Vol. 24, núm. 6 noviembre-diciembre 2023

Curando a quienes curan: los desafíos emocionales de los estudiantes de medicina

Stephanie de los Ángeles Brito Jheman, Valeria Yazmín Cetzal Robertos y José Miguel Chin Chan Cita

Resumen

El suicidio es un desafío global de salud pública, especialmente entre jóvenes. Desde la ideación hasta la ejecución tiene graves implicaciones sociales y económicas. Los estudiantes de la licenciatura de medicina enfrentan riesgos debido a las demandas académicas y factores externos (problemas familiares, económicos, sociales, entre otros), agravados por la falta de enfoque en su bienestar mental. Diversos estudios han revelado datos preocupantes de trastornos psiquiátricos en estudiantes de medicina: el estrés, la falta de sueño y otras presiones aumentan el riesgo de autolesiones y suicidio, y factores como la pandemia de covid-19 agravan el problema. Por ello, detectar los signos de deterioro mental, normalizar la búsqueda de ayuda y priorizar la salud mental son cruciales para salvar vidas. La educación superior debe ser una experiencia enriquecedora, no una carga perjudicial para la salud. Es por eso que se sugieren programas de apoyo, consejería y participación activa, tanto del entorno familiar como el social y de la administración educativa que puedan crear una cultura universitaria que proteja la salud mental. Al priorizar la salud mental, especialmente en medicina, formamos profesionales resilientes y empáticos con la sociedad. El objetivo principal de este escrito es crear conciencia y promover la salud mental, así como prevenir el suicidio, especialmente entre estudiantes de medicina, a través de la implementación de medidas efectivas y la provisión de herramientas de apoyo.
Palabras clave: suicidio, conducta suicida, estudiantes de medicina, salud mental, depresión, ansiedad.

Healing those who heal: the emotional challenges of medical students

Abstract

Suicide is a global public health challenge, especially among young people. From ideation to execution it has serious social and economic implications. Medical undergraduate students face risks due to academic demands and external factors (family, economic, social problems, among others), aggravated by the lack of focus on their mental well-being. Various studies have revealed worrying data on psychiatric disorders in medical students: stress, lack of sleep and other pressures increase the risk of self-harm and suicide, and factors such as the covid-19 pandemic aggravate the problem. Therefore, detecting signs of mental deterioration, normalizing help-seeking and prioritizing mental health are crucial to saving lives. Higher education should be an enriching experience, not a burden that is detrimental to health. That is why support, counseling and active participation programs are suggested, both in the family and social environment and in the educational administration that can create a university culture that protects mental health. By prioritizing mental health, especially in medicine, we train resilient and empathetic professionals with society. The main objective of this writing is to raise awareness and promote mental health, as well as prevent suicide, especially among medical students, through the implementation of effective measures and the provision of support tools.
Keywords: suicide, suicidal behavior, medicine students, mental health, depression, anxiety.



“El pueblo es regido por los gobernantes,
es vigilado por la policía,
es sanado por los médicos.
Pero, ¿quién gobierna a los gobernantes,
quién vigila a la policía,
y quién sana a los médicos?”

Atribuida a Lao Tsé (570-490 a.C.)

En la agitada y dinámica sociedad en la que vivimos, es fácil pasar por alto un elemento crucial de nuestro bienestar: la salud mental, un tema delicado que en los últimos años ha tomado relevancia, principalmente en jóvenes. Asimismo, el suicidio es una problemática de salud pública a nivel mundial, sobre todo en individuos de corta edad; representando la segunda causa de muerte en personas entre 10 y 24 años.

Cuando se habla de conductas suicidas implica hablar de distintas etapas o fases por las que las personas podrían atravesar, generalmente se comienza con la idea o el pensamiento suicida, posteriormente se realiza un plan para llevar a cabo el acto y, finalmente, se hace una búsqueda de recursos para concretarlo; sin embargo, no siempre se transita por todas las fases, aun así, cualquiera de las tres etapas pone en riesgo a la persona (Rodríguez et al., 2017).

Según Moutier (2021), la conducta suicida incluye:

  • Ideación suicida: pensamientos, planes y actos preparatorios relacionados con el suicidio.
  • Intento de suicidio: acto autolesivo con intención de provocar la muerte, pero que finalmente no resulta mortal. Un intento de suicidio puede o no dar lugar a lesiones.
  • Suicidio consumado: acto autolesivo intencionado con resultado de muerte.

En la actualidad es bien sabido que los estudiantes de nivel superior están expuestos a un estrés académico constante, sumado a las distintas situaciones o problemáticas familiares y de su círculo social. Esta es una de las razones por las que un número considerable de estudiantes recurren a enfoques autoperjudiciales, como un mecanismo de escape ante los sentimientos y situaciones que exceden sus capacidades emocionales. Los estudiantes de la licenciatura en medicina son quienes representan los índices más altos de suicidios en estudiantes universitarios, ya que el camino hacia el título de médico conlleva esfuerzos y sacrificios, representa un sendero con desafíos que pueden erosionar la salud mental de quienes lo transitan.

El contexto educativo de la licenciatura en medicina, al centrarse en la identificación y la cura de enfermedades, descuida con frecuencia una problemática que impacta a su comunidad estudiantil: la salud mental. Mientras los aspirantes a médicos se instruyen en la detección de indicios patológicos en los pacientes, en ocasiones descuidan observar más allá para reconocer los indicios que afectan su salud mental y la de sus colegas. Por ello, Givron y Desseilles (2021) destacan que hasta el día de hoy, existe una amplia literatura sobre como los estudiantes pueden abordar las emociones de los pacientes en una consulta médica, pero también de cómo se deben manejar sus propias emociones en la misma. Además, la persistente estigmatización de los desafíos de salud mental en el ámbito médico só lo consolida este círculo perjudicial.

