10 de abril de 2004 Vol. 5, No. 3 ISSN: 1607 - 6079
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El problema del conocimiento verdadero

En el Discurso del Método, obra que data de 1637, se retoma la problemática acerca del conocimiento verdadero. El Discurso tenía el carácter de prefacio de un tratado científico compuesto por tres ensayos, por tres aplicaciones del método: La Dióptrica, Los Meteoros y La Geometría.

En la "Primera Parte" del Discurso, Descartes expresa su absoluta insatisfacción con la formación intelectual recibida. No encuentra una doctrina capaz de darle la certeza que su espíritu procuraba.

En la "Segunda Parte" afirma haberse convencido de la necesidad de arrancar de su espíritu todas las ideas por él aprendidas para sustituirlas por otras. Como en las concepciones anteriores no encuentra nada que pueda conducirlo al conocimiento cierto, entonces se propone construir una filosofía nueva. En este punto es preciso señalar que lo que Descartes anuncia no es apenas un propósito o proyecto, sino una verdadera revolución filosófica y epistemológica. Esa revolución está íntimamente relacionada con la revolución científica anunciada por Galileo. Es interesante recordar que la filosofía cartesiana procura los fundamentos de la ciencia naciente y lo hace de una forma radical.

También resulta importante observar que Descartes coincide en un fuerte sentido con un autor al que rara vez se le asocia. Francis Bacon, en el Libro I del Novum Organum, desarrolla lo que considera la parte destructiva de su sistema. Con ello pretende desbrozar y limpiar el terreno para presentar su propuesta para la interpretación de la naturaleza. El propósito de Bacon, aunque es muy ambicioso, resulta modesto al lado de la intención de Descartes. Sin embargo, lo que debe resaltarse es la necesidad de la crítica, de la ruptura con el conocimiento anterior, reducido incluso al grado de prejuicio, que ambos autores manifiestan antes de expresar su propio pensamiento. Para Descartes es importante encontrar un método apropiado para llegar al conocimiento de las cosas. Un método que reuniese las ventajas de la lógica, del análisis de los antiguos y del álgebra de los modernos, pero que estuviese exento de sus defectos.

Hemos mencionado antes que, en las Reglas, Descartes crítica las formas de argumentación de los dialécticos. Para él, pretenden alcanzar conclusiones verdaderas únicamente a través de la forma, dejando ociosa a la razón. La lógica tradicional resulta inútil para quien desea conocer la verdad de las cosas. Sólo sirve para exponer verdades y razonamientos ya conocidos (cf. AT, X, 406). El método encontrado se compone únicamente de cuatro preceptos que deben cumplirse: rigurosamente (AT, VI, 18-19). Estos preceptos son los mismos que se habían desarrollado en las Reglas, con la diferencia de que en el Discurso se presentan de forma breve y general.

El primero consistía en no recibir como verdadero lo que no se conozca con evidencia como tal: esto es, evitando cuidadosamente la precipitación y el prejuicio; y no aceptando en mis juicios lo que no se presente a mi espíritu con claridad y distinción y que no pueda nunca ponerse en duda. El segundo, en dividir cada una de las dificultades que examinaba, en tantas partes como se pueda y sea necesario para obtener mejores resultados. El tercero, ordenar mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y los más fáciles de conocer, elevándome gradualmente al conocimiento de los más compuestos; y suponiendo un orden en aquéllos que no lo tienen por naturaleza. Y el último, hacer enumeraciones tan completas, y revisiones tan generales, que me dieran la certeza de no omitir nada" (AT, VI, 18, 19).

Puede observarse que estos preceptos son los mismos que se han desarrollado en las Reglas, con la diferencia de que en el Discurso se presentan de forma breve y general. Es importante observar que las Reglas fueron redactadas mucho antes y en ellas se encuentra una preocupación mucho mayor, podría decirse que didáctica, por explicar en detalle en que consiste el método. Sin embargo, éstas permanecieron inéditas durante la vida de Descartes. En realidad, es en el Discurso que se expone públicamente el método por primera vez. No obstante, en el Discurso el método apenas se enuncia, resaltando primordialmente su alcance y ventajas. La mayor ventaja, radica en la seguridad que le proporciona el hecho de "usar en todo de mi razón, si no perfectamente, al menos lo mejor posible; practicando, sentía que mi espíritu se acostumbraba poco a poco a concebir más clara y más distintamente sus objetos (…)” (AT, VI, 21)

Una vez que se ha encontrado las ventajas del método, Descartes expresa su propósito de establecer los principios de la filosofía, empresa de la mayor importancia, debido a que no ha encontrado en esta nada cierto. Para las ciencias esto seria fundamental, ya que éstas toman, según Descartes, sus principios de la filosofía. El método tiene un alcance universal y permite establecer los principios filosóficos a partir de los cuales todos los conocimientos de las ciencias estarían fundamentados. En la "Quinta Parte" del Discurso, Descartes expone sus primeras meditaciones. Esas reflexiones son retomadas posteriormente en las Meditaciones Metafísicas (1641), -especialmente en la primera y la segunda meditación. En estas dos obras, nos muestra el camino que ha seguido en su duda metódica, en forma detallada. Ya en los Principios de la Filosofía, Descartes plantea la cuestión de la duda como principio alcanzado.

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