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![]() El verano de 1990, Octavio Paz convoca a personalidades intelectuales de renombre al Encuentro
Vuelta, titulado: La experiencia de la
libertad. Los participantes, nacionales y extranjeros, reflexionaron sobre la importancia que para el orbe significaba y significaría el desmembramiento de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, los países del este europeo y la consecuente recomposición geopolítica y económica mundial. Sería presuntuoso y acaso pedante suponer que a ello contribuyó el Encuentro con sus ideas, pero éste se constituyó, junto con aquellas reflexiones similares externadas en otras sociedades, en un coro de voces dialogando sobre los acontecimientos de esos días.
A lo que sin duda contribuyó el Encuentro fue a la recomposición del liderazgo intelectual en México.
Sería recordado [así, por]: la Revolución de Terciopelo en Praga, la caída del Muro de Berlín, el fin de la guerra fría, la liberación de la «Europa secuestrada», como la llamó Milán Kundera. Merece ser recordado también por un milagro menos ruidoso y dramático, pero igualmente esperanzador: por primera vez en la historia independiente de América Latina, la mayoría de los países elegía la democracia y dejaba atrás cuatro paradigmas del pasado: el militarismo, el marxismo revolucionario, el caudillismo populista y la economía cerrada. El ímpetu democrático había logrado (o lograría muy pronto), desenlaces que parecían increíbles: el retiro de los dictadores Pinochet y Stroessner; la derrota de los sandinistas por una valerosa mujer de estirpe liberal; la paz en El Salvador, donde hasta los antiguos guerrilleros se convertían cínicamente en prósperos empresarios capitalistas; el voto razonado contra el populismo en Brasil; la autocorrección del peronismo en Argentina y varios ejemplos más. Hasta aquí la opinión de Krauze.
Sin duda (y no porque lo haya dicho Krauze), este año está marcado,
primordialmente, sí por las revoluciones en el seno de las “democracias
populares” integrantes del bloque socialista, pero éstas tan sólo
son la culminación de la transición geopolítica que experimenta Europa
a lo largo de la década de los ochenta del siglo XX. En ello dos acciones
son particularmente importantes: la disgregación de la URSS y la integración
de la Unión Europea. Ambos asuntos conllevan aspectos políticos y
económicos de relevancia.
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