Los futuros médicos pasan por diversos agentes estresores, incluyendo: estrés educativo, falta de sueño, mala alimentación y presión social, que entre otros, constituyen algunas de las razones por las que los jóvenes toman decisiones autolesivas que amenazan su vida. Es tiempo de reflexionar sobre dicha problemática, pues no es un fenómeno local o nacional, si no, que la prevalencia de suicidios en estudiantes universitarios de medicina es muy notoria a nivel global. Según Watson et al. (2020), en su estudio denominado “A narrative review of suicide and suicidal behavior in medical students”, mencionan que en diversos países se han evidenciado de manera consistente, elevados índices de trastornos psiquiátricos en estudiantes de medicina. Estos descubrimientos, a su vez, podrían estar relacionados con una tasa de suicidio que supera las expectativas en esta población . Cifras importantes destacan que en Colombia en el 2013, se encontró 15.7% de prevalencia de ideación suicida y el 5% tuvo un intento franco de terminar con su vida; según Osama et al. (2014), en Pakistan en el 2005 se demostró que la ideación suicida en los estudiantes de m edicina llegaba al 35,6% y un 4,8% llega al intento de suicidio. Asimismo, Sobowale et al. (2014), reportaron que en China continental el 13.5% de los estudiantes tenían depresión moderada a grave y el 7.5% notificaron ideación suicida véase en la gráfica 1).

Estadisticas obtenidas como resultado del estudio analizado

Gráfica 1. Estadísticas obtenidas como resultado del estudio analizado en los artículos a) “Estudiar Medicina: factor de riesgo para el suicidio” -muertes (azul), Ideación suicida (verde)- (Salazar, 2018), b) “Depresión e ideación suicida en estudiantes de medicina en China: Un llamado a los currículos de bienestar” -Ideación suicida (azul), depresión moderada grave (verde)- (Sobowale et al, 2014), y c) “Estudiar Medicina: factor de riesgo para el suicidio” -Ideación suicida (verde), Intento de suicido (azul)- (Salazar, 2018).

De igual manera, en nuestro país, en un estudio realizado en estudiantes de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), demostró que uno de cada diez estudiantes ha tenido un intento de suicidio durante su paso por esta carrera. Son d atos preocupantes, ya que es una de las carreras con mayor demanda en la r epública. Las presiones académicas y los desafíos a los que se enfrentan los estudiantes de medicina, son parte inherente de su viaje educativo y profesional, pero pueden resultar abrumadores y tener un impacto negativo en la salud mental. Diversos factores como una intensa carga de trabajo, las expectativas de rendimiento elevadas, por exámenes rigurosos y evaluaciones prácticas , la presión por ser “perfectos” ( demostrar un gran conocimiento y una ejecución exacta en tareas clínicas), aumentan el estrés y la ansiedad.

Estudiante con sindrome bournout

Imagen 1. Estudiante con síndrome burnout (agotamiento). Crédito: elaboración propia.

Los estudiantes también se exponen a rotaciones clínicas demandantes, donde se deben adaptar a horarios exigentes, interacciones con pacientes y decisiones clínicas cruciales. Aquí es donde entra el término burnout , el cual, es definido por Maslach y Jackson (1986), como un síndrome caracterizado por un alto grado de agotamiento emocional, despersonalizado y un bajo sentido de logro personal (véase en la figura 1). Teniendo en cuenta lo anterior, las presiones académicas y los desafíos a los que se enfrentan estos estudiantes, pueden aumentar el riesgo de desarrollar alteraciones de salud mental como: depresión, ansiedad y en el peor de los casos el suicidio. De igual forma, la pandemia por covid-19 repercutió de manera significativa en la salud mental, permitiendo el aumento de los índices de depresión y ansiedad en esta población. En un estudio realizado en 177 estudiantes de medicina del Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara se encontró que durante la pandemia 35.8% y 8% de los estudiantes presentó síntomas de ansiedad y depresión, respectivamente (Ruvalcaba-Pedroza et al., 2021).

La reflexión sobre los suicidios en estudiantes de medicina no busca señalar culpables ni simplificar causas; sino que nos invita a explorar las capas profundas de una realidad dolorosa y a cuestionar el enfoque educativo actual basado en los logros y el perfeccionismo. Las preguntas resonantes que emergen son claras: ¿c ómo podemos fomentar un entorno en el que buscar ayuda no sea un signo de debilidad, sino un testimonio de fortaleza?, ¿c ómo podemos cultivar un ambiente donde los desafíos mentales sean tratados con la misma urgencia que las enfermedades físicas?

En gran parte de la población estudiantil aún no se diagnostican los signos de depresión y ansiedad, exponiéndolos a un potencial riesgo suicida, al no recibir tratamiento farmacológico y exacerbado, porque en ocasiones no cuentan con una red de apoyo que pueda brindarle beneficio a su salud mental. En muchas ocasiones, las personas que padecen trastornos mentales suelen no exponerlos, por miedo a sentirse menospreciados y señalados, o por temor a ser juzgados como inferiores o débiles. Como consecuencia, muchos jóvenes e incluso, adultos reprimen sus sentimientos de tristeza, desesperanza y enojo, recurriendo a conductas suicidas como un mecanismo de escape a sus pensamientos y problemas.

Estudiante con sentimientos de tristeza y soledad

Imagen 2. Estudiante con sentimientos de tristeza y soledad y b) Estudiante con síndrome ansioso. Crédito: elaboración propia.

Es imprescindible tener en consideración el valor que representamos en la vida de los que nos rodean, para ser parte de la red de apoyo ante cualquier situación emocional y de autolesión. Somos capaces de brindar apoyo, escuchar y sobre todo brindar seguridad a quien lo necesite, podemos marcar la diferencia en la vida de los demás, generando un cambio positivo en la percepción de la misma, que pudiera detener un acto atroz. Los mismos médicos han señalado ciertos signos de alarma:

  • Deseos de regalar o desprenderse de sus pertenencias.
  • Alteraciones del estado de ánimo, ansiedad y agitación.
  • Anhedonia (pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba).
  • Dificultades en la escuela o el trabajo.
  • Modificación de los hábitos alimentarios o de sueño.
  • Conductas autodestructivas como consumir drogas o beber alcohol en exceso.
  • Intentos de suicido previos.
  • Irritabilidad intensa sin justificación aparente.
  • Empezar a hablar de suicidio/muerte.
  • Situaciones de autolesión.
  • Aislamiento de familiares.
  • Aislamiento de amigos.
  • Comentarios con contenidos de desesperanza.
  • Buscar información sobre métodos de suicidio.
Aislamiento social y Busqueda de informacion

Imagen 3. Aislamiento social y b) Búsqueda de información sobre métodos de suicidio. Crédito: elaboración propia.

