Vol. 21, núm. 5 septiembre-octubre 2020

Las lágrimas y sus padecimientos

Anabel Socorro Sánchez Sánchez y Alejandro Rodriguez Mercado Cita

Resumen

Las lágrimas son un componente esencial para nuestra visión, son el primer punto de contacto con la luz que entra a los ojos. Sin embargo, resulta común vivir con uno o varios síntomas asociados con padecimientos lagrimales y estar tan acostumbrados a ellos que los pasamos por alto. Cualquier problema de este tipo afectará nuestra visión y la manera en la que percibimos el mundo. En este artículo, te hablaremos sobre qué son las lágrimas, también llamadas películas lagrimales, de qué están hechas y cómo podrías identificar si vives con algún problema en ellas.
Palabras clave: lágrima, visión, ojos, padecimientos.

Tears and its affections

Abstract

Tears are an essential component for our vision; they are the first contact of the light when it passes through our eyes. It is common to live with one or more symptoms associated to issues in the tears, overlooking that fact. Any tear-related problem compromises our vision and our world perception. In this article, we will talk about what tears are, which are their components and how you can assess yourself to identify if you are living with some problem in them.
Keywords: tears, vision, eyes, health condition.

Introducción

¿Te ha pasado que sientes que nadie merece tus lágrimas? O tal vez has imaginado como sería tu vida sin lágrimas, quizá porque el viento se las llevó o porque fueron derramadas en la sequedad o aspereza.

Quizá simplemente las has secado, sin considerar lo importantes que son para tus ojos, pasando por alto también la labor de las glándulas que intervienen en su formación. Las diferentes cualidades ópticas de las lágrimas hacen posible ver una imagen definida, además de cumplir funciones de lubricación y otras más de defensa ante agentes microbianos. A continuación, se dan a conocer más detalles.

Las lágrimas, lágrima o película lagrimal: una capa de capas

La lágrima o película lagrimal es una capa líquida muy delgada; tiene un espesor mínimo de 4 milésimas de milímetro (micrones, µ) y máximo de 40µ; se podría pensar en ella como un gel líquido compuesto de agua, grasa, moco y muchos nutrientes. Esta fina capa a su vez está formada por tres subcapas más delgadas, una de mucina, otra de agua y la última de lípidos o grasas, cada una con origen en glándulas diferentes, distribuidas en el aparato lagrimal. La acción mecánica del párpado combina estos 3 componentes, y forma, como tal, la película lagrimal (ver figura 1). Una definición más reciente, describe a la lágrima como un gel interactivo de mucina hidratada, con lípidos asociados a proteínas, distribuidos por todo el gel (Gayton, 2009).

Figura 1. Capas de la lágrima.
Fuente: elaboración propia.

Las lágrimas tienen muchas funciones: sirven como lente óptica, ya que son el primer punto de contacto que tiene la luz al entrar a nuestros ojos, son la principal fuente de oxígeno de la córnea, actúan como lubricante entre los párpados y la córnea, se encargan de la eliminación de cuerpos extraños y células muertas, además de prevenir infecciones por microorganismos.

Figura 2. Ubicación de las glándulas responsables de la producción de la película lagrimal.
Fuente: elaboración propia.

La subcapa de mucina es la más próxima a la superficie ocular, y se genera en las células de Globet y epiteliales, en las glándulas de Manz y de Moll, y en las criptas de Henle (ver figura 2). Está constituida principalmente de sulfomucina y sialomucina (Caffery, 1990), proteínas de alto peso molecular; encargadas de proteger la superficie ocular al actuar como barrera ante microorganismos. Ayuda a crear una superficie hidrófila lisa sobre las microvellosidades de la superficie corneal y con esto favorecer la adherencia de la lágrima sobre el ojo (ver figura 3).

Figura 3. Adherencia de la mucina.
Fuente: elaboración propia.

La subcapa acuosa se halla en la parte intermedia de la lágrima, y constituye la mayor parte de la película. Aunque su producción más grande procede de la glándula lagrimal principal, se complementa con la de las glándulas de Krause y Wolfring1 (ver figura 2), células acinares,2 vasos sanguíneos de la conjuntiva, epitelio corneal y conjuntival. Está integrada por un alto contenido de agua, proteínas y enzimas (amilasa, lizosima, lactoferrina, prealbúmina), glicoproteínas, inmunoglobulinas (IgA e IgG), sodio, cloro, urea, piruvato, glucosa, potasio, calcio, magnesio e, incluso algunos otros componentes que aún no se han descubierto. Se encarga principalmente en llevar oxígeno y nutrientes a la córnea; además de lubricar, eliminar tanto partículas como desechos metabólicos, y gracias a la presencia de inmunoglobulinas, enzimas y otras proteínas bacteriolíticas de evitar infecciones (Caffery, 1990; Kaufman y Alm, 2004).

La inervación3 de la glándula lagrimal principal es regulada mayormente por el sistema nervioso involuntario, se conecta con la retina, la capa del ojo encargada de percibir la luz, y con el sistema límbico, el cual regula las emociones. Por este motivo podemos llorar en casos de deslumbramientos o por tristeza. Las concentraciones de electrolitos y proteínas de la subcapa acuosa variaran dependiendo del origen del estímulo (Kaufman y Alm, 2004).

Finalmente, la subcapa lipídica es la más externa, pues entra directamente en contacto con el aire. Proviene de las glándulas de Meibomio (ver figura 2) y se forma de la combinación de alcoholes con ácidos orgánicos (ésteres) y colesterol. Retrasa la evaporación de nuestras lágrimas, permitiendo que permanezcan por más tiempo sobre la superficie externa de nuestro ojo (Caffery, 1990; Kaufman y Alm, 2004).

Una vez que las lágrimas han cumplido su función…

En condiciones normales, se pierde entre 10% y 20% de la película lagrimal por evaporación. El parpadeo hace un efecto de sifón que bombea las lágrimas para su deshecho, iniciando con los puntos lagrimales en el borde interno de los párpados, continuando por los canales lagrimales y saco lagrimal hacia la nariz (Saraux, Lemasson, Offret, y Renard, 1985; ver figura 4).

Figura 4. Aparato lagrimal.
Fuente: elaboración propia.

Cuando las lágrimas tienen problemas se pueden presentar alteraciones

El síndrome de ojo seco es la más frecuente, aparece por deficiencias en uno o en varios componentes. Entre sus síntomas, puede presentar sensación de tener arena o algo en el ojo, comezón, ardor, sensibilidad a la luz, pesadez en los párpados y a veces hasta dolor.

¿Has tratado de enfocar y no puedes? Si la película lagrimal se vuelve irregular, cuando la luz pase a través de ella también tendrá anormalidades (llamadas microaberraciones), lo que suele ocasionar que mientras fijamos la mirada en un objeto no se vea completamente definido (aun usando lentes). A veces, durante esos momentos empezamos a parpadear buscando mejorar el enfoque, porque al hacerlo volvemos a distribuir la lágrima de manera uniforme y a lubricar la superficie ocular, pero como ésta desaparece rápidamente resurgen las imágenes borrosas o distorsionadas que disminuyen la nitidez, por lo tanto continuamos parpadeando.

Otras causas del síndrome del ojo seco pueden ser mecánicas o autoinmunes:

  • Mecánicas: los párpados laxos, el cierre incompleto del párpado o la disminución de la frecuencia del parpadeo propician un ojo seco pero funcional, ya que las capas de la lágrima se encuentran en una excelente condición de salud.
  • Autoinmunes (enfermedades donde nuestro propio sistema inmunológico ataca nuestros órganos sanos): síndrome Sjögren,4 queratoconjuntivitis sicca,5 desordenes de la glándula lagrimal,6 entre otros.

El síndrome de ojo seco, de igual modo, tiende a manifestarse por problemas en el resto del aparato lagrimal, en los puntos y conductos que llevan a su drenaje (Paul-Riorda y Emmet, 2011).

  • Dacriocistitis: infección del saco lagrimal.
  • Dacrioadenitis: inflamación de glándulas lagrimales. Puede volverse crónica, cuya causa más común es el síndrome de Sjögren, o aguda, debido a virus, bacterias u hongos.
  • Epífora funcional u obstructiva: cuando el canal está obstruido por secreciones, lo que provoca lagrimeos excesivos.

Otros padecimientos…

  • Alácrima: carencia congénita de lagrimeo.
  • Lagrimación paradójica o lágrimas de cocodrilo: lagrimeo al comer.
  • Lágrimas sanguinolentas o hemolacria: la presencia de sangre puede estar asociada con conjuntivitis, golpes o tumores.

Evalúa si vives con un padecimiento lagrimal

La siguiente información será de utilidad para descubrir si se vive con un padecimiento debido a problemas lagrimales.

Primero te sugerimos una autoevaluación respondiendo un cuestionario. Existen varios cuestionarios para determinar los síntomas de la resequedad ocular, uno de los más usados es el de McMonnies y Ho (1987). Este cuestionario lo puedes utilizar para autoevaluarte y saber si vives con algún problema en tu lágrima que deba ser atendido por un especialista. Consiste en 13 preguntas de opción múltiple, al final cada respuesta corresponde a un puntaje, cuya suma dirá si tienes un problema o estás en riesgo de tenerlo. Recomendamos tener a la mano un lugar para anotar las respuestas. Comencemos.

El recurso no se encuentra disponible en este momento.

Métodos de diagnóstico

Los especialistas de la visión realizan diferentes métodos diagnósticos que van desde cuestionarios sobre los síntomas, los más conocidos son el de McMonnies y el osdi (Ocular Surface Disease Index), hasta pruebas especializadas de laboratorio. Los exámenes que generalmente se usan son: el test de Schirmer, el tbut por sus siglas en inglés Tear Break up Time (tiempo de ruptura lagrimal, ver figura 5), y otros como hilo fenol, tinción con verde de lisamina o rosa de bengala. Estas muestras evalúan el volumen de producción lagrimal, el tiempo que mantiene su uniformidad sobre la superficie ocular y si existe algún tipo de daño en estructuras anteriores del ojo, como la córnea y conjuntiva, por resequedad. Algunos otros métodos menos invasivos incluyen grabar un video que determine la cantidad de lágrima que hay entre el párpado inferior y la superficie ocular (menisco lagrimal, ver figura 6).

