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Ramón Sibiuda, un río entre dos continentes Es una lástima confirmar que la queja de don Marcelino Menéndez Pelayo acerca de la ausencia de investigaciones sobre Ramón Sibiuda1 se prolongue aún hasta nuestros días, y es una lástima precisamente porque Ramón Sibiuda ha sido intuido como el mayor de los filósofos españoles del siglo XV y el punto crucial entre la mística medieval y la del Siglo de oro en España. Y efectivamente, Sibiuda fue el último de los grandes realistas del medioevo y también la primera luz renacentista en el pensamiento del norte hispánico. De la vida de Sibiuda se conoce muy poco, se especula que nació hacia 1385 en Barcelona, lo cual lo liga a una ascendencia catalana. Lo que sí parece estar documentado es que fue estudiante en la universidad de Toulouse y que fue rector de la misma entre 1429 y 1435, y que en 1436, mismo año de su muerte en Toulouse, editó su obra magna el Theologia naturalis seu Liber creaturarum. Sibiuda, como buen intelectual de su tiempo, no fue ajeno a las influencias del humanismo provenzal que ya se había instaurado en Cataluña. Basta recordar a gente como Alfonso el Magnánimo,2 amigo de Lorenzo Valla y Eneas Silvio Piccolomini (quien llegó al papado como Paulo II), que promovió una verdadera revolución humanista en la cultura catalana. Pero amenazando esta cultura “de avanzada” se imponían realidades sociales y religiosas demasiado crudas (una profunda crisis en el papado, tensión económica, severos problemas de salud pública...) que estaban ligadas a un milenarismo desbocado que se hacía sentir en todos los ámbitos y que llegará hasta el mismo Sibiuda. La herencia medieval tampoco está anulada. En Sibiuda, por ejemplo, se debe reconocer el dualismo radical de las “dos ciudades” agustinianas, el valor franciscano de la Naturaleza como manifestación divina, la teoría buenaventuriana de las escalas, y sobre todo un lulismo que se manifiesta a través de: • Entusiasmo racional
En suma, Ramon Sibiuda es una autor de transición, “en él se amalgaman las dos tendencias de descomposición que en el siglo XIV fermentaron en el seno de la escolástica: por un lado, es místico como Suso y como Tauler, y precede y anuncia a la gran generación española del siglo XVI; por otro, es crítico como Occam", por un lado mira hacia la Edad Media, por otro hacia el Renacimiento, e incluso hasta la modernidad.5 Esta compleja estructura de influencias hace de Sibiuda un autor interesante, e incluso apasionante, como atestigua Fortunat Strowski quien considera al Liber creaturarum como un "audaz poema de metafísica, mística novela de amor, sutil análisis de la psicología humana, aliento generoso hacia la más universal de las vidas".6
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