Reconocer estos signos en personas que nos rodean podría evitar conductas autolesivas o la consumación del suicidio, generando mejor calidad de vida en los jóvenes estudiantes de medicina que lo requieren. Como sociedad necesitamos cultivar un ambiente en el que los desafíos mentales sean tratados con la misma urgencia que las enfermedades somáticas, para así promover la salud mental y el bienestar de los estudiantes de medicina. Crear conciencia es imprescindible para nutrir futuros médicos saludables y resilientes. Además, hay estrategias que se pueden utilizar para poder crear un ambiente sano en los estudiantes, tales como: fomentar la educación y la conciencia sobre la importancia de la salud mental, organizando talleres, charlas o actividades culturales; se pueden crear programas de apoyo donde se incluyan consejería y orientación, grupos de apoyo y acceso a profesionales en el ámbito de la salud mental como psicólogos o psiquiatras.

También se debería fomentar la búsqueda de ayuda (para eliminar el estigma y mostrar que pedir apoyo es un signo de fortaleza y autoconciencia) y el autocuidado; proveer institucionalmente apoyo continuo mediante evaluaciones y sesiones enfocadas al fortalecimiento de la salud mental. Y e n última instancia, crear un entorno en el que los desafíos mentales sean tratados con urgencia, ya que al igual que las enfermedades físicas, requiere un compromiso colectivo. Al priorizar la salud mental en los estudiantes de medicina, estamos sentando las bases para una comunidad médica más resiliente y humanista.

Proveer espacios de consejería podría evitar las conductas suicidas, por eso proponemos actividades y programas que deberían ser implementados en las instituciones educativas, con el fin no só lo de ayudar a la mejora de la salud mental de los estudiantes de medicina, sino que beneficie también a otros estudiantes de diferentes programas educativos con problemas similares de salud mental.

Es importante que la misma institución desarrolle programas de consejería y atención psicológica para su comunidad estudiantil; por ejemplo, en la Universidad Autónoma de Campeche (uacam) se implementó un programa llamado U niversidad S aludable, el cual brinda atención médica y psicológica a los estudiantes, docentes y administrativos de distintas facultades, un programa gratuito de fácil accesibilidad. En esta institución se han implementado pláticas de salud mental, depresión y ansiedad, e incluso se han llevado a cabo estudios de investigación para identificar signos de ansiedad y estrés en la comunidad universitaria.

La administración y el cuerpo docente, juegan un papel importante como mentores para fomentar la salud mental como cultura universitaria. Es radical que estos esfuerzos sean continuos y perfectibles, para lograr un efecto positivo en la salud mental de poblaciones estudiantiles vulnerables, como los estudiantes de medicina. La evaluación regular de esta área de la salud humana, también puede ayudar a identificar áreas de mejora y permitir ajustes necesarios en los programas y políticas institucionales.

El propósito esencial de este trabajo radica en la creación de una conciencia sustancial y la promoción activa de la salud mental, así como la prevención del suicidio, tanto a nivel general como en el particular, entre la población estudiantil matriculada en programas de licenciatura en medicina. Este objetivo implica la implementación de medidas accesibles y la provisión de herramientas sólidas de apoyo, dirigidas a aquellos individuos que requieren asistencia en este ámbito.

En sí, la salud mental es un componente esencial en el camino hacia convertirse en un médico eficiente y compasivo, y es crucial que se le otorgue la atención y los recursos necesarios para garantizar el bienestar de los estudiantes y, en última instancia, de los futuros pacientes a quienes servirán.

Referencias



Recepción: 31/8/2023. Aceptación: 18/10/2023.

Vol. 24, núm. 6 noviembre-diciembre 2023

Perspectivas únicas: el espectro autista en mujeres

Katy Arlette Pérez Estrada Cita

Resumen

El trastorno del espectro autista, caracterizado por alteraciones en la comunicación social y comportamientos restringidos, presenta una prevalencia que destaca una relación de 1 mujer por cada 3 hombres, señalando una subrepresentación femenina. Las mujeres manifiestan las características del autismo de manera única, lo que plantea desafíos en la identificación y diagnóstico. Se observan dos perfiles: el externalizante, con interacción aparentemente sociable pero deficiente, y el internalizante, marcado por la timidez y la concentración en actividades como la lectura y la pintura. Durante las etapas preescolar y escolar, las niñas exhiben un juego simbólico más desarrollado y mayores intereses sociales en comparación con los niños en condiciones similares. En la adolescencia, surgen desafíos como el perfeccionismo, el acoso escolar y conductas autolesivas leves. Muchas mujeres están recibiendo diagnóstico tardío, por ejemplo, Ladyhawke, Susan Boyle y la psicóloga mexicana Yeimy Molina. Los instrumentos diagnósticos para el autismo no son sensibles al género. Es de suma importancia realizar investigación, instrumentos e intervenciones clínicas con perspectiva de género.
Palabras clave: Trastorno del Espectro Autista, mujeres, diagnóstico tardío, autismo femenino, salud mental.

Unique perspectives: the autistic spectrum in women

Abstract

The autism spectrum disorder, characterized by alterations in social communication and restricted behaviors, exhibits a prevalence that highlights a ratio of 1 woman to every 3 men, indicating a female underrepresentation. Women express autism traits uniquely, posing challenges in identification and diagnosis. Two profiles are observed: the externalizing, with seemingly sociable yet deficient interaction, and the internalizing, marked by shyness and focus on activities such as reading and painting. During the preschool and school stages, girls display a more developed symbolic play and greater social interests compared to boys under similar conditions. Challenges emerge in adolescence, including perfectionism, school bullying, and mild self-injurious behaviors. Many women receive late diagnoses, exemplified by figures like Ladyhawke, Susan Boyle, and Mexican psychologist Yeimy Molina. Diagnostic instruments for autism lack gender sensitivity. Conducting research, developing instruments, and implementing clinical interventions with a gender perspective is of utmost importance.
Keywords: Autism Spectrum Disorder, women, late diagnosis, female autism, mental health.

Introducción

El Espectro Autista (ea) puede definirse como una variación en el neurodesarrollo que se manifiesta en dificultades en dos núcleos principales: 1) la comunicación social y 2) intereses restrictivos y repetitivos (Asociación Americana de Psicología [apa], 2022). Se le considera un espectro debido a la gran heterogeneidad en las características presentes en cada persona. Por ejemplo, la comunicación social abarca desde la ausencia total de lenguaje hasta la fluidez verbal, con alteraciones en la pragmática. En cuanto a los intereses restringidos y repetitivos, estos pueden variar desde rituales y estereotipias motoras complejas que causan gran rigidez hasta actividades que, aunque repetitivas, se insertan en una actividad con cierto grado de funcionalidad (Hervás, 2022).