Muestra del tbut. A la izquierda se observa la tinción distribuida uniformemente en el inicio de la prueba; a la derecha aparecen las zonas obscuras señaladas con flechas rojas, secciones donde ya se evaporó la lágrima.
Fuente: elaboración propia.

Otras técnicas no invasivas estiman, a nivel laboratorio, la concentración de las distintas sustancias que componen la lágrima (osmolaridad) y también se ha popularizado el uso de un equipo llamado tearscope, diseñado por Guillon en 1986, que permite dar un diagnóstico de ojo seco en cuestión de segundos (The Vision Care Institute, s.f.).

Menisco lagrimal. En un ojo sano, la altura del menisco debe ser de al menos 100 micras (0.1 mm).
Fuente: elaboración propia.

Novedades en las investigaciones sobre la lágrima

Se estudia la posibilidad de medir los componentes de la lágrima para el seguimiento de diferentes enfermedades. Se ha desarrollado el prototipo de unos lentes con un biosensor para monitorear la glucosa en pacientes diabéticos, sin necesidad de pincharse el dedo. Así como de lentes de contacto que pueden medir el nivel de glucosa a través de la glucosa en las lágrimas (Anteojos que monitorean la diabetes, 2020; unam Global, 2018).

Datos importantes

Entre los factores que favorecen la aparición de deficiencias en la película lagrimal se encuentran el uso constante de dispositivos electrónicos y de aire acondicionado (el parpadeo disminuye, entonces, el ojo se reseca), una dieta deficiente en omega 3 y vitamina A, así como habitar en ciudades con altos índices de contaminación.

Conclusiones

Deficiencias en la producción o en las características de cualquiera de las capas de la película lagrimal pueden dar origen a padecimientos en los ojos que afecten nuestro rendimiento visual.

Los cuestionarios son útiles para distinguir algunos de los síntomas asociados con alteraciones de la película lagrimal; sin embargo, sólo un especialista de la visión podrá determinar el diagnóstico certero y tratamiento en cada caso. Por lo cual, si presentaste un puntaje de riesgo de ojo seco, será prudente acudas a una revisión detallada a fin de que recibas el tratamiento adecuado.

Los tratamientos para las deficiencias lagrimales son variados; algunos consisten en modificaciones en el medio ambiente y en la dieta, otros en el uso de geles, lágrimas artificiales, antiinflamatorios, antibióticos, tapones lagrimales, gafas de cámaras de humedad, lentes de contacto o procedimientos quirúrgicos. Pero cada una de estas opciones dependerá del origen de la afección.

Referencias



Recepción: 19/08/2019. Aprobación: 20/05/2020.

Vol. 21, núm. 6 noviembre-diciembre 2020

Políticas educativas e incorporación de las TIC en la educación superior mexicana

Marisol Muñoz Martínez Cita

Resumen

El presente artículo es un análisis sobre la introducción de las Tecnologías de Información y Comunicación (tic) en el sistema educativo mexicano, a través de la documentación de las políticas educativas. En seguida, se comenta la importancia de las tic como mediadoras en el proceso de aprendizaje, particularmente en la educación superior. Las conclusiones apuntan a centrar la atención en los procesos de aprendizaje más que en la inversión de equipamiento.
Palabras clave: educación superior, tecnologías de información y comunicación, políticas públicas educativas, tic.

Educational Policies and ICT Incorporation in Mexican higher education

Abstract

This article is an analysis of the introduction of Information and Communication Technologies (ict) in the Mexican educational system, through the educational policies documentation. The importance of ict as mediators in the learning process is discussed below, particularly in higher education. The conclusions aim to focus attention on learning processes rather than investment in equipment.
Keywords: higher education, information and communication technologies, public education policies, ict.

Introducción

La actualización y renovación permanente del saber científico y tecnológico, y el sistema económico centrado en la producción, han generado cambios en la forma de elaborar política en México. En particular, han orientado la educación al desarrollo de competencias para dar respuesta a nuevas demandas del mercado laboral, en el contexto de la globalización y la transformación digital de la industria y las organizaciones.

En este marco, el presente artículo centra su atención en la introducción de las Tecnologías de Información y Comunicación (tic) en el sistema educativo mexicano, a través de la documentación de las políticas educativas. Además, se aborda la importancia de las tecnologías en la educación superior, como mediadoras en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Así, surge la cuestión: ¿cuál tendría que ser la prioridad de las políticas educativas en materia de tic?

Políticas educativas para la introducción de las TIC en México

La incorporación y uso de las tic en las actividades cotidianas humanas ha propiciado que los organismos internacionales se ocupen de la detección de la necesidad de su incorporación al ámbito educativo. Entre dichos organismos se encuentran la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (ocde) y el Banco Mundial (bm).

Resalta el trabajo realizado por la unesco para la adopción de las tecnologías en el ámbito educativo. En la década de los noventa constituyó la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo xxi (1996), presidida por Jaques Delors, y en cuyo informe se indica que, a partir del contexto de un mundo globalizado, multicultural y con problemas de inequidad, se requiere instrumentar una nueva propuesta de construcción de la educación y el aprendizaje. Además de contar con profesores adecuadamente formados, se considera la incorporación de otros elementos para impartir enseñanza de calidad, dentro de los cuales, el uso de medios de comunicación y de las tecnologías cobran gran relevancia.

En el caso de México, los primeros intentos de introducir los recursos tecnológicos en el sistema educativo mexicano datan del sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988). Con el programa de Telesecundarias, inaugurado en 1986, la Secretaría de Educación Pública (sep), en el ya mencionado período de gobierno, incorporó la televisión al ámbito educativo, con el fin de poner al alcance los estudios de secundaria para jóvenes residentes en comunidades alejadas de las zonas urbanas.

Posteriormente, entre 1993 y 1994, se implementó el Proyecto Introducción de la Computación Electrónica en la Educación Básica (oeeba-sep) para educación primaria. Siguieron, de manera consecutiva, el Sistema de Educación Satelital (edusat), inaugurado en 1995, y la Red Nacional de Videoconferencias para la educación, en 1997, con la participación de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), el Instituto Politécnico Nacional (ipn) y la Universidad Autónoma Metropolitana (uam).

Cabe señalar que, en 2003, se hace una adición al artículo seis de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, donde se establece la libertad de expresión y el derecho al acceso de la información, que a letra dice: “el Estado garantizará el acceso a las tic, así como servicios de radiodifusión y telecomunicaciones, incluido el de banda ancha, e Internet […]” (Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, 2008, p.10).

Para inicios del siglo xxi, durante el gobierno de Vicente Fox Quezada (2000-2006), se impulsó como proyecto sexenal educativo el Programa Enciclomedia (2003), para quinto y sexto grado de primaria. En ese momento se estableció la política de fomento del uso educativo de las tic en la educación básica, cuya tarea sería “impulsar el uso, expansión, y desarrollo de las tic, así como la producción de materiales audiovisuales e informáticos que […] favorecieran el aprendizaje” (sep, 2006, pp.13-14). Lo anterior, a través de la distribución computadoras de escritorio, pizarrones blancos, proyectores y un contenido didáctico, que poco se usó por falta de capacitación hacia los profesores, o bien la carencia de servicios básicos como energía eléctrica.

En 2010, durante el gobierno de Felipe Calderón (2006–2012), se implementó el Programa Habilidades Digitales para Todos (hdt), en secundaria, para apoyar el aprendizaje de los estudiantes y ampliar sus competencias para la vida. En el gobierno de Enrique Peña (2012-2018), se propuso ampliar la oferta educativa y mejorar la gestión educativa a través del programa Estrategia Digital Nacional (2014).

Los resultados de los proyectos y programas mencionados dejaron en evidencia las deficiencias de una política educativa, que al parecer no está planeada con objetivos pedagógicos ni estrategias apropiadas para lograrlos. Se hizo una inversión en tecnologías (Severin, 2010), con el supuesto de que, por su sola presencia dentro del aula de clases, se estaría a la vanguardia educativa y, por ende, aportarían al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Como se aprecia, los proyectos y programas implementados en la mayoría de los casos son una combinación de políticas de equipamiento informático y dotación de contenidos digitales para las tareas de enseñanza. Sin embargo, sólo en la minoría se aborda la sustentabilidad de presupuesto dirigido a la capacitación de las y los profesores, y el mantenimiento y actualización del equipamiento. Por ello, es necesario cuestionar el discurso políticamente correcto, para iniciar un abordaje más amplio en la introducción de las tic en el ámbito educativo, e involucrar a las y los profesores, administradores educativos, estudiantes universitarios y el currículo.

De acuerdo con lo expuesto, Benavides y Pedró (2007) proponen que las políticas educativas deben definir con antelación un perfil del profesor, y proceder a asegurar la disponibilidad de contenidos y aplicaciones, lo que favorecería la implementación de apoyos dirigidos al área de investigación científica y tecnológica.

La importancia de las TIC en la educación superior

Las tic han conformado un fenómeno social de gran alcance, que ha transformado las actividades cotidianas de la humanidad. Éstas, asimismo, avanzan de una manera acelerada y sin pauta alguna, por lo que se requiere que los estudiantes universitarios desarrollen ciertas habilidades, destrezas, aptitudes y un juicio propio, que les permitan hacer uso de las tecnologías, en la adquisición, reforzamiento o divulgación del conocimiento.

