Vol. 24, núm. 5 septiembre-octubre 2023

Mitigando el cambio climático: árboles mecánicos y minería aérea

Ricardo Vega Ruiz Cita

Resumen

Desde que la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático comenzó a regular las emisiones de gases de efecto invernadero, los países desarrollados emprendieron una carrera tecnológica centrada en la reducción de estos gases contaminantes. Este artículo describe los desarrollos tecnológicos que replican el funcionamiento de los árboles, ideados con la intención de controlar la velocidad y cantidad de dióxido de carbono capturado de la atmósfera. Además de funcionar como un medio para mitigar el cambio climático, estas tecnologías permiten que las empresas obtengan ganancias mediante la comercialización de los recursos que se extraen de la atmósfera. Sin embargo, también enfrentan importantes desafíos, tanto por las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero que tendrían que mitigar, como por las impredecibles consecuencias de hacer de la atmósfera un nuevo espacio de negocios.
Palabras clave: cambio climático, mercados de carbono, tecnología de captura, gases de efecto invernadero, minería aérea, árboles mecánicos.

Mitigating Climate Change: Mechanical Trees and Air Mining

Abstract

Since the United Nations Framework Convention on Climate Change began regulating greenhouse gas emissions, developed countries have embarked on a technological race focused on reducing these polluting gases. This article describes technological developments that replicate the functioning of trees, designed with the intention of controlling the speed and quantity of carbon dioxide captured from the atmosphere. In addition to serving to mitigate climate change, these technologies enable companies to profit by commercializing resources extracted from the atmosphere. However, they also face significant challenges, both due to the increasing greenhouse gas emissions they must mitigate and the unpredictable consequences of turning the atmosphere into a new business frontier.
Keywords: climate change, carbon markets, capture technology, greenhouse gases, air mining, mechanical trees.

Cambio climático

La evidencia científica ha demostrado que la principal causa del cambio climático radica en el aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, especialmente el dióxido de carbono (Garduño, 2003, pp. 56-59). Este aumento de gases se debe principalmente al uso de combustibles fósiles tanto por parte de individuos como por parte de industrias que producen y transportan una amplia gama de mercancías, que incluyen derivados del petróleo, productos químicos, alimentos, materias primas, entre otros (Angus, 2016, p. 126).

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, uno de los organismos internacionales más importantes en este tema, estableció límites para las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los “países desarrollados”, los cuales son los principales contaminantes del mundo. Para cumplir con el compromiso de reducir sus emisiones, estos países pueden disminuir las actividades contaminantes que se llevan a cabo en su territorio o acudir a un mercado internacional conocido como el mercado de carbono, donde se compran y venden permisos de contaminación (Stephan y Lane, 2015). De esta manera, un país como Alemania, cuyas emisiones de gases de efecto invernadero están reguladas, puede adquirir permisos de contaminación de otro país que haya logrado reducir sus emisiones y, por lo tanto, disponga de permisos adicionales que pueda vender. Con los permisos adquiridos, Alemania podrá emitir más gases de efecto invernadero de lo que originalmente le estaba permitido (Lohmann, 2012).

Desde que están bajo regulación, los países desarrollados buscan formas de reducir sus emisiones y cumplir con sus compromisos ante la Convención. Los bosques tropicales del mundo han sido uno de los principales recursos utilizados para alcanzar este objetivo (Global Forest Coalition, 2020, p. 4). Estos ecosistemas consisten en vastas extensiones de árboles que absorben y retienen grandes cantidades de dióxido de carbono atmosférico. A pesar de que algunos estudios han señalado las limitaciones de los bosques tropicales para fijar y retener carbono durante períodos prolongados, todavía se utilizan como “sumideros de carbono” (Seymour y Busch, 2016, p. 33).

Algunos países, como los de América Latina, implementan proyectos de reforestación y forestación para utilizar sus bosques como “esponjas” que absorben dióxido de carbono, “limpiando” así la atmósfera y preparándola para almacenar nuevamente este gas contaminante. El carbono capturado en el bosque se cuantifica (Moreno et al., 2016, p. 27) y se convierte en una cantidad determinada de permisos para emitir contaminantes, los cuales posteriormente se venden en el mercado de carbono a los países desarrollados que los utilizan para liberar nuevamente sus gases de efecto invernadero (Stephan y Lane, 2015).

Sin embargo, aunque los seres humanos pueden utilizar los bosques para capturar carbono, en última instancia, la velocidad con la que un árbol captura carbono depende de la naturaleza, y lo mismo ocurre con la cantidad y el tiempo que el carbono permanece fijado en el árbol. Además, dado el constante aumento de las emisiones de dióxido de carbono, parece que utilizar los bosques como medida para combatir el cambio climático tiene importantes limitaciones (Lohmann, 2000, p. 8). Ante esta situación, los países desarrollados están apostando por una nueva tecnología que, aunque surgió de un experimento escolar, parece sacada de una película de ciencia ficción.

Árboles mecánicos

Árboles mecánicos
Figura 1. Ilustración de los árboles mecánicos.
Tomado de Carbon Collect (2023).

En la década de 1990, el físico Klaus Lackner ayudaba a su hija en un proyecto de ciencias para su escuela en el que pretendía extraer el dióxido de carbono del aire. Con la ayuda de una bomba de aire de acuario y un producto químico, el hidróxido de sodio, lograron su cometido. A partir de entonces, Lackner se dedicó a pensar en formas de extraer grandes cantidades de dióxido de carbono del aire. Diseñó una “versión mecánica” de los árboles: torres metálicas con aberturas por las cuales circula el aire; una vez que el dióxido de carbono llega allí, se descompone y el carbono se fija en un filtro especial. Estas torres metálicas, dispuestas cercanas unas a otras, cual “granjas de árboles mecánicos”, tienen como único propósito combatir el cambio climático (Fialka, 2021; ver figura 1).

Este avance tecnológico, junto con otras innovaciones similares enfocadas en capturar y almacenar carbono de la atmósfera, no se ha quedado solo en el papel.

Actualmente, la empresa irlandesa Silicon Kingdom Holdings lleva a cabo la implementación comercial de las granjas de árboles mecánicos concebidas por Lackner (Hook, 2020), mientras que otras compañías, como Climateworks y Carbfix, también aplican tecnologías similares de manera comercial (dw, 2020; Haszeldine et al., 2018).

Minería aérea

A diferencia de los árboles naturales, que utilizan el dióxido de carbono que capturan de la atmósfera para construir sus células, los árboles mecánicos acumulan carbono en sus filtros, sin ningún otro propósito. No obstante, el desarrollo de esta tecnología ha permitido que el carbono capturado pueda utilizarse en diversos procesos productivos. Ha tenido éxito en la industria de alimentos y bebidas carbonatadas, en la producción de combustibles sintéticos y personalizados, en la fabricación de textiles, en la producción de hormigón, químicos, minerales, diamantes y muchos otros materiales y materias primas convencionales en la industria (Biniek et al., 2020; Gertner y Payne, 2021; Gonzalez et al., 2020; Roberts, 2020). En teoría, cualquier industria que utilice algún tipo de carbono subterráneo, como el petróleo, el carbón y sus derivados, podría reemplazarlo con carbono capturado de la atmósfera (Hook, 2020; Roberts, 2019; ver figura 2).

Ilustración de captura y uso de CO2

Figura 2. Ilustración de captura y uso de CO2.
Elaboración propia a partir de Hook (2020).

Aunque parezca asombroso, así como desde las profundidades de la tierra se extraen recursos como minerales o recursos fósiles que las empresas utilizan posteriormente para fabricar mercancías, la tecnología de captura y almacenamiento de carbono permite que ciertas empresas aprovechen la atmósfera para extraer un recurso, el carbono, que luego emplean en la fabricación de productos. Por esta razón, estas aplicaciones tecnológicas se conocen como “minería aérea” (Fialka, 2021). El profesor de ingeniería mecánica de la Universidad de Michigan, a cargo del proyecto Iniciativa Global de CO2, que busca hacer que el uso del carbono sea una actividad central en la industria de los Estados Unidos, asegura que asignar un valor al dióxido de carbono nos permite considerarlo no solo como un problema sino también como un recurso (Gertner y Payne, 2021).

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, el principal asesor científico de la Convención, tiene buenas expectativas con respecto a estas tecnologías. En 2005, las incluyó en sus informes como tecnologías para reducir las emisiones (ipcc, 2005; McLean y Plaksina, 2019, p. 129; Romanak et al., 2021, p. 4), y en 2014 afirmó que no se podrán alcanzar los objetivos de reducción de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera si se retrasa la aplicación y expansión de la tecnología de captura y almacenamiento de carbono (ipcc, 2014, p. 17).

A primera vista, parece que estas tecnologías son un remedio eficaz para abordar el cambio climático. A diferencia de otras opciones que implican pérdidas en las ganancias de las empresas al obligarlas a detener o modificar sus negocios, este tipo de tecnología crea incentivos económicos para que reduzcan su contaminación. Por un lado, las empresas pueden establecer negocios centrados en la captura de carbono para generar permisos de contaminación que venderán en el mercado de carbono; por otro lado, pueden utilizar el carbono capturado para venderlo o usarlo en la producción de bienes con los que también pueden obtener ganancias (ver figura 3).

El Instituto Global de Captura y Almacenamiento de Carbono reportó...

Figura 3. El Instituto Global de Captura y Almacenamiento de Carbono reportó en 2022 más de 190 instalaciones.
Tomado de Global ccs Institute (2022).

No obstante, estos desarrollos tecnológicos enfrentan importantes desafíos. Uno de ellos se relaciona con el potencial de captura de dióxido de carbono que existe en las plantas equipadas con esta tecnología. Este potencial sigue siendo modesto y, por lo tanto, no se compara con las cantidades de dióxido de carbono que necesitamos eliminar de la atmósfera. Además, esta tecnología se ha desarrollado casi exclusivamente para el dióxido de carbono, uno de varios gases de efecto invernadero. Por lo tanto, no podrá reducir las emisiones de otros gases, como el metano, el óxido nitroso y los hidrofluorocarbonos, que tienen un mayor impacto en el clima que el dióxido de carbono (Bui, Adjiman, Bardow, et al., 2018).