Además de las conductas prototípicas o nucleares, cada persona con autismo presentará un perfil específico en el funcionamiento de la memoria, el lenguaje, la sensibilidad sensorial, la inteligencia, etc., de manera similar a la población sin autismo (Merino et al., 2018).

Las primeras descripciones de lo que hoy conocemos como Espectro Autista fueron realizadas por Ssucharewa en 1926 con un grupo de 6 niños (Ssucharewa, 1926/1996); un año después, describió los casos de 5 niñas, mostrando una proporción bastante similar de hombres y mujeres (Sukhareva, 1927/2020). Sin embargo, a partir de Leo Kanner (8 niños-3 niñas) y Hans Asperger (4 niños), comenzó la tendencia a identificar un mayor número de niños que niñas (Kanner, 1943; Asperger, 1944/1991).

Las estadísticas iniciales mostraban una relación de cuatro hombres por una mujer (Loomes et al., 2017); sin embargo, en una revisión sistemática de 2017, las cifras se actualizaron a tres hombres por una mujer (Loomes et al., 2017). Es importante señalar que, en las personas con autismo de alto funcionamiento, la relación aumenta a 10 hombres por una mujer, mientras que en personas que tienen autismo acompañado de discapacidad intelectual, esta relación baja a 2 hombres por una mujer (Dworzynski et al., 2012). Esta disminución sugiere la posibilidad de que las mujeres con alto funcionamiento se camuflen y no reciban el diagnóstico correcto.

La falta de identificación de las mujeres es un problema grave que debe abordarse, ya que muchas de ellas reciben un diagnóstico erróneo o el de un trastorno acompañante, como depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria (tca), trastorno límite de la personalidad (tlp), trastorno obsesivo-compulsivo (toc), etc., sin atender a la causa principal de sus dificultades, lo que ocasiona una baja posibilidad de evolución (Hervás, 2022).

Es importante reconocer que las niñas, adolescentes y adultas con autismo, en particular aquellas que no presentan discapacidad intelectual ni dificultades severas de lenguaje, exhiben conductas que se manifiestan de manera diferente a las de los hombres, lo que dificulta su identificación y provoca una doble discriminación; el hecho de ser mujeres y ser autistas.

¿Es realmente el autismo cosa de hombres?

En párrafos anteriores se mencionó que la relación entre hombres y mujeres con autismo de alto funcionamiento es de 10 hombres por 1 mujer (Dworzynski et al., 2012). Este desequilibrio ha llevado a clínicos e investigadores a indagar sobre lo que está sucediendo con las mujeres. A continuación, presentaremos los hallazgos encontrados tanto en investigaciones como en la clínica.

La comunicación social de las chicas con autismo, a simple vista, parece similar a la de sus pares, ya que presentan una mayor necesidad de interacción con los demás y tienden a camuflar sus dificultades mediante la imitación de las conductas sociales de sus compañeras, madres y personajes de televisión. Este camuflaje o enmascaramiento provoca un agotamiento físico y emocional significativo en ellas. A diferencia de los hombres en el espectro, las mujeres muestran un juego simbólico más desarrollado, aunque tiende a ser poco recíproco y muy controlado (Wood-Downie et al., 2020).

En el ámbito de los comportamientos restrictivos y repetitivos, las mujeres presentan menores niveles de conductas rígidas y repetitivas (Van Wijgaaarden-Cremers et al., 2014), y estas tienen un enfoque más social o prototípico. Por ejemplo, actividades como tejer, colorear, dibujar, el manga, la lectura, pintar, recortar, coleccionar muñecas, coleteros, peluches, etc. Sin embargo, estas actividades siguen siendo inusuales en su intensidad, pero son aceptadas porque se asocian a conductas culturalmente propias de las mujeres y que denotan una gran dedicación (Shuterland, 2017; apa, 2022).

Interacción social Comunicación Comportamientos repetitivos Otras
  • Mayor necesidad de interacción
  • Pasividad
  • Camuflaje que tiende a agotarlas
  • Tienen por lo menos un amigo cercano
  • Tendencia a ser “amadrinada”
  • En la adolescencia frecuentemente sufren acoso escolar
  • Mejores habilidades lingüísticas
  • Mejor imaginación, juego simbólico y juego de roles
  • Sus intereses restrictivos incluyen personas, animales y objetos que típicamente no se relacionan con el autismo
  • Episodios de problemas alimenticios
  • Tendencia a controlar el juego con pares

Tabla 1. Conductas presentes con mayor frecuencia en mujeres con autismo que en hombres. Lai et al. (2015).

¿A qué prestar atención en mujeres?

Es importante tener presente que existen dos tipos de perfiles dentro del espectro (Merino et al., 2018).

  1. Externalizante: Las chicas con este perfil están constantemente rodeadas de personas, hablan mucho y parecen “muy sociables”; sin embargo, la calidad de la interacción es deficiente.
  2. Internalizante: Aquellas que se encuentran dentro de este perfil son calladas, parecen tímidas, se centran en la lectura, la pintura… y sus características pueden ser confundidas con déficit de atención.

A lo largo de las etapas de desarrollo, estos perfiles pueden fluctuar entre uno u otro, es decir, no hay un perfil prototípico de todas las mujeres con autismo, y habrá una gran heterogeneidad entre ellas (Merino et al., 2018). Por otro lado, padres, maestros y especialistas deben conocer y estar atentos a las siguientes características:

Etapa preescolar y escolar: A pesar de que las niñas con autismo parecen tener un juego simbólico más desarrollado e interés social que sus pares hombres con la misma condición, este puede ser rígido y repetitivo (Merino et al., 2018). Por ejemplo, una niña que, a primera vista, parece jugar con sus juguetes en miniatura y sus muñecas, al observar con cuidado, más que jugar, acomoda los juguetes y realiza acciones repetitivas, mostrando una disminución del juego imaginativo y creativo (Imagen 1).

Juego de una niña con autismo

Imagen 1. Juego de una niña con autismo. Su juego consistió en acomodar los juguetes, clasificándolos por su función aparente, al muñeco le dio palmaditas en la espalda, colocó la mamila en la boca y repitió la acción en varias ocasiones y concluyó el juego. Crédito: elaboración propia.

