Vol. 25, núm. 2 marzo-abril 2024

Sobre el estigma hacia personas exreclusas: ¿realmente aceptamos su reinserción social?

Gabriela Godoy Rodríguez y Roberto Lagunes Córdoba Cita

Resumen

El reingreso de las personas que estuvieron en la cárcel a la sociedad general es ya una realidad del presente. Sin embargo, aún nos cuesta asimilar esta realidad y aceptarla. Sin darnos cuenta, tenemos una serie de comportamientos que limita las oportunidades de vida de la persona que estuvo en prisión, y perpetúa comportamientos que deseamos eliminar. Esto se ha estudiado desde la psicología bajo el nombre de estigma público, que está integrado por emociones, pensamientos y comportamientos; y se ha observado que las emociones son un elemento clave para predecir si habrá comportamientos de exclusión hacia estas personas.
Palabras clave: reinserción, estigma, creencias, afectos, discriminación.

Regarding the stigma towards formerly incarcerated individuals: do we genuinely accept their social reintegration?

Abstract

The re-entry of individuals who have experienced incarceration into society is a current reality. Nevertheless, grappling with and fully embracing this reality remains a challenge. Unbeknownst to us, our behaviors inadvertently curtail the opportunities for those who have been in prison, perpetuating patterns that we aim to eradicate. Psychology has delved into this phenomenon, labeling it as public stigma. Comprising three key components —emotions, thoughts, and behaviors— this stigma plays a pivotal role, with emotions emerging as a crucial factor in predicting whether exclusionary or integrative behaviors will prevail.
Keywords: reintegration, stigma, beliefs, affections, discrimination.


Introducción

Desde hace tiempo, países de todo el mundo han rediseñado la misión de los centros penitenciarios con el objetivo de facilitar la integración de quienes han estado en prisión a la sociedad. Sin embargo, la rehabilitación y la reintegración enfrentan significativos obstáculos. Inadvertidamente, aquellos que no han experimentado la reclusión emiten una serie de castigos invisibles hacia esta población, imponiendo diversas limitaciones para alcanzar una vida plena, oportunidades de empleo, acceso a la educación, relaciones interpersonales saludables, vivienda y atención médica. Investigaciones han demostrado que estos castigos invisibles están vinculados a la reincidencia delictiva (Moore et al., 2016; Shi et al., 2022).

Algunas acciones de la sociedad hacia quienes han estado en prisión generan un estigma, definido como una marca o señal que identifica a la población en una categoría social de devaluación. La investigación ha identificado dos perspectivas del estigma: la del estigmatizador y la del estigmatizado. El estigma público se materializa cuando la sociedad expresa estos tres componentes: 1) pensamientos (creencias), 2) afectos (actitudes) y 3) comportamientos (discriminación) hacia un grupo o individuo específico, como los exreclusos (Fox et al., 2018).


Estigma hacia exreclusos

Figura 1. Estigma hacia exreclusos.
Crédito: Elaboración propia en Canva.

Lo que creemos sobre las personas que estuvieron en la cárcel

El primer componente del estigma público, el cognitivo, abarca creencias y pensamientos que en algunas investigaciones se denominan estereotipos (Corrigan, 2010; Thornicroft, 2007; Fox, 2018). Estos estereotipos están relacionados con lo que sabemos o creemos saber sobre el grupo estigmatizado: las causas de su comportamiento, la comunidad a la que pertenecen, su capacidad para controlarse, entre otros. A pesar de que socialmente tenemos información sobre ciertos grupos, también desconocemos aspectos, lo que puede llevar a su desvalorización.

Entonces, la dimensión cognitiva integra lo que “sabemos” o “ignoramos” sobre cierto grupo social. La reciente investigación sobre lo que creemos de las personas que estuvieron en la cárcel muestra que las vemos como personas; como seres humanos que cometen errores, y creemos que esta población no es merecedora de condena o castigo social (Shi, 2022). Creemos que merecen vivir una vida plena, creemos en la redención y en las segundas oportunidades. En ese sentido, nuestras creencias no son tan estigmatizantes, pero entonces, ¿por qué se observa una marginación real de estos grupos?

