Por
otra parte, Csikszentmihalyi (1988, 1998,
1999), autor de innumerables investigaciones,
ha generado una propuesta ambiental la cual
se basa en la teoría de sistemas.
Ha dedicado más de treinta años
a las investigaciones que versan sobre estudios
del individuo creativo (como viven y trabajan),
para lo que ha trabajado con alumnos de
algunas escuelas de arte visual. Señala
que las personas creativas son seres complejos,
los cuales son: enérgicos y tranquilos,
inteligentes e ingenuos, disciplinados e
irresponsables, imaginativos y realistas,
orgullosos pero humildes, rebeldes y conservadores,
etc. Como parte de sus señalamientos
propone un procedimiento de 48 celdas que
caracterizan al producto creativo. En sus
aportaciones, apunta que las personas creativas
tienen una ‘complejidad de personalidad’,
es decir, que tienen varias opciones de
personalidad. Por lo que pueden ser extrovertidos
o bien introvertidos, rompen lo establecido
pero también suelen ser muy tradicionales,
así todas estas polaridades como
este autor señala, se integran en
el trabajo de las personas creativas. Algunas
de estas personas son al mismo tiempo muy
rebeldes e inconoclastas. Por lo mismo le
gusta cambiar lo establecido o bien no suelen
estar de todo de acuerdo con las normas.
Agrega a lo anterior que una persona creativa
trabaja no por el resultado de lo que hace,
ni por la fama. Trabaja por la alegría
de hacerlo, en este proceso la motivación
y la curiosidad se encuentran entretejidas
de una forma muy estrecha. Solo así
se puede entender que las personas creativas
piensan de manera divergente, es decir varias
ideas a la vez y analizan muchas posibilidades,
simultáneamente.
Mitjáns (1995), considera una nueva
forma de aproximarse a la comprensión
de la determinación psicológica
de la creatividad, en ella lo personológico
juega un papel esencial. Ha perfilado su
trabajo en torno al desarrollo de la creatividad
en el ámbito educativo. Sus aportaciones
en cuanto considerar el factor personológico
en la psicología de la creatividad,
señala que éste supone que
los problemas de su desarrollo y educación
no pueden ser analizados al margen de la
educación y el desarrollo de la personalidad,
así resalta que es precisamente lo
psicológico conformado en el desarrollo
del individuo, en función fundamentalmente
de las influencias histórico-sociales
y culturales con las que interactúa,
lo que se constituye en determinante principal
de la creatividad.
Sternberg
y Lubart (1997), abordan seis recursos para
la creatividad: aspectos de la inteligencia,
el conocimiento, los estilos de pensamiento,
la personalidad, la motivación y
el entorno. Enlazando todos los conceptos
anteriores en un único concepto:
comprar a la baja y vender al alza. Señala
que para ser creativo es necesario comprar
a la baja y vender a la alza en el mundo
de futuros y en el de otras inversiones.
Agregan que para ser creativo es preciso
tener muchas cosas por las que entusiasmarse
y no siempre es fácil encontrarlas.