Las niñas tienden a buscar a una compañera “guía”, es decir, aquella niña que constantemente le proporciona ayuda para interpretar las situaciones sociales y quien le muestra los modelos comportamentales socialmente adecuados (Merino et al., 2018).

Por otra parte, pueden mostrar un gran interés y cuidado en sus útiles escolares, como tener muchos lápices de colores, muy cuidados y ordenados, y no les gusta prestarlos; coleccionan gomas, sacapuntas, plumones, etc. En estas conductas se puede identificar la inflexibilidad cuando se enojan porque les cambian el orden o cuando alguien más toma sus cosas (Merino et al., 2018).

Otros intereses restringidos y repetitivos pueden incluir actividades como dibujar, colorear, coleccionar muñecas, coleteros, peluches, etc. Todas estas conductas, a ojos de familiares, maestros y compañeras, pueden parecer “normales”, sin embargo, son atípicas en su intensidad (Wood-Downie et al., 2020).

Adolescencia y juventud: Las chicas tienden a ser perfeccionistas y sus dificultades sociales aumentan. Pueden ser víctimas de acoso escolar y presentar conductas autolesivas leves, como tirarse del pelo, frotarse y morderse los labios (Antenaza et al., 2019). Sus intereses pueden volcarse con gran intensidad al cuidado del medio ambiente, como es el caso de Greta Thunberg, o luchar por las injusticias sociales. También pueden cambiar marcadamente de intereses, por ejemplo, obsesionarse con la moda y después no tener ninguna preocupación por su aspecto físico, lo que dependerá mucho de con quién se estén relacionando o qué estén viendo en la televisión, computadora o leyendo.

reta Thunberg se dirige a los huelguistas climáticos en el Civic Center Park de Denver

Imagen 2. Greta Thunberg se dirige a los huelguistas climáticos en el Civic Center Park de Denver, el 11 de octubre de 2019. Crédito: Streetsblog Denver en Wikimedia Commons.

Diagnósticos tardíos

En la actualidad, muchas mujeres están recibiendo el diagnóstico de autismo pasados los treinta años, y a través de sus relatos de vida, se puede conocer el largo camino que han recorrido para obtener este diagnóstico. Por ejemplo, la cantante Ladyhawke relata que de niña prefería estar en casa, nunca iba a pijamadas, y le diagnosticaron autismo después de experimentar una depresión tan intensa que le impedía salir de casa (The Newsroom, 2012).

Ladyhawke

Imagen 3. Ladyhawke. Credito: Wasforgas en Wikimedia Commons.

Por su parte, la cantante Susan Boyle recibió el diagnóstico a los 51 años, después de vivir toda su vida con un diagnóstico de daño cerebral. En ese momento, logró comprender todo lo que había sucedido en su vida (Deveney. 2013).

Susan Boyle

Imagen 4. Susan Boyle. Credito: Tankboy en Wikimedia Commons.

Un ejemplo de diagnóstico tardío de una mujer mexicana es el caso de Yeimi Molina, a quien diagnosticaron a los 20 años mientras estudiaba la carrera de psicología. Actualmente, está casada, tiene una hija y se dedica a la investigación (Moreno-Ramírez, [Canal A lo Aspergiano], 2022, 7m34s).

Instrumentos diagnósticos

Además de que las conductas del espectro autista se presentan diferenciadas entre mujeres y hombres, otra dificultad para el diagnóstico en las chicas es la falta de sensibilidad de género en los instrumentos actuales, incluso en aquellos considerados Gold Standard, como la Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo (ados-2) y la Entrevista para el Diagnóstico del Autismo Revisada (adi-r) (Hervás, 2022). Es así que, los investigadores y especialistas en autismo están haciendo intentos por desarrollar herramientas sensibles al género (Brown et al., 2020). Por ejemplo, la Modified Girls Questionnaire for Autism Spectrum Condition Scale (Brown et al., 2020) y la Entrevista de Diagnóstico para Trastornos del Espectro Autista (cridi-tea), ambas con un punto de corte diferente para hombres que para mujeres.

Conclusiones

Muchas mujeres con un perfil de alto nivel de funcionamiento no están siendo diagnosticadas, ya que las conductas presentes en hombres y mujeres son diferentes; muchos autores consideran que la ratio mujeres-hombres puede ser más baja que 1:3 (Loomes et al., 2017; Hèrvas, 2022).

En general, las chicas tienen una mayor necesidad de interacción con los demás, tienden a camuflar sus dificultades mediante la imitación de las conductas sociales de sus compañeras, madres y personajes de televisión; este enmascaramiento provoca un gran agotamiento en ellas. Aunque tienen un mejor juego simbólico, tiende a ser poco recíproco y muy controlado. Los intereses restringidos parecen típicos, pero si se observa con detalle, hay alteraciones en su intensidad (Lai et al., 2015).

Las principales barreras identificadas para el diagnóstico de las chicas son la presencia de problemas conductuales, la mayor habilidad en socialización y comunicación que los chicos, la presencia de comorbilidades, el establecimiento de relaciones de mejor calidad que los chicos, así como la presencia de conductas compensatorias, baja preocupación de los padres, falta de percepción de dificultades de las personas de su entorno, poca información y recursos para el diagnóstico y el sesgo de género en el personal de salud (Lockwood Estrin et al., 2021).

Es muy importante que psicólogos y psiquiatras tengan conocimiento de las características de las mujeres con autismo, en particular las de alto funcionamiento, con la finalidad de realizar diagnósticos certeros.

Las mujeres identificadas en la edad adulta han recibido durante el transcurso de su vida etiquetas como ansiedad, depresión, trastorno límite de la personalidad, etc., dificultades asociadas, pero no centrales; este error en el diagnóstico dificulta la intervención, al abordar únicamente la sintomatología asociada, lo que no resuelve las dificultades, ya que el abordaje no responde a las verdaderas necesidades de las mujeres y ocasiona un efecto “bola de nieve” de trastornos.

Es de suma importancia que desde la investigación se planteen trabajos con perspectiva de género que identifiquen con mayor claridad la heterogeneidad de las mujeres con autismo y el desarrollo de instrumentos de evaluación sensibles al género. Por otro lado, desde la clínica, todo profesional involucrado en el autismo debe formarse en la evaluación e intervención de niñas, adolescentes y adultas, recordando que el abordaje temprano siempre será la mejor respuesta.

