Vol. 26, núm. 2 marzo-abril 2025
¿Por qué es importante incluir poblaciones poco estudiadas en la investigación psicolingüística?
Stanislav Mulík, Armando Quetzalcóatl Angulo Chavira y Natalia Arias-Trejo CitaResumen
Este artículo explora cómo dos grupos tradicionalmente poco estudiados pueden ofrecer valiosos conocimientos sobre el procesamiento y aprendizaje del lenguaje: las personas con síndrome de Down y los hablantes de lenguas indígenas. A pesar de enfrentar desafíos cognitivos y en la producción de habla, las personas con síndrome de Down demuestran habilidades lingüísticas notables, como una comprensión avanzada del vocabulario y la capacidad de anticipar información lingüística. Estos hallazgos podrían llevar a intervenciones más eficaces para mejorar sus habilidades de comunicación. Por otro lado, se analiza el bilingüismo en hablantes de lenguas indígenas, cuyas experiencias lingüísticas a menudo difieren de las de los hablantes de lenguas mayoritarias. El desarrollo del vocabulario en estos hablantes está influenciado por factores culturales, lo que presenta una visión única sobre cómo se aprende el lenguaje en contextos diversos. Este artículo destaca la necesidad de ampliar la investigación psicolingüística para incluir una mayor diversidad de poblaciones, lo cual no solo beneficia el avance científico, sino que también promueve una sociedad más inclusiva.
Palabras clave: Síndrome de Down, ilingüismo indígena, psicolingüística, desarrollo del vocabulario, inclusión social.
Why is it important to include understudied populations in psycholinguistic research?
Abstract
This article explores how two traditionally understudied groups can offer valuable insights into language processing and learning: individuals with Down syndrome and speakers of indigenous languages. Despite facing cognitive and speech production challenges, individuals with Down syndrome demonstrate remarkable linguistic skills, such as advanced vocabulary comprehension and the ability to anticipate linguistic information. These findings could lead to more effective interventions to improve their communication skills. On the other hand, the article examines bilingualism in indigenous language speakers, whose linguistic experiences often differ from those of speakers of majority languages. Vocabulary development in these speakers is influenced by cultural factors, providing a unique perspective on how language is learned in diverse contexts. This article highlights the need to expand psycholinguistic research to include a broader diversity of populations, which not only benefits scientific progress but also promotes a more inclusive society.
Keywords: Down Syndrome, Indigenous Bilingualism, Psycholinguistics, Vocabulary Development, Social Inclusion.
Introducción
La psicolingüística busca conocer cómo los humanos procesamos el lenguaje, por medio de experimentos controlados que aíslan, miden o manipulan los fenómenos de interés. Gracias a este campo de estudio, hoy en día tenemos conocimientos sobre los mecanismos de aprendizaje de lenguas y la producción o percepción del habla.
En la investigación psicolingüística, normalmente se estudia a grupos que en sus diversas características representan al promedio de la población. Un ejemplo son las personas neurotípicas ––aquellas que no presentan trastornos neurológicos ni problemas en el aprendizaje, comprensión y uso del lenguaje––. La elección de la población suele estar motivada por la necesidad de los investigadores de tener control sobre los diferentes aspectos que pueden afectar a los resultados de los experimentos psicolingüísticos. Además, se suele considerar alumnos universitarios debido a la facilidad que supone reclutarlos. Aunque los estudiantes pueden tener características representativas del grueso de la población, en ningún caso representan toda la diversidad que naturalmente existe en la humanidad. Esta variabilidad incluye personas con problemas de visión o audición, personas en situación de pobreza, personas con alteraciones genéticas o los hablantes de lenguas desprestigiadas, entre muchas otras. Todas estas características causan particularidades en el desarrollo y uso de lenguaje.
En este artículo, exponemos la idea de que estudiar poblaciones que no representan el comportamiento típico es muy provechoso para el entendimiento del lenguaje. A continuación, ilustramos nuestro punto con dos poblaciones muy diferentes que, en general, son poco estudiadas en la psicolingüística. Por un lado, presentamos un acercamiento a la manera en la cual las personas con síndrome de Down comprenden el lenguaje. Por otro lado, revisamos algunos estudios sobre el lenguaje en niños indígenas que pueden ser bilingües. Es importante recalcar que nuestra intención no es comparar estas poblaciones —ya que una población tiene una alteración genética y la otra no—. Más bien, este artículo intenta evidenciar la importancia de estudiar el lenguaje de poblaciones marginadas por diferentes razones, tanto para el avance científico como para su inclusión social.
