Melchor Sánchez Mendiola
Cada acto de percepción, es hasta cierto grado un acto de
creación, y cada acto de memoria es hasta cierto grado
un acto de imaginación.
Oliver Sacks, Musicofilia.
Pase de estafeta
Estimados lectores, permítanme presentarme, soy Melchor Sánchez Mendiola, médico pediatra, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fanático y profesional de la educación y de la evaluación educativa. Actualmente soy Coordinador de una dependencia universitaria de reciente creación, y a partir del mes de mayo del presente año, Editor en jefe de la Revista Digital Universitaria. Se preguntarán: ¿por qué el cambio y por qué usted es el editor en jefe?, ¿cómo se capacitó para editar una revista de divulgación científica? Como todo en la vida, no hay una respuesta sencilla: he tenido una rica y vasta experiencia clínica atendiendo pacientes pediátricos gravemente enfermos en varios contextos de salud públicos y privados, nacionales y del extranjero; he acumulado una gran cantidad de información y conocimiento sobre investigación “básica”, clínica y educativa, el uso de la evidencia científica publicada para la toma de decisiones, y me he enfrentado al enorme reto de tomar decisiones compartidas con pacientes, familiares, estudiantes y docentes. En las últimas dos décadas he “migrado” de la medicina clínica de tiempo completo a la educación superior de tiempo completo, con el sinfín de satisfacciones, sensaciones de nostalgia y de “caminos no andados” que ello implicó.
La vida nos llena de sorpresas, va dando giros y dobles curvas, y en las diferentes fases de nuestra existencia nos enfrenta con retos, problemas y circunstancias que nos hacen exhibir diferentes aptitudes y facetas. Uno de los hilos comunes a las vivencias arriba mencionadas, ha sido la ingente necesidad de comunicar ideas y conceptos técnicos complejos a personas con una formación diferente o, como desafortunadamente ocurre con frecuencia, a personas que no han tenido la oportunidad de vivir la educación superior y sus efectos. Imagine el lector estos escenarios: una médica trata de explicar a un paciente la eficacia de la quimioterapia para un cáncer avanzado; un físico desea que un estudiante entienda la teoría de la relatividad; un poeta pretende enseñar a un político la belleza de la palabra hablada; una filósofa quiere convencer a un adolescente de la vigencia de Sócrates en la era de Trump. En estas situaciones la necesidad de expresar las ideas en un lenguaje lo menos técnico posible, con preocupación sincera porque el receptor de la información la aprehenda de manera adecuada, se constituye en uno de los retos comunicacionales más fascinantes de la interacción humana.
Tengo muchas memorias de la niñez, adolescencia y adultez, pero una de las más satisfactorias fue la lectura de todos los escritos de Isaac Asimov que pude conseguir. Sus historias de ciencia ficción como la saga Fundación, los documentos de divulgación de la ciencia como la Nueva Guía de la Ciencia, el Tesoro del Humor y sus múltiples obras autobiográficas, su pasión por la ciencia y los argumentos racionales, así como su particular sentido del humor, fueron una fuente de inspiración personal con efectos duraderos. La actitud afable pero rigurosa de Asimov, así como su profunda preocupación porque la sociedad tuviera elementos de información para establecer juicios de valor y entender lo que ocurre a su alrededor, son extrañadas en la era moderna de noticias falsas y estridencias sin sustento.
Es en este contexto cuando el Dr. Felipe Bracho Carpizo, Director General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la UNAM, en uno de esos ejercicios de reflexión realistas y auténticos que tanto lo caracteriza, me propuso que la Revista Digital Universitaria (RDU) pasara a ser responsabilidad de la Coordinación de Desarrollo Educativo e Innovación Curricular (CODEIC) de nuestra casa de estudios. La revista nació, creció y llegó a su actual etapa de desarrollo en la DGTIC, en un ambiente predominantemente informático, con las ventajas, desventajas, factores explícitos y tácitos que ello implica. Actualmente, la mayoría de las revistas impresas tiene versiones digitales, y ese atributo (ser revista digital) que era su principal característica, dejó de ser privativo de expertos en tecnología y programación computacional para convertirse una modalidad esperada de las publicaciones en la era moderna. ¿Por qué la CODEIC y no otra dependencia de la UNAM? Más allá de la amistad que nos une, el Dr. Bracho externó sus argumentos y me hizo “una oferta que no podía rechazar”: la posibilidad de trabajar con un vehículo de difusión consolidado, con prestigio nacional e internacional, para continuar lo realizado hasta ahora. Esto con una orientación más amplia, que incorpore elementos educativos y de innovación para mejorar la efectividad de la comunicación pública de la ciencia (entendiendo ciencia en su concepto más abierto). Lo anterior nos permitirá diseminar el quehacer de la UNAM y de otras instituciones nacionales y extranjeras para informar y, ¡ojalá!, transformar positivamente a la sociedad mexicana y latinoamericana.
