¿LA VIDA SEXUAL DE KANT? Irma
León Cruz
Botul
pretende explicar la obra de un pensador mediante su vida aunque leyó
pocas obras sobre Kant. Sin embargo afirma que las conclusiones a las
que llega no disminuyen el respeto y la veneración que él
profesa por el filósofo. A su juicio, la sexualidad de Kant es
la vía que conduce a la comprensión del kantismo. El autor
afirma que el filósofo de Königsberg nunca estuvo enamorado,
ni tuvo amante ni esposa, toda su vida permaneció célibe.
Él pretende demostrar que en esa monótona vida existe algo
que es consubstancial a la filosofía kantiana y a la filosofía
en general. Pretende explicar por qué el celibato, lejos de ser
una cuestión accidental, forma parte de la esencia misma de la
filosofía.
Entre las sugerencias de Botul que no explora con detalle se cuestiona si hay o no vinculación relevante entre la vida personal de un pensador y su quehacer filosófico teórico. Al contrario de sus profesores, Botul considera que la individualidad de un pensador se entrelaza y se funde firmemente con su obra, de modo que la biografía de Kant y la trayectoria sistemática de su doctrina deben enfocarse como una unidad; y eso es lo que él intenta hacer a lo largo de estas pláticas. El grupo de inmigrantes tratan de emular la vida de Kant en sus propias vidas y preguntan si es universalizable su castidad y su celibato y si son coherentes con la teoría moral kantiana. Esto conduce a un tema que se antoja orquestado con distintas variaciones a la universalidad del imperativo categórico. A pesar de que lo cita como “Obra de modo tal que la máxima de tu acción pueda convertirse por tu voluntad en ley universal”, comete el error de suponer que el imperativo categórico se refiere a conductas y no a máximas. Pero Botul pasa por alto esto para tratar de resolver el falso problema ante el que lo coloca su interpretación errónea de Kant y afirma que el celibato es el componente esencial de la filosofía de Kant y de la filosofía en general. “La sexualidad de Kant también intrigaba a sus contemporáneos. En el ocaso de su vida, recibió de uno de sus biógrafos autorizados… un cuestionario detallado en el que figuraba esta pregunta: ‘¿Alguna compañera de alcoba ha recibido los favores del filósofo?’ Kant…” Desde el punto de vista del autor, la vida sexual de Kant o mejor dicho, la carencia de ella no es precisamente asunto de historia, de información, de documentación, de anécdota, sino que plantea un cuestionamiento sobre la coherencia del sistema kantiano Botul quiere explicar por qué el celibato, lejos de ser una cuestión accidental, forma parte de la esencia misma de la filosofía. Así pues, afirma que el celibato kantiano se levanta como un paradigma de la vocación filosófica. Jean-Baptiste Botul quien se atrevió a confesar ante su público que ofrecía esas pláticas a pesar de no ser un especialista en Kant, nació el 15 de agosto en 1896 en una pequeña ciudad de Lairière, perteneciente al departamento de Aude, en el Languedoc al sur de Francia y murió 51 años después en ese mismo lugar y justamente el mismo día de su nacimiento. Filósofo, seguidor de la tradición oral de la filosofía. Botul usó su conocimiento del lenguaje provenzal para dictar numerosas conferencias y discursos tanto en Francia como en América del Sur (especialmente Paraguay y Argentina). No dejó ningún escrito, pero se cuenta con las transcripciones de sus conferencias, charlas de sobremesa, refranes y apotegmas, así como una abundante correspondencia. La
vida sexual de Immanuel Kant, México, UNAM, 2003. |