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Sobre
las páginas concretas
Por
Alonso Lenin
“¿Debemos
suponer que hay que detener todo simplemente porque
el sol no se asoma?”. Esta es la pregunta
de Steve Benson en The Ball//30 times in 2 days,
poema que es como principio de sucesión.
Frente a nosotros aparece UbuWeb.
En esta página electrónica se emancipa
cualquier arquitectura literaria y también
cualquier movimiento musical y negación
del mismo. Este sitio nos recibe con el encabezado
ocupado en una de sus esquinas por el rostro surcado
de Samuel
Beckett, a cien años del nacimiento
de este autor irlandés no es ninguna imprudencia
que la página así se presente. Cuatro
columnas bastan para hacer de este sitio uno de
los más interesantes escombros de la red. UbuWeb es
una fuente electrónica dedicada a la difusión
del avant-garde, la poesía concreta y en
general de las artes alternas. Cientos de gigabytes
de archivos de sonido, libros, textos y videos
de artistas en plena confrontación con aquellas
posibilidades del mundo en las que el ser y la
palabra decaen. |
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La
poesía y la aniquilación del mundo
la podemos encontrar tanto en Conceptual
Writing como en /ubu
Editions, de pronto es fascinante
tener frente a los ojos un texto de Robert Smithson,
que en una cuadrícula construye un montículo
que a su vez es disertación sobre el lenguaje.
Y el lenguaje también a expensas de las
resonancias de Alan Davies, este autor nos dice,
por ejemplo: moon care swear ensures. Resulta relevante
asistir a la liga de la versión multimedia
de Aspen
Magazine, aquella interesantísima
revista editada por Phyllis Johnson de 1965 a 1971
en la que se daba cuenta de la situación
del arte de la época y en la que además
podíamos encontrar grabaciones épicas
de escritores como William
S. Burroughs o bien las filmaciones
incluidas en los números 5 y 6 y que ahora
es posible descargarlas desde cualquier ordenador. |
Hace
pocos meses nos llegaba la noticia sobre la muerte de
un compositor sorprendente, se trataba de György
Ligeti. Pues bien, nos resta asistir a su
Poema sinfónico para 100 metrónomos, obra
compuesta en 1962 y de la cual podemos descargar una
retransmisión para televisión. Como se
reseña en la propia página de la que nos
ocupamos ahora, en su estreno mundial en 1963, al darse
el último tick-tock del metrónomo, aquella
noche sencillamente se llenó de un silencio pesado,
gritos y rechazo. Ahora con Ligeti muerto y después
de presenciar la transmisión, más nos vale
cerrar la boca, pues es claro que este poema sinfónico
es la totalidad del mundo que para nuestro goce, únicamente
nos puede dirigir hacia el silencio.
Resulta
que hay ocasiones en las que la calle se afirma
como la gran galería, en la segunda columna
de ubu web, es admirable seguir el vínculo
que nos lleva a presenciar poesía construida
en la calle y expuesta de manera formal en la Oliver
Kamm/5BE Gallery de Nueva York y que
sencillamente nos remite a la simbolización
de nuestra condición de deambulantes. Hasta
hace pocos años, el argentino nacido el
24 de diciembre de 1931 en Buenos Aires, Mauricio
Kagel, era apenas nombrado en las conversaciones
sobre música contemporánea, sin embargo,
la enorme belleza de sus composiciones y también
de su filmografía ha hecho que cada vez
más personas se interesen en él.
Si por un momento nos apartamos de la discusión
sobre las técnicas de Kagel y observamos The
Films of Maurico Kagel (1965-1983) nos
daremos cuenta de que los actos y los movimientos
que suponen una disertación sobre el individuo,
son a veces suficientes para rechazar cualquier
posibilidad de rutina, cualquier vulgarización
de la relación con el mundo. Mauricio Kagel
es capaz, por ejemplo, en Hallelujah,
de construir un absurdo formidable, en el que la
boca, así de sencillo, es la única
y total posibilidad de movimiento, de permutación,
de existencia, de fin. Una tesis que surge después
de ver la filmografía y audio disponibles
en UbuWeb es que el sonido y sus pretensiones estéticas,
sólo podrán dar cuenta del páramo,
sólo podrán dar cuenta de la intemperie
apenas audible. |
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Sirva
a los lectores de la Revista Digital Universitaria esta
brevísima reseña como una invitación
a visitar lo inaudible, lo de-construido, y también
una petición para que se confronte al rito y babeo,
a veces majestuosos, de todos los artistas que pone para
nuestro placer la página electrónica UbuWeb.
Sirva este texto para balbucear, como claramente lo hace Samuel
Beckett, que después de todo, incluso
del sonido, la mente es la única compañía.
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