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Alimentos
y alimentación: algunas ideas,
hábitos y conductas de los alumnos de educación
primaria
Hábitos Alimenticios. La
Dieta Alimenticia:
Productos y Distribución Temporal
La
dieta alimenticia abarca el total de los alimentos consumidos
en un día y Thoulon-Page (1991) estima
que las necesidades reales del niño en edad escolar
se deben repartir en:
- El
desayuno proporciona el 25% de las calorías.
- La
comida del mediodía el 30%
- La merienda del 15-20%
- La cena del 25-30%
Es
importante destacar que si un niño no desayuna
de forma adecuada, no podría rendir en la escuela
debido a la hipoglucemia que se produce en su organismo;
necesitará por tanto, alimentos durante el recreo,
de los cuales preferirá productos de elaboración
industrial y dulces, alimentos apetecidos por los niños que
no exige una preparación previa.
Debemos señalar que el consumo de la leche en
el desayuno está generalizado, mientras que la
ingesta de alimentos sólidos destacan en primer
lugar panes en un 38%, seguido de los dulces, pastelitos
industriales en un 20% y cereales en un 10% y niños
que no toman nada de sólidos un 19%.1
Con respecto a los alimentos que los niños consumen
en el recreo, éstos son: en primer lugar los productos
elaborados industrialmente (dulces, golosinas….)
con un 51% y en segundo lugar, productos caseros (frutas
y bocadillos) con un 36% y 19% de niños que no toman
nada.
Comensalismo
En
la actualidad, según exponen diferentes
estudios, parece que los patrones culturales de la alimentación
están cada vez más deteriorados debido
a una creciente desestructuración de los ritmos
y hábitos alimenticios (Fischer 1979): comidas fuera
de casa por causas laborales, avances notarios por distintas
razones de la comida rápida (Fast Food), jornada
continuada…. Todo ello podría traer como
consecuencia no sólo la pérdida de la relación
social ya expuesta, sino también la afectiva (algo
que repercute de forma especial en los escolares) que invitaría
al comensal a buscar otras fuentes de placer menos sanas
(bebidas gaseosas). La presencia de la televisión
es otro de los elementos que cada vez se expone más
como un factor que deteriora estas relaciones afectivo-sociales
que tradicionalmente se han adjudicado a la mesa, haciendo
del comensalismo un mero acto de individualidades
próximas en torno al aparato de TV. De igual forma,
influyen negativamente ciertas presiones como pueden ser
las “prisas”, lo que hace que sentarse a comer
con otros no sólo contribuya un placer y un beneficio,
sino que puede llegar a proporcionar mala sensación.
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