Una carta de amor a la vida a través del dibujo

Vol. 25, núm. 6 noviembre-diciembre 2024

Una carta de amor a la vida a través del dibujo1

Renata Santamarina Cita

Resumen

La autora realiza un recorrido por las distintas posibilidades que ofrece la disciplina del dibujo: la observación, el análisis y la creación de imágenes. Reflexiona cada una de ellas a partir de su experiencia personal y se acompaña de los pensamientos de grandes autores que también han escrito sobre el proceso del dibujo.
Palabras clave: dibujo, creatividad, observación, imaginación, registro gráfico.

A love letter to life through drawing

Abstract

The author takes a tour of the different possibilities offered by the discipline of drawing: observation, analysis and image creation. She reflects on each of them from her personal experience and in the company of the thoughts of great authors, who have also written about the drawing process.
Keywords: drawing, creativity, observation, imagination, graphic arts.


Mi relación con el dibujo empezó desde una temprana edad. Tuve la oportunidad de crecer cerca de un dibujante profesional y me era muy sorprendente cómo podía plasmar ideas y nuevos mundos sobre una hoja de papel en cuestión de segundos.

A los 16 empecé mi primer proceso formativo alrededor de las artes plásticas. La maestra que impartía dibujo nos insistía en que debía de ser una práctica diaria en nuestras vidas: aprender a dibujar es cuestión de dedicarle tiempo. Desde ese entonces se convirtió en mi disciplina principal y sobre todo en una manera de experimentar el mundo. El dibujo nos ofrece la posibilidad de observar, de diseccionar, de analizar y de reimaginar la realidad que habitamos. “Para el artista dibujar es descubrir […] Es el acto mismo de dibujar lo que fuerza al artista a mirar el objeto que tiene delante. A diseccionarlo y volverlo a unir en su imaginación” (Berger, 2011, p. 7)

La primera posibilidad del dibujo que quiero explorar en este ensayo es la posición de observadora que me ha regalado esta práctica. Dibujar el mundo nos invita a un ritmo pausado, el de las grandes líneas y los pequeños detalles. El nivel de concentración y presencia que el dibujo pide es un deleite. Es una invitación a habitar la realidad de manera pausada, en contraste con nuestro constante frenesí. El dibujar algo invita a comprender la unidad y sus partes, ambas al mismo tiempo. Este juego mental nos regala un momento de introspección que roza en, e incluso me atrevería a decir que es, una meditación. Se trata de una compenetración con la vida, que nos permite sentirla en toda su profundidad. Como dice mi maestra de yoga: “Donde yace nuestra mirada está nuestra atención”.

El dibujar algún sujeto en vivo puede ser un ejercicio muy técnico, se trata de una práctica que se va cultivando con muchas horas y se va afinando con el tiempo. Como en cualquier disciplina, a la par que vas desarrollando los aspectos técnicos, vas explorando los aspectos sutiles. Me atrevo a decir que cualquier dibujante se va preguntando cómo capturar lo que roza en los intangibles. ¿Cómo representar lo abstracto de un momento?, ¿cómo capturar la esencia de lo que estás dibujando?, ¿acaso se encuentra en la sutileza de sus curvas?, ¿en cómo acaricia la luz al objeto? Creo que todos estos cuestionamientos te van llevando a desarrollar lo que comúnmente llamamos estilo.

En mi opinión, el estilo es sólo un gusto por lo que uno observa, es poner atención a cierto tipo de detalle. Es el desarrollo de una manera de mirar. El dibujo nos regala ser el testigo pleno de muchos escenarios y al mismo tiempo es tomar una elección de qué observar entre un infinito de posibilidades. Tus dibujos se vuelven una huella de tu ser, del paso de tu mirada en este mundo. “Es evidente que el acto de dibujar mezcla la percepción, la memoria y el sentido que cada uno tiene del yo y de la vida: un dibujo siempre representa más que su tema real. Todo dibujo constituye un testimonio” (Pallasmaa, 2012, p. 101).

Dibujos en el Barrio gótico de Barcelona

Figura 1. Dibujos en el Barrio gótico de Barcelona.
Crédito: diario de viaje de Renata Santamarina, 2022, uso reservado.

La segunda posibilidad que me ha ofrecido el dibujo es la de analizar, la de diseccionar las partes de un objeto para reconocerlas y así entender que la unidad es más que la suma de sus partes. Como dijo Albert Einstein, “Si no puedo dibujarlo es que no lo entiendo”.

Esta faceta del dibujo me enseñó a explorarla mi querida maestra Martha, quien me dio clases de representación bidimensional como parte de mi proceso de licenciatura. La experiencia más clara que tuve respecto a esto fue durante una práctica de campo, en la que fui a restaurar junto con todos mis compañeros la zona arqueológica de Palenque. Trabajábamos por equipo y al nuestro le tocó la limpieza de un friso, el cual estaba decorado con mascarones. El friso es la sección ancha que se encuentra en la parte superior de un edificio. Puede estar ornamentado, lo cual aquí era con los mascarones, que son elementos decorativos y usualmente simbólicos, que en este caso se trataban de figuras que asemejaban la forma de una serpiente.

Por fortuna, no había registro gráfico de la decoración, por lo que me asignaron la tarea de dibujarlos. La decoración de los edificios de Palenque, a la cual pertenecen los mascarones, fue realizada a base de cal. Es un sitio que fue habitado y desarrollado por la cultura Maya. Ellos llegaron a tal maestría del material por la profunda comprensión que tenían sobre su comportamiento. Los mascarones son decoraciones complejas y de gran peso por lo que necesitan de un acompañamiento estructural que venga desde el edificio para poderse sostener. Los mayas lo resolvieron por medio de una piedra, llamada alma, que forma parte de la pared del edificio y tiene un fragmento que sobresale. Sobre de éste construyeron los mascarones.

