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Algunas
consideraciones higiénicas sobre
la leche y sus derivados
La
leche al interior de la cisterna (órgano
de depósito de almacenamiento de leche
de la vaca), se conoce es estéril,
es decir, no hay microorganismos en ella,
sin embargo al realizar el ordeño,
hay riesgos de contaminación; por ejemplo,
cuando las ubres de la vaca no son aseadas
previo al ordeño, se quedan sucias
de tierra y estiércol, mismos que pueden
contener altas cargas bacterianas y parte
de estas pueden ser patógenas; por
otro lado, existe una enfermedad bastante
común conocida como mastitis, que no
es más que una infección en
las ubres causada por el stafilococcus
aureus. Existen dos grados de la infección,
la sub-clínica que es la más
leve y la clínica que puede ser grave,
y en donde el veterinario-clínico debe
recomendar no integrar la leche de estos animales
al ordeño total, debido a que la leche
al salir por los conductos de las ubres arrastra
leche y tejidos en descomposición (pus),
producto de esta infección, por este
y otros motivos que señalaré
más adelante no es recomendable tomar
leche cruda ni derivados lácteos sin
pasteurizar.
Hoy
día, existen las que se conocen como
“Buenas prácticas de ordeño”,
y que todo productor profesional de leche
debe conocer y poner en práctica, estas
contemplan desde la limpieza que debe haber
en los echaderos e instalaciones en donde
duermen y descansan las vacas, hasta el procedimiento
para realizar el lavado de tanques y conductos
por donde pasa la leche mientras se ejecuta
la ordeña, así como, la forma
de limpiar las ubres antes del ordeño
y el sellado de las mismas con alguna sustancia
antiséptica, como el azul de metileno
o el yodo, este sellado protege las entradas
de los conductos de las ubres y evita que
ingrese suciedad que equivale a cargas microbianas.
Para
complementar este tema, me resta mencionar
que hay dos enfermedades zoonosicas
(se transmiten del hombre al animal y viceversa)
no erradicadas y éstas son la Brucellosis,
también conocida como Fiebre de Malta
y la Tuberculosis, estas son dos razones más
por las que se debe evitar la ingesta de leche
y sus derivados cuando no han sido pasteurizados.
Recomendaciones de Procuraduría Federal
del Consumidor (PROFECO).
En
la práctica profesional, al detectar
una vaca con alguna de estas dos enfermedades,
se ordena de inmediato la revisión
de todo el hato y los animales infectados
deben ser incinerados de inmediato, para evitar
la propagación. Lamentablemente en
rancherías pequeñas y alejadas,
donde no hay servicios médico-veterinarios,
se dan casos que no son detectados a tiempo
y generan contagios a la población
tanto de animales como de humanos. No sería
mi objetivo desacreditar los productos que
venden de lo ranchos, “frescos”
y con sabor y olor a “rancho”,
que equivale muchas veces al olor que despide
el estiércol, pero si debo advertirles
el riesgo que implica comer estos productos,
pues en muchos casos no son pasteurizados
y si el lector revisó lo anterior,
ya conoce cuáles son esos riesgos.
Mantenimiento
de la cadena de frío, que significa
que tanto la leche y derivados pasteurizados,
conocidos también como frescos, requieren
mantener una temperatura de 4°C, para
evitar el crecimiento de microorganismos,
cuando la cadena se rompe y son sometidos
a mayores temperaturas, se van consiguiendo
diferentes niveles de crecimiento de microorganismo.
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