Personas con síndrome de Down
El síndrome de Down es un trastorno genético provocado por una copia extra, completa o parcial, del cromosoma 21, y es la causa biológica más frecuente de discapacidad intelectual en el mundo, aproximadamente uno de cada mil niños nace con él. La Organización Mundial de la Salud introdujo el término trisomía 21 para hacer referencia a las personas con síndrome de Down, ya que todavía en los años setenta se hablaba de ellas como individuos con retraso mental. Este término estigmatizante surgió a raíz de que en el síndrome de Down se presenta un desarrollo cognitivo menor al esperado de acuerdo con la edad.
Los niños con síndrome de Down presentan características físicas específicas, como una cavidad oral pequeña y una lengua alargada, que impactan su capacidad para hablar (ver figura 1). Asimismo, experimentan infecciones frecuentes del oído medio y esto hace que perciban los sonidos de manera distorsionada. Además, se ha reportado que los niños con síndrome de Down tienen una probabilidad cuatro veces mayor que los niños neurotípicos (aquellos cuyo desarrollo cognitivo se encuentra dentro de patrones normativos) de presentar alteraciones en la eficiencia de sueño, como despertares frecuentes y problemas de respiración. Estas deficiencias también afectan las características del lenguaje, principalmente en el desarrollo del vocabulario temprano, en la producción del habla y en su capacidad de memoria de trabajo, o sea, la información que se mantiene presente en la mente para, por ejemplo, comprender toda una oración.

Figura 1. Una niña jugando que presenta las características físicas típicas de una persona con síndrome de Down.
Crédito: pikisuperstar, s.f.
¿Qué se sabe de las habilidades de lenguaje en niños con síndrome de Down?
Una de las áreas de ventaja de los niños con síndrome de Down es la comprensión de vocabulario, en contraste con su producción. Carencias en la producción de palabras pueden ser el resultado de una deficiente memoria a corto plazo. Al igual que los demás niños, los que tienen síndrome de Down empiezan a decir sus primeras palabras en el segundo año de su vida. Sin embargo, a partir de ese momento adquieren nuevas palabras a un ritmo más lento que los niños neurotípicos. Un paso importante en el desarrollo típico del léxico es la explosión del vocabulario —un incremento rápido en la adquisición de palabras que ocurre cerca de los dos años—. Este aumento también se ha visto en los niños con síndrome de Down, aunque se da entre los 3 y los 5 años de edad.
La comprensión de vocabulario en niños con síndrome de Down, similar a los niños neurotípicos, puede ser producto de habilidades conservadas en el aprendizaje de palabras. Por ejemplo, identifican correctamente objetos familiares como cama o leche y pueden hacer uso de estrategias como la exclusividad mutua —asignar una palabra nueva a un objeto nuevo cuando se sabe que los otros objetos son familiares y ya poseen un nombre—. Aún más, recientemente, en el Laboratorio de Psicolingüística de la unam demostramos que los niños con síndrome de Down extienden palabras recién aprendidas a otros objetos de la misma forma. Por ejemplo, un objeto redondo que rebota puede ser de un color o multicolor, pero siempre se le llama pelota. Esta estrategia de extensión permite considerar rasgos constantes para asignar significado e ignorar características secundarias —como el color—.
Las personas con síndrome de Down también son capaces de anticipar información lingüística; por ejemplo, pueden usar el contexto de una oración como “La gallina pone…” para anticipar que terminará en la palabra huevos (ver figura 2). Esta habilidad es similar a la presentada en niños neurotípicos con una edad de desarrollo parecida, siempre y cuando los verbos están altamente relacionados con la palabra a predecir (p. ej., leer – libro). Sin embargo, cuando la relación es menor, tienen problemas para anticipar la siguiente palabra. En conjunto, los estudios previos sugieren que las personas con síndrome de Down basan su predicción principalmente en asociaciones y muestran dificultad cuando las asociaciones entre palabras son débiles (Arias-Trejo et al., 2019; Angulo-Chavira et al., 2022). Estas diferencias podrían explicar algunos de los obstáculos con los que se encuentran para aprender y usar el lenguaje, pero el estudio de esta población también aporta información muy valiosa sobre la relación y la independencia entre los procesos de producción y comprensión del lenguaje.

