Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

El naufragio de los pensamientos

Ivan Alquisiras-Burgos, Hilda Angélica Martínez-Becerril, Arturo Hernandez Cruz y Penélope Aguilera Cita

Resumen

Un funcionamiento cerebral adecuado requiere de un suministro constante de sustratos energéticos, principalmente de glucosa, los cuales son transportados en la sangre circulando por las arterias que recorren todo el organismo. En el cerebro, estas arterias controlan rigurosamente el transporte de todas las moléculas que llegan al cerebro, y están constituidas por el endotelio vascular cerebral, que forma la barrera hematoencefálica. En un infarto cerebral, el flujo sanguíneo se ve interrumpido y el suministro de los compuestos vitales disminuye, lo que provoca una alteración en las funciones cerebrales; entonces el individuo sufrirá fallas en el movimiento, el lenguaje o en alguna de las funciones controlada en la región afectada del cerebro. Además, mientras no se recupere el flujo sanguíneo se activarán muchos procesos de daño, entre éstos destaca uno muy peligroso que puede causar la muerte: el incremento en la cantidad de agua contenida en el cerebro, conocido como edema. Su formación puede provocar una catástrofe como la vivida por los pasajeros del Titanic, quienes nunca sospecharon que el gran coloso pudiera ser vulnerable y naufragar. En este artículo, relataremos la forma en que un infarto cerebral puede provocar la acumulación de agua en este tejido.
Palabras clave: ictus, infarto cerebral, edema cerebral.

The shipwreck of thoughts

Abstract

Adequate brain function requires a constant supply of energy substrates, primarily glucose, which is transported through the blood circulating in the arteries throughout the body. In the brain, these arteries strictly regulate the transport of molecules that reach it and are composed of the cerebral vascular endothelium, which forms the blood-brain barrier. During a stroke, cerebral blood flow is interrupted, reducing the supply of energy substrates and causing alterations in brain function. As a result, the individual may experience impairments in movement, language, or other functions controlled by the affected brain region. Furthermore, if blood flow is not restored, numerous damaging processes are activated. Among these, the increase in brain water content, known as edema, is particularly serious. Its formation can cause a catastrophe like the one experienced by the Titanic passengers who never imagined that the great colossus could be vulnerable and face a shipwreck. In this article, we will describe how a stroke can cause the accumulation of water in this tissue.
Keywords: ictus, stroke, cerebral edema.


Introducción

Me arremolinaba entre sueños cuando un intrusivo tintinear me hizo incorporar precipitadamente. ¿El tono del celular en la madrugada? Estiré la mano en la oscuridad y contesté. Mis familiares me trataban de explicar que mi tío había sufrido un infarto cerebral. Todo había comenzado con un hormigueo en el brazo derecho que se fue extendiendo hasta llegar a la pierna. Mi tío había logrado sentarse sin esfuerzo y asir un vaso de agua que le ofrecieron; sin embargo, un instante después, su labio superior se había deformado, mostrando un horrible gesto que provocó el derrame del líquido como cascada desde sus labios. Imposibilitado para articular palabras, miró desesperado a los presentes y se derrumbó, perdiendo el conocimiento.

Lo llevaron de inmediato a urgencias, donde recibió uno de los dos tratamientos disponibles —no sólo en México ¡en el mundo!—, utilizados para liberar de la obstrucción a una arteria cerebral. Sus radiografías mostraron una mancha obscura que crecía sin remedio y oprimía su cerebro, a pesar de ser únicamente agua que de manera inexorable se acumulaba. Mis familiares me preguntaban afligidos por el teléfono: —¿Se supone que trabajas justo en este tipo de problemas? ¿O no? ¿Puedes hacer algo? Contesté: —Sí, en mi laboratorio buscamos compuestos que disminuyan el edema que se forma después de un infarto cerebral, pero son tratamientos en fase experimental, todavía no aprobados para su uso en humanos.

Afligida por la fatalidad de su destino, rememoré un documental del Titanic: el imponente barco promocionado por ser insumergible, pero que, a pesar de ser una extraordinaria obra de la ingeniería, la imprevisible naturaleza y una maniobra precipitada obligaron a la evacuación caótica de los pasajeros. Además, medidas de seguridad inadecuadas y la negligencia de su tripulación, o todo a la vez, provocaron el hundimiento del Titanic y la muerte de cientos de personas. Mi tío, durante varios días, viajó de su casa al hospital, mientras aquella pavorosa mancha crecía sin control en su cerebro, que, como trasatlántico devorado por el océano, finalmente naufragó. Mi tío falleció a las pocas semanas.

El cerebro, un coloso insumergible

La sangre inicia su viaje hacia todo el organismo utilizando las grandes arterias que nacen del corazón; algunas de éstas llegan al cerebro, en donde se unen formando una rotonda —el polígono de Willis—, que se bifurca repetidamente originando vasos sanguíneos que se internan, invadiendo hasta el rincón más alejado de este órgano. Como ramificada e intricada tubería, las arterias distribuyen la sangre en los tejidos y se adentran, disminuyendo progresivamente su diámetro, en ramales más pequeños, hasta llegar al punto donde los eritrocitos chocan, se amontonan, aunque finalmente se alinean, logrando avanzar. Allí, en los llamados capilares, la sangre realiza el intercambio de oxígeno y nutrientes con los tejidos, para posteriormente emprender el viaje de regreso, llevándose dióxido de carbono y desechos. Los vasos sanguíneos sufrirán el proceso inverso y aumentarán su diámetro progresivamente conforme atraviesan el tejido, llevando la sangre venosa hacia los pulmones y finalmente regresando al corazón (ver figura 1).

Vasculatura cerebral

Figura 1. Ilustración de la vasculatura cerebral en una rebanada de cerebro humano (vista superior).
Crédito: elaboración propia.

A las paredes de estos vasos finísimos que transitan, protegen y alimentan al cerebro, se les conoce como barrera hematoencefálica. Estas paredes están constituidas por células aplanadas —el endotelio vascular cerebral— que se enrollan formando un tubo: se alinean una tras otra formando largas hileras y entrelazan fuertemente, sellando los espacios que existen entre ellas hasta impedir el paso de la sangre que viaja en su interior (ver figura 2).

Células en el tejido cerebral

Figura 2. Ilustración de las células en el tejido cerebral. La luz del vaso sanguíneo (rojo), delimitada por el endotelio vascular cerebral (amarillo) y a su alrededor astrocitos (anaranjado), neuronas (verde) y microglia (rojo).
Crédito: elaboración propia.

Los nutrientes, la infinidad de moléculas contenidas en la sangre e inclusive el agua accederán al cerebro utilizando compuertas —llamadas canales, transportadores, intercambiadores, bombas, etcétera—, que con su diversidad adornan como orfebrería al endotelio. Las compuertas se abren y cierran, se tapan, se voltean o tuercen acarreando moléculas, se mueven desde el interior celular hacia la membrana o se asocian entre ellas, siempre buscando que el cerebro reciba en armonía los compuestos que le dan la vida y lo comunican con el resto del organismo. Este hermetismo regulado convierte al cerebro en un espacio seguro contra microorganismos (bacterias y virus), toxinas (consumidas consciente o inconscientemente), moléculas endógenas (como el glutamato, un aminoácido que forma parte de nuestra dieta pero que puede ser tóxico para el cerebro) e incluso el agua (cuyo ingreso en cantidades no controladas puede afectarlo). Sin embargo, los mecanismos de protección no son infalibles y en circunstancias patológicas se puede perder el control y, al igual que el Titanic, que aun teniendo un casco de doble fondo dividido en dieciséis compartimentos herméticos, que le permitirían permanecer a flote aún con cuatro de ellos inundados, naufragó.

El choque con el iceberg

El cerebro es un coloso voraz que consume el 25% de la energía aportada diariamente por los alimentos; esta energía la utiliza para mantener activas a muchas de sus proteínas y así cumplir su función. En la acumulación patológica de agua en el cerebro —conocida como edema cerebral— interviene de manera primordial una proteína denominada bomba de sodio y potasio (ATPasa Na+/K+), una máquina molecular incansable que en condiciones fisiológicas acarrea Na+ (cationes de sodio) desde el interior hacia fuera de la célula, intercambiándolo por K+ (cationes de potasio).