Lo que sentimos respecto de ellos

El segundo componente del estigma son los sentimientos hacia un grupo o sus miembros, también llamados prejuicios o reacciones emocionales (Fox et al., 2018; Shi et al., 2022). Existe una base afectiva en los juicios evaluativos que realizamos, donde los sentimientos son una fuente importante de información, influyendo en la conducta de las personas (Corrigan et al., 2003).

Las emociones en sí mismas no son inherentemente buenas ni malas; simplemente las experimentamos. No obstante, los humanos tienden a preferir algunas emociones y evitar otras, como la tristeza, el miedo o la ira. En el caso de las personas que han estado en prisión, las sensaciones más comunes incluyen miedo, ira, ansiedad, resentimiento, hostilidad, disgusto, enojo, indiferencia y preocupación por el riesgo físico (Folk, 2016).


Discriminamos basandonos en sentimientos y creencias

Figura 2. Discriminamos basándonos en sentimientos y creencias hacia el grupo diferente.
Crédito: Elaboración propia en Canva.

Debido al desagrado asociado a estas sensaciones y emociones, se busca la distancia y la evitación de interacciones incómodas con el grupo estigmatizado, sirviendo como precursores de la discriminación (Thornicroft, 2007).

Lo que les hacemos

Finalmente, pero no menos importante, se encuentra la dimensión observable: la conducta. En psicología, se define como condiciones de conducta, y la mayor parte son comportamientos discriminatorios (Fox, 2018). La investigación sobre intenciones comportamentales hacia personas que estuvieron recluidas muestra dos tipos: apoyar desde lejos (sin involucrarse) y mantener la distancia social con ellos. Aunque algunas personas expresan disposición a respaldar programas de empleo y financiar programas de educación universitaria para exreclusos, también evitan tenerlos cerca de sus hogares, aconsejan a otros evitarlos, se abstienen de salir con ellos e incluso se niegan a participar en actividades conjuntas, como tomar clases. Se espera que esta población regrese a la sociedad, pero no que permanezca cerca de la gente inocente.

¿Cómo interactúan estos componentes?

Cuando una persona exhibe comportamientos indeseables o peligrosos, los individuos realizan atribuciones sobre la causa e inferencias sobre su responsabilidad y capacidad de autocontrol. Si se percibe que la persona es responsable de su conducta (creencia), es posible que se empatice menos con ella (actitud) y que la disposición a proporcionar ayuda se vea limitada (conducta discriminatoria). En cambio, si se considera que es víctima de circunstancias, es menos probable que se les atribuya responsabilidad (creencia), lo que inspira sentimientos de pena o lástima (actitudes) y promueve la ayuda e inclusión (Corrigan et al., 2003).

Conclusión

Como ilustra la figura 3, el estigma es un fenómeno complejo que involucra creencias, actitudes y conductas hacia aquellos que son estigmatizados.


Componentes del estigma

Figura 3. Componentes del estigma.
Crédito: Elaboración propia en Canva.

Aunque el esquema pueda parecer sencillo y lógico, en realidad, describe una realidad multifacética. Los sentimientos y creencias negativas condicionan el rechazo y las conductas discriminatorias, mientras que los sentimientos y creencias positivos aparentemente generan acciones de solidaridad y apoyo. Sin embargo, ¿es esta la realidad?

Durante nuestras investigaciones, hemos obtenido resultados aún no publicados que matizan el esquema. Por ejemplo, las personas pueden sentirse cómodas contribuyendo económicamente, pero prefieren que otros se involucren directamente y brinden ayuda a los exreclusos. Incluso aquellos con creencias positivas pueden experimentar sentimientos de miedo y enojo hacia esta población. Esto sugiere la existencia de deseabilidad social en las respuestas (las personas responden lo que los demás desean escuchar) y enfatiza la necesidad de explorar más a fondo la naturaleza de las creencias y sentimientos de la población en general con respecto a estos temas.