Figura 2. Los niños con síndrome de Down pueden anticipar información lingüística altamente probable.
Crédito: modificada de prostooleh, s.f.
Hablantes de lenguas indígenas
Se estima que a nivel mundial actualmente existen alrededor de 7000 lenguas, de las cuales la mayoría son indígenas. Una lengua indígena se puede entender como una lengua que se habla por un grupo étnico vulnerable y autóctono de una región específica (ver figura 3). Algunas lenguas indígenas tienen sólo un pequeño número de usuarios —son lenguas minoritarias— y muchas están en peligro de extinción (Moseley, 2010).

Figura 3. Niña hablante del idioma balinés, una de las numerosas lenguas indígenas del mundo.
Crédito: Kireyonok_Yuliya, s.f.
En México, entre 5 y 10% de la población hablan alguna lengua indígena, o lengua originaria. Éstas pertenecen a 11 familias lingüísticas diferentes. Se pueden organizar en 68 agrupaciones, que constituyen hasta 364 variantes regionales. La Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (2023) estipula que todas las lenguas son lenguas nacionales, pero en la práctica aún existe mucha discriminación lingüística y falta de inclusión (La Prensa, 2024). Además, existe muy poca investigación del bilingüismo de lenguas indígenas mexicanas y el español desde el enfoque psicolingüístico, ya que este tema se suele estudiar más desde el punto de vista de lenguas en contacto o educación indígena (Serrano, 2019).
Muy a menudo, los hablantes de lenguas indígenas también hablan la lengua mayoritaria del entorno en el cual viven. A diferencia del bilingüismo de lenguas mayoritarias —por ejemplo, hablar inglés y español—, el bilingüismo indígena suele ser caracterizado por un desplazamiento lingüístico, cuando una lengua desplaza o sustituye a otra, que casi siempre resulta en el detrimento o hasta pérdida de la lengua indígena (Chi Pech, 2023). Aun así, hablar o entender una lengua indígena junto con el español es bilingüismo (Mulík et al., 2021).
¿Qué nos dicen estudios con niños indígenas sobre el lenguaje?
Los hablantes de lenguas indígenas tienden a escribir y leer en la lengua mayoritaria pero no en la lengua indígena, el uso de la cual se mantiene a menudo por medio de la tradición oral. En el caso de niños indígenas, el desarrollo de su vocabulario en la lengua indígena podría ser diferente que en la lengua mayoritaria. Por ejemplo, un estudio realizado con hablantes de lenguas indígenas de Australia reportó que el desarrollo del vocabulario de los niños indígenas en inglés ––la lengua mayoritaria–– estaba relacionado con la actividad de lectura de libros en inglés entre padres e hijos (ver figura 4). En contraste, no se encontró el efecto de lectura de libros en lengua indígena en el vocabulario de esta lengua. El factor que sí tuvo efecto en el vocabulario en la lengua indígena fue la participación de los niños en la práctica de narración oral de cuentos en esta lengua (Farrant et al., 2014). Esto apunta a una necesidad de actividades culturalmente apropiadas para el desarrollo de vocabulario en niños hablantes de lenguas indígenas, ya que habrá estrategias de desarrollo del lenguaje que ayudan más que otras.

Figura 4. Las diferentes prácticas narrativas pueden estar relacionadas con diferentes lenguas en los niños bilingües. Izquierda, tradición oral. Derecha, lectura de libros.
Créditos: freepik, s.f.a; freepik, s.f.b.
Más allá del desarrollo de vocabulario, los estudios psicolingüísticos que se han realizado con niños indígenas nos ofrecen conocimiento sobre, por ejemplo, si los pensamientos sobre números son posibles sin la existencia de las palabras que los pueden expresar. La gran mayoría de las lenguas del mundo cuenta con palabras para los números exactos, así que los hablantes están acostumbrados a pensar en cantidades exactas que tienen un nombre. Sin embargo, un estudio reportó que la habilidad de pensar en números exactos no depende de si la lengua tiene palabras para cantidades exactas. El estudio se llevó a cabo en Australia con tres grupos de niños entre 4 y 7 años, quienes hablaban ya sea el warlpiri, el anindilyakwa o el inglés. A diferencia del inglés, ninguna de estas dos lenguas indígenas australianas cuenta con palabras que se refieren a números. Cuando los investigadores compararon la manera en la cual los tres grupos de niños australianos realizaban tareas numéricas con hasta 12 objetos, no encontraron ninguna diferencia entre ellos y, en consecuencia, pudieron concluir que el procesamiento numérico no depende de la posibilidad de expresarlo en palabras, sino del concepto de número que los humanos desarrollamos de manera ajena al lenguaje (Butterworth et al., 2008).
