Adentrarnos en el estudio de la astronomía mesoamericana inducirá en nuestra mente el grado de conocimiento astronómico que alcanzaron las comunidades prehispánicas.
Varios elementos de la cultura material nos permiten vislumbrar la existencia de ciertos conceptos astronómicos que prueban la pretérita intención de observar, analizar, registrar e ilustrar los sucesos astronómicos en ciclos
ad infinitum, como se han representado en algunas pinturas murales prehispánicas. Ello lo discernimos entre los petrograbados de diversa índole; representaciones del planeta Venus, la Luna, el Sol, o bien, la cuenta de magnitudes mediante grupos de puntos en los llamados “marcadores astronómicos” o representaciones naturalistas, en los códices, de los observadores del cielo.
En este número abordaremos aspectos de la astronomía mesoamericana a través de elementos calendáricos extraídos del Códice Selden. Se analiza el marcador astronómico situado en Momax, al occidente de Mesoamérica, en el que se indica el seguimiento anual de sucesos astronómicos, además de todo un sistema de representaciones sígnicas, grabado en la roca y asociado a fenómenos solares y eventos cosmogónicos. Asimismo, se muestran los modos de intercambio de elementos culturales teotihuacanos de Tlaloc hacia la región maya, como en el caso del gran complejo arqueológico en Uxmal.
También nos acercaremos a las numerosas evidencias de intercambios de información astronómica con base en el estudio de los edificios orientados en Tula y qué sucesos astronómicos pudieron ser utilizados de modo generalizado, sirviéndonos del estudio de los grandes grupos de orientaciones mesoamericanas