Sitios de interés:

Referencias

  • Corrigan, P. W., Larson, J. E., y Kuwabara, S. A. (2010). Socialpsychology of the stigma of mental illness: Public and self-stigma models. En J. E. Maddux & J. P. Tangney (Eds.), Social Psychological Foundations of Clinical Psychology (pp. 51–68). The Guilford Press.
  • Corrigan, P., Markowitz, F. E., Watson, A., Rowan, D., y Kubiak, M. A. (2003). An attribution model of public discrimination towards persons with mental illness. Journal of Health and Social Behavior, 44(2), 162. https://doi.org/10.2307/1519806.
  • Folk, J. B., Mashek, D., Tangney, J., Stuewig, J., y Moore, K. E. (2016). Connectedness to the criminal community and the community at large predicts 1-year post-release outcomes among felony offenders: Connectedness and post-release outcomes. European Journal of Social Psychology, 46(3), 341–355. https://doi.org/10.1002/ejsp.2155.
  • Fox, A. B., Earnshaw, V. A., Taverna, E. C., y Vogt, D. (2018). Conceptualizing and measuring mental illness stigma: The mental illness stigma framework and critical review of measures. Stigma and Health, 3(4), 348–376. https://doi.org/10.1037/sah0000104.
  • Moore, K. E., Stuewig, J. B., y Tangney, J. P. (2016). The effect of stigma on criminal offenders’ functioning: A longitudinal mediational model. Deviant Behavior, 37(2), 196–218. https://doi.org/10.1080/01639625.2014.1004035.
  • Shi, L., Silver, J. R., y Hickert, A. (2022). Conceptualizing and measuring public stigma toward people with prison records. Criminal Justice and Behavior, 49(11), 1676–1698. https://doi.org/10.1177/00938548221108932.
  • Thornicroft, G., Rose, D., Kassam, A., y Sartorius, N. (2007). Stigma: Ignorance, prejudice or discrimination? British Journal of Psychiatry, 190(3), 192–193. https://doi.org/10.1192/bjp.bp.106.02579.
  • World Bank. (2019). World development report 2019: The changing nature of work. Washington, DC: World Bank. https://doi.org/10.1596/978-1-4648-1328-3.

Recepción: 11/04/2023. Aceptación: 24/01/2024.

Vol. 25, núm. 2 marzo-abril 2024

Puntos de inflexión: decisiones y acciones por tomar

Maura Pompa Mansilla Cita


“hacer bien a todos y mal a ninguno”.
Miguel de CervantesDon Quijote de la Mancha




Querida comunidad de lectores de la Revista Digital Universitaria ( rdu), presentar este número resulta una tarea intrigante y estimulante, pues todos los artículos que lo conforman merecen un lugar protagónico. Además de tratarse de lecturas sumamente interesantes, cada uno de los textos hacen un llamado a que seamos conscientes respecto a nuestra responsabilidad e injerencia sobre nuestra vida y el lugar en el que vivimos, al plantearnos puntos de inflexión, en los que nuestro papel resulta determinante. Así, al escuchar el llamado que hace cada uno, se traza una ruta en la que lo que nos rodea resplandece y nos obliga a mirar aquello que, tal vez, no habíamos apreciado antes, además nos hace detenernos para admirarlo y reflexionar sobre su valor y nuestro papel en todo ello.

En esta ocasión, la seccion Varietas nos lleva por una fascinante excursión en la que los sentidos se convierten en un elemento muy importante. Nuestro andar y nuestra vista nos sirven para recorrer, observar y analizar el mundo y las interacciones que tienen lugar entre quienes lo habitamos.

Desde hace mucho tiempo los ojos de los humanos han sido motivo de encanto y fascinación, lo que se traduce en poemas, frases, canciones, o dichos, por ejemplo. Ya decía Cicerón que el rostro es el espejo del alma, y los ojos, sus delatores. Si bien los ojos poseen estas características que inspiran sentimientos y creaciones, detrás de su imagen existe todo un entramado que los hacen funcionar, que sólo ciertos especialistas conocen a detalle y que es motivo de estudio. ¿Tienes miopía, hipermetropía o astigmatismo? Seguramente varios de ustedes me acompañaran en responder que sí. En el artículo “Tras bastidores del ojo humano: anatomía, problemas comunes y soluciones” se explica cómo es que vemos, se habla sobre la presencia de estas alteraciones visuales que corregimos al usar lentes, y nos cuenta sobre la cirugía láser como una alternativa. Lo que se comparte en este interesante texto también es un llamado a cuidar nuestra salud ocular y la importancia de la revisión periódica de nuestros ojos, por parte de quienes son especialistas en ello.