Épocas de la RDU
Como todas las iniciativas humanas –y esta revista no es la excepción–, la creación y desarrollo de la RDU en el seno de la DGTIC fue producto de la conjunción de una serie de eventos, circunstancias y personas que en su momento fueron la incubadora de esta innovadora publicación. Refiero al lector al detallado relato “Revista Digital Universitaria: 15 años del quehacer universitario en línea”, de Adrián Estrada Corona, para una narración pormenorizada del fascinante continuo de ‘épocas’ de la revista, con la descripción de lo que ocurrió en los primeros tres lustros de la misma y sus actores (Estrada, 2015). Al revisar el índice del número 0 y de los ejemplares de aniversario de las diversas épocas de la revista, es interesante contrastar el tipo de manuscritos, los temas y el énfasis colocado en los diversos aspectos del conocimiento humano. Para muestra un botón, el índice del número del 15 aniversario tiene los siguientes artículos:
“Revista Digital Universitaria: origen y evolución de un experimento digital”.
“Acceso Abierto, información científica disponible en línea sin barreras”.
“Aspectos técnicos relevantes en la transición de las revistas al entorno electrónico”.
“Reconstruir la historia en medios digitales. El caso del portal Poblar el Septentrión. Construyendo la historia del norte de México”.
“Aplicación del modelo de satisfacción del usuario final de cómputo (EUCS) y su medición en kioscos digitales: caso Aguascalientes”.
“Publicación digital: valiosa herramienta para la divulgación de la ciencia”.
“Reseña: Bibliotecas y publicaciones digitales de Juan Voutssás Márquez”.
Es comprensible el sesgo implícito hacia la materia tecnológica y su impacto en la publicación científica y de divulgación, pero creemos que el énfasis en un medio puede hacer que éste se convierta en el mensaje. La aparición de Internet en el escenario social de las últimas décadas ha sido el evento transformador más importante de nuestra especie en el último siglo, y la explosión del uso de dispositivos digitales portátiles como medio primario de comunicación y obtención de información ha provocado un escenario extremadamente complejo, en el que actualmente existen más teléfonos celulares en el mundo que seres humanos (Davies, 2014). Cuando la RDU apareció, las personas la leían en una computadora personal de escritorio, conectada a Internet en la casa, universidad u oficina, con todo lo que ello implica (estar sentado en un lugar fijo, el cuerpo en una posición que permitiera ver la pantalla –con poco margen de movimiento–, las características de los monitores de esa época eran diferentes de los actuales, etcétera). Claro que no me consta, pero imagino que algunos de sus lectores imprimían el artículo en papel para leerlo después.
Actualmente, muchos de nosotros todavía tenemos una computadora fija de escritorio (que generalmente no compartimos, enfatizando lo personal en ‘computadora personal’), pero el escenario ha cambiado en el sentido que la mayoría de las personas, sobre todo las más jóvenes, utilizan sus dispositivos portátiles (celulares ‘inteligentes’, tabletas y netbooks) para leer información, en una dinámica personal y social completamente diferente. El paradigma en el que las computadoras eran solo herramientas tecnológicas separadas de nosotros, se está desmoronando al convertirse nuestros dispositivos personales en una continuidad del ser y parte de nuestra identidad (Clayton et al., 2015). La manera de comunicarnos con el mundo también se ha transformado radicalmente, ahora vivimos en un flujo constante y multidireccional de datos e información, que en ocasiones nos abruma. Michael Harris, en su libro El Final de la Ausencia, comenta: “Pronto, nadie recordará la vida antes de Internet. ¿Qué significa este inevitable hecho? Para las futuras generaciones, nada muy obvio. Estarán tan inmersos en la vida en línea que las preguntas sobre el propósito básico de Internet o su significado desaparecerán” (Harris, 2014). Estos hechos nos deben motivar a reflexionar intensamente sobre el futuro de todo tipo de publicaciones, tanto impresas como digitales, y su rol en nuestra cotidianeidad. La RDU gradualmente debe incorporarse en este “valiente nuevo mundo”, para continuar proporcionando material provocador, vigente y transformador a la audiencia de estudiantes, académicos y comunidad universitaria, así como al público interesado, en un formato congruente con la modernidad, sin sacrificar la calidad de los manuscritos y la profundidad de los conceptos explorados.