Otro desafío está relacionado con el cambio en la forma en que interactuamos con la atmósfera. Convertir la atmósfera en un nuevo espacio de negocios para las empresas puede tener consecuencias inesperadas y no deseadas. Sabemos que la causa principal del cambio climático radica en el aumento descontrolado de los gases de efecto invernadero, resultado de la extracción y quema de combustibles fósiles regulados no por criterios ecológicos, sino por el libre mercado y las oportunidades de ganancias para las empresas. Ahora, con la tecnología de captura, almacenamiento y uso de carbono, se introduce la lógica del mercado en los recursos de la atmósfera. Las empresas capturan y utilizan carbono de la atmósfera no porque sea beneficioso para el clima del planeta, sino porque es un negocio: con los recursos que extraen de la atmósfera, pueden obtener ganancias. En este punto, surge una preocupación importante en relación con los árboles mecánicos y tecnologías similares: si el uso de recursos naturales como el petróleo y otros combustibles fósiles para obtener ganancias sin considerar las consecuencias ambientales nos ha llevado a esta preocupante situación climática, ¿qué sucederá ahora que un espacio del planeta que antes estaba al margen de esta lógica, la atmósfera, comienza a ser utilizado como un nuevo espacio de negocios?

Referencias



Recepción: 11/11/2022. Aprobación: 27/07/2023.

Vol. 24, núm. 5 septiembre-octubre 2023

Nuestro breve espacio-tiempo en la madre Tierra y el cambio climático

Juan Carlos Cheang Wong y Juan Carlos Cheang Guzmán Cita

Resumen

La humanidad debería considerarse sumamente afortunada por las condiciones que permitieron el surgimiento de la vida tal y como la conocemos en la Tierra. Sin embargo, la actividad industrial de los últimos 150 años ha llevado a un deterioro ecológico y al cambio climático, poniendo en riesgo nuestra supervivencia. La evidencia científica sugiere que es posible revertir esta situación mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes. El uso de energías limpias y tecnologías respetuosas con el medio ambiente puede conducir a un desarrollo más sostenible y en armonía con la naturaleza.
Palabras clave: origen de la vida, cambio climático, medio ambiente, desarrollo sostenible, huella de carbono.

Our brief space-time on Mother Earth and climate change

Abstract

Humanity should consider itself extremely fortunate for the conditions that allowed the emergence of life as we know it on Earth. However, the industrial activity of the last 150 years has led to ecological deterioration and climate change, jeopardizing our survival. Scientific evidence suggests that it is possible to reverse this situation through the reduction of greenhouse gas emissions and other pollutants. The use of clean energy and environmentally friendly technologies can lead to a more sustainable and harmonious development with nature.
Keywords: origin of life, climate change, environment, sustainable development, carbon footprint.



“El mundo globalizado de nuestros días está completamente carbonizado,
y requiere urgentemente de una acelerada descarbonización,
así es que aquel que lo descarbonice será un buen descarbonizador…”

Introducción

A lo largo del año se conmemoran más de 30 efemérides internacionales relacionadas con el medio ambiente. Entre las más emblemáticas, sobresalen el Día Internacional de la Madre Tierra, celebrado el 22 de abril; el Día Mundial del Medio Ambiente, observado el 5 de junio; y finalmente, el Día Mundial por la Protección de la Naturaleza, marcado en el 18 de octubre (Diainternacionalde). Estas fechas tienen como propósito principal concienciar a la población mundial sobre el impacto de nuestras acciones en el entorno y recordarnos nuestra responsabilidad como habitantes de la Tierra de preservarla para las generaciones venideras.

Numerosos estudios científicos (Bayón, 2022; Cook et al., 2016; Lynas et al., 2021) señalan que el ser humano, a través de sus diversas actividades —agricultura, construcción, ganadería, industria, transporte, entre otras—, es el principal causante del deterioro ambiental y del cambio climático global. Sin embargo, la respuesta a estos desafíos no ha estado a la altura de las transformaciones necesarias para mejorar la situación.

El objetivo fundamental de este artículo es asistir a los lectores en la evaluación de nuestra actuación como sociedad, en la comprensión de cómo las acciones humanas (factores antropogénicos) impactan en el planeta y, sobre todo, en la búsqueda de vías para mitigar o revertir esta problemática. La mejor manera de abordar este asunto es a través del enfoque científico, de manera multidisciplinaria y considerando diversos factores.

En particular, emplearemos conceptos fundamentales de la física, tales como tiempo, espacio, velocidad y energía, para contextualizar nuestra posición privilegiada como especie humana desde los albores de la vida en la Tierra. Posteriormente, exploraremos las actividades humanas que, si bien podrían haber sido sostenibles durante milenios, en la actualidad ya no lo son. La contaminación ambiental, el cambio climático global y la pérdida de biodiversidad, entre otros problemas graves, no solo comprometen nuestra salud y calidad de vida, sino también la supervivencia de todas las especies, incluyéndonos a nosotros mismos.

Todo esto constituye un precio excesivamente elevado a pagar por los excesos cometidos en aras del denominado “progreso de la civilización”. La responsabilidad de la humanidad reside en adoptar las medidas necesarias para implementar y continuar desarrollando tecnologías más respetuosas con el medio ambiente, con el fin de reducir la emisión de contaminantes y nuestra propia huella de carbono, además de promover la utilización de energías renovables.

Nuestro tiempo

Con el fin de apreciar con mayor claridad los trascendentales eventos acontecidos desde el origen del universo, el eminente astrónomo y divulgador científico Carl Sagan propuso la idea de condensar la historia cósmica en un calendario anual de 365 días (Sagan, 1977). De esta manera surgió el renombrado “Calendario Cósmico”, presentado en su célebre serie televisiva Cosmos (COMPLEXUS, 2011). Este calendario ficticio se inaugura el 1 de enero con el estallido del “Big Bang” y culmina en la época contemporánea, precisamente a las 12 de la medianoche del 31 de diciembre. Si consideramos que el Big Bang ocurrió hace aproximadamente 13,800 millones de años, cada segundo en el Calendario Cósmico equivaldría a 437 años terrestres. De este modo, se facilita la ubicación temporal de sucesos tan remotos como el surgimiento de la Vía Láctea el 1 de mayo, la formación del Sistema Solar el 9 de septiembre y la génesis de la Tierra el 14 de septiembre. Posteriormente, el 12 de noviembre emergen las primeras plantas, y para el 1 de diciembre, la atmósfera terrestre ya ostenta una riqueza en oxígeno. Hacia fin de año, entre el 19 y el 23 de diciembre, hacen su aparición los primeros peces, seguidos por vertebrados, insectos, anfibios y reptiles, en ese orden. Los dinosaurios se hacen presentes el 25 de diciembre y se extinguen el 30, debido al impacto del meteorito Chicxulub hace unos 66 millones de años, en la costa septentrional de la actual península de Yucatán (INMEDIA, 2020; ver video 1). De este modo, el 29 y 30 de diciembre se marcan los inicios de los primeros primates y grandes mamíferos. Finalmente, el Homo sapiens emerge, bastante tardío, el 31 de diciembre, a las 23:53 horas, es decir, a escasos 7 minutos del fin del Año Cósmico.



Video 1. Chicxulub, el meteorito que cambió al mundo.


Resulta evidente que las civilizaciones originarias (egipcia, sumeria, india, china, mesoamericana y andina) surgieron hace menos de 13 segundos. La antigüedad de nuestras civilizaciones palidece en comparación con la longevidad del universo, la Tierra u otras especies. Actualmente, nos encontramos en los estertores del Calendario Cósmico, y es a partir del último medio segundo —desde el inicio de la revolución industrial— que la humanidad puede ser señalada como la principal causante de la devastación medioambiental y del cambio climático, a raíz de sus acciones. Por lo tanto, recae en nuestras manos la posibilidad de detener e incluso revertir estos problemas que hemos generado en tan breve lapso. Esperemos que podamos perdurar durante algunos segundos cósmicos más en la Tierra, recordando las palabras de Nezahualcóyotl en su poema Yo lo pregunto: “Nada es eterno en la tierra: solo un breve instante aquí”.

Nuestro tamaño

Otras magnitudes físicas cruciales para comprender nuestra ubicación en el Universo son el tamaño de los objetos y las distancias que los separan. A veces, una imagen logra transmitir más que mil palabras. Los invitamos cordialmente a explorar el sitio web La Escala del Universo (Huang, 2012), que ofrece una comparativa ilustrativa de tamaños y distancias, abarcando desde lo ínfimo hasta lo grandioso en el universo observable. Estamos seguros de que quedarán maravillados al apreciar la vastedad del espacio y nuestra relativa pequeñez. Por ejemplo, el diámetro del Sol ronda los 109 metros —un “1” seguido de nueve “0”—, mientras que la envergadura de la Vía Láctea se extiende hasta los 1021 metros. Por último, el universo que hemos logrado observar sobrepasa los 1026 metros.

Para ilustrar de manera diferente: si nuestra galaxia se redujera al tamaño de la Tierra —con un diámetro de 1.27 × 107 metros—, el Sol tendría las dimensiones de un glóbulo blanco en nuestra sangre y el Universo Observable adquiriría el tamaño de la órbita de Neptuno. Esperamos sinceramente que estos valores astronómicos nos asistan, como especie, en la toma de conciencia acerca de nuestra ubicación en el vasto Universo.

Nuestra Tierra: un milagro para la vida

La Tierra se erige como un pequeño planeta rocoso, un diminuto grano de arena, con una superficie sólida que se encuentra cubierta en más del 70% por aguas líquidas. Asimismo, ostenta otras condiciones físicas y químicas sumamente excepcionales que han propiciado el surgimiento de la vida tal y como la conocemos. Esta esfera geológicamente activa engendra procesos químicos y climáticos que resultan propicios para la vida. Posee, además, un potente campo magnético generado por los metales fundidos en su núcleo, como el hierro, que nos resguarda contra el viento solar y la radiación cósmica. Por añadidura, la atmósfera terrestre, compuesta principalmente por nitrógeno y oxígeno, mantiene una temperatura constante en la superficie, regula el clima y el ciclo del agua, y nos brinda una capa de ozono que nos escuda de la radiación ultravioleta, la cual daña nuestro adn. Por si fuera poco, los gigantes planetarios —Júpiter y Saturno— han ejercido su papel de guardianes al protegernos de posibles impactos letales de asteroides, gracias a sus potentes campos gravitatorios. ¡Un sincero agradecimiento por su labor de limpiar nuestra órbita!

