Mapa
lingüístico
El
espacio geográfico que ocuparon los mayas, en su máxima
expansión, cubría un territorio de casi quinientos
mil kilómetros cuadrados. Abarcaba los estados mexicanos
de Yucatán, Campeche, Quintana Roo y la parte este de Chiapas
y Tabasco. Así como todo Belice, gran parte de Guatemala
y la porción occidental de Honduras y El Salvador.
Cuando
se observa un mapa de lenguas (figura 10) de esta área cultural,
la diversidad se hace más compleja conforme nos desplazamos
de norte a sur. Lo primero que salta a la vista es la gran extensión
que ocupan los hablantes del maya peninsular o yucateco. Estos habitan
prácticamente toda la península de Yucatán,
terrenos llanos, sin ríos y carentes de accidentes topográficos
significativos que impidan la comunicación. Esta homogeneidad
lingüística acaso también tiene que ver con la
situación geográfica de la península, rodeada
por el mar en tres de sus lados, lo cual no limita pero si dificulta
el contacto lingüístico de masas, fenómeno generador,
en parte, de la diversidad lingüística.
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Figura
10. Distribución lingüística
maya actual |
Las
tierras bajas centrales, donde ocurrió la gran eclosión
cultural del periodo Clásico (250 a 900 d.C.), corren desde
las costas del Golfo, en Tabasco y Campeche, hasta las arenas del
Mar Caribe, en el Golfo de Honduras. Limitan al norte con la base
de la península de Yucatán y al sur con las primeras
estribaciones de las tierras altas de Chiapas y Guatemala. Este
espacio fue ocupado por hablantes de cholano, nombre que se da a
una antigua lengua del cual derivaron el chol,
chontal, chortí
y choltí, grupo de lenguas que se originaron en esa porción
central del área maya después del colapso. Según
los epigrafistas3
el cholano, ahora extinta, fue la lengua utilizada en las inscripciones
jeroglíficas del periodo Clásico y, por lo tanto,
una reconstrucción de ésta es la que se utiliza para
las actuales lecturas.
Por
su parte las tierras altas de Chiapas y especialmente las de Guatemala
muestran una gran diversidad lingüística, producto en
parte del accidentado paisaje, surcado de cañadas y altas
estribaciones, o por el contacto con lenguas de otras familias,
ya sean mixe-zoques y otomangues (chiapaneca) en el occidente y
en el sur, como por hablantes lenca, xinca, jicaque y pipil que
habitaban en Honduras, El Salvador y el sur de Guatemala. Aquí
existe la mayor diversidad lingüística de toda el área
maya, muchas de las lenguas que ahora conocemos se localizan en
este accidentado territorio de Chiapas y Guatemala. |