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En la primera plana del diario español El País del pasado 20 de enero del 2007, fue publicada una nota que afirmaba: “La España rural sigue a oscuras: 4.5 millones de españoles aún no tienen posibilidad de acceso a Internet de banda ancha.” Esta información pone de manifiesto las diferencias económicas y sociales entre aquel país y el nuestro, pues mientras nosotros aún luchamos por lograr que el México rural supere la situación de pobreza en la que se encuentra, la España rural está más preocupada por tener banda ancha para que los ingenieros de la capital puedan ir a trabajar a Valencia.

 

Esta acotación resultaría reiterativa por las ya referidas diferencias abismales en las condiciones de vida de los campesinos de uno y otro país, lo cual es cierto, pero lo que en este momento nos interesa destacar es, además de la pobreza, la brecha tecnológica que separa a México de España y otros países, en donde internet ha evolucionado como medio de comunicación.

 

En plena sociedad de la información, clientes, empresarios y directivos de las empresas en México desaprovechan las posibilidades de la red mundial como medio de comunicación, por lo que no es extraño que diseñadores, programadores y comunicadores, malbaraten su trabajo de creación de páginas web. Esta es la constante y no ha cambiado mucho desde 1997, año en que se concretó el proyecto de internet de Canal 22.