Quienes tenemos la posibilidad de ver el mundo que nos rodea, sea con lentes o no, generalmente disfrutamos de los hermosos paisajes de la naturaleza: esos atardeceres en el desierto con sus maravillosos colores, los tonos azules y verdes que visten las olas del mar para su encuentro con los distintos colores y texturas de la arena en las costas, la blancura titilante de los escenarios cubiertos de nieve, y los profundos verdes de la vegetación que compone selvas, bosques, valles y sinfín de ecosistemas en nuestro planeta. Estos paisajes llevan consigo el sonido de los seres y elementos que confluyen en ellos, cada organismo tiene un papel que repercute en todo ello que admiramos.

Tal es el caso de las heliconias o platanillos, que no sólo adornan con sus coloridas flores la Selva Lacandona, sino que cumplen una función imprescindible en su interacción con insectos y aves, como los colibríes, así como en los microhábitats que representan para diversas especies. En su cercana relación con las comunidades humanas, estas plantas cobran, además de una función ornamental, usos significativos en ceremonias y en la cocina. No obstante, es debido a nuestras prácticas que la degradación ambiental en México amenaza la existencia de la diversidad de heliconias, trastocando todos sus lazos vivos con los polinizadores y quienes cumplen la función de dispersar sus semillas: las aves. Con la pérdida acelerada de las selvas tropicales, la vulnerabilidad y existencia de todas las especies que forman una cadena de vida se encuentran en estado delicado. Al leer “Heliconias: de plantas ornamentales a pequeños microhábitats dentro de las selvas tropicales” podemos ver, a través de imágenes, la belleza de estas plantas y todos los organismos que las rodean; de esta manera, podemos imaginar esas escenas y paisajes acompañados de los sonidos que las rodean, a la vez que comprendemos toda su riqueza y el riesgo en el que se encuentran.

En su recorrido por estos espacios de la naturaleza, este número de la rdu, a través del artículo “Serpientes venenosas, una problemática y una alternativa en la biotecnología” , nos adentra en el fascinante mundo de las serpientes. Su presencia, vinculada a nuestra especie, ha sido una constante, ya que en diferentes culturas y su cosmovisión podemos encontrarlas dentro de sus creencias y mitología. En el México antiguo, por ejemplo, tal es el caso de la diosa Coatlicue . De igual manera, para los mayas y en el Altiplano Central, la serpiente era un signo calendárico de buena fortuna. Otros ejemplos son Xiuhcóatl, que posee ojos estelares y se identifica como el arma de Huitzilopochtli, o Quetzalcóatl: la serpiente emplumada.

En sus 160 millones de años de evolución, las serpientes han desarrollado venenos con diversas actividades farmacológicas, esto ha hecho que se explore su potencial terapéutico en los campos de la medicina y cosmética. En la actualidad se tiene conocimiento de que existen aproximadamente 4,000 especies de serpientes en el mundo. ¿Sabías que, de ellas, sólo el 15% son venenosas? Se estima que al año tienen lugar 5,400,000 de casos de mordeduras de serpientes, lo que convierte a estos acontecimientos en un problema de salud pública en varios países. Existen desafíos en la producción y distribución de los antivenenos, por ello es fundamental mejorar la conciencia y la atención primaria ante sus mordeduras. La importancia reside en saber convivir con ellas. Las serpientes son seres vivos fundamentales para nosotros, su veneno también representa un enorme potencial para tratar diversos padecimientos y enfermedades humanas. Así, este texto nos señala que, de la misma forma que es importante ser conscientes de la prevención y atención de sus mordeduras, también es imprescindible expandir los programas de educación ambiental enfocados en combatir la falta de información y destacar la relevancia ecológica y biotecnológica de los componentes en su veneno, al tiempo que se favorece a la conservación en sus hábitats naturales.

En el mismo tenor, en este número se enfatiza la necesidad de una educación comprometida con contribuir a atender la sobreexplotación de recursos naturales y el cambio climático. El artículo “Transformar la educación: integrando tecnologías para el desarrollo sostenible” destaca la importancia de incorporar las tecnologías para enriquecer la enseñanza, a la vez que se subraya la necesidad de una educación que forme personas comprometidas con el desarrollo sostenible. Este texto hace un llamado por una educación orientada a resolver desafíos ambientales, centrada en la Educación para el Desarrollo Sostenible que forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la onu, así como el uso de tecnologías y la implementación de estrategias pedagógicas que sean transformadoras.