En suma, no quisiera hablar en esta ocasión de ‘la quinta época’ de la RDU (aunque podríamos argumentar que ¡no hay quinto malo!), sino de la continuidad de la misma, en el contexto dinámico y de enormes retos organizacionales, políticos, sociales y económicos que tenemos en la actualidad. Pretendemos que este continuo esté sustentado en el trabajo en equipo, proceso editorial de calidad, orgullo institucional y nacional, y que genere un producto excelente que se nutra del proceso y de las personas que en él participan.
“Lo único constante es el cambio”, Heráclito
Cada cambio es una ventana de oportunidad, un espacio potencial de generación de ideas para mejorar y continuar creciendo (aunque también abre la posibilidad de echar todo a perder, por lo que hay que ser prudentes en la cantidad y progresión de los cambios), y este relevo de estafeta no es la excepción. El equipo editorial de la DGTIC que estuvo a cargo de la RDU en los últimos años, nos entregó una gran cantidad de material y productos del trabajo realizado que son testimonio de su profesionalismo y entrega institucional. Nuestro profundo respeto y agradecimiento a Lizbeth Luna González, Miguel Ángel Mejía y Fabián Romo Zamudio, así como al personal de la DGTIC que ha tenido algo que ver con la producción de la RDU. Estamos ciertos de que no es sencillo desprenderse de una obra de amor, les aseguramos que pondremos nuestro mejor esfuerzo para continuar con su excelente trabajo. Si las cosas no se hacen con cariño y pasión, generalmente no se hacen bien y no valen la pena.
Hemos decidido realizar algunos cambios, que ocurrirán de manera gradual y premeditada:
Renovación del Comité editorial. Se realizaron nuevos nombramientos dentro del Comité editorial (se ratificaron algunos integrantes para promover la continuidad), este es un trabajo en proceso que incluirá a corto plazo más personas de otras instituciones y países. En mayo de 2017 el Comité editorial está integrado por:
Dr. Guillermo Aguilar Sahagún
Consultor Independiente
Dra. Ana María Cetto Kramis
Instituto de Física, UNAM
Dra. Frida Díaz Barriga Arceo
Facultad de Psicología, UNAM
Dra. Teresa I. Fortoul van der Goes
Facultad de Medicina, UNAM
Dr. Alberto Lifshitz Guinzberg
Facultad de Medicina, UNAM
Dr. Agustín López-Munguía Canales
Instituto de Biotecnología, UNAM
Dr. Juan José Sánchez Sosa
Facultad de Psicología, UNAM
Dr. Antonio Sánchez Pereyra
Dirección General de Bibliotecas, UNAM
Dra. Annette Santos del Real
Centro de Estudios Educativos, A.C.
Mtra. Margarita Varela Ruiz
Consultora independiente
Dra. Luz del Carmen Vilchis Esquivel
Facultad de Artes y Diseño, UNAM
Dr. Leonardo Viniegra Velázquez
Hospital Infantil de México “Federico Gómez”
Equipo editorial. Al estar ‘alojada’ la RDU en la CODEIC, integramos un nuevo equipo editorial. Mi sincero agradecimiento al equipo que se ha encargado del nada sencillo proceso de recepción, organización e inicio de la transformación de la RDU en esta nueva etapa, no tengo palabras para expresarles mi reconocimiento por una excelente labor. Además de las personas listadas abajo, agradezco al maestro Daniel Morales Castillo su participación en el proceso:
Editor en jefe: Dr. Melchor Sánchez-Mendiola, Facultad de Medicina, UNAM
Editoras académicas:
▪ Mtra. Ana María del Pilar Martínez Hernández
Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
▪ Dra. Magda Campillo Labrandero
Facultad de Psicología, UNAM
Editora asociada: Lic. Carina Itzel Gálvez, CODEIC, UNAM
Periodicidad. Después de discutirlo ampliamente, decidimos que la periodicidad de la publicación sea bimestral, para asegurar la calidad de los manuscritos y profesionalizar aún más el proceso editorial y de arbitraje.
