Libertad
trascendental y libertad práctica. Los dos momentos en los que Kant aborda el tema de la libertad en la Crítica de la razón pura se hallan distribuidos en las secciones de la tercera antinomia de la razón pura y el “Canon”. Ambos se preocupan por distinguir dos tipos de libertad, a saber, la libertad trascendental y la libertad práctica, conectándolos, respectivamente, con el tema de la filosofía moral. En la tercera antinomia Kant entiende por libertad trascendental la absoluta espontaneidad de una causa capaz de generar una serie de estados objetivos por sí misma, sin estar a la vez determinada por alguna otra causa. Por su lado, en esta misma sección se entiende por libertad en un sentido práctico, “la independencia de la voluntad respecto de la imposición de los impulsos de la sensibilidad. En efecto, una voluntad es sensible en la medida en que se halla patológicamente afectada (por móviles de sensibilidad). Se llama animal (arbitrium brutum) si puede imponerse patológicamente. La voluntad humana es arbitrium sensitivum, pero no brutum, sino liberum, ya que la sensibilidad no determina su acción de modo necesario, sino que el hombre goza de la capacidad de determinarse espontáneamente a sí mismo con independencia de la imposición de los impulsos sensitivos”42 (A 534 – B 562). Aquí la libertad humana es vista tanto en un sentido positivo, como autodeterminación espontánea, como en un sentido negativo, esto es, como independencia de la imposición de las inclinaciones naturales. En el “Canon” se abunda un poco más en el punto que tiene que ver con la autodeterminación espontánea de la voluntad humana. Gracias a su libertad, la voluntad humana puede dictarse leyes objetivas que determinen su actuar, estableciendo con ello lo que debe suceder, aunque nunca suceda, aclara Kant, cosa que las distingue de las leyes de la naturaleza, las cuales explican solamente lo que sucede (A 802 –B 830). De acuerdo con Kant, entonces, en el hombre se pueden distinguir dos niveles: por un lado, es Fenómeno y responde a las leyes de la causalidad natural (impulsos o inclinaciones sensitivas); por el otro, en relación con las facultades del entendimiento y la razón, es un objeto inteligible que basa su acción en determinaciones independientes de su sensibilidad (A 547 – B 575). “A través de la experiencia reconocemos, pues la libertad práctica como una de las causas naturales, es decir, como una causalidad de la razón en la determinación de la voluntad”43 (A 803 – B 831). La libertad, pues, es hasta cierto punto cognoscible, por lo menos en su sentido práctico, a partir de la experiencia de la acción humana. Esto se asemeja a lo que posteriormente se dirá en la Crítica de la razón práctica cuando se presenta la ley moral como la ratio cognoscendi de la libertad (y a la libertad como la ratio essendi de la ley moral)44 . El punto que genera discordia con respecto a la forma en la que se vinculan la libertad trascendental y la libertad práctica en la Crítica de la razón pura, tiene que ver con una afirmación que se hace en el Canon y que parece contradecir a lo que se había concluido en la solución a la tercera antinomia. En esta sección Kant dice lo siguiente:
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