Por otro lado, el surgimiento de la vida fue también auspiciado por dos factores de igual relevancia. En primer lugar, la Tierra ocupa una ubicación idónea respecto al Sol —reconocida como la zona habitable—, lo cual brinda condiciones térmicas ideales para que el agua se conserve en su estado líquido —afortunadamente, también se presentan sus estados de vapor y hielo—. En segundo término, la Luna desempeña el papel fundamental de inducir mareas que agitan los océanos; esta constante agitación contribuyó a mezclar los componentes del caldo primordial o “sopa” primitiva, de acuerdo con la teoría esbozada en 1924 por Alexander Oparin (Oparin, 2003). Conforme a esta hipótesis, en nuestro planeta se gestaron las condiciones necesarias para la síntesis de compuestos orgánicos complejos a partir de los ingredientes inorgánicos más simples presentes en el caldo primordial. La preparación de esta “sopa” demandó un destello inicial —como un rayo o descarga eléctrica proveniente de la atmósfera—, el aumento de temperatura, una dosis de radiación ultravioleta proveniente del Sol y un constante revolver de los ingredientes en el “caldero” —gracias a las mareas—.

Por todo lo expuesto, es crucial que tomemos consciencia de que como especie hemos sido agraciados con la fortuna adicional de que las condiciones idóneas se presentaran para el florecimiento de la vida. No obstante, todo esto abre una puerta a un debate aparte, y quienes deseen profundizar pueden recurrir a las numerosas fuentes de información disponibles sobre el origen de la vida (Lazcano-Araujo, 2008; Facultad de Ciencias, unam, 2019). Para culminar, y en un guiño poético, hemos tenido la suerte fugaz de que “al despertar, el dinosaurio ya no estaba allí” (Mellizo, 1999).

Nuestro otro impacto: causas y consecuencias del cambio climático

Hace aproximadamente 3500 millones de años, la vida emergió en la Tierra cuando se logró establecer un delicado equilibrio entre las concentraciones de los componentes primordiales y las condiciones fisicoquímicas requeridas. A partir de aquel momento, la vida evolucionó gradualmente, con la irrupción de nuevas especies a lo largo de cientos de millones de años. Peces, insectos, anfibios, reptiles, dinosaurios, primates, mamíferos, mamuts, aves y, finalmente, nosotros, el Homo sapiens, siguieron un orden preestablecido. Es importante destacar que las culturas ancestrales persistieron apenas durante los últimos 6 segundos en comparación con nuestra civilización actual, equivalente al último tramo del calendario Cósmico.

Desde los inicios de la revolución industrial, marcados por la creación de la máquina de vapor impulsada por la quema de carbón, hasta nuestros días, la humanidad ha sido la responsable del deterioro ambiental. Durante este período, se han desarrollado diversas actividades en nombre del progreso tecnológico, como el uso de nuevas fuentes de energía como gas, petróleo y electricidad, y la invención de materiales como acero, cemento y plástico. También han surgido medios de transporte como automóviles, trenes y aviones, y sistemas de comunicación como radio, televisión e internet. Aunque inicialmente estas innovaciones buscaban mejorar la comodidad y calidad de vida, han contribuido al deterioro gradual del entorno y la salud. Para muchos, es inconcebible enfrentar el día a día sin dispositivos electrónicos, internet, vehículos y herramientas médicas. Curiosamente, la generación de electricidad, esencial para el funcionamiento diario de hogares, escuelas, oficinas, industrias y transportes, se ha convertido en la principal fuente de emisiones contaminantes, especialmente en la industria que quema combustibles fósiles. Estos gases, incluido el dióxido de carbono (CO2), son directamente responsables del calentamiento global del planeta (onu, 2019; ucs, 2021).

Numerosas pruebas científicas respaldan la afirmación de que las actividades humanas son responsables del aumento en la temperatura de la superficie terrestre —y de los océanos— en los últimos 150 años. Actualmente, el incremento promedio de la temperatura global a lo largo de la Tierra es de 1.1 °C por encima de los niveles preindustriales (Margetta, 2022). Aunque esta variación podría parecer sutil, es innegable que hemos presenciado cambios como “lluvias diferentes a las de antes”, “inundaciones sin precedente en mi época”, “sequías extremas y numerosos incendios inusuales”, y “estaciones que ya no siguen un patrón tan definido”. Otros efectos contundentes y rigurosamente documentados son la disminución del hielo en el Ártico, la Antártida y las cumbres montañosas, así como el aumento notable en los niveles de los océanos. En este contexto, el incremento del nivel del mar se debe en gran medida al calentamiento de los océanos —que almacenan el 90% de la energía excedente retenida en la Tierra— y al deshielo de los glaciares (Stone, 2021). Esto plantea una amenaza importante para las poblaciones costeras, ya que se estima que el nivel del mar aumenta a un ritmo aproximado de 3 mm por año. Es crucial destacar que estos efectos perjudiciales han tenido un impacto drástico en comunidades pequeñas, como la de pescadores en Tabasco, donde el mar ha avanzado sobre una porción significativa de El Bosque (Guillén, 2022).

Un ejemplo angustiante y cercano de los estragos ocasionados por el cambio climático en nuestro planeta se evidencia en la completa desaparición, en 2018, del glaciar Ayoloco, situado en la cima del volcán Iztaccíhuatl, a 4626 metros sobre el nivel del mar. Lamentablemente, este caso no es único en nuestro país; otros glaciares han experimentado el mismo destino y varios más se encuentran en peligro de extinción si no tomamos medidas para revertir esta tendencia. Les compartimos el enlace relacionado con la colocación de una placa conmemorativa de la extinción del glaciar Ayoloco (unam, 2021).

Nuestra huella de carbono

El cambio climático global que estamos experimentando, debido al calentamiento de nuestro entorno, es esencialmente provocado por la emisión de gases de efecto invernadero. Estos gases atrapan el calor en nuestro mundo industrializado, perturbando el ciclo del carbono (ver figura 1). Existe una correlación directa entre el aumento en la concentración de dióxido de carbono —presente tanto en la atmósfera como almacenado en océanos y suelos— y el incremento de la temperatura global del planeta, así como del nivel del mar. Además, actividades humanas como la agricultura y la ganadería también contribuyen significativamente a este daño ecológico, ya que estas industrias alimentarias extensivas y no sostenibles desencadenan la emisión de metano CH4, un gas de efecto invernadero hasta 25 veces más contaminante que el CO2 (Gibbens, 2020).

Ciclo de carbono

Figura 1. Ciclo de carbono.
Crédito: Elaboración propia.

Para abordar este problema, podemos no solo considerar la posibilidad de ajustar nuestra dieta personal, reduciendo el consumo de carne roja entre quienes puedan hacerlo, sino también explorar alternativas como modificar la alimentación del ganado (Carro, 2018), implementar procesos para transformar el metano en CO2 (bbc, 2019) o aplicar impuestos según la cantidad de gases emitidos por cada animal (S.S., 2022). Estas medidas, junto con otras soluciones, representan pasos cruciales para mejorar nuestra situación actual. Sin embargo, existen numerosos factores adicionales que también contribuyen al problema, tales como la contaminación en general, la deforestación, el derroche de energía y otros recursos naturales, así como la producción excesiva de bienes de consumo superfluos.

Como un recordatorio constante de que aún no hemos logrado una preservación efectiva de la naturaleza, podemos considerar un indicador vinculado a la sostenibilidad y al impacto ambiental de nuestras acciones: la huella de carbono. Esta métrica cuantifica las emisiones de gases de efecto invernadero producidas directa o indirectamente por procesos, personas, organizaciones, eventos o regiones geográficas, expresadas en masa equivalente de CO2 (Greenpeace, 2020). De este modo, las actividades que generan más emisiones son aquellas relacionadas con la generación y distribución de electricidad, la ganadería y el transporte en general. Los países altamente desarrollados y densamente poblados ostentan las emisiones más elevadas, pero también hay naciones con emisiones per cápita notables, como se ilustra en estas gráficas (ucs, 2021). Es importante destacar que las ciudades y áreas urbanas son responsables del 70% de las emisiones de origen antropogénico que llegan a la atmósfera. En aras de monitorear tales emisiones, la nasa ha instalado un sistema de vigilancia desde la Estación Espacial Internacional para evaluar las emisiones de CO2 de la mayoría de las ciudades del mundo (Miller, 2021).

Del mismo modo, cada uno de nosotros contribuye individualmente a una huella de carbono determinada por nuestras actividades y estilo de vida. En línea, existen diversos sitios web que permiten calcular nuestra huella de carbono personal (Carbonfootprint). Consideremos, por ejemplo, la huella de carbono resultante de consumir una simple hamburguesa (onu, 2018). Es fundamental tener en cuenta que este proceso implica alimentar al ganado durante dos años (requiriendo cantidades significativas de alimento y produciendo metano), cultivar el trigo y los vegetales que acompañan al pan —lo cual demanda agua y otros recursos—, además del transporte y la energía necesarios para preparar la hamburguesa. En total, esta elección culinaria contribuye con alrededor de 4 kilogramos equivalentes de CO2. Si extrapolamos esta cifra al consumo promedio de hamburguesas en Estados Unidos, el país acumula al menos 70 millones de toneladas equivalentes de CO2 en un año. Para una comparación más directa, esto equivale a la huella de carbono generada por el uso de más de 10 millones de autos en un año (Cascio, 2007). Para quienes sientan el estómago vacío, una alternativa más amigable con el medio ambiente podría ser un plato de lentejas, ya que su huella de carbono es inferior a 200 gramos equivalentes de CO2 (wef, 2022; ver figura 2). Otro estudio interesante se enfoca en los teléfonos celulares; considerando su fabricación, distribución y uso, su huella de carbono promedio se cifra en 70 kilogramos equivalentes de CO2 anuales. Esto se traduce globalmente en 580 millones de toneladas equivalentes de CO2 por año (Reboxed, 2021).

Alimentos con mayor huella de carbono

Figura 2. Alimentos que tienen la mayor huella de carbono.
Créditos: wef, 2022.

Estas reflexiones nos invitan a considerar la forma en que, como seres humanos, actuamos de manera egoísta en nuestro rol como habitantes del planeta Tierra. Durante los últimos 150 años, el impacto de la actividad humana ha modificado el ciclo natural del carbono, afectando la dinámica mediante la cual los océanos, la atmósfera, el suelo y las plantas intercambian este elemento vital. Un cambio positivo implica que los países y las personas adopten una economía más sostenible con una huella de carbono reducida (National Geographic, 2018). La descarbonización urgente exige que los individuos adapten sus patrones de consumo y que las entidades a mayor escala adopten una economía de bajas emisiones de carbono, con el fin de permitir que las futuras generaciones coexistan armoniosamente con nuestro planeta.