En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, se exterioriza que los estudiantes deben asumir la responsabilidad de ser un participante activo en el apoderamiento del conocimiento, valores y habilidades necesarios para aprender a: conocer, hacer, trabajar en equipo, a ser solidario, tomar decisiones, resolver problemas, etcétera (unesco, 1998). En este sentido, las Instituciones de Educación Superior (ies), en conjunto con las y los profesores juegan un papel relevante. Para Tedesco (2000), la sociedad del conocimiento, en particular la universidad, debe tener en cuenta tres nuevos factores en su acceso al conocimiento:

  • 1. “es necesario educarse toda la vida”;
  • 2. la democratización del acceso a los niveles más complejos del conocimiento no puede quedar confiada solamente a la universidad, debido a que la gran mayoría quedaría fuera del proceso de desarrollo personal y social (generándose un nuevo despotismo ilustrado);
  • 3. se deberán encarar los desafíos que plantean las tecnologías de la información a las instituciones y métodos de enseñanza (pp. 77-78).




    • Pie de video


      Imagen 1. Existe un vínculo entre lo femenino, el ciclo menstrual, la luna y la noche.

      1 conapo conapo

      Referencias

      • Autor. (Año). Título. doi: vinculo
      • Autor. (Año). Título. doi: vinculo
      • Autor. (Año). Título. doi: vinculo

      Sitios de interés





      Recepción: 23/04/2020. Aprobación: 21/05/2020.

Vol. 21, núm. 5 septiembre-octubre 2020

Reflexión de la práctica: la profesionalización del docente

Ofelia Moreno Hernández, Irma Pérez Casillas y Leticia Martínez Pérez Cita –>

Resumen

En este artículo se reflexiona sobre la tarea del docente. Esta tarea implica llevar a cabo una profesión integral y compleja, pues son los maestros quienes, como profesionales, fortalecen las capacidades intelectuales, académicas, sociales y de convivencia de los alumnos a su cargo. Es por ello que desarrollar la práctica es un proceso formativo que implica fomentar el deseo de los alumnos por mejorar en diversos ámbitos.
Las estrategias propuestas no son exclusivas para la docencia porque la finalidad es mejorar el desempeño profesional aun en otras áreas, ya que al aplicar las prácticas se construyen perspectivas que responden a los enfoques mediante el análisis del trabajo cotidiano y resolución constante de situaciones problemáticas. Para comprender las transformaciones y potenciar permanentemente el quehacer docente, es indispensable sistematizar una práctica reflexiva en un habitus social, ya que ésta es una actividad que se practica en un ámbito colectivo.
Con la finalidad de cumplir con la función docente correspondiente, se requiere de la preparación y la actualización que orienten el acompañamiento y favorezcan la movilización de saberes, por lo que resulta necesario facilitar a los alumnos normalistas estrategias que promuevan un proceso ordenado y sistemático. De esta manera, se analiza y valora su práctica docente con criterios validados mediante técnicas y herramientas adecuadas, así como con una buena reorientación para realizar una práctica, no sólo reflexiva, sino crítica.
Palabras clave: formación docente, intervención docente, práctica docente reflexiva-crítica.

Reflecting on Practice: Professionalization of the Teacher

Abstract

This article reflects on the task of the teacher. This task implies carrying out a comprehensive and complex profession, since teachers are the ones who, as professionals, strengthen the intellectual, academic, social and coexistence abilities of the students in their charge. For this reason, developing practice is a training process that implies fostering the desire of students to improve in various fields.
The proposed strategies are not exclusive to the teaching labor, because the main purpose is to improve professional performance even in other areas of expertise. Applying transformation of practical practices implies building perspectives that respond to approaches through the analysis of daily work and constant resolution of problematic situations. Undoubtedly, in order to understand the transformations and promote the permanent improvement of the teaching duty, it is essential to systematize a reflective practice into a social habitus, as it is a practice that takes place in a collective environment.
It is assumed that in order to fulfill the corresponding teaching duty, it is necessary to prepare and update the assistance that guides and favors the mobilization of knowledge. In this sense, it is necessary to provide teacher-training students with strategies that promote an orderly and systematic process for analyzing and assessing the teaching practice, validated by means of specific criteria and other tools. In consequence, this will carry out a practice that is not only reflective, but also critical.
Keywords: teacher training, teacher intervention, critical-reflective teaching practice.

Introducción

Este artículo comienza por reconocer que la educación en la actualidad es objeto de múltiples transformaciones orientadas a mejorar la calidad y las necesidades de la sociedad. El maestro que hoy se incorpora al campo laboral requiere de un perfil específico como el que determina Carmona (2008), quien indica que el maestro debe ser capaz de desarrollar una dimensión reflexiva que le permita conjuntar formas de pensamiento racional e intuitivo, que conformen un proceso constructivo único. Por tanto, es un compromiso de los formadores de maestros el propiciar el desarrollo del pensamiento reflexivo y crítico.

Actualmente, la participación del docente se enfoca en desarrollar competencias mediante la reflexión crítica. Sin embargo, esto no se reconoce como una temática nueva porque, en realidad, está vigente desde la antigüedad, como determina Montecinos (2003), quien, después de analizar gran cantidad de literatura, llega a la conclusión de que el aprendizaje reflexivo se encuentra en el origen de las aportaciones de Platón y Aristóteles, promotores del diálogo como la clave de la reflexión y el pensamiento crítico.

En la formación de maestros es interesante adoptar la idea de Rodríguez (2014), quien conceptualiza que la práctica reflexiva del docente implica actitud sistemática de análisis y valoración de su quehacer para diseñar nuevas estrategias que puedan incidir de manera positiva en su enseñanza. Es también pertinente rescatar el saber docente y, a su vez, que esté enfocado en situaciones, acciones y problemáticas concretas que permitan establecer una relación entre su formación práctica y teórica. Este esquema considera lo que determina Montecinos (2003) al sugerir que las diversas tendencias propician que la profesión docente esté pasando desde una cultura del ejercicio individual al profesionalismo colectivo. Además, esta apertura trae consigo una mayor heterogeneidad en el alumnado, la diversificación de las demandas a los establecimientos educacionales, la necesidad de articular una educación continua a lo largo de la vida, y la complejización del conocimiento y del mercado laboral que exigen la capacidad de trabajar en equipo, y que son algunos de los factores que propician esta transformación. En este sentido, se sugieren estrategias y recomendaciones factibles en la formación de los nuevos docentes para consolidar las competencias profesionales y optimizar su desempeño.

La práctica reflexiva en las escuelas

En la actualidad, la educación proyecta una nueva visión de la docencia, así como de la gestión del conocimiento profesional. Los maestros son convocados a trabajar en equipo. Se les pide que en los consejos técnicos diseñen, implementen y evalúen proyectos de mejoramiento para sus centros educativos. A su vez, se les demanda que enseñen un currículo más exigente a un grupo más diverso de alumnos, que llegan a las aulas con intereses, motivaciones y experiencias de vida, frecuentemente, muy distintas a las expectativas de sus profesores. Ya no basta con enseñar lo que el marco curricular ha establecido, también hay que entregar evidencias de lo que los alumnos han aprendido, lo que se les enseñó y así como algunas relativas a la calidad del propio desempeño docente.

Sobre lo anterior, se han hecho estudios que permiten reconocer que es una temática vigente y de gran interés, como define Carmona (2008), quien propone utilizar la filosofía como instrumento potenciador del pensamiento crítico, entendida como actividad en su acepción socrática, y como investigación y búsqueda del sentido a través del diálogo, con la intención de potenciar la capacidad de reflexión, de autoevaluación y autocorrección, de respeto y de convivencia entre los participantes para fomentar su desarrollo integral.

Al analizar las prácticas en las Escuelas Normales, se sintetiza que desarrollar competencias profesionales da la oportunidad de aprender de la propia práctica de forma habitual, y se prioriza la reflexión en y sobre la práctica en un hábito consciente, que se incorpora en la actividad cotidiana del profesional de la educación. Entre las bondades que genera, según Perrenoud (2010), esta metodología permite solucionar con éxito situaciones prácticas, favorece aprender de la propia práctica, promueve la construcción individual o grupal de propuestas para la mejora de la intervención docente mediante la reflexión metodológica, aporta profesionalidad al docente y transforma la práctica diaria en un proceso de investigación-acción. Asimismo, al desarrollar competencias profesionales se intenta comprender de forma crítica las situaciones con las que se enfrenta al abordar cuestiones y retos profesionales como objeto de investigación en pleno contexto real y no únicamente teórico.

Por lo mencionado anteriormente, se reconoce que la práctica reflexiva y crítica propone analizar casos reales del escenario profesional, tomando en cuenta todos los elementos contextuales que permitan mejorar la formación práctica. De esta manera, se puede determinar como un ejercicio crítico, que implica incorporarse en un proceso de cuestionamiento, indagación, análisis y experimentación, de generación de nuevas estrategias de actuación, de reconceptualización de las creencias y teorías implícitas.

Como se puede apreciar en Perrenoud (2010), esta acción reflexiva y critica es fundamental para el desarrollo profesional y para lograr un aprendizaje permanente en la propia profesión, a través de sus intervenciones docentes, donde en el tiempo actual educar se ha vuelto cada vez más complejo.

Para fundamentar en este proceso de práctica reflexiva, Acuña (2015) apunta que el compromiso de las Escuelas Normales radica en vigilar los principios filosóficos del sistema educativo, promoviendo entre sus estudiantes la reflexión y la investigación como herramientas primarias en su formación y práctica profesional, buscando la relación oportuna con el entorno inmediato de la práctica escolar, a fin de mantener vínculos efectivos con el campo laboral y estar vigentes en la gran tarea que es formar docentes de calidad y con la intención de consolidar una formación profesional a los nuevos educadores.