¿Qué podríamos aprender si consideramos a los niños indígenas en los estudios de bilingüismo de corte psicolingüístico?
Algunos hablantes de lenguas indígenas mexicanas y el español pueden considerarse como hablantes de herencia (Mulík et al., 2021). Los hablantes de herencia son aquellas personas bilingües que en casa suelen utilizar su lengua materna —lengua de herencia—, pero en contextos escolares o laborales le dan más uso a la lengua mayoritaria —en el caso de México, el español—. El bilingüismo de herencia está muy extendido por el mundo y en nuestro país, porque surge, por ejemplo, en situaciones de migración o de diferentes niveles de prestigio de las lenguas. Un ejemplo de un hablante de herencia sería un hijo de migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos: habla el español en casa, pero el inglés en todos los demás contextos sociales.
La exposición a una lengua de herencia desde el nacimiento puede influir en diversos aspectos del desarrollo lingüístico. Tradicionalmente, se ha presupuesto que los niños asignan un nombre por objeto, sin embargo, los infantes bilingües demuestran que este proceso de aprendizaje de vocabulario puede ser más flexible (Gangopadhyay y Kaushanskaya, 2020). Estos niños se percatan de que un mismo objeto puede tener dos denominaciones distintas; por ejemplo, mientras que en español decimos tortilla, en otomí se le nombra hme (pronunciada con la h sonora, como en la palabra house del inglés). Al principio, este proceso de asignación de dos palabras para un mismo objeto puede resultar en un vocabulario relativamente más reducido en ambas lenguas, si lo comparamos con el de los niños monolingües. No obstante, a largo plazo, los niños bilingües no sólo igualan, sino que en ocasiones superan el vocabulario de niños monolingües de la misma edad. Lo anterior es evidente en niños bilingües que aprenden dos lenguas prestigiosas que usan de manera continua. Sin embargo, no está claro qué ocurre cuando una de las lenguas se va perdiendo, como sucede con algunos hablantes de herencia en México.
Para abordar estas dinámicas en una población que ha sido poco representada en la investigación psicolingüística, en nuestro laboratorio estamos llevando a cabo estudios con niños bilingües que hablan tanto una lengua indígena como el español (por ejemplo, Mulík y Arias-Trejo, 2025). Con estos estudios, esperamos proporcionar información novedosa y valiosa sobre los procesos de adquisición de vocabulario en niños bilingües de una lengua minoritaria y una lengua mayoritaria. De esta manera, pretendemos contribuir a una mejor comprensión de los fenómenos de aprendizaje y pérdida de lenguas, especialmente en el contexto de la diversidad lingüística de México. Asimismo, invitamos a otros investigadores del área de la psicolingüística a aumentar los esfuerzos sobre el bilingüismo indígena mexicano.
Conclusiones
En este trabajo, abordamos dos poblaciones muy diferentes con las que hemos trabajado en nuestro laboratorio, para ejemplificar cómo su estudio desde la psicolingüística puede ayudarnos a responder algunas preguntas fundamentales en este campo de investigación. Como el lector puede apreciar, muchas de las preguntas siguen sin ser respondidas, por lo que son necesarios más estudios de esta índole. La investigación en estas áreas es crucial para mejorar la calidad de vida y apoyar el aprendizaje y desarrollo de habilidades lingüísticas en personas con síndrome de Down, así como para generar conocimiento sobre diferentes tipos de bilingüismo y apoyar en erradicar el estigma del bilingüismo indígena y la preservación y revalorización de las lenguas originarias en México y en el mundo. La inclusión de poblaciones poco investigadas en los estudios psicolingüísticos tiene serias implicaciones tanto científicas —una mejor generalización de los resultados hacia la diversidad poblacional— como sociales —una mayor inclusión y aceptación de los grupos marginados y vulnerables—.
Referencias
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Recepción: 2023/06/27. Aprobación: 2025/02/07. Publicación: 2025/03/11.