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Así pues, el objeto de la filosofía debe ser el
conocimiento total del hombre, del mundo y del arte. La poesía es
la única vía, para Paz, que entrega la totalidad de nuestro ser en
el mundo como una encarnación de una continuidad de instantes en la
realidad del lenguaje. Octavio Paz pretende conseguir una situación
intelectual que pueda aprovechar fructíferamente el poder creativo28.
Para ello es necesaria una sociedad penetrada de pensamiento fresco,
inteligente y vivo, cuya actividad esté rodeada de un juego libre
de pensamiento. La poesía, el arte, será un acto gozoso, de plenitud,
un placer. Algo así como un erotismo ontológico, irradiación del ser
total, energía positiva que alienta, recrea, trasmuta al hombre y
hace posible la existencia en el mundo. Existencia compartida en comunión,
no en soledad29.
Porque el escritor no sólo vive un diálogo consigo mismo, sino con
los otros30.
La poesía es, pues, una forma de acercarse a “la otra orilla”, “allí
donde pactan los contrarios”, una forma de vencer la soledad, la pobreza
del yo encerrada en sí mismo. El poeta desaparece detrás de su voz,
una voz que es suya porque es la voz del lenguaje, la voz de nadie
y la de todos “es siempre la voz de la otredad”31 y
cuando se dice que la literatura es lenguaje, lo será a condición
de entender que, cuando se habla de lenguaje, se habla de pluralidad
32. |
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