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Criterios, correlaciones y alertas
1) la diversidad de campos léxicos en que se registran las transferencias (y ello tanto por la variedad de materiales que deben analizarse cuanto porque la frecuencia de uso de los elementos transferidos difiere entre los hablantes de la misma comunidad de acuerdo con su familiaridad con el campo mismo); 2) la posibilidad de que las incorporaciones se limiten a ciertos propósitos (como lo muestran los usos comerciales estratégicos que emplean las infrecuentes transferencias sale como “oferta” para llamar la atención sobre sus promociones y winter -u otras estaciones del año- para indicar la disponibilidad de nuevas colecciones de temporada) o a ciertos sectores o grupos, en cuya habla se acumulan transferencias léxicas de uso restringido al colectivo que en cada caso contribuyen a delimitar (como ocurre por un lado en distintas jergas profesionales y, por otro lado, en la jerga etaria de los adolescentes). Por otra parte, generalmente la mayor extensión de uso se correlaciona con una datación más temprana y con una mayor adaptación formal a las pautas españolas de los elementos transferidos. Pueden constituir un ejemplo para la región los datos ofrecidos por Arrizabalaga (2007) sobre varios deportes de práctica difundida, cuya popularidad parece relacionarse con la adaptación de su designación y de la de diversos elementos por ellos comprendidos, como lo muestran gol, referí y orsái (< off-side) en el caso del popularísimo fútbol, frente a tackle, hooker y scrum en el rugby, de preferencia menos popular. En el español regional, sin embargo, también pueden encontrarse elementos léxicos provenientes de otras lenguas que han estado largamente en uso por el conjunto, y que mantienen en alguno(s) de sus alternantes más extendidos alguno(s) de los rasgos de su configuración de origen, aunque estos contrasten con las pautas españolas.4 Esto es especialmente frecuente en lo que respecta a las representaciones escritas, ya que la escritura escapa del límite que imponen los propios hábitos articulatorios a la reproducción de las configuraciones de origen en la oralidad (y que cuenta en sí como una instancia de adaptación). Esto último, por otra parte, revela la necesidad de atender separadamente a los usos orales y escritos de los mismos lexemas de préstamo, ya que no puede presuponérseles especularidad. Constituyen un ejemplo de ello los préstamos generalmente escritos como scon y sandwich, cuyas realizaciones orales mayoritarias son, respectivamente, /es'kon/ y /'sanguič/. También generalmente a una (mayor o menor) fluctuación, característica de la “etapa de ingreso” de un item léxico, le sigue una fijación en sus usos en la “etapa de afianzamiento”. No obstante, esta correlación tampoco puede suponerse necesaria: la variabilidad no siempre se resuelve, y en ocasiones se mantienen en uso diversos alternantes para un mismo lexema de préstamo, aun cuando ya no sea “nuevo” (Hipperdinger 2008). Entre los préstamos del inglés, lo ejemplifican en español bonaerense los alternantes grafémicos scons, scones y escones, relevados en Bahía Blanca en ese orden de frecuencia. Por último, y como de algún modo ya lo adelantamos, la convencionalización (fijación) del uso de una transferencia léxica tampoco implicará su adaptación a las pautas de la lengua recipiente, como en español bonaerense lo ejemplifica la representación grafémica sandwich, dominante para la respectiva transferencia y abrumadoramente más extendida que las adaptadas sánguche o sángüiche.
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