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10
de abril de 2004 Vol. 5, No. 3 ISSN: 1607 - 6079 |
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Intuición y deducción: camino hacia la inteligencia La intuición se define como "una representación producto de una inteligencia pura y atenta, representación tan fácil y tan distinta que no subsiste duda alguna acerca de lo que se comprende" (AT, X, 368). Esta representación nace en el entendimiento por las luces naturales de la razón. Es más simple y más segura que la deducción. La deducción es, a su vez,"todo aquello que se concluye necesariamente a partir de otras cosas que se conocen con certeza" (AT, X, 369). Es posible alcanzar un conocimiento seguro por este medio, siempre y cuando se opere sobre "principios verdaderos y ya conocidos, por un movimiento continuo y sin interrupción del pensamiento, con una intuición clara de cada cosa" (AT, X, 369). La intuición y la deducción son diferentes por las siguientes razones: 1) en la intuición no hay movimiento o secesión como en la deducción y 2) la intuición requiere de una evidencia presente mientras que a la deducción la evidencia le viene por la memoria. No obstante estas diferencias, intuición y deducción son las dos vías más seguras para llegar al conocimiento. Estas dos vías son necesarias y se complementan mutuamente. Hay conocimientos que sólo son posibles a través de la intuición, como es el caso de los principios. Hay otros conocimientos que pueden ser alcanzados a través de una u otra, como sucede con las proposiciones que son consecuencia inmediata de un primer principio. Otros conocimientos están reservados a la deducción y esto ocurre en el caso de las proposiciones que son conclusiones lejanas. Así, la adquisición del conocimiento verdadero se relaciona con la cuestión del método. El método es necesario para la investigación de la verdad (AT, X, 371). Por método entiendo, dice Descartes,"aquellas reglas ciertas y fáciles cuya rigurosa observación nos da la seguridad de no tomar un error por una verdad y, sin desgastar inútilmente las fuerzas del espíritu y aumentando en un progreso continuo su saber, llegar al conocimiento verdadero de todas las cosas accesibles al entendimiento humano" (AT, X, 371-372). De esta manera, se considera que el método permite usar la intuición para no suponer como verdadero lo que es falso y encontrar las vías deductivas para alcanzar el conocimiento de todas las cosas. El método permite e indica claramente el uso correcto de la intuición y de la deducción para alcanzar la verdad. Pero, el método no nos enseña como realizar tales operaciones (AT, X, 373). La intuición y la deducción son propias de la inteligencia humana y son consideradas como principios innatos del método. Una vez considerada la relación entre la capacidad de la inteligencia humana y el método para alcanzar el conocimiento verdadero, Descartes explicita en que consiste este. El método "consiste en el orden y la disposición de los objetos hacia los cuales debemos dirigir el espíritu para descubrir cualquier verdad" (AT, X, 379). Para seguir fielmente el método, deben reducirse las proposiciones oscuras y confusas a las más simples. A través de la intuición de las cosas fáciles se trata de elevar gradualmente al conocimiento de las otras. En la Regla VI se considera que las naturalezas simples, de las cuales se tiene conocimiento a través de la intuición, son muy pocas. Así, la mayor parte del conocimiento proviene, a partir de ellas, de la deducción. Se debe, entonces, tener presente cuál es la naturaleza o cosa simple que es el punto de partida de la investigación. Al mismo tiempo, se debe observar de qué manera y en qué grado cada paso deductivo que se efectúa se va distanciando de la proposición primera y más simple. En la medida en que ciertas verdades no se deducen inmediatamente de los principios conocidos con completa evidencia, Descartes resalta la necesidad de realizar una enumeración. Esa enumeración debe ser, según la Regla VII, suficiente y ordenada. Implica, también, un movimiento continuo del pensamiento, en el cual se examinan todos los objetos que se relacionan. La enumeración es un complemento indispensable de la ciencia en la medida en que, en el caso de largas deducciones, evita la incertidumbre. Por medio de ella se recorren sin interrupción, todas las conclusiones intermediarias evitando que se pierda la secuencia deductiva, por más distantes que se encuentren de los principios o proposiciones simples. De esta manera se puede estar seguro de las conclusiones finales y de los conocimientos alcanzados. |