Con esta propuesta se abre la posibilidad de cambiar el enfoque tradicional de la enseñanza-aprendizaje, para que sea congruente con el modelo educativo basado en competencias, donde el papel del maestro está centrado en atender los intereses de los alumnos, al buscar contextualizar el contenido, y donde también el papel del nuevo normalista deberá ser dinámico, investigador y propositivo. Esto último de acuerdo con el Rediseño Curricular de Escuelas Normales, que corresponde al acuerdo 14-07-18, en donde se establecen los planes y programas de estudio de la licenciaturas para la formación de maestros de educación básica. Éste incluye un planteamiento metodológico, globalizador y de aprendizaje en el servicio; la formación se basa en un modelo con la orientación del paradigma constructivista.

Para el éxito de la propuesta es preciso fundamentar que los planteamientos que se diseñen deben partir de las ideas previas de los estudiantes, y que mediante la situación didáctica se visualice la construcción de nuevos conceptos a raíz de la confrontación de ideas. Se sugiere que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea significativo, que represente un reto para crear zonas de desarrollo próximo, pero, sobretodo, que genere y le permita al estudiante entrar en conflicto cognitivo. Hay que tener especial cuidado con que este esquema se desarrolle en un ambiente favorable y motivador, que le permita al estudiante estimular su autonomía y, por último, tomar en cuenta la metodología sugerida.

Al estudiar esta temática, se entiende que la reflexión es una postura intelectual metódica ante la práctica, que implica una intencionalidad por parte de quien la ejercita. Para lograrla es necesaria la curiosidad y la disciplina mental, pues estas características son hábitos reflexivos que no se improvisan, sino que son el resultado de un trabajo constante.

Recomendaciones para la práctica reflexiva

Durante la formación académica de los docentes se recomienda considerar el paradigma crítico, porque dentro de éste y según Carmona (2008) se trata de hacer énfasis en el desarrollo integral de la persona, es decir, de un tipo de ciudadano capaz de tomar en cuenta el punto de vista de otros, lo que le da oportunidad al estudiante de argumentar sus propuestas y sustentar sus decisiones de manera reflexiva y creativa. Cabe aclarar que es fundamental la solución conjunta de los problemas lo que genera que se propicie una interacción basada en el respeto mutuo, el razonamiento, la cooperación, la aportación constructiva y la coherencia ética. Para su aplicación y selección se propone la siguiente clasificación de estrategias que Brockbamk (2002) engloba por la participación y su uso, y que también depende de las cualidades del grupo donde se practique: estrategias socializadoras, talleres, tutoría grupal, seminarios. Los grupos de trabajos e implementación de innovaciones: las tríadas, taller reflexivo, método de proyectos, debates, elaboración de artículos, entrevista, aprendizaje basado en problemas, investigación y juego de roles. Y como estrategias individualizadoras: la lectura dirigida, la carpeta docente (diario reflexivo), el portafolio electrónico, tutoría individual, autobiografía y ensayo entre otras.

Estrategias para la práctica reflexiva

En cuanto al portafolio en físico o bien digital con las precisiones pertinentes, Rodríguez (2014) explica que el portafolio en físico facilita la organización de la información del trabajo docente, lo que genera mayor sistematicidad de la reflexión sobre su práctica educativa. Su contraparte digital suscita el uso de las tecnologías de información y comunicación (tic) y es valorada como una herramienta novedosa y versátil.

El ensayo también es una estrategia factible para el análisis reflexivo y crítico. Se recomienda que el alumno revise un tema y que el material se complemente con argumentos relevantes según su posición correspondiente a la introducción, desarrollo y conclusión. Otra opción es el método de proyectos, que permite una mayor responsabilidad de su propio aprendizaje para rescatar, comprender y aplicar lo que aprenden los estudiantes.

El juego de roles también es una propuesta que promueve el desarrollo de pensamiento crítico en el aula. Rodríguez (2007) explica que puede ser una improvisación, que consiste en la representación espontánea o como una actuación, de acuerdo con un pequeño guion de una situación real o hipotética para mostrar un problema o información relevante. Su aplicación promueve conocimientos de forma significativa, pues se aprende a partir de la acción, así como el desarrollo de la empatía y la tolerancia, la socialización, la cooperación, la toma de conciencia, responsabilidad, y además favorece la capacidad de trabajo en grupo, la toma de decisiones y la resolución de problemas.

Asimismo, trabajar colaborativamente, como define Cano (2003), al aplicar la técnicas como lecturas, debates y análisis de casos, abre la posibilidad de incorporar programas de coaching en los que profesores con experiencia colaboran con los recién ingresados.

La videograbación es otra estrategia que regularmente se aplica en la reflexión de la prácticam porque permite autoobservarse y revisar detenidamente diferentes actuaciones para reconocer su imagenm y revelar fortalezas y áreas de oportunidad.

El uso de diarios es otra opción, ya que, si se desarrollan de forma sistemática y con las reorientaciones pertinentes, son el formato ideal para delinear la distancia entre la acción en el aula y la otra perspectiva, por lo que escribir es un buen método para el desarrollo reflexivo del docente. Al respecto, Zabalza (2011) categoriza los diarios para su análisis de la siguiente manera: como organizador estructural de la clase, descripción de las tareas, expresión de las características de los alumnos y de los propios profesores.

Al aplicar estrategias que propicien la práctica reflexiva y crítica, es recomendable tomar en cuenta los criterios de la tabla 1, que presenta Paul (2003) para mejores resultados.

Tabla 1. Principio o tipo de razonamiento y criterios aportados por Paul (2003). Fuente: elaboración propia, basado en Paul, 2003.

Conclusión

Con los planteamientos anteriores se determina que la reflexión se logra mediante un trabajo constante. No puede ser pensada como un proceso espontáneo (Rodríguez, 2014), si no que requiere una estructura y un andamiaje para promover una reflexión más profunda. Desde esta perspectiva, es conveniente contar con una guía que oriente y dé pautas para contribuir a que el profesor logre niveles más profundos de reflexión. Además, algunos de esos ejemplos pueden servir como “modelos” para que los profesores empiecen a incursionar en la escritura de su propio texto y, por último, el acompañamiento de un tutor para que compartan sus reflexiones, sus ideas y sus hallazgos.

Como experiencia personal, se sugiere seleccionar las estrategias que potencialicen las capacidades y habilidades de los estudiantes, además de requerir constante preparación y actualización que orienten la reflexión crítica, y acompañamiento metodológico a los estudiantes. Es por ello que resulta prioritario manejar estrategias que promuevan un proceso ordenado y sistemático, para analizar y valorar su intervención docente, con criterios y herramientas válidas, que eviten la subjetividad para realizar una práctica no sólo reflexiva sino crítica mediante técnicas y herramientas adecuadas para valorar su quehacer en el aula, y mejorar la innovación de su propio quehacer docente. Se concluye con la idea de que sólo la práctica reflexiva permitirá profesionalizar la docencia por las cualidades metodológicas y teóricas que implica su desarrollo e implementación en la formación de maestros.

Referencias

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  • Brockbamk, A. y McGill, I. (2002). Aprendizaje reflexivo en la educación superior. Morata.
  • Carmona, G. (2008). Hacia una formación docente reflexiva y crítica. Fundamentos filosóficos. Revista de teoría y didáctica de las ciencias sociales, 13, 125-146. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65216719007
  • Cano, E. (2003). La mentoría como metodología formativa. En Armengol Asparó C. y Gairín Sallán J. (coords.) Estrategias de formación para el cambio organizacional (pp. 147-155). Wolters Kluwer.
  • Montecinos, C. (2003). Desarrollo profesional docente y aprendizaje colectivo. Psicoperspectivas. Revista de la Escuela de Psicología de la Facultad de Filosofía y Educación Pontificia de la Universidad Católica de Valparaíso, ii, 105-128. https://www.psicoperspectivas.cl/index.php/psicoperspectivas/article/viewFile/6/6
  • Paul. R. (2003) La mini-guía del pensamiento crítico. https://www.criticalthinking.org/resources/PDF/SP-ConceptsandTools.pdf
  • Perrenoud, P. (2010). Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Graó.
  • Rodríguez, R (2014). El desarrollo de la práctica reflexiva sobre el quehacer docente, apoyada en el uso de un portafolio digital, en el marco de un programa de formación para académicos de la Universidad Centroamericana de Nicaragua [tesis de doctorado, Universitat de Barcelona]. Tesis doctorals en Xarxa.http://hdl.handle.net/10803/108035
  • Rodríguez Cruz, R. L. (2007). Compendio de estrategias bajo enfoque por competencias. http://www.itesca.edu.mx/documentos/desarrollo_academico/compendio_de_estrategias_didacticas.pdf
  • Zabalza, M. A. (2011). Diarios de clase. Un instrumento de investigación y desarrollo profesional. Narcea.


Recepción: 21/11/2018. Aceptación: 20/05/2020.

Vol. 21, núm. 5 septiembre-octubre 2020

Museos y formación docente: un vínculo constante

Juan Ramón Prado Salazar, Ruth Montes Martínez e Irma Pérez Casillas Cita

Resumen

El empleo de los espacios museográficos favorece la reflexión y el proceso de formación inicial de los estudiantes normalistas, y debe ser considerado para la mejora de la enseñanza, pues en un futuro les corresponderá formar alumnos en la educación básica. El presente artículo destaca la importancia de los museos de paleontología y arqueología que potencian la formación de los futuros docentes en la Benemérita Escuela Normal de Coahuila, pues se pretende que se valoren como espacios educativos en donde se implementen actividades didácticas. A efecto de lograr lo anterior, se requiere el desarrollo de conocimientos en los alumnos en formación inicial y de sus formadores, para comprender la riqueza educativa que poseen los museos en la enseñanza y el aprendizaje de las tareas científicas, culturales e históricas, para la mejora de la práctica educativa de los profesores.
Palabras clave: alumno normalista, formación inicial, museos, contexto informal, aprendizaje. .