En el planeta, habitamos un sinnúmero de especies en diversos hábitats y ecosistemas, que mantienen un delicado equilibrio que posibilita toda nuestra existencia. Entre los seres vivos con quienes compartimos este espacio llamado Tierra, están los carnívoros. Comprender su papel ecológico es motivo de diversos estudios, así como el gestionar sus poblaciones y tratar los conflictos en la relación humanos-carnívoros. En “Entre hábitos y excretas: un vistazo a las dietas de los mamíferos carnívoros” que nos presenta este número de la rdu, se destacan proyectos de conservación exitosos cuyo sustento son estos estudios. Asimismo, se señala la necesidad de que en México se ponga mayor atención y acciones para comprender y conservar las especies de carnívoros que habitan el país.

México es un país megadiverso que posee un gran número de especies endémicas, algunas de ellas tan relevantes que son patrimonio natural del país, tal es el caso de los cactus. El artículo “Los cactus patrimonio natural de México” enaltece el reconocimiento que tiene México como el país con la mayor riqueza en el mundo de cactáceas, con alrededor de 700 especies, de las cuales el 74% se encuentra exclusivamente en México (endémicas). Aunque pareciera que el panorama es próspero, las actividades agrícolas, ganaderas, las obras de infraestructura y el saqueo que termina en el comercio ilegal, amenazan de manera crítica su conservación. Esta colaboración hace un llamado, que nos apela de manera ineludible, a que adoptemos prácticas adecuadas y preservemos su diversidad biológica. Además, los autores nos comparten algunas acciones que podemos desarrollar de manera individual para lograrlo.

Al continuar nuestra lectura por este número de la rdu, encontramos una aproximación al mundo de los video juegos con The last of us: ¿ciencia ficción o una posibilidad ante el cambio climático?”. A partir de este videojuego centrado en una pandemia, que se basa en estudios reales sobre hormigas que son infectadas con un hongo, el artículo explora el impacto del cambio climático en las infecciones por hongos, debido a que el incremento en las temperaturas podría influir en el comportamiento de los hongos patógenos. Aunque el riesgo de que una pandemia causada por este hongo parece ser bajo, y que el vínculo entre la humanidad y los hongos se traduce en innumerables beneficios, lo que es cierto es que nuestras actividades influyen de manera determinante en el cambio de temperatura del planeta y en las consecuencias para todos sus habitantes.

En nuestro andar por este número de la rdu, hemos de poner atención en la forma en la que caminamos, pues el artículo “Identificación biométrica a través del andar humano: enfoques y desarrollos” nos comparte un método biométrico que nos identifica por nuestra manera única de caminar. El método Reconocimiento del Andar Humano (rar) es aquí el eje conductor y resulta en un aporte importante para su aplicación en sistemas de seguridad.

La incertidumbre pareciera ser una especie de limbo en el que las expectativas tienen un papel protagónico. ¿Qué papel podrían jugar la estadística y la probabilidad en estas situaciones? De acuerdo con el artículo “La probabilidad y estadística en la toma de decisiones”, su utilidad puede aplicarse de manera particular en la medición de la intención del voto, el fijar los precios de seguros y para determinar la esperanza de vida. En este escenario tienen cabida la influencia de la tecnología y la inteligencia artificial, con lo que también se incluye la detección de enfermedades y la capacidad de vehículos autónomos de tomar decisiones.

En esta misma sección, tenemos la oportunidad de conocer y reconocer la importancia de la calidad y la seguridad de los alimentos que consumimos. “El envasado inteligente en la industria alimentaria” resulta imprescindible para ambos casos, y a pesar de que su costo resulta elevado, se debe encontrar un equilibrio, pues las estrategias para conservar alimentos y reducir la pérdida y el desperdicio, son cruciales en el mundo y momento en el que vivimos.