Conclusiones

A la luz de los argumentos presentados, queda claro que como especie humana somos extremadamente afortunados de que la vida haya encontrado su origen aquí en la Tierra. Indudablemente, adoptar un estilo de vida adecuado, en consonancia con un desarrollo más sostenible y equilibrado con la naturaleza, nos brindará la oportunidad de mitigar el calentamiento global inducido por la emisión de gases de efecto invernadero, que está estrechamente ligado a nuestra industrialización. ¿No consideran que todo este esfuerzo merece la pena, con el fin de preservar nuestra presencia en este breve espacio-tiempo que hasta ahora hemos ocupado en el vasto Universo?

Referencias



Recepción: 12/10/2022. Aprobación: 27/07/2023.

Vol. 24, núm. 5 septiembre-octubre 2023

Queso zacazonapan madurado: una tradición con historia

Vianey Colín-Navarro, Jair Jesús Sánchez-Valdés, Felipe López-González y Julieta Gertrudis Estrada-Flores Cita

Resumen

La producción del queso madurado Zacazonapan es parte de las costumbres, tradiciones y formas de vida de la población del municipio, y es un referente de la actividad cultural de la región. Además de que los pobladores consideran al queso como parte de su alimentación, su esencia y producción se ha transmitido de generación en generación, y representa no sólo un ingreso familiar, sino una forma de vida. Por ello, es importante concientizar, enseñar y motivar a las nuevas generaciones a fin de que valoren, conozcan y continúen con esta tradición.
Asimismo, la elaboración de este queso es también una actividad que permite que gente foránea (visitantes o turistas) admire y conozca el patrimonio gastronómico, lo que da pie a que se desarrolle el turismo agroecológico, que reditúa económicamente a las familias de la comunidad.
Palabras clave: productos artesanales, queso Zacazonapan, tradición, elaboración.

Ripened zacazonapan cheese: a tradition with history

Abstract

The production of Zacazonapan matured cheese is part of the customs, traditions, and ways of life of the population of Zacazonapan municipality and it is a benchmark for the cultural activity of the region. In addition to the fact that the inhabitants consider cheese as part of their diet, its essence and production have been transmitted from generation to generation, and represent not only a family income, but also a way of life. For this reason, it is important to raise awareness, teach and motivate the new generations so that they value, know, and continue with this tradition.
Additionally, the elaboration of this cheese is an activity that allows foreign people (visitors or tourists) to admire and learn about the gastronomic heritage of the community, which gives rise to the development of agroecological tourism that economically returns to the families of the Zacazonapan.
Keywords: artisanal products, Zacazonapan cheese, tradition, elaboration.

Introducción

La elaboración de productos artesanales es estudiada por el valor económico y cultural que representa para la región de origen cada uno de ellos. Este es el caso de los quesos tradicionales, cuya elaboración tiene como principal finalidad tener una mayor competitividad en los mercados locales, regionales o internacionales, apoyados por procesos como la denominación de origen para bienes agroalimentarios y artesanales, que permite su reconocimiento y protección para aumentar su calidad. Sin embargo, se ha evidenciado un panorama contradictorio para los quesos mexicanos, ya que aunque unos han logrado crecer en el mercado hay otros que presentan un proceso gradual de desaparición (Cervantes Escoto et al., 2017).

Los quesos tradicionales se encuentran en un punto crítico debido a la extinción de algunas variedades. Tal es el caso del queso añejo Zacazonapan, el cual es producido en la cabecera municipal de Zacazonapan, Estado de México, y en otras localidades cercanas (Arroyo Pedraza, 1999). Aunque su origen es desconocido, se cita como antecedente histórico al cura José Castillo y Piña: “decíanme que eran felices y que tenían 120 vacas de buen producto y que con la leche hacían exquisitos trocitos de queso riquísimo, exquisito y del que tenían grandes cantidades en marquetas” (Rebollar Rebollar et al., 2011, pp. 883-889). Estos escritos han permitido concluir que el municipio está vinculado a la producción quesera y el saber-hacer desde hace más de ciento cincuenta años.

El uso más común del queso Zacazonapan es como complemento, adobo, realce y salazón para varios platillos. El ingrediente principal de este queso, tanto en la cabecera municipal como en otras localidades, es la leche bronca de vaca. Generalmente su elaboración se lleva a cabo en las mismas viviendas de los productores —ya sea en un cuarto anexo que se destina exclusivamente para la producción, o bien en su cocina—; ahí mismo se cuelgan las llamadas percheras de carrizo, que son utilizadas para escurrir y almacenar los quesos. (Hernández Morales et al., 2011).

Una mirada al proceso de saber hacer

Las queserías donde se produce el queso añejo en Zacazonapan —que, por cierto, procesan aproximadamente 233 litros de leche por día— se distribuyen tanto en la cabecera municipal, donde se encuentra el mayor número de productores, como en sus comunidades. En éstas, la producción del queso es parte de las costumbres, tradiciones y formas de vida de la población. Los queseros son principalmente mujeres con edades entre los 45 y 70 años, por lo general sin escolaridad, quienes aprendieron a elaborar el queso por tradición familiar o trabajando en otras queserías. Se estima que las queserías existentes se han dedicado a esta actividad durante al menos diez años.

Hay dos tipos de queso añejo Zacazonapan: fresco y madurado. Ambos llevan el mismo proceso de producción, pero se consumen en diferentes tiempos. El queso fresco es menos salado y se come inmediatamente después de hecho; el madurado a partir de los 20 días de elaborado y se presenta casi siempre enchilado.

Ambas presentaciones son de forma rectangular con una superficie convexa; su textura es desmoronable y su sabor es fuerte y salado. Presenta valores de humedad en el rango de 30 a 40%; entre 25 y 33% de grasa; entre 28 y 30% de proteína; y de 2.0 a 2.8 % de sal.

El queso se fabrica durante todo el año, aunque la mayor producción se da de forma estacional, durante la época de lluvias. Esto es por la disponibilidad de grandes cantidades de forraje natural consumido por las vacas, que aumenta la producción y calidad composicional de la leche; además de que la humedad de la época permite orear y madurar el queso a temperatura ambiente (Hernández et al, 2011).

Los beneficios que proporciona la tradición

La venta del queso es la única o principal fuente de ingresos de quienes se dedican a su elaboración, aunque hay otras actividades económicas que complementan sus ingresos, como la ganadería o el comercio. La mano de obra es familiar en el 87.5% de las queserías. El 62.5% de los queseros compra la leche, mientras que el 37.5% de los productores están integrados verticalmente.1

El queso fresco se vende en piezas de forma cilíndrica, con un peso de 200 o 250 gr. En cambio, el queso añejo tiene forma rectangular, con una superficie convexa; su peso varía de 1 a 8 kg, aunque los bloques de 1, 1.5 y 2 kg son los más comunes. Se producen también otros derivados lácteos vinculados al proceso de elaboración del queso: el requesón y la crema, considerados como un ingreso adicional importante.

El precio del queso añejo oscila entre los 200 y 250 pesos por kilogramo. Su venta al consumidor final puede ser a crédito o de contado. La venta a crédito consiste en la entrega del queso a expendios, tiendas y mercados en forma semanal, realizándose el pago una semana después de su entrega. La mayoría de los clientes son constantes, se tienen puntos de venta definidos para cada quesero, e incluso clientes fieles que prefieren y buscan el queso de determinadas queserías. Una pequeña proporción de las ventas de queso es local, la mayor parte se comercializa en mercados y tiendas de las localidades cercanas, como Colorines, Santo Tomás de los Plátanos, Valle de Bravo, Tejupilco, Luvianos y Temascaltepec, también en el Estado de México.

Fortalecimiento y preservación del queso

Desde el año de 1988, el H. Ayuntamiento de Zacazonapan ha impulsado y fortalecido la actividad quesera a través de la organización anual de la Feria del Queso, celebrada el 25 de diciembre, de tal manera que coincide con otras festividades locales y regionales, principalmente religiosas. En este evento participan gran número de productores de queso y ganaderos, estos últimos se han ido sumando a esta actividad, ya que inicialmente sólo se presentaban productores queseros (Hernández et al., 2010).

Los quesos son evaluados en sus distintas presentaciones (fresco y madurado) por un jurado que se encarga de calificar sabor, olor, color de la pasta, textura y presentación, para finalmente ser degustado y ratificar la intensidad del sabor del queso en el paladar. Esta degustación da paso al dictamen final, en el que se nombran los tres primeros lugares, que se hacen acreedores a diversos premios, entre los que figuran refrigeradores, lavadoras, estufas, alimento para ganado, utensilios para la ordeña, entre otros.

Este evento permite promocionar y comercializar el queso que caracteriza a la región, dando a conocer su calidad a través de la cata y venta. Asimismo, promueve el agroturismo alimentario para el desarrollo de la comunidad a nivel económico y turístico, lo que deriva en mejores condiciones de vida para los pobladores (Blanco Murillo 2012).

El territorio podría desarrollar turismo rural, ya que goza de una belleza paisajística natural, especialmente en la temporada de lluvias, cuando todo “se pone verde”, pues la zona se encuentra inmersa en el tipo de vegetación de selva baja caducifolia. Los ganaderos cuentan con extensiones de tierra suficientes para dar recorridos y mostrar sus formas de producción, así como para hacer visitas a las queserías artesanales y que los turistas observen el proceso de elaboración del queso (Blanco y Riveros, 2004).

El rescate de la tradición

Los quesos artesanales realizados en algunas comunidades rurales en México generan valor agregado a lo que se produce en la región, ya que la materia prima para su elaboración es proporcionada por los mismos productores de leche de la comunidad, con lo que se crean oportunidades y se aporta estabilidad a los precios de la leche ante los efectos de la estacionalidad. Lo anterior permite la generación de empleos y el uso de mano de obra familiar, lo que da pie a una mejora de los ingresos en las comunidades donde se producen.