Durante un accidente cerebrovascular, conocido como infarto cerebral o ictus, la obstrucción de una arteria provoca que el flujo de sangre que normalmente baña a un territorio cerebral se interrumpa, causando que compuestos vitales como la glucosa y el oxígeno —de los que se obtiene energía— lleguen en cantidades insuficientes, y que las mínimas reservas energéticas del cerebro se agoten rápidamente. Sin energía disponible, la ATPasa Na+/K+ interrumpirá su trajinar, lo que provoca que el Na+ se estanque en el interior celular y se acumule el K+ en el exterior. En condiciones normales el K+ es rápidamente eliminado por los astrocitos —células que resguardan la integridad de las afamadas neuronas—, los cuales se adornan con un abundante número de canales de K+, para internalizarlo y mantener bajas sus concentraciones. Cuando hace falta la energía, como ocurre en el infarto cerebral, el astrocito recurrirá a un transportador de Na+/K+/Cl que a su vez arrastrará agua.

En el infarto, los canales que transportan agua (acuaporinas) tapizan las membranas de los astrocitos; con esta puerta abierta, el agua entrará a la célula de forma descontrolada, con lo que el astrocito incrementará su tamaño. Entonces, al igual que en el naufragio del Titanic, el agua entrará por puertas y ventanas, bajando por escaleras, inundando pasillos, cuarto tras cuarto, como preámbulo de la gran inundación en la que el mar devorará al gran buque trasatlántico.

El quebrantamiento de los compartimentos de seguridad

El agua contenida en el cerebro está separada en cuatro compartimentos independientes entre sí. Primero, está la contenida en aproximadamente 100 mililitros de sangre —mezcla de plasma y células— que se mueve por esa tubería de vasos sanguíneos que es la barrera hematoencefálica. Segundo, el líquido intersticial cerebral, con una cantidad de 100 mililitros de agua con una composición iónica optimizada para facilitar la actividad neuronal y que circula entre las células. El tercer compartimento, denominado líquido cefalorraquídeo, es una recolección del líquido intersticial. Este líquido equivale a otros 100 mililitros de agua, que se concentra en grandes pozos llamados ventrículos, que baña al cerebro y la médula espinal. Por último, un poco más de 1000 mililitros está contenido dentro de las células que pueblan el sistema nervioso central, en el llamado espacio intracelular (ver figura 3).

Agua circulando en compartimentos cerebrales

Figura 3. El agua que circula en los diferentes compartimentos cerebrales.
Crédito: elaboración propia.

Toda esta masa de agua contenida en el cerebro se mantiene constante en un individuo sano y el volumen celular se regula controlando la movilización de iones, principalmente Na+, K+ y cloro (Cl), de osmolitos orgánicos —moléculas que regulan la presión osmótica, por ejemplo, aminoácidos— y del agua, moviéndose a través de las membranas celulares, las cuales modifican su permeabilidad dependiendo de las características de las células que la revisten. Cuando se alteran las concentraciones de Na+ y K+, se incrementa la entrada de agua desde el espacio intersticial, inicialmente hacia los astrocitos, sin provocar cambios en el contenido total de agua en el cerebro. Sin embargo, la falta continuada de Na+ en el espacio extracelular también tendrá que compensarse y generará una fuerza que tendrá como objetivo restaurar el gradiente de Na+ en el cerebro. Para conseguirlo, algunas proteínas localizadas en la barrera hematoencefálica acarrearán Na+ proveniente de la sangre. Nuevamente, las acuaporinas harán su aparición dramática y la entrada de Na+ arrastrará grandes cantidades de agua desde el torrente sanguíneo, lo que provocará la hinchazón de las células que forman la barrera hematoencefálica. Simultáneamente, otros procesos dañarán las proteínas que mantienen unidas estrechamente las membranas del endotelio, las cuales se desensamblarán, como los pernos y remaches del casco del Titanic saldrán volando al no resistir la presión, y dejarán espacios entre las células por donde las moléculas circulantes en la sangre tendrán acceso al cerebro. Los vasos perderán gradualmente su integridad y el cambio de volumen provocará la muerte de las células, que por último se contraerán, dejando enormes huecos en la barrera hematoencefálica. Es así que, con el paso libre al torrente sanguíneo, entrará sangre al cerebro y con ella se incrementará notablemente el volumen de agua.

Así, durante un edema celular, como en aquella noche oscura, sin luz de luna y con el mar en calma, que impidió visualizar al monstruoso iceberg, el cerebro, al igual que el oficial al mando, intentará evitar el choque. Sin embargo, esto hará que el agua penetre a gran velocidad y que, como el Titanic, ese colosal trasatlántico a prueba de hundimientos, naufrague.

El naufragio

Mantener el equilibrio osmótico en el cerebro es importante porque cualquier aumento en el volumen de agua causa un daño severo, el cual no es comparable al de ningún otro órgano, por estar contenido dentro del cráneo, esa estructura rígida y dura que lo protege, pero que limita su expansión. Cuando el cerebro incrementa su volumen ejerce una fuerza mecánica contra el cráneo que incrementa la presión interna. Cuando la presión en el tejido excede la presión interna de la sangre en los vasos sanguíneos, el interior de los vasos se colapsa, precipitándose hacia la formación del edema.

La inundación del territorio cerebral provoca lo que clínicamente se denomina edema cerebral que consiste en su expansión por aumento de fluidos en el tejido. Esto tiene un impacto crucial en la morbilidad y la mortalidad de las personas que desarrollan edema a causa de una enfermedad neurodegenerativa, un tumor, un infarto cerebral o un golpe fuerte. En el edema, de manera similar al hundimiento del Titanic, que albergaba 3300 personas y del cual lograron sobrevivir solo 1500, muchas de las neuronas y astrocitos no podrán ser rescatados y perecerán durante el colapso del coloso que se hundirá hasta las profundidades (ver figura 4).

Naufragio del cerebro

Figura 4. El naufragio del cerebro. Se ilustra el edema cerebral ocurrido en un ictus simulando el naufragio del trasatlántico Titanic en 1912.
Crédito: elaboración propia.

Conclusión

La enfermedad vascular cerebral es una de las primeras causas de muerte a nivel mundial, con 93.8 millones de casos prevalentes y 11.9 millones de casos nuevos en 2021, siendo la séptima causa de muerte en los mexicanos. Adicionalmente, enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el sobrepeso y la obesidad están asociadas con el riesgo de sufrir un infarto cerebral, el cual a nivel mundial se ha incrementado hasta un 50% en los últimos 17 años. Es así como se ha declarado el 29 de octubre como el día mundial del ictus, una enfermedad que debe atenderse durante los primeros minutos para evitar secuelas incapacitantes o inclusive el fallecimiento.

Con la intención de prevenir daños, actualmente los trasatlánticos cuentan con nuevas medidas de seguridad, que permitirán, en caso de accidente, un adecuado proceso de evacuación; además, los avances tecnológicos como el uso de gps y diseño de radares para detectar icebergs, ayudan a prevenir incidentes. Lo mismo busca la medicina moderna y la investigación en biomedicina: reducir las muertes y el estado de incapacidad a la que se ven sometidas los individuos que sufren de algún padecimiento que provoca la formación del edema cerebral como los infartos.

Primero, es importante incrementar los factores protectores, como realizar actividad física y tener una dieta baja en sales, carbohidratos y grasas; así como reducir los factores de riesgo como fumar y consumir bebidas alcohólicas. En segundo lugar, deben mejorarse los tiempos de diagnóstico y tratamiento en los hospitales (uso de trombolíticos y eliminación mecánica del trombo o coágulo) teniendo como meta alcanzar tiempos menores a 90 minutos. Para esto, es importante que el individuo identifique los síntomas (confusión repentina, dificultad para hablar o entender, debilidad o parálisis muscular unilateral o vista borrosa) y acuda al hospital. Finalmente, se trabaja con modelos experimentales que permitan entender los mecanismos que provocan los infartos cerebrales y se buscan compuestos que reduzcan el daño ocasionado al cerebro.

Actualmente, el laboratorio de Patología Vascular del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía colabora con un grupo especializado en la evaluación del flujo iónico de canales de la unam, para investigar la participación de este flujo iónico de canales en la formación del edema cerebral. En el futuro podremos aplicar los conocimientos adquiridos con modelos experimentales en la clínica, en donde la aplicación de los tratamientos a pacientes que han sufrido un infarto podría reducir las secuelas e incluso prevenir su muerte.

Agradecimientos

El apoyo financiero fue brindado por el conacyt al proyecto CIENCIA FRONTERA CF-2019/170733 otorgado a pa y fordecyt-pronaces 21887 y papiit unam IN216523 a a-hc. Agradecemos la beca postdoctoral otorgada conachyt-México a I-AB (cvu 445084) y de doctorado a a-mb (957183).