Sitios de interés

Referencias

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Recepción: 30/8/2023. Aceptación: 1/11/2023.

Vol. 24, núm. 6 noviembre-diciembre 2023

Desvelando misterios: un viaje por la depresión y las posibles soluciones

Andrea Mondragón García, Fabiola Hernández Vázquez, Carmen Daniela Francia Ramírez, Julieta Garduño y Salvador Hernández López Cita

Resumen

La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes de nuestra época, se espera que en el 2030 sea la segunda causa de discapacidad a nivel mundial. Las principales emociones de la depresión son la tristeza y la desesperanza, asimismo, también se pueden presentar malestares físicos, como fatiga y pérdida de apetito. Una de las causas de la depresión es la disminución de los niveles de serotonina en el cerebro. Por ello, el principal tratamiento se basa en el empleo de medicamentos que inhiben selectivamente la recaptura de serotonina (ssri). Sin embargo, el 30% de las personas con depresión presentan resistencia al tratamiento, viviendo incapacitadas por los síntomas. Dicha problemática es la que nos ha conducido a investigar un nuevo blanco terapéutico que brinde una mejor calidad de vida a las personas que viven con depresión. Un ejemplo es la mecamilamina, la cual se ha observado, tiene efectos antidepresivos en modelos animales de estrés crónico impredecible, esto debido a que aumenta la actividad de las células serotoninérgicas del núcleo dorsal del rafe (drn). Los datos obtenidos de nuestra investigación abren la posibilidad de un nuevo tratamiento para pacientes que sufren de depresión mayor.


Palabras clave: depresión, tristeza, anhedonia, serotonina, modelos animales.

Unveiling mysteries: a journey through depression and possible solutions

Abstract

Depression is currently one of the most disabling mental disorders and it is predicted to become the second leading cause of worldwide disability by 2030. Individuals affected by depression experience emotional ailments such as sadness and hopelessness, as well as physical discomforts like tiredness, and loss of appetite. One of the main causes of depression is the reduction of serotonin levels in the brain, making it susceptible to treatment through selective serotonin reuptake inhibitors (ssri). However, 30% of the individuals with depression do not respond to the treatment, remaining disabled by the persisting symptoms. This challenge is the main motivation of our investigation. Our objective is to identify a new therapeutic drug capable of enhancing life quality for those who live with depression. Mecamylamine has been shown to exhibit antidepressant effects in animal models subjected to chronic unpredictable stress conditions. This positive outcome can be attributed to an increased activity of serotonergic neurons located in the dorsal raphe nucleus (drn). These findings hold the potential to offer insights into a more optimistic future for individuals affected by major depressive disorder.


Keywords: depression, sadness, anhedonia, serotonin, animal models.

Introducción

Con frecuencia, nos enteramos de que alguno de nuestros amigos y/o familiares la está pasando mal, que se siente desanimado, triste. El impulso natural que tenemos es recomendarle que le “eche ganas”, que todo va a estar bien. Sin embargo, en muchos casos la persona implicada lejos de sentirse mejor empeora. En este artículo abordaremos qué es la depresión, cuáles son sus posibles causas, cómo se diagnostica y cómo se trata. Asimismo, discutiremos las bases fisiológicas que la explican y por qué su tratamiento resulta a veces complicado. Finalmente, reflexionaremos la importancia de que este trastorno sea estudiado y entendido para poder brindar una ayuda efectiva que promueva que las personas que la padecen tengan una vida plena.

¿Qué es la depresión?

El reconocimiento y la comprensión de la depresión como una condición médica se remontan a tiempos antiguos (300 a.C.) y han evolucionado a lo largo de la historia. Inicialmente, se pensaba que los trastornos mentales estaban influenciados por fenómenos naturales y por espíritus. Posteriormente, Hipócrates, en su doctrina humoralista, empleó el término “melancolía” para describir un profundo y persistente sentimiento de tristeza acompañado de un estado de ánimo bajo y pérdida de interés. No fue sino hasta finales del siglo xviii que se utilizó el término moderno “depresión”, acuñado por Sir Richard Blackmore (Rodríguez, 2010). Pero, ¿cuál es el panorama actual de este padecimiento?

La tristeza es una de las emociones asociadas a la depresión, y diferenciarla de esta última puede ser complicado. Comenzaremos mencionando algunos puntos importantes que ayudarán a entender ambos conceptos. La tristeza produce malestar emocional desencadenado por un evento percibido como negativo; esta emoción puede ser una forma temporal de afrontar situaciones, como cuando esperas aprobar un examen y ocurre lo contrario. Sin embargo, esta sensación puede desaparecer en un periodo corto, y no afecta tu rendimiento ni está acompañada de síntomas físicos (Pérez, 2012; Alcocer, 2016). Por el contrario, la depresión se caracteriza por la presencia de síntomas persistentes. Entre los más comunes se encuentran la pérdida de interés por cosas o actividades que antes generaban placer, trastornos del sueño, fatiga permanente, pérdida de apetito y pérdida de peso. La depresión también se caracteriza por la presencia de emociones como tristeza e irritabilidad, así como pensamientos negativos, por ejemplo, de desesperanza y culpa, e incluso ideación suicida. Entonces, la depresión se ha definido como un trastorno mental que afecta la vida cotidiana de las personas, alterando su estado de ánimo y sus relaciones con otras personas (who, 2023).

Distintos tipos de depresión

Como en todo padecimiento mental, no podemos generalizar y mucho menos pensar que todas las personas que padecen depresión sienten o experimentan exactamente lo mismo. Se reconoce la existencia de varios tipos de depresión, todos caracterizados por emociones que guardan similitud con la tristeza, pero que difieren en función de síntomas específicos.

Por ejemplo, uno de estos tipos es el trastorno depresivo persistente, en el cual se presentan síntomas tales como sensación de desesperanza, baja autoestima y falta de concentración. Dichos síntomas se manifiestan de manera crónica, con una duración de al menos dos años. Existe también el trastorno depresivo mayor, el cual se diagnostica cuando el paciente presenta síntomas durante al menos dos semanas, aunque pueden prolongarse durante meses o años e incapacitan al individuo social y laboralmente. Este tipo de depresión, el más común, presenta resistencia al tratamiento, con medicamentos antidepresivos convencionales, en muchos pacientes.