Museums and Teacher Training: A Constant Link

Abstract

The use of museum spaces favors critical thinking as well as the initial training process in the career of future teachers. Spaces such as museums should be considered as a tool that improves the teaching labor because, in years to come, these facilities will play key roles when training students in basic education. This article highlights the importance of museums of paleontology and archaeology that enhance the aptitudes of future teachers at Benemérita Escuela Normal de Coahuila. These museums should be regarded as educational spaces where didactic activities can take place and be further developed. In order to achieve the aforementioned approach, teacher trainers and educators are required to understand the wide pedagogic significance that a museum represents in relation to the process of teaching and learning scientific, cultural, and historical aspects, and how such foundations can aid educators in their labor.
Keywords: teacher training student, initial training, museums, informal context, learning.

Introducción

En la actualidad, la educación a nivel mundial plantea retos cada vez más complejos, tanto para los profesionales de la educación como para los educandos. Aunado a ello, el hablar de calidad en educación supone que, ya sea en contextos formales o informales, se desarrolle una percepción panorámica que permita involucrarse rápidamente en su mejoramiento. La adquisición de conocimientos en espacios como los museos —considerados contextos no formales para el aprendizaje y la enseñanza— representa indudablemente una ventaja para los estudiantes en su formación inicial. Esto les permite desarrollar, por una parte, competencias para que sus alumnos construyan nuevos conocimientos, y, por la otra, actividades de esa naturaleza que se conviertan en excelentes oportunidades para introducirlos a la disciplina científica.

Las ideas expresadas a continuación tienen como fundamento la existencia de estas áreas de enseñanza y aprendizaje, las cuales en muchas ocasiones no son aprovechadas, por profesores y alumnos en formación, como recursos para el ejercicio de la docencia, en el entendido de que dichas actividades intervienen en el desarrollo de las competencias intelectual y cognitiva que culminan en la incorporación de nueva información en los sujetos.

En el desarrollo del presente trabajo se toman conceptos que aluden a la importancia de los espacios museográficos como espacios de instrucción, educación y divulgación, y cuyo contenido posee atractivos resultados de aprendizaje para los alumnos, así como la necesidad de otorgar una nueva visión de la enseñanza de la ciencia. En las subsecuentes secciones, se hace referencia a la importancia del docente como protagonista del proceso educativo, la relevancia de los museos como espacios con amplia riqueza para la formación de los estudiantes, así como la manera en que los museos favorecen los aprendizajes y la formación inicial de los futuros docentes.

Protagonistas del proceso educativo

La formación inicial docente es una práctica educativa en donde convergen las dimensiones políticas, sociales y educativas, abiertas a múltiples interpretaciones y perspectivas. De aquí se desprende la necesidad de transformar los enfoques de esa formación inicial docente, para elevar el valor social de la profesión y resignificar la identidad profesional de los maestros. Robalino (2005) señala que la actual formación inicial, en general, refleja los mismos problemas de la educación tradicional, pues refuerza el rol pasivo de los docentes y contribuye a sostener los sistemas educativos jerárquicos y cerrados. Por ello, es importante transformar desde el interior de las instituciones formadoras de docentes la labor de los profesores formadores, dejando atrás la vieja idea de la transmisión de conocimientos. Esto representa un trabajo conjunto, colaborativo entre autoridades, directivos y planta docente, para alcanzar las metas educativas de cada una de las instituciones dedicadas a tal fin.

Lo anterior significa que el profesor debe ser un sujeto consciente de facilitar el aprendizaje de los estudiantes e iniciarlos en la construcción del conocimiento más allá de lo necesario. Una vez construido ese conocimiento, el profesor debe promover su aplicación práctica, para la generación de nuevos desafíos que provoquen conflicto cognitivo en los alumnos, lo que a su vez propiciará una resolución propia. La construcción de nuevos aprendizajes hace necesario que el docente emplee métodos, estrategias, recursos y materiales que le sean significativos al educando, además de detectar sus necesidades de aprendizaje y sus intereses. En este sentido, en el museo de paleontología y sala de arqueología de la escuela de referencia, los alumnos en formación docente pueden actuar como especialistas bajo la conducción del responsable de las áreas. El elemento que interesa es la comunicación y el intercambio de conocimientos; así, se cumple con lo propuesto por la Reforma Curricular de 2012 en cuanto al abordaje de métodos y técnicas de investigación.

En el contexto regional, los egresados de las escuelas normales presentan, como una de sus fortalezas, el conocimiento de los programas educativos de la educación primaria, por lo que fácilmente pueden adaptar los contenidos curriculares a la función de los museos para una mejor explicación y comprensión de la historia. El Programa de Ciencias Naturales de la Licenciatura en Educación Primaria señala como deseable el desarrollo de la competencia científica en los individuos, pues se debe apelar a situaciones didácticas variadas y complejas, un asunto fundamental en la formación del futuro docente (sep, 2013).

En la actualidad, se habla de crear ambientes propicios para el aprendizaje, y esto es primordial para el profesor y los estudiantes. Al realizar todo lo anterior, se estará en condiciones de evaluar el aprendizaje logrado para retroalimentar al individuo que aprende. Ya la unesco lo señala y denomina “aprender a aprender”, además de que lo pondera como un pilar de la educación. Hoy, de igual forma, se manejan las competencias para la vida, en docentes y profesionales, y éstas se relacionan intrínsecamente con el proceso de enseñanza-aprendizaje que se proporciona en las escuelas normales. La responsabilidad de una formación de calidad a niños y jóvenes recae directamente en los formadores de docentes, que, a su vez, se desempeñarán en las escuelas de los distintos niveles educativos. Esto implica garantizar al alumnado la calidad de los aprendizajes que reciben.

Desde los años ochenta del siglo pasado, el sistema educativo en México ha asignado a los profesores el papel de protagonistas del proceso educativo, con un enfoque en la calidad. Este enfoque implica la revisión de los contenidos de los programas académicos, el empleo de metodologías innovadoras, la aplicación de estrategias didácticas aprendidas en el aula, la profesionalización docente, además de establecer una vinculación de la pedagogía con la ciencia y la tecnología.

Incrementar la calidad en el contexto de la escuela normal y la formación de profesionales de la educación en México conduce a fortalecer la formación académica general de los futuros docentes, para atender así las distintas exigencias que social y culturalmente se les asignan. Desde esta perspectiva, como los protagonistas de ese proceso y considerando la formación inicial, se requiere de profesores con amplios conocimientos en lo referente a espacios informales de enseñanza como los museos, a efecto de coadyuvar en alcanzar calidad educativa.

Esta formación inicial que pareciera no estar relacionada con asuntos paleontológicos ni arqueológicos, pero que, desde el punto de vista educativo, aporta elementos sustanciales para saber lo que ocurrió en otros tiempos y a apoyar la enseñanza de la historia —como escenario educativo— a partir de las evidencias plasmadas en forma de exposiciones. Lo anterior puede ser aprovechado para rescatar los saberes de los alumnos, examinarlos y conocer cómo explican el mundo desde sus ideas. Así, al realizar una clase en el museo, los alumnos contemplan, desarrollan emociones y sensaciones, y ese lugar se convierte, por consecuencia, en el espacio donde los estudiantes manifiestan asombro, expresan inquietudes, imaginan y construyen nuevos conocimientos.

Lo anterior conduce a los docentes y alumnos en formación docente a una aproximación del pasado en una región determinada, de tal manera que se articulen con el mundo natural y social, ya que esto favorece y promueve competencias. Asimismo, el contexto cultural, económico, político, social y laboral demanda nuevas perspectivas para entender a la educación que se imparte en el país, nuevas formas de trabajo al interior de las escuelas normales, considerando las demandas de los conocimientos, las habilidades y necesidades de los estudiantes que ingresan a ellas y las de la sociedad en general para responder de manera efectiva a los retos que plantea la educación. Con base en ello, los alumnos en formación docente podrán desarrollarse personal y profesionalmente en el campo magisterial.

Museos como espacios de riqueza educativa

El museo de la Benemérita Escuela Normal de Coahuila es un espacio que cuenta con bienes paleontológicos y arqueológicos, que forman parte de una importante colección patrimonial en el estado. Este espacio es el único perteneciente a las escuelas normales que posee este tipo de sitios de historia natural, y que está destinado a la enseñanza de contenidos relacionados con estas áreas del saber científico. Cuenta con colecciones de fósiles de animales prehistóricos y restos de los primeros grupos humanos que habitaron en Coahuila, los cuales permiten que, en las visitas de los alumnos y sus maestros, se puedan realizar observaciones que despierten la curiosidad y el interés por las ciencias. La complementariedad de los contenidos que se enseñan son una oportunidad de elaborar un programa permanente de visitas, por parte de los profesores, para la formación de sus estudiantes.

Universum, UNAM. Foto: Rosa María del Ángel.

Las áreas museográficas de la escuela normal de referencia representan una oportunidad para favorecer las competencias que adquieren los estudiantes normalistas durante su proceso de formación. El alumno normalista al interactuar con el museo está en condiciones de explorar el acervo y de comprender el fenómeno para, posteriormente, al encontrarse frente al grupo de estudiantes, pueda aplicar estrategias didácticas adecuadas, realizar por sí mismo actividades guiadas y proporcionar las explicaciones pertinentes, relacionando los contenidos que aborda el programa de estudios de educación primaria. Así es como se favorece el aprendizaje vivencial en sus alumnos y, con ello, se fortalece el currículo, se acentúan los rasgos del perfil de egreso de la educación básica, la realización plena del niño, así como iniciarlo en la exploración y comprensión de las actividades científicas y tecnológicas.