Referencias

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  • Nigri, W., Godoy, D., y Recalde, R. (1998). Fisiología del edema cerebral. Revista Argentina de Neurocirugía, 12(3-4),155-162. https://aanc.org.ar/ranc/items/show/803
  • Stokum, J. A., Gerzanich, V., y Simard, J. M. (2016). Molecular pathophysiology of cerebral edema. Journal of Cerebral Blood Flow & Metabolism, 36(3), 513-538. https://doi.org/10.1177/0271678X15617172


Recepción: 2023/08/24. Aprobación: 2024/11/19. Publicación: 2025/01/13.

Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

¿Por qué perdemos el olfato durante la infección por COVID-19?

José Leonardo Ledea Rodríguez y Guadalupe del Sagrario Escamilla Guerrero Cita

Resumen

Tras la prolongada pausa global causada por la pandemia de covid-19, uno de los síntomas más notables de la enfermedad fue la pérdida del olfato, que afectó a muchas personas de manera diversa. Este artículo explora las razones detrás de la variabilidad en la pérdida del olfato, explicando cómo factores como la genética, la carga viral y la salud general influyen en este síntoma. Además, se aborda el proceso por el cual el olfato se pierde durante la infección por sarscov-2 y su proceso fisiológico de recuperación.
Palabras clave: pérdida de olfato, anosmia, recuperación olfativa, sarscov-2, covid.

Why do we lose our sense of smell during COVID-19 infection?

Abstract

Following the prolonged global pause caused by the covid-19 pandemic, one of the most notable symptoms of the disease was the loss of smell, which affected many people in various ways. This article explores the reasons behind the variability in smell loss, explaining how factors such as genetics, viral load, and overall health influence this symptom. Additionally, it addresses the process by which smell is lost during sarscov-2 infection and its physiological recovery process.
Keywords: smell loss, anosmia, olfactory recovery, sarscov-2, covid.


Cuando los sentidos se apagan

El 11 de marzo de 2020 marcó un antes y un después en la interpretación del término “normalidad” a nivel mundial debido a la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (oms) a causa del virus sarscov-2. Hasta la fecha, los costos de esta pandemia siguen siendo estimados, tomando en cuenta tanto las muertes ocasionadas por la enfermedad covid-19 como las alteraciones en las formas de producción y coexistencia con el virus.

Entre los síntomas más notables de la enfermedad, además de la tos y la fiebre, destaca la pérdida de dos sentidos fundamentales: el olfato (anosmia) y el gusto (ageusia). Imagina que tu nariz es una puerta de entrada al mundo de los aromas: al respirar, el aire cargado de olores pasa por el epitelio olfatorio, que está compuesto por células especiales llamadas neuronas olfativas. Estas neuronas, como pequeños sensores, detectan las moléculas de olor que viajan en el aire y las comunican al cerebro a través del nervio olfatorio. Sin embargo, si el epitelio olfatorio se daña, las neuronas olfativas también se ven afectadas, interrumpiendo la señal hacia el cerebro e impidiendo que percibamos los olores. Un proceso similar se presume ocurre con el gusto.

En este escrito exploraremos cómo el sarscov-2 altera estos sistemas, limitando nuestra capacidad de percibir sabores y olores. ¡Acompáñanos!

¿Cómo afecta el SARS-COV-2 al olfato?

Para comenzar, es importante señalar que no todas las personas infectadas con sarscov-2 experimentan una pérdida del olfato. Este proceso depende de varios factores, como la cantidad de virus presente en el cuerpo, la genética de cada individuo y la variante del virus. Aunque todos somos de la misma especie, existen diferencias genéticas significativas entre nosotros. Si no fuera así, todos seríamos prácticamente idénticos, lo que no es el caso. Estos fenómenos se consideran multifactoriales porque involucran diversos elementos.

Una de las principales causas de anosmia (pérdida del olfato) e hiposmia (reducción del olfato) es la congestión nasal. Esto ocurre cuando los cornetes, estructuras dentro de la nariz encargadas de regular la temperatura del aire que respiramos, se inflaman. Esta inflamación puede ser causada por infecciones virales, bacterianas o alergias, dificultando la respiración y afectando el funcionamiento del nervio olfatorio y del bulbo olfatorio, que almacena y reconoce los aromas (Vaira et al., 2020). Por esta razón, cuando vuelves a oler un aroma familiar, puedes identificarlo incluso después de mucho tiempo.

Con el contexto claro, veamos cómo el virus sarscov-2 se relaciona con la anosmia y la hiposmia. Las neuronas olfativas tienen en su superficie una proteína llamada ace2 que actúa como un intermediario en la transmisión de señales entre las células (Liang & Wang, 2021). El sarscov-2 tiene la capacidad de camuflarse como esta proteína, engañándola para ingresar a las células donde comienza a causar daño. Este proceso afecta tanto a las neuronas olfativas como a la proteína ace2, resultando en la pérdida del olfato (anosmia) y, en algunos casos, también del gusto (disgeusia). El primer informe que reconoció la anosmia y la disgeusia como síntomas prevalentes de la infección por sarscov-2 provino de Alemania (Streeck, 2020).

Dado que las diferencias genéticas varían entre regiones del mundo, también varía la cantidad de proteínas ace2 y de su “aliada”, Serina proteasa tras, en cada persona. Cuantas más proteínas ace2 posea un individuo, mayor es la probabilidad de que el virus penetre en las neuronas y cause daño. Sin embargo, esto no es el único factor; la afinidad del virus por las células, la carga viral y la variante del sarscov-2 también desempeñan un papel importante.

Cuando las proteínas ace2 y tmprss2 detectan la presencia del virus, inician un proceso de comunicación específico para modificar su funcionamiento, lo que se conoce como modificaciones transduccionales. Este mecanismo varía según la condición física, edad, genética y salud del individuo. En algunos casos, estas modificaciones limitan el daño del virus, explicando por qué algunas personas experimentan anosmia como único síntoma sin presentar otros problemas respiratorios.

Cuando el daño al epitelio olfatorio, las proteínas ace2 y tmprss2, y las neuronas olfativas es masivo, la recuperación del olfato se vuelve más lenta. El epitelio olfatorio, que funciona como un “vecindario” donde se encuentran las neuronas olfativas, también puede verse afectado, reduciendo la capacidad de estas estructuras para transmitir señales. Este daño puede provocar atrofia, inflamación y dolor persistente. En respuesta, las células mieloides1 y las proteínas caspasa 32 actúan como “guardianes” que intentan restaurar el equilibrio en el epitelio olfatorio.

En la figura 1 se ilustra cómo el sarscov-2 afecta las neuronas del epitelio nasal. El virus se acumula principalmente en las células sustentaculares (CSuc), que expresan altas cantidades de proteínas ace2 y tmprss2.

  • cm: célula madre.3
  • cSuc: célula sustentacular.
  • nro: neurona receptora olfativa.
  • nom: neuronas receptoras olfativas maduras.
  • Flechas rojas: entrada del virus.


Evolución temporal de las afectaciones en los nervios epiteliales de la mucosa olfativa causadas por infecciones virales

Figura 1. Evolución temporal de las afectaciones en los nervios epiteliales de la mucosa olfativa causadas por infecciones virales. Caso de estudio: SARS-COV-2. (Adaptado de Meinhardt et al., 2021, y Butowt et al., 2021). A: ubicación de tejidos nerviosos y epiteliales en la mucosa olfativa. B: entrada del virus al epitelio olfativo y progresiva pérdida del olfato en pacientes infectados por sars-cov-2. C: progresión temporal de la pérdida y recuperación del olfato en pacientes infectados por covid-19. Crédito: elaboración propia.

Mecanismos de defensa y regeneración

Las células sustentaculares (CSuc) juegan un papel clave en proteger las neuronas olfativas. Estas células “atrapan” moléculas odorantes unidas a proteínas (figura 1-C) mediante un proceso llamado endocitosis. Es como si las células “comieran” estas moléculas para defenderse de posibles daños o nutrirse. En este caso, la endocitosis ayuda a desintoxicar las neuronas receptoras olfativas (nro) y mantener su equilibrio, lo que es esencial para que puedan cumplir su función (Li et al., 2020).

Cuando las células sustentaculares no funcionan correctamente, la percepción de los olores se ve alterada. Hasta ahora, los científicos no han logrado comprender completamente cómo el virus sarscov-2 afecta a estas células. Se manejan dos hipótesis principales: que el virus se transfiere de las células sustentaculares a las neuronas olfativas maduras o que infecta directamente estas últimas.

