Los
numerales
Esto se debe a que los numerales que acompañan a los veinte días sólo llegan a 13 (20 x 13= 260), y los que acompañan a las veintenas(o meses) van del 1 al 20, entendiéndose éste no como cero sino como completamiento. El año vago quedaba formado por 18 veintenas más los llamados 5 días “dormidos” (18 x 20 + 5= 365). La combinación de ambos ciclos: numeral - día, numeral - mes, constituyen las llamadas Ruedas de Calendario, y para que el primer dios número, el primer dios día, el primer dios número acompañante de la veintena, y la primera veintena volvieran a coincidir, debían transcurrir 18 980 días, es decir: 52 años solares y 73 del ciclo de 260. El nuevo sistema, llamado por los epigrafistas de la Cuenta Larga, implica el conocimiento de lo que nosotros llamamos cero, o completamiento, porque permitió que los números potenciaran su valor por la posición que ocupan y, como tiene una base calendárica los valores aumentan de 20 en 20 (las veintenas del año solar), pero, para que sea un sistema vigesimal preciso se debe tomar en cuenta que la base no es el 1, la primera posición, si no la tercera, 360, que es lo más cercano al año solar. No se olvide que es un sistema calendárico. Empezaré por explicar por qué la base es la tercera posición, y, aclaro, se lee de abajo hacia arriba, para mi propósito solamente registraré los ciclos empleados comúnmente por los mayas (Fig. 15) (insisto, léase de abajo hacia arriba):
La tercera posición es la más cercana al año solar, si se hubiera usado el 400 estaría bastante desfasado. Debo señalar que antes de llegar a su perfección se probaron diversas posibilidades para su registro. ¿Cómo se podía escribir? ¿Qué era lo más importante? ¿El día, la veintena? ¿Los ciclos mayores? Se tienen evidencias en varios sitios de dichos intentos hasta llegar a la estela 29 de Tikal. Una vez fijado el sistema de Cuenta Larga, ello le permitió a los mayas poder precisar ciertas fechas en las cuales el año de 365 días coincidiera con los ciclos de Venus, de la Luna (eclipses), de Júpiter, Saturno, y posiblemente, Marte buscando siempre que se ajustaran con el año de 260 días porque, finalmente, todo se regía en base a este ciclo que es el que nombra a los días. |