horvilleur, J. F. y
Cheema, M. A. (1994) Análisis lateral de marcos de concreto
reforzado sometidos a cargas laterales sísmicas, en Memorias
del IX Congreso Nacional de Ingeniería Estructural, Sociedad
Mexicana de Ingeniería Estructural, Zacatecas, Zac., 29 de
octubre al 1 de noviembre.
Jain, A. K., Goel, S.
C. y Hanson, R. ( 1978) Hysteresis behavior of bracing members and
seismic response of braced frames with different proportions. Report
N° UMEE 78R3, Department of Civil Engineering, The University
of Michigan, Ann Arbor, Michigan, julio.
Meli, R., Faccioli,
E., Murià Vila, D., Quaas, R. y Paolucci, R. (1998) Study
of site effects and seismic response of an instrumented building in
Mexico City. Journal of Earthquake Engineering, 2 (1): 89-111.
MuriàVila D.,
Fuentes Olivares, L. y González R. (2000). Incertidumbres
en la estimación de las frecuencias naturales de vibración
en edificios de la ciudad de México. Información Tecnológica,
Centro de Información Tecnológica, La Serena, Chile,11
(3): 177-184.
Murià Vila D.
y González R. (1995) Propiedades dinámicas de edificios
de la ciudad de México. Revista Mexicana de Ingeniería
Sísmica, (51): 25-45.
Murià Vila, D.
y Rodríguez, G. (2001). Análisis de los registros sísmicos
obtenidos de 1993 a 1998 en el edificio Jal. Serie Azul, Instituto
de Ingeniería, UNAM, patrocinado por el GDF .
Murià Vila, D.,
Rodríguez, G.Fuentes Olivares, L. y Zapata, A. (1999). Monitoreo
del edificio Jal, Año 1999. Instituto de Ingeniería,
UNAM. Proyecto 9529, patrocinado por el GDF, diciembre .
Murià Vila, D.
y Toro, A. (1998) Effects of several seismic events of recorded at
a building founded on soft soil. Proceedings of the Eleventh European
Conference on Earthquake Engineering, CD-ROM, editado por A.A. Balkema.
París: Francia, septiembre.
Murià Vila, D.,
Toro, A. y Pérez, J.(1996) Estimación de parámetros
estructurales en un edificio instrumentado con un planteamiento modal,
en Memorias del X Congreso Nacional de Ingeniería Estructural,
Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural, noviembre, pp. 327-336.
Murià Vila, D.,
Torres, J., Fuentes Olivares, L. y González, R. (1997) Incertidumbre
en la estimación de las frecuencias naturales de vibración
en edificios. Instituto de Ingeniería, UNAM, Proyecto 7517,
patrocinado por el DDF, octubre.
Novak, M., Sheta, M.,
El Sharnouby, B. y El Hifnawy, L. (1983) DYNA2-A, computer program
for calculation of response of rigid foundations to dynamic loads, in
Report N° 83-15, SACDA Inc., London, Ontario, Canadá.
NZS 3101 (1995) Concrete
Structures Standard, in Superseding NZS 3101, Standard New Zeland.
Paulay T. y Priestley
N. (1992) Seismic Design of Reinforced Concrete and Mansory Buildings,
in John Wiley inc..
Paz, M. (1994) International
Handbook of Earthquake Engineering. Editorial Chapman Hall, pp 239-248.
RCDF (1996) Normas
Técnicas Complementarias para Diseño y Construcción
de Estructuras de Concreto. Gaceta Oficial del Distrito Federal,
1 (356), marzo 25.
|