Aunque ambas tienen capacidad de regenerarse gracias a las células madre (figura 1-B, flechas azules), el proceso no ocurre al mismo ritmo. Las sustentaculares se reemplazan más rápidamente, mientras que las neuronas olfativas maduras necesitan primero regenerar las receptoras olfativas. Estas nuevas neuronas deben extender sus axones —que funcionan como cables de conexión—4 desde la nariz hasta el cerebro, un proceso que toma tiempo.

La duración de la anosmia (pérdida del olfato) o hiposmia (reducción del olfato) depende de la gravedad del daño en el epitelio sensorial (figura 1-B). Si las neuronas receptoras son destruidas masivamente, el tiempo de recuperación será mucho más prolongado. Estas diferencias en el daño y la recuperación también se han observado en estudios con humanos y animales, donde los efectos varían significativamente según el caso.

¿Y cómo se pierde el gusto?

La pérdida del gusto podría explicarse mediante una hipótesis similar a la de la pérdida del olfato, ya que ambos sentidos suelen verse afectados en un período de tiempo similar. Sin embargo, aún no existen estudios suficientes para confirmarlo. Un estudio realizado en ratones mostró que sus papilas gustativas no contenían niveles significativos de las proteínas ace2 y tmprss2. Recordemos que estas proteínas son utilizadas por el virus sarscov-2 para infiltrarse en los nervios olfativos, camuflarse y causar daño, como se explicó anteriormente.

Conclusiones

La pérdida total (anosmia) o parcial (hiposmia) del olfato se debe principalmente a la entrada del virus, la infección y la muerte de las células sustentaculares. Esto no implica necesariamente un daño directo, infección o necesidad de regeneración de las neuronas olfativas maduras. Por lo tanto, el mecanismo más probable para la disfunción olfativa transitoria es la pérdida temporal de la función de las células sustentaculares.

En cuanto al gusto, la falta de investigaciones concluyentes ha dejado esta área abierta a hipótesis que aún no han podido comprobarse. Se necesita más evidencia científica para entender completamente cómo el sarscov-2 afecta este sentido.

Referencias

  • Butowt, R., y von Bartheld, C. S. (2020). Anosmia in covid-19: Underlying mechanisms and assessment of an olfactory route to brain infection. Neuroscientist, 85–94. https://doi.org/10.1177/1073858420956905
  • Li, Z., Liu, T., Yang, N., Han, D., Mi, X., Li, Y., Liu, K., Vuylsteke, A., Xiang, H., y Guo, X. (2020). Neurological manifestations of patients with covid-19: Potential routes of sarscov-2 neuroinvasion from the periphery to the brain. Frontiers of Medicine, 14(5), 533–541. https://doi.org/10.1007/s11684-020-0786-5
  • Liang, F., y Wang, D. Y. (2021). covid-19 anosmia: High prevalence, plural neuropathogenic mechanisms, and scarce neurotropism of sarscov-2? Viruses, 13(11). https://doi.org/10.3390/v13112225
  • Meinhardt, J., Radke, J., Dittmayer, C., Mothes, R., Franz, J., Laue, M., Schneider, J., Brünink, S., Hassan, O., Stenzel, W., Windgassen, M., Rößler, L., Goebel, H.-H., Martin, H., Nitsche, A., Schulz, W. J., Hakroush, S., Winkler, M. S., … Heppner, F. L. (2020). Olfactory transmucosal sarscov-2 invasion as port of central nervous system entry in covid-19 patients. medRxiv. https://doi.org/10.1101/2020.06.04.135012
  • Streeck, H. (2020, marzo). Neue Corona-Symptome entdeckt: Virologe Hendrik Streeck zum Virus. Frankfurter Allgemeine Zeitung, 1.
  • Vaira, L. A., Hopkins, C., Sandison, A., Manca, A., Machouchas, N., Turilli, D., Lechien, J. R., Barillari, M. R., Salzano, G., Cossu, A., Saussez, S., y de Riu, G. (2020). Olfactory epithelium histopathological findings in long-term coronavirus disease 2019 related anosmia. Journal of Laryngology and Otology, 134(12). https://doi.org/10.1017/S0022215120002455


Recepción: 2023/08/25. Aprobación: 2024/08/10. Publicación: 2025/01/13.

Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

Sistemas hidrotermales: secretos del océano profundo

María Carolina Rodríguez Uribe Cita

Resumen

Los sistemas hidrotermales submarinos son manifestaciones del calor interno de la Tierra que ocurren principalmente en límites divergentes, convergentes y fallas transformantes. Se caracterizan por chimeneas de variadas formas y composiciones, que expulsan fluidos a temperaturas superiores a los 400°C. Estos entornos extremos permiten explorar procesos clave como el origen de la vida, la acidificación oceánica y dinámicas geológicas y químicas únicas. Además, albergan especies exclusivas, adaptadas a estas condiciones. Este artículo introduce los principales aspectos de los sistemas hidrotermales submarinos, resaltando su importancia científica y ecológica.
Palabras clave: sistemas hidrotermales, chimeneas submarinas, ecosistemas extremos, mineralización marina, vida oceánica.

Hydrothermal Systems: Secrets of the Deep Ocean?

Abstract

Submarine hydrothermal systems are manifestations of the Earth’s internal heat that primarily occur at divergent and convergent boundaries, as well as transform faults. They are characterized by vents of various shapes and compositions, which expel fluids at temperatures exceeding 400°C. These extreme environments provide opportunities to explore key processes such as the origin of life, ocean acidification, and unique geological and chemical dynamics. Additionally, they host exclusive species uniquely adapted to these conditions. This article introduces the main aspects of submarine hydrothermal systems, highlighting their scientific and ecological significance.
Keywords: hydrothermal systems, submarine vents, extreme ecosystems, marine mineralization, ocean life.


Introducción

Los sistemas hidrotermales submarinos son áreas donde el agua, calentada geotérmicamente, se descarga en el fondo marino (Prol-Ledesma y Canet, 2014). Este fenómeno ocurre a través de fracturas o fallas geológicas, al final de las cuales se forman aperturas u orificios por donde emerge el agua hidrotermal. Alrededor de estas aperturas se desarrollan estructuras conocidas como chimeneas hidrotermales (figura 1), compuestas principalmente por minerales precipitados, arena, rocas, basalto degradado, restos calcáreos (como fragmentos de conchas y espinas) y tapetes bacterianos.1 El agua que fluye de estas chimeneas puede alcanzar temperaturas superiores a los 400 °C, aunque la alta presión oceánica impide que hierva (noaa, 2024).



Diagrama simplificado que muestra el funcionamiento de un sistema hidrotermal submarino en el centro de una dorsal oceánica

Figura 1. Diagrama simplificado que muestra el funcionamiento de un sistema hidrotermal submarino en el centro de una dorsal oceánica. Crédito: Elaboración propia, basada en Massoth et al. (1988).

Las condiciones físicas y químicas, junto con la periodicidad y duración de las descargas hidrotermales, determinan la forma y el tamaño de las chimeneas. La figura 2a muestra manifestaciones hidrotermales a 9 m de profundidad y 400 m de la Playa de Punta Pantoque, en la Bahía de Banderas, Nayarit. La poca profundidad de estas estructuras influye en su tamaño, ya que están expuestas a la acción del oleaje, las corrientes de fondo y las tempestades. En contraste, la figura 2b presenta una chimenea ubicada a 3000 m de profundidad en la dorsal Mesoatlántica. Esta última exhibe una estructura prominente y bien definida, cuyas descargas contienen principalmente sulfuros2 de hierro, lo que les da su característico color negro. Por esta razón, en inglés se les conoce como black smokers.



Chimeneas hidrotermales

Figura 2. Chimeneas hidrotermales. a) Descargas hidrotermales a 9 m de profundidad en la Bahía de Banderas, Nayarit, México (Rodríguez-Uribe et al., 2024). b) Fumarola negra (black smoker) a 3000 m de profundidad en la dorsal Mesoatlántica, océano Atlántico (MARUM -Center for Marine Environmental Sciences, 2007.).

El objetivo de este artículo es ofrecer un primer acercamiento a los sistemas hidrotermales submarinos, describiendo sus características físicas, químicas y geológicas, así como su relevancia biológica.

