Vol. 25, núm. 6 noviembre-diciembre 2024
Artes, humanidades y ciencias sociales: entrecruzamientos y miradas
Xicoténcatl Martínez Ruiz CitaEn 1924 el poeta y artista bengalí Rabindranath Tagore (1861-1941) viajó a Argentina, donde pasó una temporada, invitado por la escritora Victoria Ocampo (Kämpchen et. al, 2014). En esa estancia, Tagore desarrolló un gusto por el dibujo de formas fantásticas alrededor de la corrección y edición que él mismo hacía de sus poemas. La creación literaria se entrecruzó con otra expresión: el dibujo simbólico con tinta negra. Las formas que ensayaba Tagore se retorcían y dieron vida a figuras hechas desde la imaginación poética: heroicas, donde todo es posibilidad narrativa, visual, emocional.
En 1967 Octavio Paz remarcaba, en una conferencia de Nueva Delhi, su experiencia de asombro estético al mirar la realidad a través de los ojos de un artista, humanista y estudioso de lo social como Tagore. En esa conferencia, Paz creó un metadiscurso (2003). Un poeta interpreta a un artista y al hacerlo crea una imagen poética de la obra del artista. Pero esto no termina allí, va más allá. La imagen poética se vuelve un discurso donde la realidad se agolpa en una sola visión, la del humanista que encuentra un destino digno: la libertad.
Patente e inasible, la libertad nutre el otro anhelo, cifrado en algunos destellos de la experiencia inmediata. Uno de esos destellos está en el anhelo por transformar la realidad que nos agobia y, a su vez, el entorno de las relaciones sociales predeterminadas que cancelan la posibilidad de la libertad. Ahí, en ese horizonte, Rabindranath Tagore encontró las condiciones para desarticular lo que promueve la miseria humana en todas sus dimensiones. La concreción de cómo lograrlo fue clara: primero, es el entorno social inmediato. Enseguida, de acuerdo con el poeta bengalí, se trabaja con acciones que despiertan y activan de manera sostenida las capacidades humanas inherentes a la búsqueda de principios elevados, es decir, la educación crítica, formativa, humanista, artística, libre, creativa, compasiva, consciente de la relación respetuosa con la naturaleza. En ese ejemplo de la pedagogía de Rabindranath Tagore observamos la confluencia de lo que en 2024 —un siglo después de los dibujos de Tagore— puede ilustrar la relevancia entre artes, humanidades y ciencias sociales para nuestro tiempo.
Los dibujos de Tagore también nos muestran representaciones mentales de un estado continuo de atención, sin fisuras de interacción cognitivo-emocional, un estado de plena conciencia: que es la ausencia de nuestro tiempo hiperconectado. Asimismo, como en sus diseños, se envuelven poemas que al editarse regresan con la claridad visual de la palabra vuelta trazo. Rabindranath Tagore revela cómo el editor corrige y al hacerlo recrea una posibilidad que abre el texto a la anhelada claridad, a veces, adormecida entre las líneas. Es ahí, en los intersticios de las marcas del editor sobre el poema que surgen preguntas genuinas: ¿acaso podemos afirmar la obviedad de las interrelaciones entre artes, humanidades y ciencias sociales? O para ser más exactos, ¿no se requiere el desarrollo de capacidades para hacerlas evidentes y prácticas? Esto en un momento en que la predeterminación del pensamiento por la inteligencia artificial generativa nos lleva a la reflexión inaplazable por la creación, la indagación sistemática como experiencia personal, la conciencia sobre criterios éticos del actuar y a otras preguntas a propósito de esté número que nos reúne: ¿pueden dichas capacidades nutrirse del diálogo entre artes, humanidades y ciencias sociales? ¿Qué pruebas iniciales podemos invocar?
El lector de este número de la Revista Digital Universitaria puede tener una aproximación a esas preguntas. La posibilidad está en la estructura misma de los contenidos de este número a recorrer. La apertura multitemática de la sección Varietas se refleja en el “Análisis documental, un proceso de apropiación del conocimiento”, “Remedio hecho té. Nota etnográfica sobre hierbas medicinales en el estado de Morelos”, la sección cierra con “Investigación social al oído”.
Después, transitamos por uno de los caminos donde se entrelazan las artes, humanidades, educación y ciencias sociales en la sección Continuum educativo, que contiene los artículos: “Enseñar danza: transitar por las vías más profundas del cuerpo”, y “Wikipedia, IAGen y Educación: experiencias, reflexiones y horizontes”, que se enlazan con la sección Universidades y el “Análisis de ideas fundacionales sobre educación abierta y a distancia de Pablo González Casanova”.
Por último, Caleidoscopio hace honor a su nombre. Desde la elegante reflexión en “La filosofía como actitud crítica: reflexiones con el Dr. Axel Barceló”, hasta los testimonios de las humanidades, sociología y ciencias sociales en “El valor de las Humanidades y Ciencias Sociales: una conversación con la Dra. Ariadna Razo”, “¿Por qué importa la Sociología? Una conversación con la Dra. Carolina Espinosa” y “Ciencias Sociales en acción: diálogo con el Dr. Luis Alejandro Pérez”.
Además, en esta ocasión, esta sección puede ser leída en sus vínculos con la de Impresiones que cuenta con las colaboraciones: “Advertencia a los cuentos de advertencia”, “Una carta de amor a la vida a través del dibujo”, “Cuando canto (en coro)” y “Actor/Actriz. Persona que requiere de varios empleos para ejercer su carrera”. Tanto la palabra como la experiencia están interconectadas en estás dos secciones que completan el sentido del número. Queda abierta la inquietud para continuar la conversación sobre el entramado entre artes, humanidades y ciencias sociales, relevantes para las tareas de la década actual.
Referencias
- Kämpchen, M., Bangha, I., y Dasgupta, U. (2014). Rabindranath Tagore: One Hundred Years of Global Reception. Orient Blackswan. Internet Archive. https://tinyurl.com/bddnkvfj
- Paz, O. (2003). Los manuscritos de Rabindranath Tagore. En Obras completas, 2, Ex-cursiones / Incursiones. Dominio extranjero. Fondo de Cultura Económica.