Otro tipo destacado es la depresión relacionada con el embarazo o postparto, una condición que afecta a una significativa proporción de mujeres. Cerca de la mitad de las mujeres experimenta síntomas, que suelen desaparecer en dos semanas, pero si persisten, se consideran síntomas de depresión postparto (Henshaw, 2003). Además, existen trastornos de depresión asociados con las estaciones del año, donde la luz natural desempeña un papel crucial; no es sorprendente sentir melancolía en días nublados.


Imagen de lo que experimenta una presona con depresión: un snetimiento abrumador de desesperanza y tristeza

Figura 1. La persona con depresión experimenta un sentimiento abrumador de desesperanza y tristeza, que persiste ante cualquier entorno. Crédito: elaboración propia.

En nuestro círculo social, comúnmente se escucha que alguien tiene depresión. Sin embargo, ¿cuántas personas realmente han recibido un diagnóstico de este trastorno? A nivel mundial, se estima que el 3.8 % de la población vive con depresión, siendo más prevalente en mujeres. Y en personas jóvenes, el riesgo de suicidio es una de las consecuencias más graves de este trastorno (who, 2023). Cada 40 segundos, una persona pierde la vida por esta causa a nivel global. En México, las estadísticas son aún más alarmantes, ya que el 15.4 % de la población padece depresión, con una tasa de suicidio de 6.5 personas por cada 100 mil habitantes, siendo la cuarta causa de muerte en personas de 15 a 29 años (inegi, 2021). Se pronostica que para el 2030, la depresión se convertirá en la segunda causa de discapacidad a nivel mundial (Otte, 2008). Ante el creciente impacto de este trastorno a nivel global, es crucial explorar su etiología, es decir, comprender cómo se desarrolla esta condición mental.

Aspectos biológicos de la depresión y su posible tratamiento

Antes de adentrarnos en las teorías que explican el desarrollo de esta enfermedad mental, es esencial comprender algunos aspectos fundamentales de la fisiología de nuestro cerebro, el órgano que controla nuestras emociones y otras funciones. Aunque el cerebro consta de diversas células, las neuronas representan la unidad estructural y funcional más importante, siendo la comunicación entre ellas clave para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo. La comunicación neuronal puede asemejarse a una llamada telefónica: una persona (neurona 1) marca un número para compartir información relevante, siendo las palabras de esta persona los neurotransmisores liberados por la neurona 1. La información llega a otra persona (neurona 2), quien procesa la información y emite una respuesta. A diferencia de una llamada telefónica entre dos personas, la comunicación entre neuronas es prácticamente instantánea, ocurriendo en milisegundos.


Imagen de la analogía de la 
    comunicación telefónica entre 
    dos personas y la comunicación 
    entre dos neuronas

Figura 2. Analogía de la comunicación telefónica entre dos personas y la comunicación entre dos neuronas. Crédito: elaboración propia.

Habiendo explicado cómo se comunican las neuronas, exploraremos los neurotransmisores clave (mensajes enviados por las neuronas) implicados en la depresión y las teorías que explican su desarrollo.

La teoría serotoninérgica, considerada la más aceptada, destaca el papel crucial de la serotonina, conocida como el “neurotransmisor de la felicidad”. Un aumento de la serotonina genera bienestar, mientras que su disminución constante se asocia con la depresión. Esta teoría respalda tratamientos que buscan incrementar la serotonina, como la inhibición de su recaptura por las terminales nerviosas.

Otra teoría implica a la dopamina, relacionada con el placer; su aumento provoca sensaciones placenteras, además de un incremento en la actividad motora, mientras que su disminución se asocia con la pérdida de interés y placer, síntomas depresivos. Otro neurotransmisor implicado en este trastorno es la noradrenalina. Los fármacos antidepresivos que aumentan la concentración de este neurotransmisor en áreas específicas del cerebro han demostrado mejorar los síntomas asociados con la depresión.

Además, se reconoce la relevancia de la acetilcolina, una molécula endógena que activa receptores nicotínicos. Estos últimos, denominados así debido a su activación también por la nicotina, principal componente psicoactivo del tabaco, desempeñan un papel crucial. Se ha sugerido que el acto de fumar podría representar una forma de automedicación para la depresión, ya que se ha observado una reducción significativa de los síntomas asociados con este trastorno en quienes fuman (Fluharty, 2013).


Imagen de neurotransmisores que participan en la depresión

Figura 3. Neurotransmisores que participan en la depresión (Modificada de: Nutt, 2008).

Considerando la información presentada, surge la pregunta de por qué el número de personas afectadas por la depresión está en aumento a pesar de que se conocen las causas de esta enfermedad. La respuesta a esta interrogante no es sencilla, ya que la depresión es una enfermedad multifactorial que involucra aspectos ambientales, sociales, genéticos, psicológicos y biológicos. Además, el tratamiento para la depresión no siempre es personalizado ni efectivo para todos los pacientes, lo que puede requerir una combinación de enfoques terapéuticos.

En casos leves a moderados, la terapia psicológica se erige como la primera línea de tratamiento. Sin embargo, cuando no se evidencia mejoría, la intervención de un psiquiatra y la prescripción de medicamentos pueden ser necesarias para restablecer el equilibrio en los niveles de neurotransmisores en el sistema nervioso central. Por consiguiente, la colaboración entre el psicólogo y el psiquiatra emerge como clave para mejorar el estado de ánimo del paciente con depresión. Este hecho resalta la importancia de adoptar un enfoque integral y personalizado para el manejo y tratamiento de esta enfermedad.

Como se mencionó, los medicamentos más utilizados para tratar la depresión son los inhibidores de la recaptura de serotonina (ssri). Sin embargo, el porcentaje de remisión de los síntomas en pacientes tratados con estos fármacos es bajo, ya que aproximadamente el 30% de ellos muestra resistencia al tratamiento, es decir, no experimenta una disminución de los síntomas depresivos al recibir el medicamento (Levinstein y Samuels, 2014). Resulta preocupante que un porcentaje significativo de pacientes sea resistente al tratamiento. Por lo tanto, desde el área de la investigación en ciencia básica, con el uso de modelos animales, se están realizando importantes esfuerzos para desentrañar los mecanismos fisiológicos que originan la enfermedad y encontrar soluciones efectivas que mejoren los síntomas y, en general, la vida de las personas que padecen dicho trastorno.

