10 de agosto de 2004 Vol. 5, No. 7 ISSN: 1607 - 6079
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El Inframundo, un espacio sagrado

Las pinturas del Preclásico tardío y Clásico temprano

Los murales hallados en tumbas del periodo Preclásico tardío (400 a.C.-250 d.C.), se encuentran en el sitio de Tikal, región del Petén, Guatemala. Uno de ellos es el del Entierro 166, localizado dentro de la Estructura 5D-Sub 11 de la Acrópolis Norte y se ha fechado en el año 50 a.C. Se trata de seis figuras antropomorfas delineadas en negro sobre un fondo rojo, llevan tocados de plumas y quizá aluden a deidades o antepasados del linaje del individuo que fue enterrado. Es una iconografía pictórica relacionada con el paso de los gobernantes al Inframundo o Xibalbá después de su muerte.

Figura 1. Tikal, Guatemala. Entierro 166, según Coggins, 1975. Edición digital Ricardo Alvarado.

En la arquitectura es una característica mesoamericana que la construcción de algunos edificios se llevará a cabo por medio de la superposición de diversas etapas, así las tumbas quedaban dentro. La importancia es que en la cosmovisión maya las monumentales edificaciones piramidales personificaban la montaña, witz en lengua maya, que era uno de los lugares de acceso al Inframundo. La ciudad de Río Azul, al extremo noreste de Guatemala, frontera con México y Belice, ha destacado por los magníficos murales localizados en varias tumbas pertenecientes al Clásico temprano (250-600 d.C.). En general las imágenes se asocian a dioses, a elementos que simbolizan el Inframundo, al poder y al orden cósmico.

La iconografía de estos murales en contexto funerario nos muestra la relación intrínseca entre el tema pictórico y el espacio arquitectónico en donde se representaban. También a este periodo corresponden escenas con una temática distinta en tanto que ocupan otros espacios. Así en Tikal, el Mural de los Jugadores, invade los taludes que flanquean la escalinata del basamento de la Estructura Sub-39, Grupo 6C-XVI, ca. 370 d.C. Son ocho figuras humanas policromadas, de pie, con el rostro de perfil y con las piernas separadas en actitud de caminar, tienen el torso casi en posición frontal y miran hacia la escalinata; en promedio miden 1.46 m de altura. Entre 350 y 550 d.C., en ciertos lugares del área maya se encuentran características arquitectónicas y cerámicas atribuidas como propias de la ciudad de Teotihuacán en el Altiplano Central mexicano. Tanto en el estilo como en el contenido temático, estos rasgos foráneos también se observan en la pintura mural. Xelhá, un sitio maya ubicado en el estado de Quintana Roo, cerca de la costa del Caribe, tuvo un desarrollo desde el Preclásico tardío y de los varios murales que aún se conservan de distintos periodos, los de la Estructura 86, se ubican en el Clásico temprano 400 y 600 d.C.

El mural se compone de anchas franjas rojas, un tablero con pequeños cuadros en amarillo y rojo con una cruz en el centro de color negro y un personaje antropomorfo en posición frontal con diseños como un yelmo, plumas y banda trilobulada que, según algunos autores, recuerdan el estilo del arte pictórico teotihuacano.

Figura 2. Xelhá, Quintana Roo. Mural del lado norte de la Estructura 86. Foto Javier Hinojosa, 2000.

De esta época son las pinturas de la Estructura BXIII de Uaxactún, Guatemala, fechadas entre 450-550 d.C., las cuales desparecieron, no obstante gracias a las fotografías y a los dibujos que se hicieran durante su descubrimiento en 1937, es posible observar que la escena se refiere a un tema frecuente en los murales del siguiente periodo. Asimismo en lo que respecta a la composición, en este mural se aprecian ciertas características que serán la base de la tradición maya del Clásico, como son la distribución de las imágenes en registros horizontales delimitados con bandas. De este modo en el mural de Uaxactún se dibujaron distintos grupos de personajes de pie y de perfil que parecen dialogar. Otros están en posición sedente dentro de una casa, y destaca una figura de pie que tiene la piel en color negro y lleva un hacha; entre las figuras hay textos jeroglíficos. Las imágenes muestran actividades de la nobleza.

Figura 3. Uaxactún, Guatemala. Mural de la Estructura B-XIII, según Morley, 1953. Redibujado por Arturo Reséndiz.