Revista Digital Universitaria
10 de octubre de 2005 Vol.6, No.10 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 

 

 

Nuevos lenguajes artísticos

 


El surgimiento de nuevos lenguajes artísticos necesariamente considerará las propiedades específicas de estas nuevas imágenes digitales. Imagen de síntesis o digital, “tejida por lenguajes formales, resulta por ello mismo particularmente capaz de demostrar sus ventajas propias y sus características específicas” (Quéau, 1996:37). Así, la principal características de estas imágenes es “su resistencia e incluso su opacidad” (996:37). Philippe Quéau11 señala que el artista del mañana se verá llamado a valerse de la autonomía de estos “seres intermedios” como nuevo medio de expresión y podrán explotar su “vida artificial” (1996:37) para crear obras en continua génesis.

Un número significativo de artistas visuales ha encontrado en el hipermedia un medio de expresión plástica y la posibilidad de presentar sus obras de forma multisensorial. La idea de que el espectador pueda interactuar, es decir, explorar asociativamente los elementos de las obras artísticas, al tiempo que establece una comunicación bidereccional con el artista. Estos son “motivos suficientes para experimentar bajo esta nueva modalidad”, como señala Kruger (1993:150).

Las inquietudes e intereses artísticos de este género se resumen en las ideas expresadas por Roy Ascott. “Hoy buscamos un arte que construya nuevas realidades y no un arte que represente un mundo preordenado, finito y artificial. Queremos un arte más instrumental que ilustrativo, explicativo o expresivo. Más que limitarse a embellecer el mundo y contribuir a su ornamentación, el artista de la cibercultura busca intervenir en su renovación y reconstrucción” (1993)

Linda Jacobson, periodista y editora especializada, sostiene que las herramientas tecnológicas permiten a los artistas expresar y visualizar complejas estructuras e ideas abstractas (1992: V). Estas herramientas participan con el artista en los procesos creativos facilitando la experimentación con colores, sonidos, trazos, creación de modelos tridimensionales, fotoretoque y animación. El uso del hipermedia permite a los artistas asociar efectos y bandas sonoras con imágenes dentro de un formato digital. Les ofrece la posibilidad de trabajar con las cualidades físicas fundamentales del sonido y de la imaginería; controlarlas con cierta precisión y, sobre todo, combinar todos estos elementos en sus mentes creadoras. Es de estas combinaciones que emerge el arte digital.

El Minimalart o minimalismo, presentaba ya la utopía de la totalidad, en el que la idea de obra e instalación eran sinónimas y proponían al espectador introducirse en la obra de arte. Ahora, el arte digital, desmaterialziado en tanto virtual, retoma los conceptos de aquel movimiento artístico.

Desde un punto de vista didáctico, la unión entre lo abstracto de los modelos numéricos y su representación tridimensional, ofrece nuevas y amplias perspectivas. Inclusive, como asegura Quéau, la conjugación de la tecnología del hipermedia con la de la RV permite “sentir físicamente sensaciones o modulaciones que representan ideas teóricas. El cuerpo siente la inteligencia en forma tangible” (1996:38). Situación inédita en el desarrollo de la apreciación estética e, indudablemente, tema de interés para los teóricos de la construcción del conocimiento.

La cultura telemática que se desarrolla actualmente en el ciberespacio, está generando nuevas realidades alternativas y nuevos paradigmas estéticos. En este ámbito, una de las formas de expresión más destacadas es el arte en hipermedia. A diferencia de lo que sucede en las formas de arte predecesoras -formas que ahora podríamos llamar tradicionales o clásicas- en las que las obras permanecen estáticas, las nuevas obras de arte digital no están precisamente definidas por su materialidad. En relación a esta característica del arte desmaterializado, Quéau afirma que “siempre en movimiento, las obras virtuales se suceden a sí mismas, se recomienzan en todo momento. La obra virtual no se termina a fin de acabarse mejor” (1996:115). Así, según el teórico canadiense, el arte virtual propone una nueva relación entre la obra, el espectador y el artista, una relación que no es únicamente de consumo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
   

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