Arte
para el tacto Veamos
algunos ejemplos de escultura monumental maya:
Elijamos
una de ellas, en nuestra imaginación. Vamos a recorrerla
cuidadosamente, ¿Cómo es su superficie?, ¿Qué
calidad tiene el material empleado?, ¿Cómo es su textura?,
¿Cómo son los planos?, ¿Es un material duro?,
¿Frío?, ¿Terso?, ¿Compacto?, ¿Dúctil?,
¿Pesado? o ¿Liviano? Respondamos estas preguntas.
Nuevamente recorrámosla con atención. Ahora miremos
otra, también minuciosamente.
Si
acariciáramos el Zoomorfo P de Quiriguá y el Dintel
3 del templo IV de Tikal,(fig.2) reconoceríamos en el primero
superficies redondas, figuras tersas, realizadas sobre un material
duro, frío, pesado y compacto, mientras que en el segundo
encontraríamos sobre un material tibio, figuras más
planas, que debieron haber sido muy tersas y compactas, realizadas
en madera alguna vez maciza y compacta.
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Figura
1. Zoomorfo P de Quiriguá (Monumento 16) |
Figura
4. Dintel 3 del Templo IV de Tikal |
En
tanto que la escultura es un arte tridimensional, la única
vía para alcanzar una cabal apreciación de una obra
determinada, es a través del tacto1.
Sin embargo, tanto en museos como en sitios arqueológicos
está prohibido tocar las esculturas mayas. Por ello, hemos
debido desarrollar el “tacto a distancia”, es decir,
hemos incrementado la habilidad de reconocer y apreciar una serie
de cualidades en la obra que vemos, de tal manera que somos capaces
de disfrutarla, incluso sin tocarla.
Más aun, cuando se estudia el arte maya a través de
un libro, o de un medio electrónico, esta habilidad se acrecienta
ante la imposibilidad de reproducirla en su totalidad plástica.
A pesar de ello, hay que subrayar que el tacto es insustituible,
y que sólo a través del contacto directo podemos tener
una experiencia de la obra. Sin embargo, es posible aun a distancia,
disfrutar la escultura maya. Por esto, en los siguientes apartados,
será conveniente que aunque el lector reconozca diferentes
características y cualidades en las piezas que se presentan,
intente recorrerlas en la imaginación, acariciándolas.
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