El inicio de la exploración de los sistemas hidrotermales

La exploración de los sistemas hidrotermales comenzó en 1964, durante una expedición del barco de investigación y exploración científica rrs Discovery. En esta misión se descubrieron zonas con salmueras calientes3 (temperaturas superiores a 44 °C) a 2000 m de profundidad en el Mar Rojo, un sitio que hoy se conoce como “Atlantis II Deep” (Swallow, 1969). El análisis de estas salmueras reveló una mezcla inusual de agua marina profunda y agua enriquecida con compuestos químicos peculiares (Charcock, 1964). Este hallazgo despertó el interés de la comunidad científica hacia los sistemas hidrotermales, lo que marcó el inicio de investigaciones que han ampliado significativamente nuestro entendimiento de los procesos geológicos, físicos, químicos y biológicos asociados a estos entornos. Entre los avances más destacados está el descubrimiento de ecosistemas únicos en dichas regiones.

¿Dónde se localizan los sistemas hidrotermales submarinos?

Los sistemas hidrotermales submarinos se forman en áreas con intensa actividad tectónica, donde el agua interactúa con fuentes de calor subterráneas (tabla 1) y circula a través de fracturas en la corteza oceánica. Estos sistemas pueden encontrarse a distintas profundidades, desde la zona intermareal hasta la región abisal. Actualmente, se han identificado 721 sitios hidrotermales, tanto profundos como someros (InterRidge, 2023; figura 3).

Tabla 1. Entornos geológicos propicios para la formación de sistemas hidrotermales submarinos.

Entorno geológico Descripción Ejemplos
Dorsales oceánicas Se forman en límites divergentes de placas tectónicas, donde el magma asciende desde el manto creando nueva corteza oceánica. Dorsal Mesoatlántica Dorsal del Pacífico Oriental
Arcos volcánicos y zonas de subducción Se presentan en áreas de subducción, donde una placa se hunde bajo otra, generando calor y fluidos que alimentan volcanes submarinos y sistemas hidrotermales. Anillo de Fuego del Pacífico
Fallas transformantes Se encuentran donde las placas tectónicas se deslizan lateralmente, creando fracturas que permiten la circulación de fluidos hidrotermales. Falla de Mendocino, América del Norte


Distribución global de los sistemas hidrotermales submarinos

Figura 3. Distribución global de los sistemas hidrotermales submarinos. Los círculos rojos indican la ubicación de los sitios conocidos. Crédito: Elaboración propia, basada en InterRidge Maps (2023) e InterRidge (2023).

Principales características

Los sistemas hidrotermales submarinos se clasifican en dos tipos principales: profundos (más de 200 m de profundidad; figura 4a) y someros (menos de 200 m de profundidad; figura 4b) (Tarasov et al., 2005). Esta clasificación no sólo se basa en la profundidad, sino también en diferencias significativas en los procesos físicos, químicos y biológicos que ocurren en cada tipo de sistema.

La tabla 2 presenta un resumen comparativo de las principales características de ambos fenómenos, destacando las variaciones en sus condiciones ambientales y las adaptaciones de las especies que habitan en ellos.

Tabla 2. Comparación de las principales características físicas, químicas y biológicas entre los sistemas hidrotermales profundos y someros.

Características Sistemas Hidrotermales
Profundos Someros
Profundidad >200 m <200 m
Luz solar Ausente Presente
Temperaturas >400°C 10°C – 120°C
Composición de las descargas hidrotermales
  • Sulfuros metálicos, sulfatos y carbonatos.
  • Precipitan en grandes chimeneas (hasta de 60 m de altura).
  • Sulfuros metálicos en menor proporción.
  • Chimeneas más pequeñas y dispersas.
  • Fase gaseosa, enriquecida en oxígeno disuelto (O2).
Procesos biológicos
  • Quimiosíntesis: base principal de la cadena alimenticia. Utilizan compuestos químicos para producir materia orgánica.
  • Predominio de interacciones de simbiosis4 entre sus especies. entre sus especies.
  • Fotosíntesis: Utilizan la luz solar para producir materia orgánica.
  • Quimiosíntesis presente, pero secundaria a la fotosíntesis.
  • Mayor diversidad en las cadenas tróficas.5
Comunidad de organismos
  • Baja riqueza de especies.
  • Ausencia de diatomeas.6
  • Organismos adaptados a altas concentraciones de metales y temperaturas.
  • Mayor riqueza de especies.
  • Mayor diversidad de meiofauna (<0.5 cm) que viven en el lecho marino.
  • Presencia de diatomeas y algas.
Especies exclusivas

Sí. Ejemplos notables:

  • El gusano de tubo gigante (Riftia pachyptila).
  • Cangrejo yeti (Kiwa hirsuta).
  • Camarón ciego (Rimicaris exoculata).
  • Mejillón gigante (Bathymodiolus thermophilus).

No.

La mayoría de los organismos pueden encontrarse en otros ambientes marinos someros.



Representación gráfica de los sistemas hidrotermales submarinos

Figura 4. Representación gráfica de los sistemas hidrotermales submarinos. A) Sistema hidrotermal submarino profundo. B) Sistema hidrotermal submarino somero. Crédito: elaboración propia.

La importancia de los sistemas hidrotermales

El estudio de los sistemas hidrotermales submarinos abarca diversos aspectos fundamentales. A continuación, se destacan algunos ejemplos que subrayan su relevancia:

1. Origen de la vida en la Tierra.

Algunos estudios científicos sugieren que los sistemas hidrotermales submarinos reúnen las condiciones ideales para explicar el origen de la vida en nuestro planeta. Desde la perspectiva de la química prebiótica,7 se plantea que las altas temperaturas y la abundancia de minerales en estos entornos habrían facilitado la síntesis de compuestos orgánicos a partir de precursores inorgánicos (Colín-García et al., 2016).

2. Laboratorios naturales.

Los sistemas hidrotermales someros de origen volcánico pueden funcionar como laboratorios naturales para estudiar fenómenos como la acidificación oceánica. Sus descargas, ricas en dióxido de carbono (CO2) y ácido sulfhídrico (H2S), al mezclarse con el oxígeno disuelto en el agua de mar, generan una disminución del pH que acidifica el entorno. Este proceso puede afectar gravemente a organismos calcificadores como corales, moluscos, equinodermos y ciertas especies de plancton (Prol-Ledesma y Canet, 2014; Fanelli et al., 2022).

3. Generadores de minerales.

Los sistemas hidrotermales son responsables de extensos procesos de mineralización, que dan lugar a la formación de yacimientos de metales básicos (como cobre, hierro, plomo y zinc) y preciosos (como oro y plata). Entre los depósitos más destacados están los sulfuros masivos vulcanogénicos (vms, por sus siglas en inglés), ricos en sulfuros de hierro, cobre, zinc y plomo. También se encuentran depósitos de manganeso en la isla de Milos (Grecia), Wafangzi (China) y los Montes Tatra (Polonia) (Canet y Prol-Ledesma, 2006).

Conclusión

Los sistemas hidrotermales submarinos representan entornos extremos caracterizados por altas temperaturas y complejas interacciones geológicas, físicas, químicas y biológicas. Aunque su estudio exige importantes recursos humanos y económicos, su exploración es crucial.

Comprender estos sistemas permitirá no sólo conservarlos, sino también aprovecharlos de forma sostenible en el futuro. Además de ser fuentes de minerales de valor comercial, albergan especies únicas adaptadas a condiciones extremas que no se encuentran en otros ambientes. Conocer su existencia y funcionamiento es un paso esencial para ampliar nuestra comprensión del planeta y sus dinámicas.

Referencias

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Recepción: 2023/09/14. Aprobación: 2024/08/25. Publicación: 2025/01/13.

Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

Camarón que se desecha se pierde: la fermentación láctica como solución

Luis Angel Cabanillas-Bojórquez, Manuel Adrian Picos-Salas, Erick Paul Gutiérrez-Grijalva y José Basilio Heredia Cita

Resumen

Los residuos de camarón son una fuente importante de compuestos industriales, como la quitina. Sin embargo, a pesar de los estudios realizados, estos residuos no se aprovechan completamente. Actualmente, solo se utiliza un proceso químico para obtener quitina, pero este método no permite recuperar otros componentes valiosos como proteínas y carotenoides, y consume grandes cantidades de agua y energía. Por ello, se han explorado alternativas más eficientes. La fermentación láctica (fl) ha demostrado ser una estrategia económica y eficaz para aprovechar los residuos de camarón. Este proceso genera dos fases: una sólida y una líquida (licor), que contienen proteínas hidrolizables, minerales, ácidos grasos poliinsaturados, carotenoides y quitina. Estos productos tienen potencial para ser utilizados como fuentes de antioxidantes, antiinflamatorios, inmunomoduladores y en la formulación de alimentos. De este modo, la fl de los residuos de camarón no solo contribuye a la reducción de problemas ambientales, sino que también añade valor a los desechos de la industria pesquera.
Palabras clave: residuos de camarón, fermentación láctica, quitina, valoración de residuos, antioxidantes naturales.