Las instituciones formadoras de docentes que cuentan con estos espacios deben contemplar la necesidad de que la enseñanza para sus estudiantes sea cada vez más sólida y con amplia responsabilidad social. El trabajo en el aula posee una riqueza excepcional; sin embargo, también los espacios museísticos potencian las competencias con las que egresan sus alumnos. Con estas competencias las nuevas generaciones estarán en condiciones de enfrentarse a las actualizadas demandas de la enseñanza. Los museos son espacios donde las personas pueden interactuar con productos creativos, relatos y conocimientos construidos culturalmente, y que fomentan interacciones que pueden favorecer nuevos procesos creativos. Melgar y Elisondo (2017) señalan que la creatividad no surge en el vacío, sino que recupera conocimientos, experiencias, emociones y relaciones diversas. Efectivamente, quienes visitan estos espacios adquieren nuevos conocimientos y, posterior a la experiencia de visualizar e interactuar con lo que alberga el museo, también modifican sus contextos personales.

Es de importancia que profesores y alumnos valoren la riqueza de estos espacios y demanden por sí mismos su empleo para el tratamiento de contenidos curriculares. Los sitios referidos no son solamente espacios para especialistas o expertos en paleontología y arqueología. Se ha venido trabajando, desde hace tiempo, con recorridos y visitas guiadas ofrecidas o solicitadas por estudiantes del nivel básico, a quienes se les muestran las exposiciones y colecciones paleontológicas que se remontan a las eras de la prehistoria y que reconstruyen las formas de vida que existieron hace millones de años en la región de Coahuila.

Desde hace varios años se ha apoyado a profesores de educación primaria y de otros niveles para el trabajo de contenidos que señalan los programas de estudio, y esto ha permitido una evaluación interna de la labor museográfica, pues el número de visitas ha sido constante. Sin embargo, el público principal que debe hacer uso de ellos debe ser la comunidad escolar de la escuela normal. Lo anterior favorece las otras funciones de esos espacios de enseñanza; concretamente, la vinculación y la extensión que se presenta con las instituciones educativas de nivel básico hasta educación superior, además de aquellas —nacionales e internacionales— que realizan proyectos de carácter científico.

El empleo adecuado de estos sitios potencia la enseñanza, el aprendizaje, la vinculación, la difusión, y la cultura, pues, como lo señala Fernández (2003), “en el momento en que los museos se comprometen a ser espacios de instrucción, educación y divulgación orientados a público diverso, entre ellos al escolar, se han visto obligados no solamente a presentar su patrimonio sino a hacerlo comprensible” (57). Ello representa el acceso a un mundo más allá de las aulas. Se trata de un espacio de trabajo conjunto con la escuela y con los profesores, para crear experiencias de aprendizaje adecuadas para los estudiantes. Así, los museos se consideran espacios de apoyo cultural para la enseñanza, constituyen áreas educativas de primer orden, que apuestan junto con la escuela a la función pedagógica con programas interactivos, flexibles y de colaboración, dirigidos al público con un enfoque constructivista. En consecuencia, es necesario entablar un acercamiento entre docentes, alumnos en formación inicial y el museo para relacionar los cursos del plan de estudios con los contenidos museograficos, y así establecer acciones de promocion y difusion, realización de cursos, y talleres o actividades que involucren al alumnado.

Es destacable que los docentes y los estudiantes en formación puedan establecer una articulación de los contenidos curriculares y los espacios museográficos. Ejemplo de ello son los contenidos abordados en el segundo y tercer semestre del programa de estudios 2012 de la Licenciatura en Educación Primaria, en donde la sep señala “salidas de campo como estrategias para la enseñanza de las ciencias naturales, y la pérdida de la diversidad, sus causas y consecuencias, crisis de la biodiversidad y las extinciones masivas” (2012, p. 9). Se propone, entonces, que deberán ser los propios profesores de la citada institución formadora de docentes quienes, a través del conocimiento, visitas, aprovechamiento y uso continuo de los museos, otorguen una resignificación a estos recintos como espacios formativos y no sólo como entidades abstractas.

En este sentido, parte de las funciones del docente será conocer, prepararse y documentarse en las temáticas, para que sus clases resulten interesantes y significativas a sus alumnos. Toda vez que se haga uso, por supuesto, de la interdisciplinariedad. El docente en formación inicial puede aprovechar la relación escuela-museos para innovar sus clases en las prácticas profesionales, que realiza en las escuelas primarias, para la observación, formulación de hipótesis e investigación. Lo anterior se convierte en construcción de aprendizajes relevantes y significativos en sus alumnos.

Con esto se pretende que en el proceso de formación inicial no exista un vacío de procesos objetivos, relacionados con la construcción del conocimiento, la reflexión sobre la práctica docente propia, la innovación del proceso enseñanza-aprendizaje y, por supuesto, la investigación. Ello traerá consigo que no solamente se privilegie lo teórico sobre lo práctico, con la subsecuente imitación y reproducción de lo que los formadores de docentes realizan como trabajo de aula. Dicho de otra forma, la práctica docente que ejecutan los estudiantes normalistas tendrá mayor impacto en las escuelas de nivel básico.

Qué hacen los museos

En el museo se emplean estrategias destinadas para todos los visitantes de los espacios museísticos de referencia, entre ellos, los escolares de educación primaria y, por lo tanto, se cumple con una función didáctica. Son escenarios educativos de comprensión del pasado histórico y de significados culturales. Esa comprensión del pasado conduce a los alumnos a valorar y respetar los bienes paleontológicos y arqueológicos porque a partir de ello se favorece la educación en valores y se constata el potencial educativo de estos espacios difusores de cultura y saberes interdisciplinarios. María López Puigdollers (2014, comunicación personal) señala que los museos representan una ayuda cultural para las escuelas: “constituyen espacios educativos de primer orden que compiten con la escuela en su función pedagógica, con programas interactivos, flexibles y de colaboración enfocados al público más joven y que parten del enfoque constructivista” (p. 14).

Una función más que se desarrolla en los museos es lo referente a fomentar en los alumnos la formación científica, que resulta un reto prioritario de la educación mexicana. En México se han realizado esfuerzos para acercar cada vez más a niños y jóvenes a las ciencias. Uno de ellos lo representa la Reforma Integral de la Educación Básica (rieb), que pretende reemplazar el aspecto tradicional en cuanto a la forma de enseñar ciencias. Ahora se le da un tratamiento multidisciplinar y transdisciplinar con el propósito de movilizar las competencias hacia el desarrollo de la formación científica básica. Lo anterior hace referencia al aspecto pedagógico y didáctico para el desarrollo del conocimiento social: la pedagogía como ciencia de la educación y la didáctica como inherente al proceso educativo. Las áreas museísticas, como las de paleontología y arqueología, facilitan que el alumno que se inicie en la observación del entorno que lo rodea y favorecen actitudes tendientes a la investigación al observar este tipo de escenarios de aprendizaje.

Al respecto, es de suma importancia que los profesores de las escuelas de educación básica en la localidad, aún y cuando no hayan realizado los estudios de paleontología en su formación inicial en las escuelas normales, recurran a lo que oferta el espacio mencionado y el empleo de estrategias de enseñanza adecuadas. Así, se facilita la construcción del conocimiento referente a la historia, ecología, distribución y relaciones evolutivas, la existencia de vida animal y vegetal desde viejos tiempos, y que, con el empleo de determinadas técnicas, reconstruyan plantas y animales ahora extintos. Calonge, Bercial, García y López (2003) señalan que mostrar ejemplares fósiles a los alumnos tiene un resultado atractivo para los niños y los jóvenes. En las visitas realizadas a los museos, se destaca que al mostrar objetos como los fósiles, es decir, tangibles, se adquiere conocimiento y mejora la experiencia educativa, pues comprueban un concepto teórico y se contrasta la información que reciben con el nuevo conocimiento.

La metodología que se emplea en los grupos de alumnos visitantes tiene relación con el constructivismo, puesto que se rescata el conocimiento previo que ya posee el alumno. Desde el primer momento que entran al museo, se observa que los estudiantes muestran gran sorpresa al tener contacto visual con los restos fósiles ahí resguardados. Al interactuar con estos grupos de estudiantes visitantes, quienes finalmente son los protagonistas del proceso de aprendizaje, se ha podido comprobar el interés que muestran al encontrarse en espacios de conocimiento diferentes al aula escolar. La atención y el asombro es total durante el recorrido y a las explicaciones dadas, además de que el trabajo que se lleva a cabo con los alumnos tiene estrecha relación con los contenidos desarrollados en la escuela primaria, y busca simultáneamente optimizar las competencias propias del ciclo escolar que cursan.

Se privilegian las actividades de forma dinámica para que se construya el aprendizaje activo, en donde los estudiantes descubran información al observar las piezas fósiles del museo. A los docentes responsables de estos grupos, se les recomienda que planifiquen actividades innovadoras en sus secuencias didácticas, que den continuidad y, desde luego, que favorezcan la enseñanza de las ciencias a través de estos recursos. A la par, los estudiantes se inician en el conocimiento del patrimonio paleontológico de Coahuila y amplían su bagaje cultural.

Corresponde a la escuela normal, como poseedora de estos espacios de aprendizaje, corresponsabilizarse en la formación científica de sus maestros y estudiantes que cursan la formación inicial para obtener el pleno desarrollo armónico del individuo y enfocar el rumbo hacia la calidad de la educación. Indudablemente, el uso del museo representa un medio de enseñanza para el área de ciencias naturales, coadyuva en la formación integral de los alumnos de la propia escuela normal y de todos los niveles educativos. Es importante recordar que este enriquecimiento está alineado con los programas de ciencias naturales de la Secretaría de Educación Pública, que también es un órgano gubernamental que colabora en pos del desarrollo de las competencias que establecen los programas curriculares. Asimismo, tal y como lo expresa Flores (2012), es deseable cambiar la visión de ciencia y de la enseñanza de la ciencia; dejar atrás el dictado y la memorización, lo cual da una imagen distorsionada de la misma.

