Por
otra parte, la estructura del arte en
hipermedia es sugerente, por lo que
bien vale explorar este sendero. La
tecnología que subyace en el
hipermedia permite crear series de imágenes,
textos o audios, que se pueden expandir
o contraer, combinar o fragmentar, insertar
o dividir, etcétera. Al respecto,
Nicholas Negroponte, co-fundador y director
del MIT Media Laboratory12
, afirma que "el hipermedia es
como una colección de mensajes
elásticos" (1995:92).
En el arte digital, la estructura puede
ir más allá de la ramificación
de ventanas con información de
diferentes medios. El hipermedia, como
espacio virtual, al ser utilizado como
soporte para una obra de arte, ha de
concebirse con una estructura diseñada
bajo la premisa de ofrecer a los espectadores-
usuarios, una serie de disyuntivas y
caminos frente a los cuales tendrá
que tomar decisiones. Obviamente, las
opciones y los diferentes niveles o
grados progresivos de alternativas,
habrán de programarse dentro
de un entorno de control previsto por
los creadores del sistema. De cualquier
forma, la estructura inherente al hipermedia
propone siempre diversos recorridos.
Dentro de las peculiaridades de una
estructura hipermediática encontramos
las bifurcaciones interconectadas, similares
a los caminos ramificados del pensamiento
humano o senderos que se bifurcan, como
habría dicho Borges. Se trata
pues de entramados arborecentes por
los cuales es posible avanzar desde
un principio único hasta un final
múltiple.
Si bien, estructuras con estas características
son inherentes al hipermedia, vale señalar
que este tipo de entramado no es del
todo nuevo para el arte. El escritor
checo Milan Kundera (1994) habla de
las composiciones realizadas por los
“escritores araña”.
Siguiendo la línea de estructuras
complejas, la referencia plástica
y emblemática la encontramos
en la obra de M. C. Escher, que, en
un espacio bidimensional como el del
grabado, consigue crear la ilusión
de espacios que van más allá
de la tridimensionalidad 13.
Resaltar que en esta modalidad artística,
el espectador se convierte en usuario
y el artista en un creador de hiperobras.
Obras abiertas, diría Eco. O
bien, obras que, en términos
estrictos, deliberadamente no han sido
acabadas.
La principal diferencia del arte digital,
con respecto a los géneros anteriores,
es que ahora nos referiremos a obras
artísticas consignadas a soportes
digitales, sean físicos (CD,
CD-ROM, DVD, etc.) o virtuales (Internet).
Obras producidas con la potencialidad
que les otorga la interactividad y la
posibilidad de vincular diferentes medios
y lenguajes audiovisuales.
La producción en uno y otro soporte
es ya extensa. Estéticamente
no hay diferencia entre el uso de un
soporte y otro. Optar por off line y
on-line se fundamenta generalmente en
factores como acceso, distribución,
actualización, de contenidos,
etcétera.
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