Uno de nuestros objetivos, como equipo de investigación, es evaluar los efectos antidepresivos de la mecamilamina en un modelo animal de depresión. En el sistema nervioso central, la mecamilamina actúa como un antagonista de los receptores de acetilcolina, un neurotransmisor implicado en la depresión. Podemos imaginar esto como una puerta con una cerradura que se abre con una llave específica (agonista) y permite el paso de personas. Si la cerradura está bloqueada con una llave rota, porque alguien insertó una llave incorrecta, entonces la llave correcta no podrá abrirla. De manera similar, las neuronas actúan como puertas con cerraduras, representadas por los receptores nicotínicos, donde la acetilcolina actúa como la llave correcta. Estos receptores se abren en presencia de un agonista (como la acetilcolina), pero si hay un antagonista, es decir, una “llave incorrecta”, no permitirá que el agonista tenga efecto, evitando que el receptor se abra y permita el paso de señales.

Algunos de los grandes hallazgos en la ciencia han ocurrido por serendipia, y el caso de la mecamilamina no es la excepción. Inicialmente utilizada como antihipertensivo, se observó que, en pacientes con síndrome de Tourette, además de reducir la presión arterial, a bajas dosis también disminuía los síntomas depresivos, lo que llevó al inicio de su estudio (Phillip et al., 2010). Como se mencionó, la teoría predominante de la depresión, centrada en la disminución de los niveles de serotonina, orientó la investigación del mecanismo de acción de la mecamilamina hacia el núcleo dorsal del rafe (ndr), una región cerebral donde el 50 % de las neuronas son serotoninérgicas y constituyen la principal fuente de serotonina hacia el cerebro anterior (Dahlström y Fuxe, 1964). Entre las funciones destacadas de este núcleo se encuentran el procesamiento de estímulos emocionales y la regulación del estado de ánimo. A nivel celular, se ha observado que la mecamilamina promueve la actividad de las neuronas serotoninérgicas en el ndr, sugiriendo un aumento en los niveles de serotonina en todo el cerebro. Probablemente, este mecanismo subyace en los efectos antidepresivos de la mecamilamina.

Una vez conocidos los efectos del fármaco a nivel celular, es crucial evaluarlo mediante el uso de un modelo animal que simule las características del proceso biológico de la enfermedad en los seres humanos. Para el estudio de la depresión, el animal comúnmente utilizado es la rata de la cepa Wistar. Este animal presenta características anatómicas y fisiológicas semejantes al humano, permitiendo la extrapolación de resultados para comprender los mecanismos fisiológicos que explican la depresión (Pangemanan et al., 2023).

Sabemos que una persona que sufre estrés de manera constante, puede padecer depresión. Para estudiar este fenómeno en animales, se utiliza el modelo de estrés crónico impredecible (eci). Éste consiste en la aplicación de distintos estresores a la rata durante al menos 3 semanas. La condición es que cada estresor se aplique de manera aleatoria y no se repita en un lapso de 48 horas. Se denomina estresor a un estímulo que desencadena una respuesta biológica, como la liberación de cortisol, conocido como la hormona del estrés (Godoy et al., 2018).

La aplicación de estos estresores busca aproximar las condiciones que padece un humano en el animal. Se prevé que los estresores no se repitan constantemente para evitar la habituación, una situación en la que el animal ya sabe el estresor que vendrá y se encuentra preparado. Un ejemplo de habituación en humanos puede ser cuando al terminar las actividades del día tomamos el transporte público en la hora “pico” para regresar a casa. Las primeras veces, nos genera estrés e incomodidad, pero con el paso de los días ya sabemos que el transporte estará lleno, por lo que nos acostumbramos y ahora no representa un sentimiento tan negativo como al inicio.

Volviendo a los estudios en animales de laboratorio, el estresor que más se utiliza para generar el modelo de eci es la restricción de movimiento. En este caso, se inmoviliza a la rata en un cilindro durante 1 hora, cuidando que no sufra dolor. Se ha comprobado que este modelo produce conductas tipo depresivo en las ratas (Ampuero et al., 2015).

Este estresor, simula el contexto vivido durante la pandemia por covid-19, en donde debíamos quedarnos en casa. Múltiples estudios han mostrado el impacto que el aislamiento social provocó sobre la salud mental de las personas y muestran que la incidencia de la depresión incrementó (who, 2022; Chen et al., 2021).


Modelo animal de restricción de movimiento que simula el encierro

Figura 4. Modelo animal de restricción de movimiento que simula el encierro en un humano. Crédito: elaboración propia.

Mediante el uso de este modelo, hemos observado que la mecamilamina mejora los síntomas tipo depresivos, sugiriendo su potencial como un nuevo tratamiento farmacológico. Además, podría considerarse en combinación con otros medicamentos antidepresivos cuando los pacientes presentan resistencia a dichos fármacos.

Conclusión

La depresión es un problema importante de salud pública y su estudio se ha abordado desde tiempo atrás. Sin embargo, los esfuerzos por atacar esta enfermedad parecen poco funcionales, ya que su incidencia va en aumento. Dada su naturaleza multifactorial como trastorno mental, su estudio resulta complejo.

En el ámbito de la investigación básica, dedicamos considerables recursos para ampliar el entendimiento de la depresión y desarrollar terapias farmacológicas alternativas que contribuyan al tratamiento de quienes la padecen. Nuestro trabajo se ha enfocado en el estudio de las propiedades antidepresivas de la mecamilamina. Esta podría utilizarse como un medicamento para tratar este padecimiento, ya que su uso en modelos animales, ha arrojado resultados alentadores. No obstante, el camino hacia su aplicación en seres humanos es extenso, demandando una continua dedicación al estudio de sus efectos específicos sobre la depresión.

Agradecimientos

Agradecemos el apoyo y financiamiento del proyecto dgapapapiit, IN216319 del Doctor Salvador Hernández López. Agradecemos a los estudiantes Yaremi Rojano Posada, Adriana Animas Fernández, Enrique Ramírez Sánchez y César Sandoval González que han participado en la realización de los experimentos en modelos animales. Así como al Dr. Omar Hernández González por el apoyo técnico en el trabajo experimental. Finalmente, agradecemos a Roselia Garduño Torres por la elaboración de las figuras que se muestran en el artículo.

Referencias

Recepción: 30/8/2023. Aceptación: 10/11/2023.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079