El
esquema
funciona de la siguiente manera: (1) se
parte de la selección de
un tema general que se inscriba
en el área de trabajo de la persona
y se indagan sus ángulos menos explotados.
Se sabe que cada parcela del conocimiento
tiene temas característicos, como
por ejemplo, en el mundo docente, estrategias
de enseñanza, formación docente,
valores, lectura y escritura. Además
existen temas de actualidad con influencia
en todas las áreas del conocimiento:
medio ambiente, nuevas tecnologías,
desempleo, derechos humanos. Combinar los
temas de actualidad con los temas del área
permite ir afinando más el tema objeto
del estudio: formación docente
y nuevas tecnologías, estrategias
de enseñanza y desempleo. Otra
posibilidad para la definición de
un tema está en la combinación
de temas de áreas distintas del conocimiento:
educación y salud, nuevas tecnologías
de información y ambiente. Definido
el tema, el siguiente paso es (2) la
selección de un tópico particular,
con lo cual se reduce el tema y se enfoca
en un punto de interés. Cumplir con
este paso implica conocer con mayor profundidad
los temas relacionados y sus asuntos críticos,
no desarrollados, cuestionados o que son
objeto de la atención pública.
Así, dentro de un tema como “derechos
humanos y lectura y escritura” se
podrá estudiar lo relativo a la “violación
de los derechos humanos del niño
en el proceso lector”. Seleccionado
el tópico, se procede a la (3) búsqueda
de evidencias o datos específicos
que fortalezcan los marcos conceptuales
de la persona, en particular, los trabajos
realizados sobre el tópico seleccionado,
en caso de que existieran. Luego procede
(4) una contextualización
del tópico: implica su estudio
dentro de una realidad determinada. Por
ejemplo, en el barrio, en determinada clase
social, en determinado género, en
niños, adultos, adolescentes, en
una obra en particular. El contexto orienta
al lector sobre el tópico, le añade
una información valiosa, es otra
mirada. Seguidamente, viene (5) la
creación de una aserción
que se expresa, preferiblemente, mediante
una oración afirmativa o negativa.
Se trata de superponer al tópico
otra mirada, la de un sujeto que asume una
postura o visión personal que defenderá
o demostrará mediante su escrito.
Es la conclusión. A continuación
vienen (6) la expresión de
la garantía, (7) el respaldo
de la garantía, (8) las futuras
objeciones y, finalmente, (9) la
ratificación de la aserción.
Por
ser la aserción el centro de una
argumentación, -que en el lenguaje
de un artículo de investigación
se convierte en objetivo o en hipótesis,
según la naturaleza del trabajo-,
es prioritario, siempre, detenerse en ella,
entretenerse con ella hasta que se esté
seguro de que la expresión escrita
haya sido lo suficientemente efectiva y
transparente como para evocar el contenido
y el juicio que de ella se tiene en mente,
que es el mismo que se aspira instaurar
en una audiencia. La aserción es
inicio y fin, punto de partida y punto de
llegada, aparece en la introducción
y en la conclusión, expresa el aporte,
el camino que abre caminos, mediante un
logos trascendente.
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