Las
infecciones
La
infección puede también ser transmitida de la madre al feto
durante la gestación, ya que es una de las pocas bacterias capaces
de atravesar la barrera trasplacentaria, la cual usualmente actúa
como una barrera de filtración para evitar la entrada de patógenos
hacia el feto. En mujeres embarazadas infectadas pueden presentarse nacimientos
prematuros, bacteremia en el recién nacido (Fig 4) e incluso abortos.
Peor aun parece ser que el embarazo incrementa la susceptibilidad de las
mujeres a la infección por L. monocytogenes.
Listeria monocytogenes es considerado un parásito intracelular
(Fig.5), capaz de sobrevivir en macrófagos
invadir células no fagocíticas
como las células epiteliales, hepatocitos y células endoteliales.
Posee varios factores de virulencia que le permiten mantener la infección
y que son regulados por genes específicos (PrfA). La presencia
y concentración de algunas sustancias en el medio (ej. Fierro),
inducen un incremento de producción de listeriolisina
O cuando existe en baja concentración (Bohne, et al.
1996).
La listeriolisina O (LLO), es una hemolisina que se comporta
como un importante factor de virulencia, tiene un peso molecular de 60
kdaltones y está formada por 504 aminoácidos. Es producida
principalmente en la fase exponencial con concentraciones máximas
después de 8 a 10 horas de crecimiento (James, 1994).
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La
fagocitosis de Listeria estimula la liberación de
listeriolisina O. Ésta se une a las membranas de los macrófagos,
y lisa a la célula hospedera formando poros en la membrana
(Saylers y Whitt, 1994).
Listeria
produce en menor cantidad otras dos hemolisinas:
fosfatidilinositol,
fosfolipasa
específica C (PI-PLC) y la fosfatidilcolina
fosfolipasa específica C (PC-PLC) también llamada
esta última lecitinasa.
Las fosfolipasas destruyen a la célula hospedera por hidrólisis
de los lípidos de la membrana (Salyers y Whitt, 1994). |
Otro factor de virulencia importante, es la movilidad ya que una vez instalada
en una célula Listeria se comienza a reproducir rápidamente
(1 vez cada minuto) posteriormente por la polimerización de la
actina, se desplaza rápidamente (1.5 ?m/seg) por el citoplasma
e invade células adyacentes (Bottone y Namdari, 1995). Las colas
que se forman por la polarización de actina se extienden de un
solo extremo de la bacteria. Se sabe que la movilidad es regulada por
el gen Act A (Iñigo et al. 1995).
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