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Conclusión Abundante fue la aplicación de compuestos medicamentosos en este hospital, que la botica misma proveía para la curación de los enfermos. Casos de fracturas, embolia cerebral, artritis, cáncer o amputaciones fueron tratados exitosamente, claro algunos no fueron tan afortunados, pero en su mayoría los pacientes se recuperaban satisfactoriamente. Con la aparición de nuevas sustancias, ya fabricadas en laboratorios farmacéuticos, como el yodo povidona, el peróxido de hidrógeno, el ácido acético, el hipoclorito de sodio o los alginatos de calcio, los medicamentos de origen natural han sido relegados, pero no olvidados, ya que en las hogares se acostumbra tomar para un dolor de cabeza, de estomago o cualquier malestar toda clase de infusiones como son: té de manzanilla, te de jamaica, té de diente de león, té de girasol, té de tamarindo, té de helecho, té de canela, té de anís, té de hierbabuena o el preferido por muchos, el te de limón, entre otros, cuyas capacidades medicinales y contribución al buen funcionamiento del organismo están demostradas.
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