Introducción
La pedagogía experimental y su origen
¿Investigación educativa? ¿Es quizás una nueva manera de tratar de convencer a la sociedad para decir que se está trabajando en pro de la educación? O bien, ¿Es que ahora comenzaran a investigar sobre un posible lado oscuro de las escuelas? Cuestionamientos como éstos pueden no estar alejados de lo que mucha gente llega a externar al escuchar dicho término, por lo que el objetivo que persiguen los siguientes párrafos es abordar el concepto de investigación educativa, cómo surge y cuál es su fin, todo ello desde un punto de vista reflexivo.
Inicialmente hay que decir que el término de investigación educativa es joven en cierta manera, sin embargo, el propósito que ella engloba no lo es, ya que data de lo que anteriormente se conocía como pedagogía experimental. Su cambio de nombre se debe, fundamentalmente, a cuestiones de tipo sociocultural y a los trabajos aportados al mundo por investigadores ingleses y americanos.
A decir de muchos, el origen de la pedagogía experimental se ubica en los Estados Unidos en el año 1822, y se dio gracias a la coordinación que J. C. Stanley llevó a lo largo del primer seminario pedagógico, que tenía como objetivo crear una pedagogía científica que propiciara el desarrollo de investigaciones con una orientación práctica. Cabe resaltar que la evaluación y la medición del rendimiento escolar asì como la experimentación de sistemas organizativos y de orientación, fueron los temas principales durante tal evento.
Otros más citan a J. M. Rice como el padre de la pedagogía experimental, en virtud de sus aportaciones hacia fines del siglo XIX, y que estaban abocadas a ejercicios sistemáticos en el dominio de la ortografía. Sin embargo, el término como tal fue acuñado en Alemania por J. M. Lay y E. Meumann en 1905, quienes publicaron en conjunto un documento estructurado por trabajos anteriores, cuyo título respondía al de Pedagogía experimental.
Aunado a los investigadores ya mencionados, se halla, como personaje relevante, el suizo E. Claparede quien, a cuatro años de haber iniciado el siglo XX, fundó en Ginebra un laboratorio de psicología escolar, mismo que a corto plazo dio información suficiente para publicar un libro sobre la psicología del niño y la pedagogía experimental. Así mismo, fue importante para el desarrolllo de esta disciplina, el Instituto J. J. Rousseau, de donde surgieron diversos trabajos de J. Piaget. En ese mismo año (1905), sólo que en Francia, otra figura clave fue A. Binet, quien fundó un laboratorio escolar en colaboración con H. A. Simon, y publicó su célebre escala de inteligencia. Por su parte, H. A. Simon publicó, veinte años más tarde, su conocida obra sobre pedagogía experimental.
En suma, el origen de la pedagogía experimental se encuentra relacionado con la preocupación por establecer unas sólidas bases empíricas con respecto a la educación, con la incorporación del método experimental en el campo de las ciencias humanas y con la vinculación inicial con la psicología científica. Està involucrada igualmente con el desarrollo de un modo de trabajar, del establecimiento de estudios psicopedagógicos, de instrumentos de medida, de pruebas objetivas, del concebir como un foco de interés al niño. Esto provocó que, en conjunto, los contenidos de las obras publicadas hasta la Primera Guerra Mundial sobre pedagogía experimental no fueran de corte metodológico, sino más bien, intentos de recopilar resúmenes de experimentos y trabajos científicos sobre materiales escolares y sobre la escuela en general.
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