
|
Consideramos
que la tesis de Alfred North Whitehead (1861-1947)
sobre los fines de la educación (educar
para la sabiduría) es pertinente
y relevante en nuestros días. Sin embargo,
regularmente se piensa que si un artículo
o investigación pueden ser interesantes
deben referirse a los “grandes” estudiosos
o corrientes en “moda”, nos empeñamos
en suscribir ideas de filósofos de renombre
o analizar temáticas desde las perspectivas
predominantes y es un infortunio acercarnos a
las reflexiones educativas sólo por los
nombres o porque están en boga y no por
los argumentos. Esta es una de las razones por
las que nos permitimos escribir el presente artículo
y, en cierta forma, compensar esa limitación
en nuestro estudio.
Whitehead escribe diversos textos: Ciencia
y Mundo Moderno (1925), Proceso y realidad
(1929), La función de la Razón
(1929), Aventura de Ideas (1933), Modos
de pensamiento (1938) y, con Bertrand Russell,
Principia Mathemática, (1910-1913)
lo que permite ubicarlo como un filósofo
de las ciencias formales, familiarizado con
la física, la matemática y la
biología de principios del siglo XX.
En
parte, caracterizar a Whitehead como un filósofo
de la ciencia es correcto. Sin embargo, como
habremos de mostrar en este trabajo es también
un filósofo de la educación. Respecto
de su obra se afirma:
Positivo en el modo de enfrentarse a los problemas,
gran trabajador en los detalles y dotado extraordinariamente
para la visión sintética, Whitehead
representa con su obra el arquetipo del filósofo
en el sentido más noble de la palabra.
(Bochenski, 1982, p.58.)
El
objetivos de este artículo es presentar
las ideas más destacadas del filosofo
y científico inglés en su obra
Los fines de la Educación (1929)
precisando tres aspectos: 1.- Los ideales educativos,
2.- El proceso educativo y 3.- La misión
de la universidad. Nuestra intención
es mostrar que sus argumentos, a pesar del tiempo
transcurrido, conservan una gran relevancia
en nuestros días, siendo avalados por
otros autores.
|
|
|