Secciones de la RDU. Los números dejarán de ser temáticos –aunque se programarán de manera ocasional para temas específicos que así lo requieran–, ya que consideramos que una revista digital de esta naturaleza debe proveer un abanico de ideas, narrativas y perspectivas que explore diversos tópicos. Actualmente el acceso a las publicaciones digitales a través de la red es una mezcla de planeación, espontaneidad y “serendipia”, por lo que creemos que una mayor variedad de artículos será de más utilidad para nuestros lectores. Por otra parte, siendo una de las principales misiones de la UNAM la educación, incluiremos temas relacionados con este campo de estudio, que tiene relevancia para todos los tipos del quehacer humano. La estructura de cada número de la revista será como sigue:
Editorial
Varietas
Continuum educativo
La voz de los docentes
La voz de los estudiantes
Universidades
Caleidoscopio
Otros cambios. Estamos trabajando en un nuevo logo e imagen de la revista, así como nuevas instrucciones para los autores, entre otras cosas, que irán ocurriendo paulatinamente en los siguientes meses.
Lo que no cambia. La revista continuará siendo una publicación de divulgación de la UNAM, con altos estándares de calidad, indizada por CONACYT, con manuscritos sobre todas las áreas del conocimiento. Con gran satisfacción comunicamos a nuestros autores y lectores que este año se logró la renovación en el Índice de Revistas Mexicanas de Divulgación Científica y Tecnológica (IRMDCYT) del CONACYT, lo que da un estatus muy relevante a la RDU en la comunidad académica. Por otra parte, en la primera reunión del renovado Comité editorial, discutimos largamente sobre las diferencias semánticas y conceptuales de los términos “divulgación”, “difusión”, “diseminación”, que serán motivo de otra Editorial. Concluimos que se mantendrá el espíritu de comunicación social y pública del conocimiento y actividades humanas, dirigido al público latinoamericano de estudiantes, profesores, y sociedad en general interesada en estos temas.
Panorama de este número
El número de mayo-junio es el primer número de la RDU totalmente a cargo del nuevo equipo editorial. Estamos seguros que será el primero de una larga serie de ejemplares que continuarán la línea de contribuir a la divulgación del conocimiento humano, con un énfasis reflexivo y transformador. Los temas abordados son los siguientes:
Varietas
“La comunicación de la ciencia y la literatura: breve recorrido histórico”, María Emilia Beyer y Gabriela Frías Villegas
“La memoria sonora de Radio UNAM: un referente de investigación y educación”, Santiago Ibarra y Margarita Varela
“La fotografía científica. Historia y vínculo con la divulgación”, Víctor Gálvez
“Museos de la UNAM. Sitios de aprendizaje y entretenimiento”, Adriana Bravo Williams
Continuum educativo
La voz de los profesores
“Memorizar, pensar o activar la inteligencia. Desafíos de los maestros y de la educación en México”, Luis Equihua Zamora
“El viaje de Emilio a Alemania. Implicaciones en mi práctica docente”, Yasser Gandhi Hernández Esquivel
La voz de los estudiantes
“Relato de un viajero primerizo”, Marco Sánchez Hernández
Universidades
“Las diversidades culturales de los becarios indígenas y afrodescendientes de la UNAM”, Evangelina Mendizábal
Caleidoscopio
“Mitos, memoria colectiva y narración ilustrada”, Juan Palomino y Ana Paula Ojeda
“Conversando sobre ciencia y divulgación”, entrevista al Dr. Guillermo Aguilar Sahagún
“Recordando a José Vasconcelos a 58 años de su muerte”, infografía de Pilar Martínez y Gabriela Guzmán.
Como dice el refrán: “el que mucho se despide pocas ganas tiene de irse”. Esta Editorial es más extensa de lo habitual por la necesidad de explicar los cambios en la RDU, de ninguna manera pretende ocupar el lugar preponderante que tienen los artículos mencionados arriba, que son el corazón y alma de la revista. Pido a nuestros lectores disfruten los manuscritos que integran este número de la RDU, y que nos hagan saber sus inquietudes y sugerencias. fin
Melchor Sánchez Mendiola
Editor en jefe
Referencias
Clayton, R. B., Leshner, G. y Almond, A. (2015), The Extended iSelf: The Impact of iPhone Separation on Cognition, Emotion, and Physiology. En Wiley Online Library, 2015(20), 119–135. doi: 10.1111/jcc4.12109 . Recuperado de http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jcc4.12109/full.
Davies Z. (2014), Active Mobile Phones Outnumber Humans for the First Time. En International Business Times, october 8, 2014. Recuperado de http://www.ibtimes.co.uk/there-are-more-gadgets-there-are-people-world-1468947.
Estrada A. (2015), Revista Digital Universitaria: 15 años del quehacer universitario en línea. En Revista Digital Universitaria, 16(3). Recuperado de http://www.revista.unam.mx/vol.16/num3/art17/art17.pdf.
Harris M. (2014), The End of Absence: Reclaiming What We’ve Lost in a World of Constant Connection. Nueva York: Current. Recuperado de http://www.endofabsence.com.