Lo que en este trabajo se presenta tiene una finalidad: dar a conocer a los agentes interesados en los procesos educativos formales e informales que al recurrir a los museos y sus colecciones se favorece la formación inicial de docentes y la enseñanza de las ciencias en los alumnos de educación primaria. Sin embargo, hay que estar conscientes que se pueden presentar algunas dificultades como lo es el escaso manejo metodológico por parte de los profesores en cuanto a la elaboración de secuencias didácticas, empleando como recurso educativo la visita a exposiciones museográficas.

Conclusiones

Con base en lo expuesto en el texto, se afirma que los espacios museográficos de la Benemérita Escuela Normal de Coahuila no son lugares que permanecen estáticos, sin finalidad ni funcionamiento alguno para el proceso educativo. Por el contario, son sitios públicos para visitantes en general, y para los docentes en formación inicial de la misma institución educativa —la benc—, que aspiran a mejorar sus prácticas de enseñanza y su quehacer educativo para con los alumnos. Con esto, se pueden lograr nuevos aprendizajes, el acercamiento a la ciencia y a la investigación desde tempranas edades y, no menos importante, acrecentar la cultura general. Guisasola y Morentin (2007) afirman que resulta pertinente integrar las visitas escolares en la programación del aula para que se obtengan resultados de aprendizaje que vayan más allá de los contenidos actitudinales.

Se requiere que los profesores y alumnos en formación reconozcan a los museos como espacios que contienen elementos representativos de la diversidad regional. Es necesario plantear a las autoridades educativas de la entidad el fortalecimiento de estos espacios, que se promuevan proyectos educativos en donde la Benemérita Escuela Normal de Coahuila gestione redes de intercambio con otras instituciones educativas para compartir las experiencias y conocimientos en este contexto. Así, se pueden planear proyectos y programas de impacto social considerando estas áreas, y desde luego, que las actividades museísticas se inserten en los programas de la educación normal como apoyo al estudiante en formación inicial.

Referencias



Recepción: 24/11/2018. Aceptación: 20/05/2020.

Vol. 21, núm. 5 septiembre-octubre 2020

¿Cómo abordar la dimensión socioafectiva en la enseñanza remota de emergencia?

J. Escamilla, R. García, C. Moreno, J. Osoria, J. Peña, A. González, J. Rodríguez, L. Salazar, R. Saldivar, V. Luna, O. Briz, A. García, N. Galván, M. Garrido, H. Infanzón, C. Rivero, K. Yap y C. Zavala Cita

Resumen

Para continuar la docencia durante la etapa de confinamiento generada por la pandemia, los profesores tuvimos que seguir enseñando en una modalidad que ha sido llamada enseñanza remota de emergencia. Enfrentamos el reto de repensar los métodos de enseñanza y aprendizaje, así como aspectos clave de la dimensión socioafectiva que son de gran relevancia para el éxito en esta transición.
Con la intención de contribuir a la preparación de los profesores en esta transición, algunos integrantes de las instituciones que conforman la Red de Innovación Educativa 360 (rie360) hemos preparado una serie de recomendaciones para atender la dimensión socioafectiva en la enseñanza remota de emergencia. Presentamos una descripción de las etapas por las que podría transitar el estudiante ante el cambio de modalidad; se exponen algunas ideas para involucrar y motivar a los estudiantes en su aprendizaje, así como pautas para establecer una relación afectiva en entornos virtuales.
Palabras clave: enseñanza remota de emergencia, enseñanza virtual, enseñanza en línea, contingencia educativa, dimensión socioafectiva.

How to address the socio-affective dimension in emergency remote teaching?

Abstract

To continue teaching during the confinement phase of the pandemic, higher education teachers have had to keep up teaching at a distance, in a model that has been identified as remote emergency education. We have faced the challenge of revising our teaching and learning strategies, as well as the socio-emotional aspects that impact students success in this transition.
Members of the Network for Educational Innovation (Red de Innovación Educativa 360, o rie360) have prepared a series of recommendations to address the social dimension in teaching and learning during the pandemic. We describe the stages that students go through as they move on to this new educational model; then we present ideas to engage and motivate students in their learning process, as well as to establish an effective relationship with them.
Keywords: emergency remote teaching, educational contingency, online teaching, teacher-student relationship, socio-affective dimension.

Introducción

Con el fin de dar continuidad a las clases ante la contingencia sanitaria, la comunidad educativa ha adaptado diferentes estrategias hacia la enseñanza remota de emergencia. Al transitar a espacios de aprendizaje que implican interacciones en línea con los estudiantes, es necesario que, como profesores, además de la preparación didáctica también consideremos los aspectos socioafectivos que invariablemente están presentes y que influyen en gran medida en el interés, motivación y autorregulación del estudiante (Wosnitza 7 Volet, 2005).

A la luz de lo anterior, integrantes de la Red de Innovación Educativa (rie360) hemos preparado una serie de recomendaciones para que los profesores consideren la dimensión sociafectiva en la enseñanza y el aprendizaje en esta transición. Primero, presentamos una descripción de las etapas por las que podrían transitar los estudiantes ante el cambio de modalidad; posteriormente, ideas para involucrar y motivarlos en su aprendizaje, así como para establecer una relación efectiva con ellos en los entornos virtuales.

Etapas de un estudiante ante el cambio de paradigma

La pandemia ha trastocado nuestra vida a nivel personal y profesional, nos ha orillado a repensar nuestras acciones como profesores, poniéndonos en una encrucijada, en donde prevalece la incertidumbre sobre el futuro. Encontramos que estar preparados es la mejor estrategia para afrontar los retos actuales y venideros. Esto conlleva pensar más profundamente cómo estamos viviendo este cambio de paradigma hacia la educación en línea y cómo lo están afrontando los estudiantes.

Las situaciones que implican un cambio abrupto a nuestra rutina o modo de vivir han sido estudiadas desde diferentes disciplinas. A continuación, abordamos una perspectiva psicológica y, después, una del ámbito de la educación en línea. Desde la psicología se retoman las fases de la crisis, todavía vigentes, planteadas por Caplan (1961). Una crisis puede estar ocasionada por la situación personal de cada individuo, aunado al contexto de cambio de paradigma formativo. Se divide en:

  • a) Shock o impacto ante un evento súbito. Se experimenta irritación, impotencia, desamparo, ansiedad ante la situación.
  • b) Desorganización crítica. El individuo trata de hacer uso de estrategias habituales para sobrellevar el evento crítico, entra a un estado de indefensión en donde se percata de que no está preparado para hacerle frente a la situación, o quizá encuentre apoyo para darle un buen cause de afrontamiento.
  • c) Resolución. Momento en el que es posible que se active la creatividad para plantearse estrategias de afrontamiento, para aprender de y con otros.
  • d) Decisión final. A partir del éxito obtenido de la puesta en marcha de las acciones anteriores, el individuo toma una decisión sobre cómo continuar y salir paulatinamente del estado de crisis.

En lo referente al cambio de un modelo educativo tradicional a la educación en línea, es posible que el estudiante viva un proceso de adaptación, como lo señaló hace algunas décadas Woods (1994). Al inicio, posee un nivel de desempeño acorde con los conocimientos y habilidades desarrollados en un modelo educativo tradicional o típico; sin embargo, a medida que interactúa con el modelo de aprendizaje no presencial comienza a transitar por las siguientes etapas:

  • 1. El estudiante experimenta una crisis debido al conflicto de paradigmas que ocurre cuando una persona ha vivido y aprendido bajo un modelo determinado durante un tiempo prolongado, y de pronto se encuentra inmerso en uno nuevo. Esto implica un cambio brusco que trastoca su estabilidad.
  • 2. Inmediatamente después de esta crisis, el estudiante toma una postura negativa ante el nuevo paradigma educativo, que le obliga a salir de su zona segura.
  • 3. El estudiante inicia un descenso en su estado de ánimo de forma paulatina, constante y profunda, que se manifiesta en una pérdida de confianza y síntomas como: miedo, angustia, culpabilidad, enojo y resentimiento.
  • 4. Como consecuencia, el estudiante, desarrolla una actitud de resistencia: se encuentra bloqueado. Manifiesta aislamiento y se plantea abandonar el trabajo que le implica el nuevo paradigma: contempla la posibilidad de renunciar.
  • 5. El estudiante ha llegado al nivel más profundo de desánimo y al grado mínimo de desempeño. Toma entonces una actitud de rendición al considerar una mínima posibilidad de éxito.
  • 6. Sin embargo, debido a la riqueza de recursos con los que puede contar la persona ante el fracaso, el estudiante inicia un ascenso sorprendente, buscando oportunidades en esa nueva realidad que ahora experimenta. No se da por vencido, poco a poco comienza la lucha por afirmarse en el nuevo paradigma educativo y por salir adelante a pesar de las dificultades que ha encontrado en el camino.
  • 7. Como resultado de esta actitud de lucha y de visión positiva ante el cambio, el estudiante va logrando pequeños éxitos en su desempeño, su nivel de confianza se eleva y la aceptación del nuevo paradigma inicia.
  • 8. Finalmente, el estudiante tiene éxito con el nuevo modelo y consigue un nivel de desempeño muy favorable, que incluso puede ser superior al que tenía en el modelo educativo anterior. El estudiante ha integrado sus experiencias y vivencias, comprobando que esta nueva forma de aprender da resultado: ¡esto funciona!

Figura 1. Etapas del estudiante ante el cambio de paradigma educativo (Woods, 1994, traducción propia).

Es importante hacerle notar al estudiante la alta probabilidad de que transite por estas etapas; incluso, pedirle que identifique en cuál de ellas considera que se encuentra, y animarlo a continuar y a buscar estrategias para enfrentarlas y superarlas. Hay que ofrecerle apoyo para revisar cómo va su proceso de adaptación al nuevo paradigma, haciéndole saber que eventualmente podrá retomar un nivel de desempeño alto, una vez que internalice la enseñanza y el aprendizaje en línea.