Por todo lo anterior, la producción de queso artesanal es relevante para la preservación del saber hacer local y la gastronomía regional (Grass-Ramírez y Cesín-Vargas, 2014), y está vinculanda de manera directa e indirecta con la producción quesera, la ganadería, el suministro de insumos, el ecoturismo y la conservación ambiental en el medio rural (Requier-Desjardins, 2017). Otro aspecto a considerar es la reputación del producto, es decir, el reconocimiento de la calidad por sus características organolépticas,2 las cuales deben ser reconocidas y valoradas por los consumidores, que ligan el producto directamente con su terruño.

El queso artesanal Zacazonapan tiene una fuerte raíz histórica e incorpora una importante tradición oral en torno a su producción y consumo (Villegas de Gante y Cervantes Escoto, 2012). No obstante, la fabricación artesanal del queso presenta una tendencia que podría conducir a su desaparición, ya que los productores que participan directamente en su producción fluctúan entre los 45 y 65 años, y todos ellos coinciden en que la fase del refregado3 representa mucho desgaste físico y que ésta no se puede sustituir del proceso de elaboración. Además, los jóvenes no ven en la producción de queso Zacazonapan una actividad de la que puedan extraer utilidades atractivas, aunque se reconoce también que hay otros tantos dispuestos a mejorar sus procesos para el beneficio personal y colectivo (Grass-Ramírez et al, 2013). Es importante señalar que esta tradición ha despertado el interés de distintas instancias educativas y privadas por conocer y preservar este saber hacer, en beneficio de los productores y del mismo municipio (Albarrán-Portillo et al., 2008).

Respecto al precio del queso, desde el punto de vista del productor, no resulta rentable, ya que según su percepción está mal pagado si se considera todo el trabajo que involucra su elaboración. Esto a pesar de que su precio es de aproximadamente $220.00 pesos por kilogramo, lo que es superior al que se paga por otro tipo de quesos artesanales (Tenate $120.00 y Cotija $200.00; Grass-Ramírez et al, 2013). Así, se puede considerar al queso Zacazonapan como uno de los quesos artesanales mejor pagados, pese al sentir de los productores. A pesar de estas discrepancias sobre su rentabilidad, la quesería artesanal reviste gran relevancia, no sólo porque elabora un producto de reconocidas bondades nutricionales y gustativas, sino por su capacidad para generar y mantener el empleo rural para un gran número de agentes de la cadena agroindustrial de la leche: ganaderos, queseros y comerciantes (Villegas de Gante y Cervantes Escoto, 2011).

Conclusiones

El queso artesanal Zacazonapan es un producto que caracteriza a toda una región. Es importante mantener la tradición de su fabricación no sólo por el beneficio económico que representa para los productores, sino también por la preservación del saber hacer heredado de madres a hijas, de padres a hijos, y que se ve reflejado en la Feria del queso, la cual permite dar a conocer el municipio y sus tradiciones.

Agradecimientos

Se agradece la participación de los productores de queso. La primera autora agradece al conacyt por la beca otorgada para la realización de sus estudios de posgrado.

Referencias

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  • Arroyo Pedraza, E. J. L. (1999). Zacazonapan, Monografía Municipal. Instituto Mexiquense de Cultura, Asociación Mexiquense de Cronistas Municipales, A.C.
  • Blanco, M., y Riveros, H. (2005). Las rutas alimentarias, herramienta para valorizar productos de las agroindustrias rurales. El caso de la ruta del queso Turrialba, Costa Rica. Perspectivas Rurales Nueva Época, (17-18), 85-97. https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/perspectivasrurales/article/view/4125.
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  • Grass-Ramírez, J. F., y Cesín-Vargas, A. (2014, abril-junio). Situación actual y restrospectiva de los quesos genuinos de Chiautla de Tapia, México. Agricultura, sociedad y desarrollo, 11(2), 201-221. https://tinyurl.com/yyfex564.
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  • Hernández Morales, C., Hernández Montes, A., Villegas de Gante, A. Z., y Aguirre Mandujano, E. (2011). El proceso socio-técnico de producción de queso añejo de Zacazonapan, Estado de México. Revista Mexicana de Ciencias Pecuarias, 2(2), 161-176. https://tinyurl.com/2p8epjhp.
  • Rebollar Rebollar, S., Hernández Martínez, J., González Razo, F. J., García Martínez, A., Albarrán Portillo, B, y Rojo Rubio, R. (2017). Canales y márgenes de comercialización del queso añejo Zacazonapan. Archivos de Zootecnia, 60(232), 883-889. https://tinyurl.com/3ncjw5mh.
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  • Villegas de Gante. A., y Cervantes Escoto, F. (2012). La leche y los quesos artesanales en México. Universidad Autónoma Chapingo; ciestaam; conacyt; Miguel Ángel Porrúa.


Recepción: 29/11/2022. Aprobación: 27/07/2023.

Vol. 24, núm. 5 septiembre-octubre 2023

Árboles y humanidad: un vínculo entre manejo forestal y antropología ecológica

Paloma López Colunga, René Murrieta-Galindo y Xochitl del Alba León Estrada Cita

Resumen

Sumérgete en un apasionante viaje que une antropología ecológica y el mundo forestal de Veracruz, México. Acompañado de evocadores refranes de la cultura popular, este artículo te conduce por un recorrido que entrelaza conceptos profundos con el marco normativo para el aprovechamiento de recursos forestales. Explora la riqueza de conocimientos ancestrales reflejada en refranes y descubre cómo se conecta con la naturaleza y la regulación en un relato ameno y analítico.
Palabras clave: manejo forestal, antropología ecológica, sustentabilidad, cultura popular, marco normativo.

Trees and humankind: a link between forest management and ecological anthropology

Abstract

Immerse yourself in a captivating journey that connects ecological anthropology and the world of forests in Veracruz, Mexico. Accompanied by evocative proverbs from popular culture, this article takes you on a tour that intertwines profound concepts with the regulatory framework for the utilization of forest resources. Explore the wealth of ancestral knowledge reflected in proverbs and discover how it aligns with nature and regulation in an engaging and analytical narrative.
Keywords: forest management, ecological anthropology, sustainability, popular culture, regulatory framework.

Introducción

La voz popular sostiene que “el que planta árboles, ama a los otros además de a sí mismo”. En la actualidad, nos enfrentamos a desafíos como el aumento del nivel del mar debido al deshielo de los glaciares a raíz del calentamiento global, la expansión de la frontera agrícola, la extinción de especies animales y vegetales, y una multitud de problemas que afectan al planeta en su conjunto y, a nivel regional, a nuestro país. Esto nos exige una reevaluación no sólo de nuestras prácticas actuales en la gestión de recursos naturales, sino también una atención renovada a las tradiciones, usos, costumbres e incluso los dichos y refranes populares. Con frecuencia, estos últimos encierran saberes profundos en torno al cuidado y preservación de nuestros recursos naturales.

Atendiendo al dicho “juego y paseo sólo para recreo”, embarquémonos en un recorrido que explorará una serie de refranes creados por la cultura popular en relación con la gestión forestal. Mediante diversos conceptos de antropología ecológica y tomando como ejemplo el marco normativo vigente para la explotación y transporte de productos forestales en el estado de Veracruz, México, buscaremos desvelar la riqueza de conocimiento que encierran. Este recorrido estará acompañado de imágenes originales y exclusivas, elaboradas por la artista @aantilopee, dichas ilustraciones brindan una interpretación visual de la gestión forestal.

Árbol copudo, da sombra, aunque no dé fruto: ¿qué es el manejo forestal?

El manejo forestal consiste en diferentes actividades y decisiones, cuyo fin, es: el aprovechamiento ordenado de los recursos forestales presentes en diversos ecosistemas. Aunque comúnmente lo relacionamos con actividades extractivas de madera, y por lo tanto con árboles, en realidad comprende varios aspectos; ecológicos, biológicos, geográficos, sociales y normativos, a través de los cuales se busca satisfacer las necesidades de la sociedad sin comprometer la provisión de bienes y servicios a futuro (Aguirre-Calderón, 2015).

Árbol que no frutea, bueno es para leña: ¿podemos hacer manejo forestal con los árboles que no están en el bosque?

Los ecosistemas forestales engloban áreas paisajísticas donde los árboles predominan, conformando comunidades biológicamente integradas que incluyen plantas, animales, hongos y microorganismos, junto con los suelos locales (substratos) y atmósferas (climas) con las cuales interactúan (Kimmins, 2003). En contraste, la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, publicada en el Diario Oficial de la Federación ( dof, 2018) define el terreno forestal como aquella superficie cubierta por vegetación forestal que proporciona bienes y servicios. Por el contrario, un terreno diverso a lo forestal, es aquel que no reúne las características y atributos biológicos de las definiciones de ecosistema forestal, vegetación forestal y vegetación secundaria nativa.

Considerando lo anterior, resulta válido señalar que incluso en terrenos destinados a la producción agrícola, cuando los árboles dejan de ser productivos, aún podrían estar sujetos a prácticas de manejo forestal. En estos casos, es posible aprovechar recursos como madera, leña, carbón y otros productos forestales. Además, otras superficies como parques, jardines y cafetales de sombra, que no cumplen la definición estricta de bosque, podrían albergar árboles envejecidos, improductivos o incluso afectados por plagas y enfermedades. Así, retomando la pregunta inicial, sí es viable implementar prácticas de manejo forestal en árboles que no se encuentran en contextos forestales tradicionales.

Del árbol caído todo el mundo hace leña: sobre el aprovechamiento forestal en México

No todos sabemos cómo empuñar un hacha y trocear un árbol hasta transformarlo en leña; aun así, se estima que en México se aprovechan anualmente 42.98 millones de m3 de madera procedentes de cinco fuentes principales:

  1. 66% aprovechamiento informal de madera a cargo de la población rural;
  2. 16% aprovechamiento procedente de autorizaciones legales;
  3. 16.30% explotaciones ilegales por grupos organizados;
  4. 1% cosecha de plantaciones forestales comerciales y;
  5. 0.70% de sistemas agroforestales (Caballero, 2010).

Estas fuentes identificadas; legales o ilegales, formales o informales, nos permiten afirmar que el aprovechamiento existe; ahora queda preguntarnos si, la vía elegida, se debe a la falta de información, difícil acceso a las instituciones reguladoras, o al desconocimiento de la normativa aplicable.

Nunca mejor está el árbol que en la tierra donde se cría: sobre antropogeografía

Nunca mejor está el árbol que en la tierra donde se cría
Figura 1. Nunca mejor está el árbol que en la tierra donde se cría.
Crédito: @aantilopee.

