Hoy en día…
La investigación educativa desde un punto de vista contextual se encuentra en un momento en el que está recuperando confianza entre los sectores más comprometidos con el desarrollo y mejora de la educación. De tal suerte, se está afianzando como una fórmula de aplicación a la resolución de los problemas específicos planteados y abandonando posicionamientos exageradamente engañosos y especulativos, más centrados en la sofisticación de los métodos que en su capacidad de respuesta.
En otras palabras, dicha conceptualización se traduce en un cambio en la especificidad de la investigación educativa. Si bien a principios del siglo XX se le configuraba a partir de los ámbitos de estudio y después, desde la metodología que empleaba, hoy en día su futuro está deparado por su carácter propio y por la medida en que intente resolver problemas prácticos educativos. Es decir, su misión es y habrá de ser por algún tiempo, el desarrollar teorías de la práctica educativa.
A decir de G. De Landsheere (1998), la investigación educativa ha alcanzado un estatus científico y un nivel de calidad comparable al de otras disciplinas, pues ha evidenciado la existencia de marcadas diferencias entre los países en cuanto a su nivel o grado de desarrollo; ademàs, ha permitido producir investigaciones de una alta calidad tanto en el plano teórico como en el metodológico, repercutiendo asì su investigación, en la mejora de la práctica educativa y en un mayor desempeño académico de los alumnos.
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