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La computación en México: los primeros años A mediados de los 50, un grupo de científicos de la UNAM envió al ingeniero Sergio Beltrán López a visitar el campus principal de la Universidad de California en los Angeles (UCLA). El objetivo principal de ese viaje era conocer cómo las computadoras fabricadas por IBM eran capaces de resolver eficientemente un sistema complejo de ecuaciones integro-diferenciales simultáneas. Este problema de investigación había llamado la atención del equipo científico de la UNAM, debido a su aplicación directa en la solución de un número importante de problemas reales en mecánica de suelos que aquejaban a la ciudad de México. Sin la ayuda de las computadoras se consideraba que la resolución de estos problemas tomaría un tiempo inaceptablemente largo. Como resultado de ese viaje histórico, el ingeniero Beltrán López se convenció de lo valiosas que podían ser las computadoras digitales para resolver problemas serios de investigación. Sin embargo, no fue sino hasta después de un intenso cabildeo que Beltrán López pudo finalmente eliminar las dudas iniciales de la comunidad académica de la UNAM, con respecto al uso de la nueva tecnología. Junto al ingeniero Beltrán López, los doctores Carlos Graeff Fernández y Alberto Barajas Celis, profesores, en ese tiempo, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, apoyaron de manera decidida el proyecto sobre el uso de las computadoras en la investigación científica. El plan inicial del grupo era comprar una computadora IBM-704, equipada con la última tecnología. Sin embargo, aun después de obtener un descuento especial de más del 60% por parte de IBM, el precio de esa computadora estaba muy por encima del presupuesto asignado, por las autoridades de la UNAM, para el proyecto. Por esta razón, no hubo otra opción que comprar el modelo anterior, una IBM-6501 que había aparecido en el mercado de Estados Unidos en 1954.2 Podemos decir, entonces, que el 8 de junio de 1958, comenzó oficialmente la historia de la computación en México (y en general, de Latinoamérica), cuando la UNAM puso en operación la IBM-6501. La computadora fue colocada a resguardo del Centro de Cálculo Electrónico (CCE), ubicado en el sótano de la antigua Facultad de Ciencias. Su primer director fue el Ing. Beltrán López y entre sus colaboradores estuvieron Renato Iturriaga, Manuel Alvarez, Lian Karp, Javier Treviño, Luis Varela y Eduardo Molina. La IBM-650 operaba con bulbos, utilizando un tambor magnético con capacidad para 20,000 dígitos, era capaz de efectuar 1,300 operaciones de suma y resta por segundo y funcionaba con lectora y perforadora de tarjetas, adoptando un sistema numérico llamado bi-quinario (ver figura 1). Utilizaba un ensamblador llamado SOAP (Symbolic Optimizer and Assembly Program), un pseudo-compilador llamado RUNCIBLE y un intérprete llamado BELL (Casas, 1983; Soriano, 1985). Las primeras tareas que se le encomendaron a esta computadora fueron las de resolver problemas de astronomía, física e ingeniería química. Incluso, se conformó una base de datos para un grupo de antropología.3 Figura 1: Panel frontal de la computadora IBM-650 Poco tiempo después de su creación, el CCE comenzó a diseminar conocimiento sobre las aplicaciones de la nueva tecnología de computadoras. Así, se organizó una conferencia anual denominada “Las computadoras y sus aplicaciones”. Es interesante resaltar que la tercera edición de esa conferencia, ocurrida en 1961, contó con la participación de los profesores John McCarthy, Marvin L. Minsky4 y Harold V. McIntosh, quienes estuvieron a cargo de impartir conferencias magistrales (Adler-Lomnitz y Cházaro, 1984). Figura 2: Una computadora Bendix G-15 En los años siguientes, la UNAM compró otras computadoras
más sofisticadas (Adler-Lomnitz y Cházaro, 1984: Cantarel 200, IIMAS-UNAM).
Por ejemplo, a finales de los 60, adquirió una Bendix G-15 (ver figura
2). Parte del diseño del modelo Bendix G-15 contenía transistores,
contaba con una unidad de cinta magnética para almacenamiento de
datos, una lectora de tarjetas perforadas, así como una consola para
digitar programas (Gabli). Esta computadora fue parte del programa
educativo “Centro de Computación Móvil”, cuyo propósito principal
fue el de diseminar conocimientos en computación por todo el país.
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