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Dispraxias, disartrias y disglosias Las siguientes patologías lingüísticas son el resultado de afecciones neurológicas en dominios cerebrales o canales con los que se controla la actividad motora. Estas tres patologías no afectan propiamente al proceso codificador sino a la fase en que una vez formulado el mensaje el paciente resulta impedido de realizar la actividad motora que permite exteriorizarlo. Las dispraxias y disartrias acompañan muy a menudo a la afasia. En la dispraxia se produce una incapacidad de ordenar actividades motoras simples dentro de actividades motoras complejas, no se puede controlar la secuencia de sonidos. Como consecuencia de ello el movimiento complejo se ve parcialmente realizado, interrumpido o sustituido parcial o totalmente por otro que no corresponde al intencionalmente enviado. Las dispraxias, también llamadas apraxias, afectan a todo tipo de actividades motoras, las hay de tres tipos fundamentalmente: La disartria se define como un trastorno orgánico del lenguaje de carácter neurológico, provocado por lesiones en regiones centrales y en las vías conductoras del analizador verbomotor. Se hace evidente la inervación insuficiente de los órganos articulatorios, lo que produce alteraciones en la pronunciación de los sonidos, acompañados por lo general de afectaciones en los atributos vocales, y toma de los movimientos biológicos. Defecto de la articulación del lenguaje, ausencia de coordinación entre movimientos musculares individuales en laringe, boca y aparato respiratorio acompañado de incapacidad de predecir la intensidad del sonido o su duración. Esto origina una vocalización confusa, con sílabas débiles o altisonantes, algunas largas o cortas, en la cual el habla resultante es casi ininteligible. Habitualmente se expresa como una mala pronunciación de las consonantes, puede originarse en la parálisis flácida o espástica por espacios repetitivos (tartamudez) o en la ataxia del orofaringe y el aparato respiratorio. Supone, por tanto, un desorden en la articulación del habla, resultante de daños o lesiones en los mecanismos neurológicos encargados de enviar información a los músculos de los órganos fono-articuladores para ejecutar sus movimientos. La debilidad, lentitud o incoordinación muscular pueden afectar todos los procesos básicos del habla, tales como la respiración, fonación, resonancia, articulación y prosodia. Los errores de la articulación son los rasgos más comunes de la disartria, seguidos por la incapacidad de la voz, resonancia, y fluidez. Según donde esté localizada la disartria hablaremos de:
Finalmente las disglosias, o también conocidas como disartrias periféricas, se producen cuando un tipo de lesiones neutrales, generalmente periféricas y que afectan a nervios concretos, paralizan o hacen deficiente la actividad de un único órgano o dominio muscular determinado.
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