Apoyar a los estudiantes para que tengan éxito en la modalidad en línea

Un curso en línea no es fácil. No lo es para los docentes ni para los estudiantes que hemos tenido la experiencia, mucho menos para quienes nunca la han vivido. No podemos pasar por alto que no será un solo curso el que los estudiantes llevarán, sino toda la carga académica del semestre o año en curso, lo que vuelve el proceso más retador. Es por eso que, a continuación, presentamos algunas recomendaciones para los estudiantes, con el fin de que el desarrollo del curso en línea tenga un final satisfactorio:

  • Elegir un espacio donde se pueda estudiar cómodamente sin distracciones.
  • Establecer una rutina y usar una agenda para trabajar en las tareas y respetar los tiempos de descanso y alimentos.
  • Explorar la plataforma en la cual se interactuará con el profesor y los compañeros.
  • Informar al profesor si se tienen limitantes de acceso a internet.
  • Revisar los criterios de evaluación y apoyarse en las rúbricas.
  • Utilizar los recursos proporcionados por el profesor y buscar otras herramientas para complementar y fortalecer el aprendizaje.
  • Tomar en cuenta la retroalimentación brindada por el profesor para enriquecer el aprendizaje.
  • Dedicar tiempo para ejercitarse y emplear otras estrategias para despejar la mente cuando sea necesario.

Hay que recordar que la motivación, la autodisciplina y la honestidad son claves para el éxito del aprendizaje, por lo tanto, mantener una actitud positiva durante el curso en línea ayudará a lograr las metas, tanto en el plano académico como personal (Emagister, 2017; uanl, 2020).

Incluir el factor de afectividad en un ambiente virtual

La modalidad de cursos no presenciales requiere que se consideren, además de factores cognitivos, factores sociales y afectivos que permitirán que los estudiantes mantengan el interés y logren un aprendizaje significativo basado en la colaboración. Aunado a esto, sabemos que la preparación y actitud del profesor es fundamental para que un curso en línea funcione. Por tal motivo, la innovación y creatividad del docente juegan un papel esencial en el uso de herramientas y estrategias que generarán ambientes de aprendizaje propicios para el desarrollo de las competencias del curso (Quiñonez, Zapata y Canto, 2018).

El acompañamiento del docente es clave para fomentar el uso ético de las herramientas, el cumplimiento de las tareas y la generación de trabajo colaborativo. El profesor debe saber que su presencia en el curso en línea motivará a los estudiantes a tener comunicación constante a través de foros, chats, videollamadas y correos para hacerles sentir que no están solos y animarlos a expresar dudas, o bien situaciones que puedan poner en riesgo su desempeño académico. La responsabilidad del estudiante es un elemento inherente en el entorno virtual. Sin embargo, dada la situación que enfrentamos, la flexibilidad del docente en la entrega de tareas puede ayudar a disminuir ansiedad.

Estamos en tiempos en donde estaremos aprendiendo junto con los estudiantes a través de retos. Demostremos que nuestra prioridad son ellos y generemos grupos empáticos que logren en conjunto un aprendizaje significativo en un ambiente virtual.

Involucrar a los estudiantes en su aprendizaje

Una de nuestras primeras reacciones frente a la contingencia ha sido la de dar continuidad a nuestro curso. Lo hemos logrado mediante aplicaciones de interacción en tiempo real (síncronas) como Google Meet, Zoom, Webex, etcétera, con las que se reproduce, si bien de manera limitada, la forma en que se imparten las clases presenciales. El siguiente paso es dotar de interactividad a nuestros cursos con actividades que permitan a los estudiantes aplicar los contenidos de las clases y así asimilarlos de mejor forma. Para involucrar a los estudiantes en su aprendizaje, lo ideal es incorporar elementos de aprendizaje centrados en ellos, que les permitan realizar una actividad cognitiva con los conocimientos adquiridos, orientada a que apliquen lo que aprenden, socialicen entre sí sus impresiones y dudas, e incluso para que sean capaces de desarrollar sus capacidades analíticas o de ser creativos (Woods, 1994).

Otro elemento esencial es la retroalimentación, sea ésta de parte del profesor hacia ellos, entre los propios estudiantes, o, la que los estudiantes puedan ofrecerte también a ti sobre la forma en que el curso se desenvuelve, en este sentido es importante preguntarles cómo perciben la formación que reciben, con ello, además de darte elementos para mejorar o adecuar la clase logras que se vuelvan corresponsables con el desarrollo de la misma (acue, 2020; Flipped Learning Global Initiative, 2020).

Por último, dada la condición que se vive con la contingencia, la situación emocional de los estudiantes no es la mejor, el encierro y los cambios en su proceso educativo, así como la socialización con sus compañeros, se ha visto trastocada. Por ello, para garantizar su inclusión en el proceso educativo, es necesario mantener una comunicación activa y constante, con el fin de entender sus circunstancias y para que nadie deje de ser incluido en la clase (Meinecke, 2020).

Motivar a los estudiantes ante el cambio hacia la enseñanza a distancia

Para motivar a los estudiantes a participar y estar atentos en las clases, es importante procurar mantener un estado de ánimo cordial y amigable en cada actividad que se realice con los estudiantes. Al hacerlo se ayuda a que los estudiantes se adapten mejor a esta modalidad, hay que recordar que estamos viviendo un momento extraordinario. También es relevante retomar análisis teóricos como los de Eggen y Kauckak (2009), que plantean la importancia de generar experiencias percibidas como desafiantes por el estudiante, que permitan que tenga cierto control y le generen curiosidad e interés. Esto seguramente repercutirá en la dinámica de la sesión y el logro de los objetivos. Para mantener motivados a los estudiantes sugerimos:

  • Conocer muy bien la herramienta o medio que se utilizará, para apoyar la participación de los estudiantes. Esto ayudará a la fluidez de la clase y evitará distracciones por dificultades técnicas de uso de la herramienta.
  • Diversificar los recursos digitales y las estrategias didácticas para evitar la monotonía. Presentar retos que motiven la participación activa de los estudiantes en el proceso de aprendizaje.
  • Respetar el horario estipulado y las fechas establecidas. Lo que permite apoyar en la organización del tiempo para actividades académicas y de descanso.
  • Romper el hielo, mantener un ambiente tranquilo y empatizar con los estudiantes, tomando un momento para preguntar cómo están y escucharlos. Esto evitará que se sientan tensos durante la clase.
  • Situarse en el mismo contexto cultural y social para captar la atención. Iniciar la clase con una actividad lúdica que se relacione con el tema, utilizando recursos que los estudiantes conozcan.
  • Interactuar con los estudiantes durante la clase y fomentar su participación, ya que al no sentirse incluidos pueden distraerse fácilmente.
  • Utilizar un lenguaje casual y respetuoso para que los estudiantes se sientan en una conversación de la que son parte importante.
  • Asegurarse de realimentar las participaciones orales y escritas de los estudiantes, así como las entregas de tareas, ejercicios y exámenes. De esta manera, se mantendrá motvados a los estudiantes y se les acompañará en su proceso formativo, disminuyendo la sensación de abandono.
  • Realizar un recuento de la clase con la participación de los estudiantes al terminar la sesión. Esta reseña puede ser de utilidad para iniciar la siguiente clase.

En esta transición un elemento clave será la motivación para aprender y, por supuesto, también la de enseñar. La motivación del profesor es indispensable y es necesario que tanto profesores como estudiantes mantengamos ese interés y gusto por enseñar y aprender aún en estas circunstancias.

Establecer una relación profesor y estudiante efectiva en clases a distancia

Es importante mantener una estrecha relación con los estudiantes para evitar que sientan que están solos con un dispositivo. Es sustancial que en este vínculo se perciba cercanía y apoyo (Quin, 2017), para ello sugerimos:

  • Definir medios para comunicarse con ellos. Hacerles saber que pueden enviar comentarios o dudas de los temas o las tareas. Asimismo, permitir el envío de mensajes sobre sus experiencias y vivencias si así lo desean, para abrir un canal de cercanía personal. Sugerimos utilizar de preferencia medios grupales como redes sociales, pues el correo electrónico se podría saturar.
  • Imprimir un toque de personalidad. Personalizar los materiales que se compartan. Por ejemplo, si se envía un archivo en formato pdf, realizar algunos comentarios sobre reacciones sorpresivas o interrogantes en algunos párrafos, con ello se dará la sensación de que se está con ellos.
  • Organizar el tiempo para responder los mensajes. Leérlos atentamente y enviar una respuesta alentadora. De acuerdo con la naturaleza del mensaje se puede enviar información de apoyo.
  • Enviar mensajes alentadores. Hacerles saber a los estudiantes que se está siguiendo su progreso e invitarlos a hacer de la crisis una oportunidad para salir de la zona de comodidad en un continuo aprender y crecer, con ello se propiciará una sensación de seguridad óptima para el aprendizaje. Compartir pequeños desafíos y juegos mentales, notas sobre arte, cultura, música, comida, etcétera, que les permitan aprender de otros temas, y ser curiosos y creativos.
  • Destinar tiempo para escuchar sus vivencias. Cuando se realicen las reuniones con los estudiantes de manera virtual se debe “romper el hielo” narrando alguna situación personal y lo que se está aprendiendo de esta situación, buscar que compartan alguna de sus experiencias y realizar comentarios alentadores y empáticos.
  • Solicitar comentarios del curso. Esto permitirá detectar problemas y mejorar la dinámica y materiales sobre la marcha, también se les comunica a los estudiantes lo importante que es para ti lo que piensan y sienten. Se pueden utilizar diversos recursos para hacer encuestas.

Referencias



Recepción: 17/06/2020. Aprobación: 18/08/2020.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079