Shrimp that is discarded is lost: lactic fermentation as a solution

Abstract

Shrimp waste is an important source of industrial compounds, such as chitin. However, despite the studies conducted, these residues are not fully utilized. Currently, only a chemical process is used to obtain chitin, but this method does not recover other valuable components such as proteins and carotenoids, and it consumes large amounts of water and energy. Therefore, more efficient alternatives have been explored. Lactic fermentation (fl) has proven to be an economical and effective strategy for utilizing shrimp waste. This process generates two phases: a solid and a liquid (liquor), which contain hydrolyzable proteins, minerals, polyunsaturated fatty acids, carotenoids, and chitin. These products have the potential to be used as sources of antioxidants, anti-inflammatory agents, immunomodulators, and in food formulation. Thus, fl of shrimp waste not only contributes to reducing environmental issues but also adds value to the waste from the fishing industry.
Keywords: shrimp waste, lactic fermentation, chitin, waste valorization, natural antioxidants.


Introducción

Durante años, la generación de residuos alimenticios ha generado problemas sociales, económicos y ambientales. En particular, los alimentos marinos obtenidos por la acuicultura y la pesca producen grandes volúmenes de residuos (Navarrete-Bolanos et al., 2020; Suresh et al., 2018). En México, el consumo de camarón es muy popular, pero las cáscaras, cabezas y colas son tiradas a la basura ya que no hay formas eficientes para aprovecharlos (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021a). Los científicos han descubierto que los residuos de camarón tienen grandes cantidades de quitina,1 proteínas, ácidos grasos y pigmentos de gran valor en la industria (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021a; Jafari et al., 2023; Leiva-Portilla et al., 2023). El problema es que estos compuestos son obtenidos mediante métodos químicos que generan residuos tóxicos de solventes, y también se consume mucha agua y energía durante su obtención (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021b). Por lo tanto, se han buscado estrategias más eficientes para obtener estos compuestos, entre ellos se encuentra la tecnología de ultrasonido, altas presiones y fluidos supercríticos, así como la fermentación ácido-láctica (fl) (Cabanillas-Bojórquez, et al., 2021b; Cabanillas-Bojórquez et al., 2023; Leiva-Portilla et al., 2023; Navarrete-Bolanos et al., 2020; Suresh et al., 2018). Estas técnicas reducen el uso desmedido de agentes químicos, agua y energía; además, también mejoran la recuperación de dichos compuestos.

¿Qué es la fermentación láctica?

La fermentación láctica se define como la transformación de los azúcares contenidos dentro de un medio, a un compuesto llamado ácido láctico,2 mediante bacterias denominadas ácido-lácticas, las cuales degradan la pared celular de las células, entre ellas, las de los residuos de camarón mediante el descenso de pH,3 aunado a la generación de enzimas4 durante el proceso (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021a; Peña García et al., 2020; Zhou et al., 2021). Y si te preguntas, ¿cómo se lleva a cabo este proceso? La explicación es la siguiente: la fermentación láctica se desarrolla principalmente en recipientes herméticos y a temperaturas entre los 20-40°C; esto ocurre debido a la descomposición de las moléculas de azúcar por el metabolismo de las bacterias como Bacillus, Enterococcus, Streptococcus y Lactobacillus. Asimismo, distintas fuentes de carbono han sido estudiadas como sacarosa,5 fructosa, glucosa, así como la mezcla de todas ellas. Por otro lado, se han utilizado fuentes de azúcares provenientes de residuos industriales como la melaza de caña, un subproducto de la refinación del azúcar comercial, que contiene un alto contenido de azúcares como fructosa y sacarosa, entre otros (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021b; Doan et al., 2019; Suresh et al., 2018; Ximenes et al., 2019).

¿Cómo afecta el proceso de fermentación láctica a los compuestos bioactivos de los desechos de camarón?

Según investigaciones publicadas a lo largo del mundo, la fl separa los componentes de los residuos de camarón, ya que durante este proceso las proteínas se modifican por la disminución del pH y por las enzimas producidas por algunas bacterias ácido-lácticas (Hamdi et al., 2024; Navarrete-Bolanos et al., 2020; Suresh et al., 2018). Esto a su vez, permite que se liberen los pigmentos que se encuentran atrapados con las proteínas, así como azúcares, ácidos grasos, minerales y quitina. En este sentido, se obtienen dos fases al final del proceso, un sólido y un líquido denominado licor (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021a; Cabanillas-Bojórquez et al., 2021b) (ver figura 1).



Diagrama de proceso de fermentación láctica de residuos de camarón

Figura 1. Diagrama de proceso de fermentación láctica de residuos de camarón. Crédito: elaboración propia.

¿La fermentación ácido-láctica produce compuestos de valor económico?

Según ciertos reportes, el sólido obtenido de la fl de los residuos de camarón posee principalmente quitina y trazas de minerales, ácidos grasos y pigmentos; mientras que el licor contiene importantes cantidades de ácidos grasos, proteína, minerales y pigmentos (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021a; Jafari et al., 2023; Ximenes et al., 2019) (ver figura 2). Te preguntarás si estos compuestos obtenidos son importantes, pues en estudios previos, la quitina proveniente de residuos de camarón es comparable con la obtenida mediante tratamientos químicos con agentes nocivos, como son el hidróxido de sodio6 (NaOH) y ácido clorhídrico (HCl),7 los cuales al utilizarse en grandes volúmenes necesitan ser estabilizados antes de ser desechados al ambiente, por lo que procesos alternativos como la fermentación láctica se convierte en un método atractivo, debido a que se reduce el gasto energético, el uso de agentes químicos y de agua (Cabanillas-Bojórquez et al., 2023; Peña García et al., 2020; Suresh et al., 2018).



Composición de los productos de la fermentación láctica de residuos de camarón

Figura 2. Composición de los productos de la fermentación láctica de residuos de camarón. Crédito: elaboración propia.

Una pregunta importante de resolver es: ¿qué aplicaciones en la industria tiene la quitina? Y es fácil de responder: ya que son diversos los usos que se le dan a la quitina obtenida mediante fermentación láctica. Esta se ha utilizado como antioxidante, estimulador de crecimiento en plantas,8 y como material para obtener otro biopolímero importante en la industria llamado quitosano. (Cabanillas-Bojórquez et al., 2023; Canpulat et al., 2022; Peña García et al., 2020; Xin et al., 2020) (ver figura 3). El quitosano es un compuesto natural derivado de la quitina, el cual es considerado uno de los biopolímeros más importante, debido a su variada aplicación en la industria cosmética, farmacéutica y de los alimentos (Cabanillas-Bojórquez et al., 2023).



Características del sólido fermentado de los residuos de camarón

Figura 3. Características del sólido fermentado de los residuos de camarón. Crédito: elaboración propia.

Si el sólido proveniente de la fermentación láctica contiene importantes compuestos como la quitina, ¿entonces, por qué estudiar el licor? El licor obtenido de la fermentación láctica de los residuos de camarón, se compone de proteínas que fueron reducidas a un menor tamaño, denominadas hidrolizadas, y fracciones aún más pequeñas con aminoácidos esenciales, conocidos como péptidos, los cuales pueden usarse para mejorar el sabor, como ingrediente funcional o aditivo nutricional para alimentos de animales de granja y peces de cultivo (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021a; Peña García et al., 2020; Jafari et al., 2023; Leiva-Portilla et al., 2023; Ximenes et al., 2019).

Además, el licor tiene un alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados omega-3,9 que se han relacionado con la prevención de diversas enfermedades como alergias, y problemas cardiovasculares como la hipertensión y trombosis, mediante la modulación de colesterol (hdl) y triglicéridos (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021b; Suresh et al., 2018) (ver figura 4).



Características del licor fermentado de los residuos de camarón

Figura 4. Características del licor fermentado de los residuos de camarón. Crédito: elaboración propia.

