31 de enero de 2004, Vol. 5, No. 1 ISSN: 1607-6079
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De igual manera y aunado al surgimiento del término, se encuentra su contexto histórico, así como una problemática específica alusiva al conocimiento de este proceso, a la cual se pretende dar respuesta. En este sentido, es necesario revisar algunas de las interrogantes que se desprenden sobre el tema y tratando de encontrar una explicación, existen aportaciones relevantes que nos permiten entender la manera en que se ha desarrollado el estudio de la creatividad. De esta manera, revisaremos de forma muy sintética, algunos antecedentes del concepto, los cuales han marcado en alguna medida su estudio y evolución.

Revisando los antecedentes más remotos de los principales teóricos que investigaron este concepto, encontramos a Wallace en 1926-1930, quien abordó la creatividad aplicada a las actividades comerciales, y estableció cuatro fases del proceso cognitivo que le involucra, siendo estos: preparación, incubación, iluminación y verificación. Paralelamente, demostró en uno de sus estudios, que las vendedoras de una empresa clasificadas en el tercio superior de las ventas, obtuvieron una calificación alta en las pruebas de habilidad creadora de la mente, que aquellas que no se consideraban buenas vendedoras. Patrick (1935, 1937, 1938 y 1941). Demostró que los pasos propuestos por Wallace, no requieren de un orden específico, es decir, pueden surgir en diferente secuencia.

Otro pionero considerado como uno de los principales exponentes del tema es Guilford, quien a mediados del siglo XX propone el término de creatividad y postula que ésta y la inteligencia no son lo mismo, señalando que ambas son habilidades homólogas pero diferentes. Para este teórico la 'creatividad', es entendida como una forma distinta de inteligencia, así, Guilford la denomina: 'pensamiento divergente' en contraposición al 'pensamiento convergente', que tradicionalmente se media en las pruebas (test) más comunes de inteligencia Espíndola (1996). Marcó la distinción entre el pensamiento convergente y divergente. Desde ese momento, la creatividad se ha considerado como un elemento esencial en cualquier estudio formal referido al intelecto humano.

Lownfield, se centró en investigaciones que implican actividades pictórico-plásticas, para lo cual retomó las categorías de Guilford y propone cuatro tipos de factores: 1) sensibilidad para los problemas, 2) variabilidad, 3) movilidad y 4) originalidad, así como cuatro capacidades personales: 1) redefinición de los problemas, 2) análisis, 3) síntesis y 4) coherencia de la organización. Menciona que los niños creativos son más adaptables, asimismo, cambian constantemente los materiales con los que realizan una tarea.

Flanagan en 1958, utilizaba los términos de genialidad o inventiva para señalar la forma superior del pensamiento de tipo creativo.

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