En la sección Universidades, nos vamos hasta el estado de Campeche en México, para situarnos en la Candelaria. Ahí se pone la mirada en la importancia del liderazgo directivo y su influencia en las condiciones para mejorar los aprendizajes y los resultados del estudiantado, particularmente en contextos rurales. En la investigación cualitativa que nos comparten en el artículo “Liderazgo educativo pospandémico: un enfoque en las telesecundarias”, se destaca el papel que ha jugado la contingencia sanitaria al detonar reflexiones sobre la educación escolarizada, a la vez que impulsa cambios y representa desafíos, en los que la adaptación, la relación con la comunidad, la supervisión escolar y el trabajo en equipo son elementos centrales para mejorar los procesos educativos y sus resultados.

En este número, la sección Caleidoscopio alberga un texto que desde su título nos invita a curiosear sobre “Arte, ciencia y… ¿Bichos?”. Sí ¡bichos! Si es la primera vez que te encuentras con los coleópteros, este artículo te los presentará de una manera poco común: una colaboración entre el arte y la ciencia. Estos insectos son muy importantes en términos ecológicos y también económicos, pues son polinizadores fundamentales y contribuyen a controlar plagas, pero también son causantes de pérdidas en cultivos. Así, a través de un programa de servicio social, se crean contenidos y materiales que captan nuestra atención por el maravilloso mundo de estos insectos y su particular belleza, a la vez que nos informan sobre la vida de estos escarabajos con el propósito de que generemos conciencia sobre su diversidad y su valiosa contribución a la naturaleza.

El artículo con el que cierra este número de la Revista, en la sección Impresiones, aborda un tema sumamente relevante y que además tiene poca visibilidad. Se trata de una problemática que nos atañe a toda la población y que se relaciona con una ceguera parcial ante personas que buscan su lugar en la sociedad, pero no lo encuentran porque rara vez existe un espacio para ellas. Se trata del texto “Sobre el estigma hacia personas exreclusas: ¿realmente aceptamos su reinserción social?”. A pesar de los esfuerzos dedicados a su rehabilitación, con el objetivo preciso de reintegrarse en la sociedad, parece que ésta no ofrece un espacio propicio para ello. Persisten castigos invisibles y una carencia de comprensión sobre las experiencias y los desafíos inherentes a su proceso de rehabilitación. Estas circunstancias desencadenan actitudes estigmatizantes, discriminación y una notable falta de empatía. Pero ¿qué es rehabilitar? De acuerdo con la Real Academia Española (rae), es “Habilitar de nuevo o restituir a alguien o algo a su antiguo estado”, y sus sinónimos son: restablecer, regenerar, reeducar, corregir, enmendar. Al enfrentarse a actitudes como el miedo, que se les evite y se genere distancia social, se limita su reintegración a la sociedad.

La colaboración que se nos presenta profundiza en las implicaciones de comprender y abordar las dimensiones cognitiva, emocional y conductual, con el propósito de diseñar estrategias de intervención social al respecto. El llamado a generar conciencia, cambiar nuestras creencias y promover la empatía para lograr una reintegración exitosa y mitigar los efectos negativos del estigma a quienes han sido exreclusos es urgente. Depende de cada una y uno de nosotros el ampliar su alcance y contribuir a transformar nuestra sociedad en una que verdaderamente ponga en práctica el significado de la rehabilitación y la reinserción. Sin nuestro involucramiento, la realidad escrita que definen esas palabras pierde el sentido de esperanza que representan las segundas oportunidades, más cuando éstas forman parte de los mecanismos que rigen nuestro país, y que además deja a las personas en un limbo, pues ya no son reclusos o reclusas, pero tampoco hay espacio para ellas y ellos en nuestra sociedad. Te invitamos a leer este artículo y, con ello, darte la oportunidad de considerar otras perspectivas y propiciar nuevas realidades.

Esta variedad de textos ya está emitiendo la convocatoria a leerlos; el reto, como los buenos escritos suponen, será encontrar el momento de hacer una pausa entre sus líneas para atender otras actividades. Una vez que inicien será complejo detenerse. Así es que les invitamos a responder a este llamado y extender la invitación a sus colegas, familiares, amigos y a sus comunidades, a permitirse expandir la mente, corazón y conciencia y, con ello, como dice Miguel de Cervantes: a hacer el bien.

Referencias

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079