Esquema explicativo, del friso, el mascarón y el alma

Figura 2. Esquema explicativo, del friso, el mascarón y el alma.
Crédito: Renata Santamarina, 2024, uso reservado.

Dibujé los seis mascarones del edificio, estaban en distintos estados de conservación. Algunos de ellos habían perdido ya mucha de la decoración en cal, por lo que me fue posible observar sus almas. Al ir dibujándolos, fue muy bello el poder ir reconociendo esta parte íntima de ellos, la estructura que posibilita su existencia. Al comparar todos los dibujos, me fue posible elaborar una propuesta de dónde estaban dispuestas todas las almas y, por lo tanto, poder comprender íntegramente su estructura.

En este momento me di cuenta de la importancia que tiene el dibujo para realizar un proceso de síntesis, el cual posibilita una profunda comprensión del objeto estudiado. Además del análisis, estos esquemas se vuelven memoria; otra posibilidad del dibujo en la que me gustaría ahondar.

Los artistas utilizaban también el dibujo para registrar detalles técnicos […] Estas pinturas a menudo se denominan ricordi. De manera similar las fábricas marcan con frecuencia sus productos con la simple representación lineal, reconociendo que tanto las formas, como la decoración, se pueden identificar rápidamente con estos dibujos simplificados mejor que con fotografías tonales. (Lambert, 1996, p.133)

Durante la misma experiencia de Palenque, continuamente realizábamos una consulta a los dibujos realizados por la arqueóloga Merle Greene Robertson, compilados en un libro publicado en 1983. Ella se dio a la labor de levantar un registro gráfico extensivo de la decoración de los inmuebles y a la fecha sirven como memoria del sitio. Permiten comparar el estado de conservación, observar qué se ha perdido y qué perdura en las mismas condiciones. Bien dijo Leonardo Da Vinci, “El dibujo da existencia, todo lo dibujado es”.

Ahora viene mi posibilidad favorita como dibujante, la de vivir la vida imaginando e inventando otras realidades. El dibujo ha sido mi principal herramienta para explorar la creatividad, un gran compañero para indagar el mundo de las ideas y traerlas a tierra. “El acto de convertir una idea en líneas y trazos en el papel a menudo estimula la mente y libera la imaginación, fomentando el flujo de pensamiento creativo” (Lambert, 1996, p. 77).

Doy clases en mi taller, mis alumnos siempre enriquecen mis reflexiones sobre el oficio y me ayudan a entender con mayor profundidad el proceso creativo. Uno de ellos, Mauricio, se dedica al cine y el otro día nos platicó sobre una reflexión muy interesante de Robert Bresson, quién dijo: “De dos muertes y tres nacimientos. Mi película nace por primera vez en mi cabeza, muere sobre el papel; resucita por los personajes vivos y los objetos reales que empleo, que son asesinados en el celuloide pero que, colocados en un cierto orden y proyectados sobre una pantalla, se reaniman como las flores en el agua” (Bresson, 1979, p.19). Me encantó la idea de incorporar la concepción cíclica en el proceso creativo. Precisamente, el primer nacimiento de una imagen para mí pasa por un bosquejo rápido. Ese garabato me permite reconocer las partes que estarán presentes y ponerlas a bailar e incluso explorar posibilidades que no imaginé en un primer momento. Aquí llegaría su primera muerte y tendría sentido darle una nueva vida a esa imagen a través de una pintura o un dibujo más elaborado.

Boceto de la pintura Escribana del Alma

Figura 3. Boceto de la pintura Escribana del Alma.
Crédito: Renata Santamarina, 2023, uso reservado.

A través de la suma de dibujos y pinturas creadas, vas reconociendo tu propia mirada. “El artista realiza este tipo de función; está orientado de algún modo a situarse en la frontera de la percepción, con su alma vertiéndose en sus sentidos. A medida que el alma evoluciona, a medida que los tiempos cambian, lo que ve, cambia” (Richards, 2023, p. 51). Para mí, el ir reinterpretando mis vivencias a través de la creación de imágenes me ha permitido construir un mundo propio de símbolos, explorar mi imaginación y así ir construyendo una cosmovisión.

Ver sólo con los ojos es ver el mundo con una visión simple, únicamente bidimensional, literal. Ver el mundo a través de los ojos es cultivar lo que Blake llamaba “doble visión”, que percibe con una profundidad mayor y capta lo metafórico, más allá de lo literal. La visión simple ve el sol solamente como el sol; la doble visión lo ve también como una hueste celestial. (Harpur, 2020, p. 92)

Esta posibilidad nos regresa a la primera, la de ser testigos activos de la vida a través del dibujo. El ser creativo te invita a observar, a estar atento. A buscar la magia en el cotidiano, que sólo a través de tus ojos puede convertir la más simple de las experiencias en un milagro.

Referencias

  • Berger, J. (2011). Sobre el dibujo. Editorial Gustavo Gili.
  • Bresson, R. (1979). Notas sobre el cinematógrafo. Biblioteca Era.
  • Harpur, P. (2020). El fuego secreto de los filósofos. Atalanta.
  • Lambert, S. (1996). El dibujo. Técnica y utilidad. Tursen/Hermann Blume.
  • Pallasmaa, J. (2012). La mano que piensa. Editorial Gustavo Gili.
  • Richards, M. C. (2023). Centrar en cerámica, en poesía y en la persona. Editorial Alias.


Recepción: 02/10/202. Aprobación: 11/10/2024.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079