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Las
instituciones son el conjunto de reglas del juego político
que se relacionan con las formas de interacción
de los actores y de las organizaciones que integran
un sistema político, por lo que el cambio organizacional
está relacionado con el cambio de dichas reglas
de juego que condicionan las formas de acceso al poder
y las relaciones de los ciudadanos con los gobernantes.
Los arreglos institucionales delimitan en forma contingente
el juego político generando oportunidades, restricciones
y riesgos al desarrollo.
El
enfoque de la economía institucional, sobre el
desarrollo, se hace desde dos perspectivas teóricas,
la teoría de la información imperfecta y
el análisis comparativo de los procesos de desarrollo,
las cuales fundamentan los arreglos institucionales.
La
Nueva Economía Política Institucional, sucesora
de la economía institucional, evita el holísmo
de la economía ortodoxa, para apreciar los fenómenos
sociales en las instituciones, tales como la cultura corporativa,
etc., realizar análisis de las políticas
mediante análisis institucional comparativo. En
los análisis de la Nueva Economía Institucional,
término atribuido a Oliver Williamson, la calidad
de las instituciones tiene un papel determinante en el
desarrollo y la pobreza, considerando que la ejecución
de transacciones tiene un costo.
La
Nueva Economía Institucional da origen al término
gobernabilidad en referencia a las instituciones que la
sociedad debe poseer a fin de monitorear las reglas del
juego. La Nueva Economía Institucional deja en
claro que las instituciones económicas, políticas
y jurídicas son incompletas en cualquier sociedad
y, por lo tanto, los costos de transacción no alcanzan
los niveles deseados en el paradigma de la eficiencia.
El paradigma de la Nueva Economía Institucional
se interesa en las cualidades de coordinación de
las instituciones, la coordinación está
relacionada con el conjunto de instituciones capaces de
producir expectativas que hacen posible a los individuos
que no siguen los lineamientos de los planes centrales
y que difieren en sus metas, para coordinar sus planes
exitosamente.
A
partir de los fundamentos teórico-metodológicos
de las relaciones entre el desarrollo económico
y las instituciones jurídicas que establece la
Nueva Economía Institucional, se superan las limitaciones
del análisis del “movimiento del derecho
y el desarrollo” y se establecen las bases para
la construcción del Estado de Derecho, promotor
del desarrollo económico. De acuerdo a Burgos Silva
(2002), el análisis económico neoinstitucionalista
define la institucionalidad jurídica y el desarrollo
económico, cuestiona el derecho como instrumento
del desarrollo económico y reconoce a las instituciones
informales y promueve mecanismos institucionales considerados
como óptimos.
Recientemente,
la gobernabilidad se está convirtiendo en titularidad
global implementada a través de decisiones y medidas
colectivas que son delimitadas bajo esquemas de derecho
internacional por instituciones que responden a intereses
de la globalización. El derecho es un instrumento
del Estado que constituye un sistema de incentivos y obstáculos
que encausan los comportamientos en determinados cursos
de acción de conformidad con los objetivos que
un sistema económico y social se plantea para su
proceso de desarrollo. Por lo tanto, el derecho establece
los límites propios al poder estatal en el ámbito
económico y su capacidad de intervención,
posibilitan el diseño de los arreglos institucionales
que facilitan la predictibilidad en las interacciones
sociales e incentivan los comportamientos que concurren
al modelo de desarrollo deseado.
Las
instituciones son un marco de referencia que facilitan
los intercambios económicos dentro y fuera de los
mecanismos del mercado. En la nueva economía institucional,
los aspectos políticos limitan los beneficios del
comercio, como en las situaciones específicas de
negociaciones asimétricas debido a que prevalecen
intereses creados que originan conflictos distributivos.
Existe una relación estrecha entre la institucionalización
de las normas y el comportamiento individual, es decir,
las instituciones se legitiman cuando incentivan a los
individuos.
La
economía institucional estudia la economía
de los costos de transacción, la elección
racional, la economía de los derechos de propiedad,
la teoría del principal agente, los enfoques de
economía constitucional y elección pública.
En este trabajo se abordan solamente la elección
racional, los costos de transacción, la teoría
de la agencia y el peligro moral.
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