Por otro lado, el licor de la fermentación de residuos de camarón es alto en pigmentos antioxidantes como la astaxantina. Pero ¿qué es la astaxantina? Se trata de un compuesto ampliamente estudiado ya que tiene una elevada capacidad antioxidante, la cual se ha relacionado con la protección contra los rayos UV en ojos, retarda la aparición de manchas y arrugas en la piel, además de prevenir la obesidad y diabetes (Jafari et al., 2023; Leiva-Portilla et al., 2023; Suresh et al., 2018). Asimismo, se ha relacionado a este compuesto con una disminución en la incidencia de enfermedades relacionadas con inflamación como la diabetes, la hipertensión y el cáncer. También se ha demostrado que la astaxantina obtenida por el proceso de fermentación láctica tiene una mayor estabilidad al estar en combinación con ácidos grasos, potencializando sus efectos en la salud.

Perspectivas

¿Sabías que México sigue siendo uno de los principales productores y consumidores de camarón? Según, datos de la conapesca, nuestro país tuvo una producción de camarón de más de 192 mil toneladas, con un valor equivalente a 19 mil 800 millones de pesos, posicionándolo como el séptimo país productor de este alimento (conapesca, 2024). Sin embargo, también se producen grandes volúmenes de residuos (alrededor de 96 mil toneladas), debido a que alrededor del 50% en peso del camarón no se consume, por lo que se acumulan en las costas o se vierten al medio ambiente, provocando un impacto ambiental considerable.

Entonces, ¿qué hacemos con los residuos de camarón si no se pueden consumir? Como se ha expuesto en líneas anteriores, existen diversas estrategias para valorizar estos residuos, la más interesante es la extracción de compuestos de interés industrial (ver figura 5), como las proteínas hidrolizadas (Leiva-Portilla et al., 2023), pigmentos (como la astaxantina) (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021; Jafari et al., 2023), quitina (Gharibzadeh et al., 2023) y ácidos grasos poliinsaturados (Suresh et al., 2018); por lo tanto, se han buscado estrategias para la extracción de estos compuestos.



Potenciales industrias de los productos de la fermentación láctica de los residuos de camarón

Figura 5. Potenciales industrias de los productos de la fermentación láctica de los residuos de camarón. Crédito: elaboración propia.

¿Es la fermentación láctica una estrategia innovadora para la obtención de los compuestos de los residuos de camarón? Si, se ha reportado que el proceso de fl se ha convertido en una estrategia interesante en la búsqueda de optimizar los recursos (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021a; Navarrete-Bolanos et al., 2020).

Actualmente, se siguen realizando modificaciones al proceso de fermentación láctica de residuos de camarón, donde se ha reportado el uso de diferentes especies de bacterias ácido-lácticas, mezclas del efecto de las bacterias lácticas con enzimas, así como el uso de distintas fuentes de carbono no convencionales con el fin de reducir el costo energético y el consumo de agua (Cabanillas-Bojórquez et al., 2021a; Cabanillas-Bojórquez et al., 2023; Gharibzadeh et al., 2023; Ximenes et al., 2019; Xin et al., 2020). Por lo anterior, se espera que surjan estrategias innovadoras para la reutilización de los residuos de camarón con vías de explotar este recurso, siendo una gran oportunidad de desarrollo económico y social.

Conclusión

Los residuos de camarón poseen compuestos de interés en la industria, entre ellos se destacan la quitina, los ácidos grasos poliinsaturados, las proteínas y los carotenoides. Actualmente, los desechos de camarón son vertidos al ambiente, por lo que se han buscado estrategias para darles valor. Entre estas estrategias, se encuentra la fermentación láctica, la cual es un proceso sencillo y económicamente viable; además, durante este proceso se obtienen dos productos (sólido y licor) que han sido reportados como ricos en compuestos de interés industrial. Por lo tanto, la fermentación láctica de los residuos de camarón es una estrategia sustentable para valorizar un residuo de la industria pesquera.

Referencias

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Recepción: 2023/09/18. Aceptación: 2024/09/25. Publicación: 2025/01/13.

Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

Germinación de orquídeas: la clave está en la relación con los hongos

Froylán Navarro Álvarez, Priscila Maritza Martínez García, Isaac Alejandro Salmeron Santiago, Martha Elena Pedraza Santos y Ana Tztzqui Chávez Bárcena Cita

Resumen

Las orquídeas son plantas cautivadoras, tanto por su belleza como por su diversidad. Con alrededor de 30,000 a 35,000 especies distribuidas globalmente, estas plantas son conocidas por su delicadeza y necesidades específicas para crecer. Una de las claves para su reproducción es la simbiosis con hongos microscópicos, los cuales juegan un papel crucial en la germinación de sus semillas. Este proceso simbiótico no sólo beneficia a la orquídea, sino también al hongo, y se ha convertido en una herramienta fundamental para la conservación y el cultivo de orquídeas. En este artículo, exploramos cómo se lleva a cabo la germinación simbiótica, los beneficios de esta relación y su potencial para mejorar las estrategias de conservación y propagación de estas fascinantes plantas.
Palabras clave: simbiosis, micorriza orquideoide, germinación, conservación, hongos.

Orchid Germination: The Key Lies in Fungal Partnerships

Abstract

Orchids are captivating plants, both for their beauty and diversity. With approximately 30,000 to 35,000 species distributed globally, these plants are known for their delicacy and specific growth requirements. One of the keys to their reproduction is the symbiosis with microscopic fungi, which play a crucial role in the germination of their seeds. This symbiotic process benefits not only the orchid but also the fungus and has become a fundamental tool for the conservation and cultivation of orchids. In this article, we explore how symbiotic germination takes place, the benefits of this relationship, and its potential to improve conservation and propagation strategies for these fascinating plants.
Keywords: symbiosis, orchid mycorrhiza, germination, conservation, fungi.


La germinación simbiótica y el crecimiento de las orquídeas

La germinación es un proceso esencial en las plantas que permite al embrión, alojado dentro de una semilla, desarrollarse hasta convertirse en una planta. Este proceso se divide en tres etapas principales:

1. Imbibición o hidratación: la semilla absorbe agua del entorno, lo que provoca su hinchamiento.

2. Emergencia: conocida como la germinación propiamente dicha, en esta etapa las cubiertas protectoras de la semilla se rompen y el embrión, o alguna de sus partes, emerge, destacando la radícula, que posteriormente dará origen a la raíz.

3. Crecimiento: el embrión se alarga y sus tejidos se diferencian para formar la raíz primaria, que crece hacia el suelo, y el tallo primario, que se dirige hacia la superficie junto con las hojas embrionarias, conocidas como cotiledones1 (Carrera-Castaño et al., 2020).

Sin embargo, no todas las semillas siguen este patrón de desarrollo. Las semillas de orquídeas presentan características únicas que influyen significativamente en su proceso de germinación. Conocidas como “semillas polvo” debido a su diminuto tamaño, estas semillas se dispersan fácilmente con el viento. Además, carecen de estructuras y tejidos típicos de otras semillas, como el endospermo, que en la mayoría de las plantas sirve como fuente de alimento para el embrión durante la germinación y el desarrollo inicial.

El embrión de las semillas de orquídeas es un conjunto de células sin cotiledones ni radícula, lo que las convierte en semillas excepcionalmente particulares. Estas características requieren de una estrategia igualmente especial para lograr la germinación: una asociación simbiótica2 con hongos micorrizógenos orquideoides (hmo), organismos que desempeñan un papel crucial al proporcionar nutrientes esenciales a las orquídeas durante las primeras etapas de su desarrollo (Sathiyadash et al., 2020).

Etapas de desarrollo: del protocormo a la plántula

El desarrollo de las orquídeas transcurre en varias etapas desde la germinación hasta la formación de plantas completas con hojas y raíces. Después de la imbibición, las semillas forman una masa de células embrionarias conocida como protocormo, una estructura exclusiva de las orquídeas. Posteriormente, en el protocormo se desarrollan los rizoides, estructuras especializadas que absorben agua y nutrientes. Finalmente, un complejo proceso de diferenciación celular da lugar a hojas y raíces, completando la formación de una planta funcional (Yeung, 2017).

La participación de los hmo es clave en todas las etapas de este proceso, desde la imbibición inicial hasta la formación de la plántula. Incluso, estos hongos pueden persistir durante todo el ciclo de vida de la orquídea, estableciendo una relación simbiótica beneficiosa conocida como micorriza orquideoide.



Simbiosis en orquídeas promovida por hongos micorrizógenos orquideoides

Figura 1. Simbiosis en orquídeas promovida por hongos micorrizógenos orquideoides. Se observa una orquídea adulta de vainilla (A), una sección transversal de una raíz de vainilla colonizada por HMO (B), y un protocormo colonizado por HMO (C). Las etapas de germinación y desarrollo temprano en simbiosis con HMO incluyen la imbibición y desarrollo de rizoides, la ruptura de la cubierta seminal (testa) y emergencia del protocormo, el protocormo con primordio foliar, y finalmente, la formación de una plántula con hojas y raíz (D). Crédito: elaboración propia.