La antropogeografía es una tendencia dentro del determinismo ambiental, sosteniendo que regiones geográficas con características afines generan homogeneidad cultural (Hoyos, 2003).

Esta perspectiva nos permite explorar cómo el entorno físico configura el comportamiento de las sociedades y cómo esto se manifiesta en diversos aspectos culturales y políticos.

Veracruz sirve como ejemplo, —su extensión de 7,146,131.02 hectáreas— se divide en 30% de superficie forestal, sujeta a manejo y aprovechamiento, y 70% de áreas no forestales, abarcando tierras agrícolas, pastizales, hábitats humanos y otros terrenos distintos de los forestales. Esto incluye cuerpos de agua y zonas sin vegetación ( semarnat, 2013).

A diferencia de otros estados, Veracruz alberga zonas que, si bien no son boscosas, cuentan con recursos forestales que se pueden aprovechar. Esta particularidad ha suscitado la necesidad de establecer regulaciones específicas para su manejo.

Mientras la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable ( lgsfs) abarca la regulación de actividades forestales en todo el país, incluyendo Veracruz ( dof, 2018), la explotación de recursos forestales en áreas no forestales, como zonas agrícolas, urbanas, cafetales de sombra o potreros, está bajo el amparo de la Secretaría del Medio Ambiente del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave ( sedema).Esto se alinea con las disposiciones del Artículo 11 de la Ley Número 555 de Desarrollo Forestal Sustentable para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave y su Reglamento (Gaceta Oficial, 2016).

Fruto del árbol ajeno, sale de balde y sabe bueno: sobre ilegalidad

Fruto del árbol ajeno, sale de balde y sabe bueno
Figura 2. Fruto del árbol ajeno, sale de balde y sabe bueno.
Crédito: @aantilopee.

La sedema es la instancia encargada de emitir las autorizaciones de aprovechamiento y transporte de madera.

Sin embargo, la verificación de la correcta utilización de esta documentación, tanto a nivel nacional como estatal, recae en personal carente de la información técnica necesaria para discernir los productos forestales derivados de las actividades de aprovechamiento.

El monitoreo y control de las autorizaciones para el aprovechamiento forestal y las guías para el transporte de madera en Veracruz enfrentan diversos obstáculos:

  1. Las instituciones estatales encargadas del proceso no siempre cuentan con personal técnico cualificado.
  2. Algunos de los formatos utilizados son susceptibles de alteración y en ocasiones no se dispone de presupuesto para actualizar su tecnología.
  3. Las fuerzas de seguridad estatales responsables de supervisar el transporte de madera carecen igualmente del conocimiento técnico requerido.

Esta falta de capacitación técnica y de recursos tecnológicos, por ende, propicia el auge del tráfico ilícito, ya que los documentos emitidos carecen del rastreo adecuado.

Árboles y hombres, por su fruto se conocen: sobre etnoecología y etnobotánica

Se estima que en Veracruz existen aproximadamente 975,000 hectáreas con potencial para ser utilizadas con fines tanto maderables como no maderables, sin dejar de lado las áreas susceptibles de reforestación o restauración. La riqueza de flora en este territorio ha resuelto las necesidades de las comunidades humanas a través de diversas prácticas de manejo forestal, agrícola y ganadero. A pesar de que la sociedad ha adquirido una comprensión más profunda del carácter integrado y holístico de los ecosistemas forestales, ahora busca una ordenación y manejo forestal que reemplace la producción tradicional de madera y otros recursos de valor singular (Kimmins, 2003).

En este contexto, estas prácticas han engendrado sabiduría que se trasmite de generación en generación, donde los grupos autóctonos o los ancianos de las comunidades acumulan un conocimiento excepcional sobre la utilización de diversas especies de madera. Gracias a años de experimentación, han llegado a comprender el mejor uso para cada especie en su entorno. No obstante, este conocimiento adquirido se desvanece a la par de la pérdida de la vegetación natural (Benítez et al., 2004).

El determinismo cultural, al abordar la pregunta de cómo el entorno afecta a la cultura y viceversa, genera un nuevo paradigma: la cultura es la que define y modifica el entorno. La Etnoecología propone entender la relación humano-entorno al estudiar las concepciones culturales del mundo, explorando los marcos, estructuras y saberes de las sociedades en cuestión, hasta llegar a la etnobotánica para analizar la conexión entre las plantas y las personas (Hoyos, 2003).

En Veracruz, se han llevado a cabo diversas investigaciones sobre las interacciones entre las plantas y las comunidades locales (Rodríguez et al., 2009), cómo se vinculan y cómo las plantas influyen en el desarrollo de las culturas en distintas regiones (Couttolenc-Brenis et al., 2005), y también sobre las relaciones entre los grupos humanos y su entorno vegetal. Esto implica el uso y aprovechamiento de las plantas en diferentes contextos culturales a lo largo del tiempo (Benítez et al., 2004). Todo esto enfatiza la importancia de estudiar el marco normativo para el aprovechamiento de las especies utilizadas por los grupos locales.

Un árbol se corta en una hora y no se cría en veinte años: sobre sostenibilidad y la agenda 2030

Un árbol se corta en una hora y no se cría en veinte años
Figura 4. Un árbol se corta en una hora y no se cría en veinte años.
Crédito: @aantilopee.

La sustentabilidad implica la producción de bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas, siempre y cuando la población participe en las decisiones del proceso, y este ocurra dentro de los límites de la regeneración y el crecimiento natural de los recursos (Zarta, 2018).

El término “desarrollo sostenible” es más comúnmente utilizado en las ciencias sociales, económicas y políticas. Su enfoque central es el concepto de “desarrollo”, que debe ser mantenido de manera sostenible para que el sistema productivo se mantenga funcional. Por consiguiente, es crucial asegurar la preservación de los recursos naturales (Rivera-Hernández et al., 2017).

La figura 3 ilustra un ejemplo gráfico que nos ayuda a comprender la importancia de ambos términos en el contexto del aprovechamiento de los recursos forestales. A menudo concebimos el “desarrollo” como el espacio delimitado entre los recursos explotables y una tasa de aprovechamiento.

Mientras esta tasa no exceda los recursos aprovechables, el desarrollo puede ser sostenible. No obstante, en la realidad, la tasa de aprovechamiento no es constante; puede variar debido a factores económicos, ambientales, políticos y sociales, entre otros. Por consiguiente, el desarrollo debe ser entendido como una serie de acciones u objetivos diversos con el propósito de forjar un mundo más equitativo, que contribuya a generar un entorno social y económico capaz de capacitar a las naciones para superar los desafíos recurrentes en su desarrollo nacional (Rodríguez, 2016).

Desarrollo sostenible y aprovechamiento de recursos

Figura 3. Desarrollo sostenible y aprovechamiento de recursos.
Es de elaboración propia basada en ODS, 2015.

La Organización de las Naciones Unidas ( onu) adoptó la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 ( onu, 2018), lo cual nos plantea un horizonte de tiempo más breve que aquel requerido para cultivar los árboles que ya hemos talado. Aun así, aún contamos con diversas acciones que pueden contribuir al logro de varios objetivos de esta agenda. En el ámbito del manejo y aprovechamiento forestal, existen oportunidades para apoyar los objetivos de: agua limpia y saneamiento, industria, innovación e infraestructura, y vida de ecosistemas terrestres.

En el contexto de Veracruz, la existencia de una ley estatal que regula los aprovechamientos forestales en terrenos diversos a los forestales no garantiza por sí sola su cumplimiento ni efectividad. Es fundamental considerar una serie de acciones que involucren tanto a los poseedores de los recursos como a la sociedad en general. Estas acciones deben dirigirse a asegurar un aprovechamiento adecuado, así como la conservación y preservación de los recursos forestales en el estado. Este enfoque posibilita el desarrollo económico en el marco de la legalidad y en armonía con el equilibrio ecológico.

Del árbol enfermizo no esperes fruto rollizo: sobre cómo abordar las opciones de manejo forestal

Persiste en nuestra sociedad contemporánea la idea confusa de asociar conflicto a violencia. Esta idea, muchas veces alimentada por algunos políticos y medios de comunicación, desencadenará el nacimiento de mitos: la necesidad de la fuerza, la necesidad de la ayuda de Dios, de más poder, etcétera (Jiménez, 2016). Mediante el enfoque “La violencia como método para afrontar conflictos” (Jiménez, 2016), podemos teorizar sobre cómo el incorrecto enfoque en el aprovechamiento de los recursos forestales en Veracruz ha promovido una concepción errada sobre la tala y utilización de diversas especies de árboles maderables.

El esquema propuesto por Jiménez (2016) contempla cuatro momentos:

  1. La idea de una realidad sin conflictos o tranquilidad.
  2. El surgimiento de un mal que perturba el orden
  3. La búsqueda del regreso a esa realidad percibida como mejor.
  4. “Resuelto” el conflicto se percibe nuevamente la tranquilidad.

La figura 5 presenta de manera comparativa cómo se ha enfrentado el conflicto relacionado con el aprovechamiento forestal en Veracruz. Esta mentalidad encierra peligros, dado que sólo permite considerar dos opciones: ganar o perder, buenos o malos, triunfo o venganza, víctima o victimario, entre otros. Al reducir el manejo forestal a alternativas binarias como vegetación forestal versus cultivos, conservación-aprovechamiento, reforestación-deforestación, o incluso más bosques versus menos ciudades, estaríamos dejando de lado una serie de actividades productivas, actores sociales y programas gubernamentales que conforman el manejo y desarrollo forestal.

En el binomio aprovechar-conservar las acciones no son excluyentes. Podemos abordar diferentes momentos que contemplen ambas opciones dentro de un modelo cíclico. Por ejemplo:

  1. Diagnosticar el estado actual de los recursos forestales.
  2. Determinar y elegir opciones de aprovechamiento que contemplen las necesidades de las poblaciones o poseedores de los recursos.
  3. Establecer protocolos de acción y cumplimiento de la normatividad forestal aplicable.
  4. Considerar actividades de conservación de especies vegetales y animales presentes.
  5. Realizar un nuevo diagnóstico dadas las condiciones actuales de los recursos debido a las anteriores acciones.
La violencia como método de abordaje de conflictos en Veracruz

Figura 5. La violencia como método de abordaje de conflictos en Veracruz.
Crédito: elaboración propia.

