Tipos de Flora Intestinal

La flora residente o autóctona se adhiere a las células epiteliales de la mucosa, son microorganismos fijos que se multiplican con rapidez, que están bien adaptados y son estables e inocuos . La flora pasajera o transitoria no se fija al epitelio ni se establece en el intestino y esta formada por los microorganismos no patógenos procedentes de la porción superior del tubo digestivo, los alimentos y el medio ambiente (Suárez, 1994).

Algunos de los efectos de la flora intestinal son (Wind, 1994):

  • La modificación cualitativa del intestino.
  • Su papel sobre la degradación de los nutrientes.
  • La síntesis de vitaminas.
  • Reabsorción de metabolitos bacterianos.
  • El papel sobre los productos de secreción endógena.
  • La producción de gases.

Existen ciertas características propias de la microbiota colónica en donde predominan las bifidobacterias y bacteria lácticas (BL) entre las que encontramos la producción de ácidos grasos de cadena corta y de ácido láctico como producto de la fermentación de los carbohidratos, que disminuyen el pH en el colon creando un medio donde las bacterias potencialmente patógenas no pueden crecer y desarrollarse.

Las actividades de éstas bacterias se ven afectadas por la fisiología y arquitectura del tracto gastrointestinal. Una fluctuación en dichas actividades se ve influenciada por una disponibilidad de substratos, un potencial rédox, el pH, la tensión de oxígeno y su distribución en el cólon. Y surge el interés en la manipulación de la composición de la flora intestinal del intestino con la obtención de un régimen alimenticio más saludable. Es decir, se desea aumentar tanto el número como la actividad de grupos de bacterias tales como Bifidobacterium y Lactobacillus; que pudiesen promover propiedades saludables en el huésped (Cummings, 1997).

Beneficios

El papel beneficioso de las leches fermentadas para la salud se conocía desde hace varios siglos, pero no fue hasta 1908 cuando el científico ruso EIlya Metchnikoff enfatizó los beneficios que proporcionaba el consumo de yogur a los pobladores de los Balcánes, en los que asoció su gran longevidad y buena salud física al elevado consumo de yogur, por sus investigaciones recibió el premio novel de Medicina en ese año. Sin embargo esta teoría fue refutada al demostrar que las bacterias lácticas del yogurt no sobreviven a la acidez del estómago.