Micorrizas: claves para entender cómo crecen las orquídeas

Las micorrizas son asociaciones simbióticas entre las raíces de las plantas y diversos tipos de hongos, que resultan en beneficios mutuos para ambos organismos. Existen varias clases de micorrizas, y una de ellas, la micorriza orquideoide, se da específicamente entre las orquídeas y un grupo de hongos con características únicas, los hongos micorrizógenos orquideoides (hmo).

Cuando un hongo es compatible para formar una micorriza orquideoide, lo primero que ocurre es que su cuerpo, compuesto por filamentos llamados hifas,3 rodea a la semilla. Las hifas entran en contacto con la semilla, penetran sus cubiertas externas y llegan hasta el embrión. Dentro de este, las hifas crecen y se enrollan, formando una estructura llamada pelotón (Yeung, 2017). Este término se debe a la apariencia que adquieren las hifas, que conforman una masa compacta y redondeada similar a una pelota dentro de las células de la orquídea. Las células en las que se forman los pelotones, conocidas como células parenquimáticas,4 funcionan como hospedadoras del hongo y suministran al embrión los nutrientes necesarios para su germinación y desarrollo inicial (Figura 2).



Presencia de hongos micorrizógenos en la germinación de orquídeas

Figura 2. Presencia de hongos micorrizógenos en la germinación de orquídeas. A) Semilla de orquídea en etapa de hinchamiento. B) Ruptura de la cubierta seminal (testa). C) Protocormo. D) Amplificación de células parenquimáticas en la parte inferior del protocormo con pelotones en su interior. Las tinciones fueron realizadas con azul de tripano siguiendo el protocolo descrito por Navarro (2021). Descripción: e, embrión; ce, cubierta del embrión; cp, célula parenquimática; p, pelotón; r, rizoides. Crédito: elaboración propia.

Parte de los nutrientes que necesita la semilla provienen del hongo, que le transfiere compuestos nutrimentales obtenidos del medio circundante. Estos compuestos desencadenan procesos como el metabolismo, la división celular y el aumento del volumen del embrión de la orquídea, permitiéndole desarrollarse hasta convertirse en una planta. Curiosamente, la semilla en desarrollo también puede alimentarse directamente del hongo al digerir los pelotones presentes en sus células. Este comportamiento demuestra la asombrosa estrategia de las plantas para asegurar su desarrollo.

Una vez que la orquídea desarrolla hojas verdaderas, el flujo de nutrientes cambia. Los hongos, al ser organismos heterótrofos,5 aprovechan la capacidad fotosintética de las orquídeas para recibir azúcares esenciales para su metabolismo, obteniendo así una fuente constante y segura de carbono orgánico (Salmeron-Santiago et al., 2022).

La germinación simbiótica beneficia tanto a las orquídeas como a los hongos micorrizógenos. Para las orquídeas, el principal beneficio es que esta asociación les permite germinar en condiciones adversas, donde otras plantas no podrían sobrevivir. Gracias a los hongos, las orquídeas pueden colonizar hábitats extremos, como troncos y ramas de árboles (orquídeas epífitas), rocas y acantilados (orquídeas litófitas) o incluso áreas subterráneas, como lo hace la especie Rhizanthella gardneri (Bougoure et al., 2010). Además, los hongos les brindan una ventaja competitiva frente a otras plantas al facilitarles el acceso a fuentes de nutrientes inaccesibles para especies que no tienen esta interacción (Smith y Read, 2008).

Hongos simbióticos: aliados en la propagación de orquídeas nativas

Las orquídeas son plantas fascinantes y muy valoradas, no sólo por su belleza, sino también por su importancia agrícola en algunas especies. En el diseño de estrategias eficientes para su manejo agronómico y conservación, la capacidad de sus semillas para asociarse con hongos micorrizógenos orquideoides (hmo) ha cobrado gran interés. Esto se debe, en parte, a que muchas especies de orquídeas están amenazadas por factores como la pérdida de hábitat, la extracción de individuos de sus entornos naturales, el cambio climático, entre otros (Tejeda-Sartorius et al., 2017).

La germinación simbiótica ofrece una alternativa eficaz para propagar estas especies en condiciones controladas, como invernaderos, y reintroducirlas posteriormente a su hábitat natural. A diferencia del cultivo in vitro, que requiere técnicas sofisticadas y suele producir plantas genéticamente idénticas, este método fomenta la variabilidad genética, ya que cada semilla genera una planta diferente. Esto es especialmente relevante para la conservación, ya que aumenta la resiliencia genética de las poblaciones reintroducidas. Además, en el ámbito agronómico, esta técnica permite seleccionar plantas con características sobresalientes, como resistencia a plagas, enfermedades o la capacidad de producir frutos más grandes y numerosos (Debouck et al., 2008).

Métodos de propagación y conservación con hongos simbióticos

Para lograr la germinación simbiótica bajo condiciones controladas, es crucial identificar los hmo específicos que se asocian con cada especie de orquídea (Montes, 2016). Una estrategia común es aislar estos hongos a partir de raíces de plantas adultas, cultivarlos en medios artificiales y luego probar su capacidad para inducir la germinación de semillas en condiciones controladas. Este proceso requiere un manejo preciso de variables como temperatura, humedad y luz (Beltrán-Nambo et al., 2018).

Cuando las plántulas obtenidas se destinan a fines comerciales, se trasplantan a macetas o medios de cultivo, donde se cuidan hasta alcanzar la madurez. Por otro lado, en esfuerzos de conservación, las orquídeas producidas se reintroducen en su hábitat natural para contribuir a la preservación de la especie.

Aunque también es posible realizar la germinación de forma asimbiótica,6 sin hongos micorrizógenos, este método requiere medios de cultivo específicos y costosos, y produce plántulas más débiles y susceptibles a enfermedades. En contraste, la germinación simbiótica respeta la relación evolutiva entre las orquídeas y los hmo, y genera plántulas más vigorosas y mejor adaptadas para sobrevivir en condiciones naturales.

En nuestro grupo de trabajo, hemos desarrollado metodologías para aislar e identificar hongos simbiontes de orquídeas a partir de raíces de plantas adultas. Estos hongos se prueban en cocultivo con semillas de especies mexicanas como Epidendrum radicans, Vanilla spp. y Laelia speciosa (Figura 3), algunas de las cuales están catalogadas en peligro de extinción. Nuestro objetivo es mejorar las tasas de éxito en la propagación sexual de estas especies, promoviendo su conservación y explorando su valor ecológico, cultural y comercial.



Germinación de semillas de orquídeas por cocultivo con un hongo micorrizógeno orquideoide

Figura 3. Germinación de semillas de orquídeas por cocultivo con un hongo micorrizógeno orquideoide. A) Hongo simbiótico de orquídeas aislado en nuestro grupo de trabajo. B) Protocormos generados por cocultivo de semillas de Epidendrum radicans con el hongo aislado. C) Frasco de cocultivo con plántulas en la etapa de desarrollo de hojas y raíces. Crédito: elaboración propia.

Además, hemos alcanzado importantes avances, como un 100% de germinación en semillas de vainilla, reduciendo a la mitad el tiempo necesario para el proceso. Estos resultados no sólo tienen un impacto biotecnológico significativo, sino que también nos inspiran a seguir explorando los misterios bioquímicos y fisiológicos detrás de esta fascinante simbiosis.

Esperamos que esta relación simbiótica te resulte tan increíble como a nosotros, y que logres apreciar aún más la importancia de estas interacciones para la propagación y conservación de las orquídeas.

El futuro de las orquídeas: una simbiosis clave

La simbiosis micorrizógena orquideoide es fundamental para la perpetuación de las orquídeas, ya que permite el intercambio de nutrientes esenciales para la germinación de sus semillas. Este proceso, resultado de millones de años de coevolución entre hongos micorrizógenos orquideoides (hmo) y las orquídeas, es clave tanto para su ciclo de vida natural como para su conservación. El estudio de la germinación simbiótica no sólo revela la complejidad y belleza de las interacciones planta-hongo, sino que también proporciona una herramienta biotecnológica invaluable para cultivar o mejorar con fines agronómicos, y para generar estrategias de conservación ecológica de estas fascinantes plantas.

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Recepción: 2023/09/22. Aprobación: 2024/10/23. Publicación: 2025/01/13.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079