Al únicamente considerar las opciones percibidas como “correctas” o asociadas a una realidad sin conflictos, viéndolas como puntos de partida o punto de llegada, ignoramos que, en realidad, el manejo forestal implica y requiere una serie de acciones y toma de decisiones más complejas, que podrían ser modelos cíclicos, lineales o gradientes de menor o mayor complejidad de acuerdo a las necesidades de la situación por resolver.

De lo anterior podemos concluir que para obtener un buen resultado del manejo forestal, o como nuestro refrán dice “un fruto rollizo” deberemos abordar las problemáticas forestales de manera integral y acompañada.

Árbol que crece torcido jamás su tronco endereza: sobre lo que nos espera

Adecuadas plantaciones, enriquecen las naciones
Figura 6. Adecuadas plantaciones, enriquecen las naciones.
Crédito: @aantilopee.

Basándonos en el ejercicio anterior, es de vital importancia subrayar la necesidad de realizar un análisis preciso y transparente del proceso administrativo estatal para la emisión de autorizaciones de aprovechamiento y transporte de productos forestales provenientes de terrenos distintos a los forestales en Veracruz. Este análisis debe también considerar una evaluación exhaustiva de las fortalezas y debilidades presentes en cada fase del proceso administrativo estatal.

Además, las acciones de manejo deben involucrar a los poseedores de los recursos, a quienes toman decisiones y al resto de la población. Esto permitiría integrar propuestas sólidas que tengan la capacidad de perdurar en el tiempo y que puedan ajustarse a medida que cambien las condiciones y requerimientos sociales, ambientales, políticos e incluso educativos.

Para culminar nuestro viaje por la sabiduría de la cultura popular y con la esperanza de haber despertado el interés de cada lector en profundizar en el acertado y valioso conocimiento contenido no solo en los refranes mencionados en este escrito, sino también en muchos otros que empleamos en nuestra vida cotidiana, concluimos con el refrán “árboles y amores, mientras tengan raíces tendrán flores”.

Dado que su utilidad no debería limitarse a conversaciones informales, pueden convertirse en herramientas que reduzcan la distancia entre la academia, la ciencia y los poseedores de los recursos forestales.

Adecuadas plantaciones, enriquecen las naciones: o de dónde sacamos la información presentada:



Recepción: 7/12/2022. Aprobación: 27/07/2023.

Vol. 24, núm. 6 noviembre-diciembre 2023

Terapia musical, una alternativa para personas con trastornos mentales

Mayra Dinorah Álvarez Santos Cita

Resumen

Los trastornos mentales son enfermedades que, si no son tratados de forma adecuada, pueden incapacitar de diversas formas a las personas. Hay varios tipos de ellos, revisaremos de forma muy breve la ansiedad, depresión, bipolaridad y esquizofrenia. Actualmente, existen terapias farmacológicas que actúan con éxito en la mejora de los síntomas, lo más recomendable es que las personas con estos trastornos se apeguen al tratamiento. Te mostraremos la conexión entre las emociones —que son como un torbellino en las personas con trastornos mentales— y la música. Así es, la música actúa como un regulador de las emociones y desde mediados del siglo xix se usa como terapia de sanación y se ha planteado como una propuesta no farmacológica para pacientes con trastornos mentales. Revisamos los beneficios de esta terapia, así como las limitaciones de algunos estudios y te presentamos las perspectivas. Finalmente, concluimos que la combinación de un tratamiento farmacológico efectivo junto a la terapia musical podría potenciar el alivio de los síntomas de algunos trastornos mentales y con esto, mejorar la calidad de vida de los pacientes que los presentan.
Palabras clave: salud mental, trastornos mentales, emociones, música, terapia musical.

Music therapy, an alternative for people with mental disorders

Abstract

Mental disorders are diseases that if not treated appropriately, can disable people in various ways. There are several types of them; we will briefly review anxiety, depression, bipolarity and schizophrenia. Currently, there are pharmacological therapies that act successfully to improve symptoms; it is recommended that people with these disorders adhere to the treatment. We will show you the connection between emotions —that are like a whirlwind in people with mental disorders— and music. That is right; music acts as a regulator of emotions and has been used as a healing therapy since the mid-19th century. For some time now, a non-pharmacological proposal has been proposed for patients with mental disorders, musical therapy. We review the benefits of this therapy, as well as the limitations of some studies and present the perspectives. Finally, we conclude that the combination of an effective pharmacological treatment with music therapy could enhance the relief of the symptoms of some mental disorders and, with this, improve the quality of life of patients who present them.
Keywords: Mental health, mental disorders, emotions, music, music therapy.

Introducción

Seguramente te has dado cuenta de que en la actualidad se habla mucho sobre la pérdida de la salud mental, sobre todo en aquellas personas que atraviesan por momentos complicados, por ejemplo, la pandemia por la covid-19. Para comenzar, es importante responder la siguiente pregunta: ¿todos tenemos claro a qué se le llama salud mental? Presta atención, la Organización Mundial de la Salud (oms) define la salud mental como un estado de bienestar donde cada individuo puede desarrollar su potencial, afrontar las tenciones de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y aportar algo a su comunidad (Organización Mundial de la Salud, 2022a).

Esta definición de la oms, hasta cierto punto, podría parecer entusiasta, quizás nos preguntaríamos si en realidad hay personas que puedan gozar de ese estado mental. La respuesta es que sí, hay personas que mentalmente son sanas, pero, con el paso del tiempo, se hace cada vez más difícil mantener la salud mental y es ahí cuando inician los problemas ya conocidos como trastornos mentales.

En el año 2019, una de cada ocho personas en el mundo padecía de un trastorno mental, esto equivale a aproximadamente 970 millones de personas. Actualmente, se estima que hay un aumento del 30% de estos trastornos y por supuesto, la cifra de personas afectadas es inimaginable (Organización Mundial de la Salud, 2022b).

La ciencia ha evolucionado muy rápido para tratar de comprender de forma específica qué es lo que pasa con los trastornos mentales y, aunque hoy en día existen opciones eficaces de prevención y tratamiento, lamentablemente muchas personas sufren de estigmatización, violación de derechos humanos y discriminación. Si a esto le sumamos que, no tienen acceso a una atención efectiva, las personas viven “acostumbradas” a tener alteraciones considerables del pensamiento, fallas en la regulación de las emociones y del comportamiento. Es por eso que el objetivo de este trabajo busca proponer una nueva alternativa terapéutica que, en combinación con los tratamientos farmacológicos disponibles, sea capaz de potenciar la mejora de los síntomas en las personas que presentan trastornos mentales. Esta nueva alternativa es de fácil acceso para la mayoría de las personas en el mundo, la música.

Transtornos mentales

Si alguien te pide cerrar los ojos y evocar imágenes de alguna película que hayas visto sobre trastornos mentales, seguro que vienen a tu mente algunas impresiones de El resplandor, La isla siniestra o quizá del Cisne negro. Además, casi de inmediato y sin que te des cuenta, asociarás los trastornos mentales con el término “hospital psiquiátrico” o como muchos le llaman de forma incorrecta “el loquero”, vaya manera de relacionar a las personas con trastornos mentales. Si contemplamos lo que representa un hospital psiquiátrico, la revelación sería muy diferente. Por un lado, el lugar es un edificio que por fuera puede producir el sentimiento de nostalgia por las personas que viven ahí, muchas veces olvidadas por sus familiares y viviendo su día a día con personas semejantes entre sí. Ese edificio, por dentro, también tiene muchas historias que contar. Se vive a flor de piel el abandono, la soledad, el aislamiento, el rechazo y algunas veces, el maltrato. Las paredes son blancas para evitar que los colores puedan estimular emociones, “emociones malas”, así les llaman porque lo único que provocan en los pacientes es la falta de entendimiento, tristeza, locura, rabia y agresividad (figura 1). Nada de esto es ficción, así viven las personas con trastornos mentales graves, posiblemente por un mal diagnóstico inicial, debido a la falta de atención especializada, o por no tener los recursos económicos para el acceso a tratamientos.


Las personas con trastornos mentales viven la mayor parte del tiempo sumergidas en la confusión y sin poder dar explicación alguna a las emociones que sienten

Figura 1. Las personas con trastornos mentales viven la mayor parte del tiempo sumergidas en la confusión y sin poder dar explicación alguna a las emociones que sienten. Crédito: elaboración propia, creada en BioRender.

Echemos un vistazo a aspectos clínicos: un trastorno mental se caracteriza por una alteración significativa de la cognición, del comportamiento de un individuo y de la incapacidad de regular sus emociones. Una cualidad distintiva es la angustia significativa y discapacidad funcional (Organización Mundial de la Salud, 2022b; First y Wakefield, 2010). Hay diferentes tipos de trastornos mentales, algunos de ellos son la ansiedad, depresión, bipolaridad y esquizofrenia. Para que no haya confusión entre dichos trastornos, se describirán de forma breve para que tengas claridad sobre cada uno de ellos y algunas herramientas para su reconocimiento.

La ansiedad es una respuesta emocional que tienen todas las personas cuando se encuentran ante situaciones que podrían ser amenazantes. Entonces, ¿cuándo podríamos pensar que las reacciones se vuelven patológicas?, la respuesta es, que esto sucede en el momento que las reacciones forman parte de la cotidianeidad y se vuelven perturbadoras para el individuo, por esto, se debe llevar a cabo una evaluación con un especialista para identificar su connotación de ansiedad patológica. Los trastornos de ansiedad se caracterizan por miedos y preocupaciones a lo largo de la vida, estas emociones se sienten aun cuando no hay una situación real de peligro para el individuo. Las causas suelen ser complejas, pero se reconoce un componente genético y factores estresantes por acontecimientos de la vida (Delgado et al., 2021).

Por otro lado, la depresión es un episodio donde la persona experimenta un estado de ánimo de tristeza, irritabilidad, sensación de vacío la mayor parte del día, casi todos los días durante al menos dos semanas. Además, aparecen otros síntomas como dificultad de concentración, sentimiento de culpa excesiva, autoestima baja, falta de esperanza en el futuro, pensamientos de muerte o suicidio, alteraciones del sueño y falta de energía (Organización Mundial de la Salud, 2022b).

Hablando específicamente de la depresión en México, se estima que 9.2% de la población ha tenido un trastorno depresivo en la vida y que una de cada cinco personas llegará a cursar algún trastorno antes de cumplir 75 años. Pacientes que tienen depresión usan cada vez más los sistemas de salud y hay una mayor tasa de costos asociados a este trastorno, sobre todo en los ancianos (Wagner et al., 2012).

En cuanto al trastorno bipolar, los síntomas que lo caracterizan son fluctuaciones marcadas y persistentes del estado de ánimo que van del depresivo al maníaco. Presentan alteraciones de la cognición, del comportamiento, disminuye su calidad de vida y presenta un aumento de la mortalidad, especialmente por suicidio y enfermedad cardiovascular (Arrieta y Santos, 2019).

Finalmente, las personas con esquizofrenia suelen tener los síntomas más evidentes, por ejemplo, la mente está alejada de la realidad y viven acorde a lo que experimentan. Pueden tener comportamientos agresivos, persistencia de ideas delirantes, alucinaciones y pensamiento desorganizado. Las personas que tienen esquizofrenia tienen una esperanza de vida de 10 a 20 años por debajo de la población general (Padín, 2012; Laursen et al., 2014).

El Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria (GHDx, Global Health Data Exchange por sus siglas en inglés) determinó que en el año 2019 a nivel mundial 301 millones de personas sufrían del trastorno de ansiedad, 280 millones padecían depresión, 40 millones bipolaridad y 24 millones esquizofrenia (GHDx, 2022).

La música y las emociones, el dúo dinámico

La música es el arte de combinar los sonidos en una secuencia temporal atendiendo a las leyes de la armonía, la melodía y el ritmo (Oxford Lenguages, s.f., definición). Evoca un amplio rango de emociones, desde la exaltación hasta la relajación, de la alegría a la tristeza, del miedo a la comodidad y muchas otras combinaciones (Chanda y Levitin, 2013).

Cada vez un mayor número de personas comparten la idea de que “la música es medicina”. Fíjate bien, la raíz de esta idea se ha extendido a lo largo de la historia y los primeros hallazgos donde se sustenta, están en las sociedades tribales que existían hasta mediados del siglo xix, donde practicaban rituales de sanación a través de la música (figura 2) (Merriam A. y Merriam V., 1964). En la sociedad contemporánea, la música se sigue usando para promover la salud y el bienestar en entornos clínicos, por ejemplo, para manejar el dolor, la relajación, el crecimiento personal y la psicoterapia (Chanda y Levitin, 2013).


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Figura 2. Animación de sociedades tribales que practicaban rituales de sanación a través de la música. Crédito: @pikisuperstar.

En un inicio se tenían muchas dudas sobre cómo la música podría regular las emociones, ahora se han hecho varios estudios que han develado cómo funciona este dúo. Por ejemplo, en un estudio de finales de los años 90, probaron los efectos de distintos tipos de música, tomando en cuenta varios criterios como el estilo musical, las propiedades rítmicas y las dimensiones de excitación sobre las personas evaluadas. Se definió como música relajante a la música clásica, que contenía de 60 a 100 pulsos por minuto, sonidos suaves; mientras que la música estimulante fue la música tecno, que tiene de 130 a 200 pulsos por minuto, sonidos estridentes.

Es importante mencionar que las personas evaluadas declararon no tener preferencia con un género musical en particular. Increíblemente, se encontró que las personas que escucharon música estridente, a comparación de los que escucharon música clásica, tuvieron un incremento en sangre de hormonas asociadas al estrés (Gerra, 1998), característica que se mantiene en todas las personas que se ven afectadas por trastornos mentales.

Terapia musical para ayudar a controlar los trastornos mentales

Debido a la importancia médica que tienen los trastornos mentales hoy en día, la ciencia está en constante búsqueda de nuevas opciones para su tratamiento. Se ha encontrado que específicamente la terapia musical puede ayudar a aliviar síntomas de la ansiedad, la depresión, la bipolaridad y la esquizofrenia. Sin embargo, es importante mencionar que dicha terapia no puede ser sustituida por los fármacos en el tratamiento de estas enfermedades, aunque sí puede haber una combinación de fármacos con la terapia musical.

En el año de 1985 se fundó en Génova, Italia, la Federación Mundial de Musicoterapia ( wfmt, World Federation of Music Therapy por sus siglas en inglés), (World Federation of Music Therapy, 2023). La terapia musical consiste en el uso de la música o elementos musicales por un terapeuta musical certificado, enfocado hacia un cliente o grupo en un proceso para facilitar su comunicación, relaciones, aprendizaje, movimientos y expresiones para conocer sus necesidades emocionales, físicas, mentales, sociales y cognitivas (Gómez-Romero, 2017).

Recientemente, se publicó un análisis para evaluar los beneficios de la terapia musical en la demencia. Es importante enfatizar que los síntomas que se presentan en personas con demencia son síntomas que se repiten en los trastornos mentales. Por ejemplo, pérdida de la función cognitiva, conductas anormales o problemas de comportamiento, cambios de personalidad, ansiedad, frustración, apatía e irritabilidad, que en un 50% de los pacientes lleva a depresión. También se puede observar hasta un 73% de los pacientes con delirios y hasta un 50% con alucinaciones (Mercadal-Brotons, 2008).

Los resultados del estudio sugieren que la terapia musical es benéfica para mejorar problemas de comportamiento, ansiedad y agitación (Gómez-Romero, 2017). Además, un estudio en colaboración con Italia y Estados Unidos, muestra que pacientes que recibieron terapia musical presentaron una disminución de las alucinaciones, agitación, apatía, depresión, ansiedad e irritabilidad al término de la terapia y que estas mejoras se mantienen hasta un mes después (Raglio, 2010).

En otro estudio se demostró una disminución, al mismo tiempo, de los estados de ansiedad y de los niveles de cortisol (hormona del estrés) cuando las personas escuchaban música relajante; además, en personas que estaban pasando por problemas de comportamiento, ayudó a disminuir la presión sanguínea, el ritmo cardiaco y la tasa de respiración, casi llegando al resultado efectivo del diazepam; lo cual fue demostrado en 16 estudios independientes (Fancourt, 2014).

En el año 2006 se realizó un primer ensayo para evaluar los efectos de la terapia musical por tres meses consecutivos y con un promedio de ocho sesiones en pacientes con esquizofrenia. Los resultados se asocian con reducciones a corto plazo de los síntomas generales y negativos, siendo los efectos más evidentes cuando la terapia musical se aplica en personas con esquizofrenia crónica (Talwar, 2006). Actualmente las investigaciones se centran en pacientes con esquizofrenia y terapia musical que muestran resultados similares (Balbín, 2023).

Es importante puntualizar que en los estudios antes mencionados hay limitaciones que se tienen que considerar para hacer una mejor interpretación de los resultados obtenidos. Por ejemplo, hay investigaciones que no presentan grupos controles estandarizados y que, además, carecen de seguimiento. Igualmente, se tiene que considerar que hay análisis que se realizan con pacientes ingresados en un hospital y otros con pacientes dados de alta que sólo tienen que asistir a la terapia musical. Como podemos ver son muchos factores los que no se están controlando y que no permiten visibilizar el efecto real de la terapia en estos pacientes con trastornos mentales. Lamentablemente por todo lo anterior, no es posible extrapolar estos resultados a la población general. Sin embargo, es una gran oportunidad para mostrar que se tienen que hacer estudios más controlados para enfatizar la importancia de la terapia musical en algunos trastornos mentales.

El punto de encuentro de las emociones con la música, el cerebro

Desde hace un poco más de 15 años se está estudiando el origen o punto de encuentro de la música con las emociones. A través de estudios de tomografía de emisión para analizar el flujo sanguíneo en distintas regiones del cerebro durante una experiencia musical, se compararon la música neutra y la placentera. En la música neutra no se reportaron cambios en el flujo sanguíneo cerebral. Sin embargo, en la música placentera se encontró un incremento significativo del flujo en estructuras del sistema mesocorticolímbico1, el cual, a su vez, se le ha relacionado con otro sistema, el de refuerzo recompensa (Blood y Zatorre, 2001) que se encuentra en la zona del estriado ventral2, incluyendo el núcleo accumbens3. Este último y el área tegmental ventral4 se activan como respuesta a escuchar música placentera y se asocian directamente con funciones emocionales y cognitivas (figura 3) (Craig, 2002).


Esquema representativo de las zonas cerebrales relacionadas con los estímulos de escuchar música placentera y funciones emocionales y cognitivas.

Figura 3. Esquema representativo de las zonas cerebrales relacionadas con los estímulos de escuchar música placentera y funciones emocionales y cognitivas. Crédito: creada en BioRender con información de Craig, 2002.

Además, los estímulos musicales que se asocian directamente con las emociones, impactan y activan a las neuronas dopaminérgicas (Koelsch, 2006), que son aquellas células del sistema nervioso del cerebro que son necesarias para que se lleven a cabo procesos biológicos como el movimiento, la motivación y la cognición. ¿Te suena? Pues sí, las neuronas dopaminérgicas son el punto clave de la regulación emocional de todos los individuos. Así que, ahora ya sabes, cuando estés escuchando una canción o melodía que te hace sentir de una u otra forma placer, las neuronas dopaminérgicas son las responsables. Sin lugar a dudas, estas neuronas también son responsables de la mejora de los pacientes con trastornos mentales que reciben algún tipo de terapia musical.

Conclusiones

Los individuos que viven con un trastorno de salud mental no tendrían que estar “acostumbrados” a la presencia de los síntomas que los aquejan en su día a día. Tendrían que tener a disposición todos los recursos farmacológicos y no farmacológicos para que su calidad de vida sea mejor. La música es un recurso que está al alcance de muchas personas y que, además, es capaz de regular de forma positiva las emociones en aquellas personas que lo necesitan. De cualquier forma, si tienes sospecha que tú o alguien cercano a ti pudiera tener un trastorno mental, es importante que acudan al servicio de salud adecuado para recibir atención lo antes posible. Los tratamientos farmacológicos actuales son efectivos y, además, siempre se podrán combinar con la música. Si convives de cerca con alguien que tenga un trastorno mental de los que hemos tratado en este artículo, ponle unos audífonos cómodos con música que hayan marcado alguna etapa importante de su vida, investiga qué género musical les gusta, incluso con qué música bailaban sin parar, en una de esas, se activarán sus neuronas dopaminérgicas y podrán sentir bienestar.

Referencias

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Recepción: 12/07/2023. Aprobación: 18/10/2023.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079